martes, 21 de julio de 2009

¿QUE TANTO SABES DE EL? Ch.16

Basado en Gravitation
By Ishida Rio

Gravitation no me pertenece. Todos los créditos a Murakami Maki-san.

Capítulo 16.

Diciembre 25

El papel se regaba por todos lados. Las cajas estaban todas apiladas en el sillón y la loza continuaba sucia en la cocina. Las migas seguían en la cocina y aún quedaban copas sobre el televisor. La música del equipo seguía sonando, aunque en un volumen tan bajo que de no ser por el silencio no se hubiera notado.

Aún no se cumplían 3 semanas desde que Hidaka Kiyosato hubiera avisado que Satoshi-sama les había dado dos meses de gracia. Y realmente no había pasado nada. Un mes más de tranquilidad los esperaba, aunque los asesinos no se confiaban. Sin embargo, la llegada de Nakano Yuuji les había traído dudas y certezas por igual.

El reloj marcaba las 10am cuando Yamato se levantó perezosamente. Estaba sin peinar y a medio vestir cuando apareció en la sala. Miró con un poco de pena el desorden, pensando en el día que les esperaba intentando limpiar todo. El intenso olor a alcohol le molestó bastante por lo que abrió las ventanas y corrió las cortinas antes que nada. Luego levantó el tiradero que había en el suelo y por último, terminó de llevar las cosas sucias a la cocina. En eso, siente que Kotaro se levanta también.

-“Siempre tan madrugador...”

El muchacho, al igual que él se había levantado con la intención de limpiar un poco, por lo que se alegró de ver a Nekoi adelantando trabajo. El chico saludó alegre y ayudó con la loza, mientras conversaba con el mayor acerca de la noche pasada. Las palabras no avanzaron mucho antes de detenerse en un punto que interesanba especialmente a Yamato: la obvia y abierta insinuación que Yuuji había llevado a cabo con Kotaro. Shindo no le dio mucha cabida a las preocupaciones de su superior. El sujeto le había agradado, y sus acciones no le habían parecido atrevidas ni nada... además, no estaba tan mal, todos tenían una pareja o al menos pasaban la noche con alguien. El ya tenía 17 y por estar cuidando las espaldas de su primo jamás había vivido como un chico normal, mucho menos enamorarse.

-Solo te pido que estés atento. Nakano Yuuji no es cualquier persona.

-...Eso ya lo se, conozco su historia.

Palabras dichas con cierta pena y cabeza gacha. Nekoi supo entonces que algo andaba mal.

-¿Qué pasa Kotaro?...

¿Cómo explicarlo?

-...Esto me pasa por hacer bien mi trabajo...

¿Cómo decirle a Yamato que estaba tan sumido en su papel de doble de Shuichi... que incluso los sentimientos comenzaban a copiarse?...

-... Me... me está empezando a gustar alguien Yamato-san... pero está mal...

-¿Porqué está mal Kotaro? -el chico se acercó a su oído y susurró-

-...Eiri Yuki...

-Oh muchacho....

Nekoi pasó sus brazos por Kotaro al sentir sus lágrimas.

-“Eres solo un niño Kotaro... y deseas una vida... es comprensible...”

Si el sentimiento avanzaba habrían grandes problemas, eso Yamato lo sabía mejor que nadie. La secreta admiración que ya sentía por el primo de su novia creció aún más al notar lo que intentaba hacer para guardar la felicidad de Shuichi... Y quizás Nakano Yuuji si fuera la persona adecuada... después de todo, su presencia significaba o algo muy bueno, o algo muy malo. Y ante ambas cosas, la protección que significaba el amor del asesino personal de Okura Daisuke era algo que no se podía dejar pasar.

***

-¿Y como lo han pasado?

-Muy bien Satoshi-sama.

-Me alegra... y dime Kiyosato... -el hombre pone atención a su jefe- ¿que hás sabido de Byakko y los demás?

-Pues celebraron la navidad juntos. Llegaron los hermanos de Eiri-san, Seguchi Tohma-san, los de la productora y los integrantes que restan de Bad Luck. Aunque...

-¿Aunque?

-Dicen que vieron a alguien muy parecido a Nakano Yuuji...

-¿Yuuji?... ¿y qué hace él ahí?

-No lo sabemos señor. Pronto intentaremos contactarlo.

-Bien, me parece bien. Quiero que traigas a Byakko.

-¿Perdón señor?

-Lo que oíste Kiyosato. Quiero que Byakko esté frente a mí. Lamentablemente su tiempo de gracia terminó antes de lo que creía.

-... Pero... ¿no sería mejor hablar con Sohryu o presionar tomando mejor a su hermano o a alguien más?

-No Kiyosato. Mis negocios con Byakko son privados y nadie más puede intervenir. Además, creo que Papá envió a Yuuji para evitar que me desquite con la familia. Ya sabes que está hecho a la antigua, es de esos que no se mete con los que rodean al objetivo... una cosa "moral" que considero ridícula, pero no voy a arriesgarme a ir contra mi Padre por eso, además, ese zorro de Nakano nunca anda solo.

-Ya veo. Traeré cuanto antes a Byakko.

-Muy bien.

***

Pasaba el medio día cuando estaban los 7 recién desayunando. Hiroshi y su hermano habían sido invitados a pasar la noche en el departamento por la hora a la que la fiesta terminó.

-¿Y cuando llegaste Yuuji?

-Ayer. Iba a venir de inmediato para acá, pero Hiroshi me olvidó accidentalmente en el centro de la ciudad.

-¿Accidentalmente Hiroshi? -preguntó Shuichi-

-... Si, accidentalmente. Es una suerte te hayas encontrado con Fujisaki, Yuuji.-dijo con sarcasmo mal disimulado-

-¿Cierto que si? -preguntó sin notar la ironía- Pero te perdono hermano. Además, me agradó ese Suguru...un muchacho desconfiado, pero simpático.

-¿Y qué te trajo por estos lares?

-Trabajo Yamato. Daisuke-sama me ha encargado cuidar a cierto dragoncito.

Todas las miradas se posaron por breves momentos en Nakano.

-Sip. Ya saben que a Daisuke-sama no le gusta la muerte innecesaria. Y me dijo: "Yuuji, cuida a ese niño del descriteriado de mi hijo".

-Dale las gracias cuando lo veas.

-Claro Yamato. Espera verlos de nuevo algún día, quizás que le ayuden en uno que otro trabajo.

-Por supuesto -dijo Haruno-

-Yo paso -dijo en cambio Yamato- Me retiro del rubro después de esto.

Todo lo que iba a ser dicho quedó interrumpido por el sonoro y amplio bostezo de Yuki.

-...Gomen... -dijo tallándose los ojos. Shindo sonrió y se acercó a él-

-Ven Yuki, estás cansado, vamos a dormir...

Y así los dos desaparecieron. Hiroshi se levantó y dijo que tenía que ir a su departamento a hacer algunas cosas, además de pasar a dejar la chaqueta de Sakuma a su casa, ya que se le había quedado.

-Supongo que no les molestará si llevo a Omi de paseo. -dijo Yuuji-

-Claro que no. Pero no le des demasiados dulces ¿eh?

-Ok.

Solo pasaron unos momentos y nuevamente el silencio reinaba. Yamato miró a su novia, quien posaba sus ojos en el horizonte a través de las ventanas.

-Haruno... -dijo tomando su mano-

-No importa Yamato... ¿quién soy para obligarte a hacer lo que no quieres?

-... Lo siento.

-No te preocupes amor... siempre estaremos juntos... -respondió besando el dorso de la mano de Nekoi. El rubio la miró y su pecho se oprimió en angustia... No le gustaba el tono de voz, ni la frase... le daba la impresión que la Muerte los acechaba, sentía que cada día sería el último y ya no aguantaba nada de eso... Dios, ¡él amaba a esa mujer!... no quería perderla ahora que tenía todo lo que deseaba... Tenían dinero, tenían miles de lugares donde ir... tenían a su hijo... ¿qué más quería ella para dejar ese trabajo?. Un mal presentimiento se alojaba en ese corazón, cada vez más blando por la vida cotidiana.- Voy a comprar una bebida para el almuerzo, ¿de acuerdo?

-...Claro...

No le gustó el sonido de la ducha, ni la despedida, ni el sonido de la puerta. Detestó el sonido de Shuichi y Yuki haciendo el amor en su dormitorio... Odió los minutos que pasaron mientras ella estaba fuera... Pero por sobre todo se odio a sí mismo cuando abrió la puerta luego de aquellos furtivos golpes. La bolsa con la bebida estaba en el pasillo, y junto a ella, la pequeña Taurus plateada 9mm de 15 balas y el silenciador.

***

-Mierda... -reclamó Haruno tocando apenas su labio- Ya no los entrenan como en mis tiempos Sempai.

-Lo siento Haruno -se disculpó Hidaka- Realmente fue un mal golpe.

-¿Mal golpe Sempai?, ¡podría haberme volado un par de dientes!

-¿Quieres hielo?

-Por favor...

Su maestro salió hacia la cocina del lujoso piso en donde ella esperaba que Okura le dijera para que demonios la había "mandado llamar". La asesina notó la hermosa decoración y el fino gusto para los muebles, cortinas y alfombras, todo muy típico de los Okura. Madera natural combinadas con adornos de bronce que resaltaban entre las mesas de vidro y los adornos de cristal que solo se veían en ellas. Lámparas de pie altas y pequeños focos específicos que daban la impresión de un museo. Alfombras pomposas de un color tierra muy suave, casi arena. Cortinas de un fuerte color burdeo, haciendo una combinación a primera vista chocante, pero insinuante cuando se observaba con más tranquilidad. Haruno, por su parte, estaba con las manos esposadas por el frente, permitiendo que pudiera intentar acomodar su cabello revuelto y recibir y colocar el hielo en su labio partido e hinchado luego de una mal intencionada (y mal proporcionada) patada en la cara, regalo de navidad de uno de los matones que acompañaban a su Sempai cuando se encontraron.

-Gracias Sempai.

-Se te hinchará un poco... quizás deje una pequeña cicatriz.

-... Ya no hay nada que hacerle... ¿Puedo llamar a Yamato?

-Claro, pero tendrás que hacerlo desde mi teléfono.

-Si, me di cuenta que el mío salió volando luego de la pateadura que sus alumnos me dieron cuando usted me botó.

-Sabes que Daisuke-sama y Satoshi-sama tienen distintas maneras.

-Prefiero las de Daisuke-sama.

Antes que pudiera marcar número alguno, se abren las puertas de la habitación principal (dos enormes y hermosas piezas de caoba tallada), dejando paso a Okura Satoshi, seguido de un sujeto alto y calvo que vestía de negro y llevaba varias armas en sus ropas, seguramente con la intención de asustar a la mujer.

-Tanto tiempo Byakko.

-Menos del que hubiera querido Okura.

-¿Te han tratado bien?

-No tanto como hubiera querido -ironizó colocando más hielo en su cara y un poco en su muñeca derecha- El whisky que me sirvieron estaba tibio. -Satoshi sonrió. Aún en las peores situaciones esa descarada mujer seguía tan altiva como siempre-

-Bien, al menos ya te dieron el hielo que necesitabas.

-Por supuesto, mi Sempai siempre ha estado atento a mis necesidades.

-Entonces Byakko, como no tengo mucho tiempo quiero que me des ahora mismo una razón para no matarte. -ella lanzó una sonora carcajada seguida de una queja por su boca herida-

-15 millones de dólares, ¿qué te parece?

Okura entrecerró sus ojos grises y sonrió de manera más altiva y cruel.

-Prometiste no robarme Byakko...

-Prometiste no matar a los míos... No cumpliste...

-Pero no puedo devolverte a tu familia.

-Entonces yo no puedo devolverte tu dinero... ¿Qué lástima no?

-Aun tienes, eso sí, algo que puedes darme...

Haruno se levantó y caminó hasta quedar frente al Yakuza.

-¿Quieres mis ojos Okura?, ¿quieres estas perlas violetas que brillan cuando te miran de tanto que te odian?... Aún no... Todavía puedes esperar un poco más... hay muchas cosas que todavía puedo hacer para tener a los míos a salvo de tí...

-¿Y quién te mantiene a salvo a tí mi querida Haruno?

-... La Muerte Okura... la Muerte...

-Te aprovechas de la súbita aparición del hermano de Nakano... Pero recuerda muchacha -susurró acariciando su frente y la línea de su nariz a sus labios- Yuuji Nakano es el asesino más literal que existe... a él le dijeron :"protege al niño"... y aunque tu o tu noviecito estén muriendo frente a él, no hará nada...

-¿Y crees que no lo se?, ¿crees que espero que tu padre me proteja? eres patético Okura Satoshi... aún más que antes....

Extrañamente intimidado, el Yakuza se alejó un par de pasos.

-No te entiendo Haruno... No puedes hacer nada contra mí, ¡nada!. Encontraré ese dinero en cosas de meses y me será devuelto... Tengo a tu madre, tengo decenas de espías sobre tu maldito hermano homosexual y su noviecito millonario. Puedo acabar en cualquier momento con el desgraciado de Nakano o con tu Yamato o con el malnacido de tu hijo. ¿Porqué sigues arriesgando lo que supuestamente intentas proteger?

-No puedes insultar a Shuichi... -murmuró con rabia- ¿Se te olvida que tu los iniciaste a todos?, a Hiroshi, a Shuichi... a Yamato también.... a mí... a Kotaro... a todos...

-No estás contestado mi pregunta.

Shindo pensó un momento mirando en cielo. ¿Porqué hacía lo que hacía?, y por más que buscaba, no encontraba una respuesta satisfactoria más que aquella palabra... Venganza... Venganza a cualquier costo...


-La respuesta... -le sacó la lengua y sonrió con gesto infantil- Nunca vas a saberla... Y dile a tu chico salido de la Matrix -señalando al guardaespalda- que no me asusta su armería móvil... apuesto a que no sabe usar la mitad de esas armas...

Hidaka lanzó una risa poco disimulada, molestando profundamente al tipo.

-Estos asesinos nuevos no tienen sentido de la estética -dijo Shindo probando la paciencia del guardaespalda- ¿Qué tipo de cosas les enseñan ahora, Sempai?, ¿robótica?

El puño del otro se cerró sobre el mismo lado del labio que Haruno había estado intentando deshinchar.

-¡Mierda!, ¡no ahí por un demonio!, ¡al otro lado en último caso pero no ahí!

Un segundo golpe venía, pero de un momento a otro el tipo se vio con una finísima silla Luis XV en la cabeza, destrozando la madera y la conciencia.

-Sabía que había que amordazarla. -bromeó Kiyosato. Incluso Satoshi se dio el lujo de reír-

-Bueno, yo debo irme. Por favor Kiyosato, acompañe a Byakko a la salida y entréguele una venda y algo para su boca. Ah! cierto, lo olvidaba Haruno... -él calló hasta que ella posó sus ojos sobre él- Mi hijo ya nació... aunque con ocho meses, por lo que su tiempo de gracia acabó...

La cara sorprendida y la ausencia de sonrisas y gestos típicos de Haruno le indicó a Satoshi que en menos de lo que esperaba, algo realmente impredecible pasaría...

Mientras Okura se marchaba, la mente de Byakko comenzaba a analizar la información recién recibida.... El hijo de ese desgraciado con su madre... y el tiempo de gracia... entonces era eso, los dos meses de paz eran por los dos meses que faltaban para las 40 semanas de embarazo, no solo por el hecho mismo de que Megumi estuviera embarazada...

**

-¿Sabes?, vi a Kiyosato-sempai.

-¿De veras?, ¿no pasó nada?

-No. Solo quiso conversar unos momentos.

-Bah, seguramente te dijo que me rindiera.

-No, de hecho me dijo porqué teníamos dos meses de gracia.

-...¿En serio?

-Sip... -Yamato notó la mirada curiosa de su pareja en su blanca figura y dudó si develar ese secreto o no a la mujer- Pues...

-Ya empezaste Yamato, dime.

-.... Megumi-san está embarazada de nuevo. -las perlas violetas se abrieron de sorpresa y luego se entrecerraron llenas de rabia-

-¡¿Qué...?!... ese bastardo....

-Sempai no sabía porque Okura decidió darnos este tiempo, pero dijo que después de eso habrían grandes cambios (...)

**

-Grandes cambios....

Las esposas cayeron de las muñecas de Shindo y su maestro aprovechó los momento de introspección de su alumna para vendar la muñeca derecha y poner un antiinflamatorio en crema en el labio (nuevamente) partido. Un movimiento brusco le indicó a Hidaka que Haruno ya había salido de su ensimismamiento....

-Yo voy a hacer grandes cambios... -gruñó saliendo del edificio, sin tomar en cuenta a su Sempai. Este la observó irse... él mejor que nadie de sobra que lo más peligroso de Haruno Shindo no era ni su habilidad ni su frialdad... sino su obsesión, su personalidad de enfermiza idealización y afán por seguir con sus ideas, aunque fueran erróneas o dañaran a la gente.... Y ahora que una nueva meta se había puesto en la mente de Byakko, habría que estar más atento que nunca.

***

Yamato se sorprendió cuando vio llegar a Haruno con tal prisa. No se veían más heridas que la venda de la mano y la de la boca, pero ella parecía no tomarles importancia.

-¿Shuichi? -preguntó sin saludar y llendo directamente a la mesa en donde descansaba su Taurus Millenium.

-En su dormitorio.

-¿Omi?

-Con Yuuji.

-¿Algo extraño?

-No...

Haruno se dispuso a salir otra vez, pero se detuvo frente a la puerta...

-¿Sales Haruno?

-.... No... hoy no.

La mujer se quedó frente a la puerta y la golpeó fuertemente con el puño.

-¿Qué pasó amor?

-... Nació... el hijo de Mamá nació...

- Ya veo... ¿irás a verla?

-No lo sé.

- No te preocupes, ya veremos que hacemos. -ella asintió-¿Quieres un café?

-... bueno -respondió con un puchero divertido. Yamato sonrió ante el gesto... Era una niña todavía, y nadie mejor que él sabía como tratarla- ¿Llegó la bebida?

-Si, la tengo en el refrigerador.

-Op. Oye, tengo que comprarme un celular nuevo, ¿me acompañas después?

-Como quieras.... Después eso sí tendrás que acompañarme a vigilar al Subsecretario de Justicia. Me pidieron que lo despachara antes de la semana que viene.

-Ok. ¿Podrías echarle leche a mi café?

-Claro.

***

-¿Porqué tan preocupado Kiyosato?.

-Un asesino que sonríe es más peligroso que uno frío e inexpresivo.

-...Dicen que aquellos que sonríen lo hacen porque están más familiarizados con la muerte, los otros aún le temen...

Hidaka no escuchó las palabras de Okura. Él mismo le había enseñado a la prole de Daisuke Okura como escoger un asesino y esa era una de las primeras reglas. Lo que preocupaba era que los acontecimientos no estaban saliendo como había previsto. Ya no podría matar a Satoshi en conjunto con los Shindo, el Nekoi y los Nakano, ya que los primeros no aceptarían trabajar con él ahora que el hijo de Megumi Shindo había nacido. Esa era la última humillación que Okura podía darle a Haruno... mostrarle que aún no dependía del todo de ella....

-Mucho cuidado de ahora en adelante....

Y todas sus esperanzas se posaron el Yamato Nekoi y Yuuji Nakano....

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