martes, 21 de julio de 2009

¿QUE TANTO SABES DE EL? Ch.15

Basado en Gravitation
By Ishida Rio

Gravitation no me pertenece. Todos los créditos a Murakami Maki-san.

Capítulo 15.

Diciembre 25. 10.30am

-Hoy es Navidad Ryu-chan...

-Así es Tatsuha-kun... ¿qué te gustaría hacer?

-¿Qué tal si vamos a ver al antisocial de mi hermano?

***

11.56am

-No hagas planes para la noche Mika.

-¿Qué pasa Tohma?

-Iremos al departamento nuevo de Eiri.

***

14.20pm

-¿Qué hará esta noche K-san?

-No lo sé, ¿y tú Sakano?

-Tampoco.

-Well, ¡entonces iremos cenar con Shuichi!

***

19.59pm

-¡Ehy! -Fujisaki volteó ante la voz desconocida. Un sujeto alto con varios aretes y enorme sonrisa se le acercó- ¿Tú eres Suguru Fujisaki?

-...Si...

-Soy Nakano Yuuji, hermano de Hiroshi.

-Oh, mucho gusto...

-¿Sabes?, estoy buscando a mi hermano, se que fue a la casa de Shindo Shuichi, pero no logro encontrar la dirección, ¿la sabes?

-... Pues....

Al ver la desconfianza del joven tecladista, el recién llegado saca una identificación y varias fotos.

-Vamos, créeme -Suguru frunció un poco el ceño ante la insolente confianza- Soy su hermano...

- Bien, parece cierto... Entonces te explico...

-¿Porqué no mejor me acompañas?... es que acabo de llegar a la ciudad y no conozco....

-... Bien, vamos...

***

-¿Para cuantos preparo cena? -preguntó Nekoi desde la cocina-

-Em... déjame contar... somos dos, Kotaro, Omi y yo, cinco, Yamato seis, Hiro-kun siete... ¡Siete!

-Bien, entonces platos para 10. Nunca faltan los que llegan a la hora de la cena...

Eran las 21.20. Omi y Kotaro reían frente al video juego mientras Shuichi esperaba su turno. Yuki se encontraba escribiendo su novela, Yamato cocinaba y Haruno le ayudaba a preparar esa merluza belga tan deliciosa. Entonces, suena el timbre...

-¡Yo voy!

Shuichi se encontró de frente con Hiroshi.

-¡Hiro!, te esperábamos para el almuerzo, ¿qué pasó?

-...Tuve un inconveniente Shu, gomen. No pude avisarte.

-Bueno, eso no importa, pasa. ¡Yamato-san, Haruno, llegó Hiro!

De inmediato los aludidos aparecieron en la puerta. Nakano bajó la mirada cuando sus ojos cafés se toparon con las gemas azules de Nekoi.

-¿Qué pasó Hiro-kun? -preguntó preocupada Haruno acomodando sus lentes amarillos- ¿estás bien?

-..Si, claro. Solo... me salió un trámite sorpresivo.

-¿Estás seguro Hiro? -inquirió esta vez Yamato-
-Seguro...Yamato-san...

El guitarrista entró con el paso un tanto inseguro, pero pronto comenzó a conversar con su mejor amigo de una forma que hace mucho que la pareja de asesinos no veía: Hiro sentado en el sillón y la cabeza de Shuichi apoyado en su regazo.

-¡Omi y yo vamos a comprar unos dulces!

-¡¿Cómo van a ir a esta hora?!

-¿Nos acompañas entonces Haruno-san?

-Yo los acompaño.

-Gracias Yamato-san.

-Te encargo la Merluza Haruno.

-Siii....

-¡Te quedan bien los lentes amarillos Mamá!

Cuando los tres salieron, el silencio cayó sobre la sala. En la cocina el crepitar del pescado resonaba suavemente, y muy despacio, las teclas del notebook de Yuki.

Hiroshi entonces enredó sus dedos en el cabello de Shuichi...

-¿En qué piensas Hiro?

-... En cuando éramos niños...

-¿De veras?, ¿cuando jugábamos a ser cantantes?

-Si -rió Nakano- Cuando te ponías triste porque las canciones no salían y llorabas... Y después cuando estabas deprimido porque tu teclado se había descompuesto. -el sonido de las teclas se detuvo y el abrir de una puerta lo reemplazó-

-...Recuerdo que te pedí que me besaras... -dijo de pronto-

-Aún no entiendo porqué lo hiciste...

-Me dijiste que si te conseguía 10000 yen me darías un beso francés...

-Acababas de cumplir los 13...

Mientras ambos hablaban sin percatarse de su alrededor, Yuki escuchaba atentamente a la vuelta del pasillo, donde accidentalmente había oído la conversación.

-...Me dijiste que era anormal besar a otro chico...

-Después tu me respondiste que no importaba...

-Estabas comiendo un palito de esos que se comen en los cóctel... que se acompañan con salsa

-Mordiste el otro extremo y comenzaste a acortar las distancias...

La imaginación de Eiri pronto comenzó a volar con las palabras de los músicos... Shuichi y Hiroshi... sus puños se apretaban hasta quedar blancos, sus uñas enterrándose en sus manos...

-Después... -susurró con cierta pena-

-... Lo que vino después no importa Shu.

-¿Estás triste verdad? -preguntó mirándolo a los ojos-

-...Si...

-¿Porqué?

-Nada importante.

-...Feliz navidad Hiro. -susurró acariciando la barbilla de su mejor amigo-

-Feliz navidad Shuichi... -respondió tomando su mano

Sorpresivamente Shindo se levantó de su posición y fue hacia el televisor con la consola de PlayStation 2.

-¿Qué tal un poco de Tekken Tag Tournament?
-Excelente.

Risas otra vez. La fantasía del rubio escritor seguía volando...

-¿Yuki-san?

-¿Eh...?

-¿Está bien?

-... Claro... yo... voy a seguir escribiendo... -en ese momento, el timbre suena. Yuki y

Haruno voltean a ver quien viene, pensando que Yamato tiene llaves-

-¿Esperan a alguien? -preguntó Haruno adelantándose a la puerta con su fiel Taurus. Todos niegan- Bien... -la mano se cierra sobre el pomo de la puerta, el seguro de la pistola es retirado pero...-

-¡¡Shuichi!! -se escucha del otro lado- ¡¡Feliz Navidad!!

-¿Ryuichi-san?

-¿Ese loco?

La puerta se abre sin pistola de por medio. Sakuma entra abrazando directamente a Shuichi, con Tatsuha detrás.

-¿Y tú que haces aquí?

-Si hermano, feliz navidad a ti también.

-Bien bien. Feliz Navidad Tatsuha, -dijo fastidiado- ahora dime que haces aquí.

-¿No es obvio? -preguntó con una sonrisa- ¡Cenaremos juntos!, ¿no les parece genial?

-¡Pero...!

-A mí si -dijo feliz Shu-

-A mi no me molesta -respondió Hiroshi-

-Voy a poner más merluza -anunció Haruno-

-¡¿Acaso soy el único que quiere una Navidad tranquila?!


Y el timbre suena de nuevo.

-Yo abro... ¡Mika!

-¿Tatsuha?, ¿qué haces aquí?

-... Veo que los deseos de felices navidades hacia mí no nacen este año... -¬¬-

-Feliz navidad Tatsuha-kun.

-Igualmente Tohma-san.

Los recién llegados entran muy campantes. La mirada verde de Seguchi viaja de inmediato por Hiroshi y Shuichi que conversaban con Ryuichi. Saludos para un lado, saludos para otros.

-Feliz navidad Eiri

-Igual para ti Tohma.

-¡Haruno! -gritó el cantante- ¡Dos filetes más!

-¡A la orden! -se oyó de vuelta-

Las conversaciones comenzaron a fluir por distintos lados y en diferentes temas. Obviamente, los más serios eran Tohma y Yuki.

-Ya son las 10, traeré algo para beber... -dijo Shuichi para desparecer en la cocina y luego volver con una bandeja llena de cañas de distintos colores- ¿Rosé?, ¿Blanco?,

¿Vaina?, ¿Ladrillo?...

(N.de. Ryo: Cañas son esos vasos de vidrio largos en donde suelen servirse aperitivos o bebidas)

El timbre vuelve a sonar. Ante la mirada atónita y algo asustada de Yuki, aparecen Sakano y K.

-¡¡Merry X'mas!!

-Feliz navidad

Con un vaso con un poco de whisky el rubio comenzó a contar a los "invitados"... Si ellos eran 7 en un principio, más el Loco y su hermano eran 9, y Seguchi y Mika, ya contaban 11 y con los otros dos... ¡13 personas!... Y el timbre sonó de nuevo.

-Yo veo.... -pero la puerta se abre sola. El escritor suspira aliviado. Son Yamato, Kotaro y Omi que entran tan sorprendidos como está él al ver esa cantidad de personas en el departamento-

-Que suerte que es amplio -dijo Nekoi contando al igual que el otro a los presentes-

-Te dije Yamato-san que un depto amplio sería más útil -dijo con orgullo Kotaro al ver como su departamento era centro de una Navidad familiar como hace mucho no veía, aunque todos creyeran que el departamento era de Eiri.

Sin embargo, los tres no venían solos... ya que Suguru y el supuesto Yuuji Nakano entraban tras el pequeño Nekoi.

-¡Hermano! -Hiroshi casi se atragantó cuando escuchó la voz-

-¡¡¿Yuuji?!!

-¡Hasta que te encuentro!, me dejaste solo en el centro de la ciudad... y sabes que no conozco, pero no importa... debe haber sido un simple descuido...

-“Y yo que quería deshacerme de ti...” Pues... muchachos, presentes todos... -dijo con voz rendida- les presento a Nakano Yuuji... mi hermano...

-¡Hola!, ¡feliz navidad!

Por la mente de Yamato y de Yuki pasó el mismo pensamiento... 15 personas....

-No se preocupen muchachos -dijo Haruno apareciendo entre ellos, sorprendida por la presencia del otro Nakano- hay suficiente merluza para todos. ¿Me ayudan a poner más platos en la mesa?

Los aperitivos van y vienen. También los "Petit-buché" (esos bocadillos pequeños que colocan antes de cada comida importante) y las salsas. Unos a otros se miraban, pensando que más les deparaba esa noche, que pasaría.

Tohma dirigía su mirada hacía Hiroshi de vez en cuando. Pensaba en lo hipócrita que era como para planear su muerte y luego seguir con su vida. Mientras, Nakano miraba a su hermano, pensando en la mala suerte que había tenido al no lograr que desapareciera para siempre en las calles de Tokyo. Yuuji a su vez, miraba a Kotaro. Le parecía un muchachito muy guapo y alegre, aunque le parecía conocido pero no sabía de donde. Kotaro por su parte, oteaba de vez en cuando a Yuki, pensando en la suerte que tenía su primo para estar con un hombre tan guapo como él. Eiri abrazaba a Shuichi, llorando por dentro sus vanos intentos de privacidad con su baka sin talento. Shindo a su vez creía que la comida no sería suficiente para todos, y rogaba que Haruno hiciera los milagros correspondientes. Esta, por su parte, creía que Yamato se veía guapísimo con ese delantal de cocina que se ajustaba a su cintura tan pequeña. Nekoi mientras azotaba los acompañamientos de la merluza pensando que tendría que estar con un ojo puesto en ese tal "K" que no paraba de rondar a Hiro-kun. ¿Qué pensanba K?, pues pensaba en lo hermoso que lucía Hiroshi ahí, sonriendo junto a Ryuichi... ¿hermoso junto a Sakuma? (>.<)... El cantante a su vez creía que Tatsuha era un muchacho tan alegre que era imposible no creer que era un amor. Uesugi al momento, pensaba en lo antipáticos que eran sus hermanos, pero que mejor se olvidaba de ellos y se concentraba en Ryuichi, que parecía fascinado con el sobrino de Shuichi. ¿Y Omi?... pues el no pensaba nada. Estaba demasiado feliz con esa navidad como para perder tiempo pensando. ¿Que qué pensaban Mika, Sakano y Fujisaki?... fácil: "¿Cómo diablos me vine a meter a este lugar?", aunque cada uno con una razón distinta. Fujisaki pensaba en los regaños que recibiría en casa por haber salido la noche de Navidad. Sakano miró la cantidad de gente y la tensión que se olía en el aire. Mika... ella solo miraba de tanto en tanto a Omi y a Yamato, reconociendo de inmediato a Nekoi... cuantas veces lo vio en casa de sus padres como guardaespaldas de ese sujeto tan odioso... Okura Satoshi. ¿Estaría ella también?

A medida que el tiempo pasaba, los ánimos comenzaron a relajarse y el tono de la voz a bajar. Kotaro se acercó al equipo de música y colocó baladas suaves, aptas para un ambiente de gente hablando, pero cuando se disponía a volver con su primo y Nakano, aquél sujeto llamado Yuuji lo encontró.

-¿Shindo Kotaro verdad?

-Así es Nakano-san.

-Oh! por favor, dime Yuuji...

-Entonces puedes llamarme Kotaro. -respondió con una sonrisa

-Bien Kotaro, ¿te gustaría bailar?

-¿Bailar?

-Claro... la música invita...

Sin esperar respuesta el hermano del guitarrista tomó de la cintura a Kotaro y lo llevó a un lugar de la sala más despejado, pero a la vista de todos. A Shuichi le pareció buena la idea, y pronto movía su cuerpo con gracia con las manos de Yuki juntas tras su espalda. En la cocina, Haruno y Yamato se movían suavemente al son de la música mientras sacaban las merluzas del sartén y las acomodaban en los platos cuidadosamente decorados bajo la atenta mirada de su hijo. En la sala, Tatsuha y Ryuichi se besaban en un rincón. Casi sin darse cuenta, K pasó sus manos por la cintura de Nakano, y hundió su cara en el ángulo de su cuello y su hombro. Hiroshi al principio se tensó ante el contacto, pero los lentos movimientos, el roce de cuerpos y la nula actividad luego del sorpresivo abrazo le dieron cierta confianza, dejándose llevar por el americano.

-¿Qué pasa Tohma?

-No es nada Mika.

-Estás muy serio. Creí que venir te haría feliz.

-...Tranquila -dijo- estoy bien.

-Yuki...

-¿Mm?

-...Te amo... -los labios del cantante acallaron en la mente del escritor las palabras anteriormente dichas por él:

“Recuerdo que te pedí que me besaras.”

“Me dijiste que si te conseguía 10000 yens me darías un beso francés.”

-Yo también Shu... yo también...

Mientras una nueva pieza sonaba en la radio, Haruno y Yamato aparecieron con los platos y llamaron a la mesa.

-Disculpen no haber saludado antes, pero estaba ocupada con la cena -se disculpó Haruno habiéndose quitado el delantal y ajustando sus lentes amarillos. Mika la miró unos momentos y ella respondió su mirada. Luego hizo un leve pero respetuoso movimiento con su cabeza-

-No importa.

-Feliz Navidad a todos.

-Feliz Navidad.

Eran las 10.45pm y Tohma quedó estático por un momento mirando a la Shindo.... esos lentes... ya los había visto antes.

-Tomen asiento por favor... -todos accedieron a la petición, menos Seguchi que seguía pensando- ¿Tohma-san?

Esa voz... la pregunta... “¿Tohma-san?... “

-Tú... -susurró casi imperceptiblemente seguro de haber encontrado a la mujer que le había disparado-

-Tohma, siéntate ya -dijo Eiri, sacándolo del trance. El rubio presidente de NG se tentó a gritar frente a todos su acusación, pero una terrible opción apareció en su mente. ¿Y si la mujer arremetía contra Yuki?, después de todo estaban sentados uno al lado del otro.... No, mejor la presionaría a solas asegurándose de que su amigo estuviera a salvo.-

-Claro, lo siento.

Así, los 15 comensales estaban milagrosamente sentados en dos mesas juntas tapadas por manteles burdeos y con platos blancos con adornos rojos y negros. Servilletas del mismo tono acompañaban las copas de cristal y los cubiertos plateados. Ensaladas de distintos colores y el delicioso olor de la merluza belga con las papas rellenas y la entrada de colitas de camarones llenaba el ambiente.

-Feliz navidad a todos -dijo Shuichi por enésima vez levantando su copa con vino blanco-

-Feliz navidad -repitieron todos imitando su gesto. Parecían felices de estar ahí, aunque diversas tensiones aguardaban bajo la mesa el momento de aparecer. Quizás esa noche no fuera el momento ideal, pero esperarían... sabido era que la paciencia es un don.

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