jueves, 13 de agosto de 2009

¿QUE TANTO SABES DE EL? Ch.23

Basado en Gravitation
By Ishida Rio

Gravitation no me pertenece. Todos los créditos a Murakami Maki-san.

Domingo 11 de Mayo de 2003, 16:25:55

Capítulo 23.

Cuando el sol bajó hasta dejar el cielo de tonalidades naranjas, amarillas y rojas, Haruno entendió que había llegado el momento de hacer el gran cambio. Su mente no alcanzaba a pensar en todas las consecuencias que su acto le traería a ella y a su familia, pero en ese momento no le interesaba mucho. Todo lo que contaba era lograr llegar al Hospital y demostrar su fuerza saliendo de los aprietos en los que, estaba segura, estaría metida después.

Ya no había tanta gente en los pasillos y la hora de visitas estaba a punto de terminar, sin embargo nadie vigilaba las habitaciones.

"Segundo piso, habitación 203"

Silenciosamente se escabulló hasta dicha habitación y entró sin ser vista ni oída.

-¿Mamá?

La mujer abrió sus ojos lentamente, sacada de su profundo sueño.

-Mamá... soy yo, Haruno...

De inmediato Megumi intentó sentarse en la cama, pero un mareo se lo impidió. Aún estaba débil por el parto y estaba sujeta a sueros y alimentos ultra nutritivos.

-¡Haruno!

-Shhh, Mamá, no alces la voz...

-Mi niña... -se le llenaron los ojos de lágrimas y se aferró al cuerpo de su hija- Oh Dios, Haruno... tanto tiempo sin verte... ¿cómo estás?, ¿qué has hecho de tu vida?,

¿no te ha faltado nada?, ¿has pasado frío o hambre?, ¿y Kotaro, Yamato... como está Shuichi?, ¿es feliz?

-Calma Mamá -dijo ella casi riendo- Empecemos por parte. Estoy bien, así como me vez. Y sigo trabajando en lo mismo, supongo que Okura te habrá mantenido al tanto de eso. -con infinita ternura Haruno acarició el cabello de su madre, castaño y sedoso como cuando era niña- No nos ha faltado nada, ni a mí, ni a Yamato ni a nadie. Kotaro está bien, quizás empiece a salir con Yuuji Nakano, ¿lo recuerdas?

-¡El hermano de Hiro-kun!

-Así es Mamá... Yamato está bien, evocado a la crianza de Omi.

-El otro día vi a Yamato con tu hijo. Me sorprendió tanto verlo, ¡es tan hermoso!... igual a ustedes... ¿Y tu hermano?

-Shuichi está mejor que cualquiera Mamá, no te preocupes por él. Eiri-san es muy bueno, y se aman mucho. Viven con muchos lujos, aunque trabajan duro. Ya sabes que ambos son muy populares.

-¿Y Hiro-kun?

-Está bien también, con su guitarra como siempre.

La sonrisa de Haruno no se iba con su silencio y sus caricias seguían como mudos "te quiero mamá". Megumi en cambio pronto comenzó a llorar. Sabía perfectamente a lo que había venido su hija.

-Haruno...

-¿Lo quieres verdad Mamá?

-...¡No puedo evitarlo Haruno, perdóname!

-No te preocupes Ma... yo te quiero, siempre te he querido y sabes bien que me duele hacer esto...

-Perdóname Haruno... perdóname por ser débil y no haber podido hacerlo antes... soy tan miserable...

-Shhh Mamá... no digas más. Ya vuelvo...

Al cabo de unos minutos Byakko se levantó y se encaminó a Neonatología. Las enfermeras de turno no fueron difíciles de sacar del camino, llegando sin problemas a la sala de recién nacidos.

"Okura Takato"

-Al menos no tuvo la osadía de ponerle Shindo... -susurró. Por un momento se quedó obervando al durmiente bebé. Se veía muy sano y fuerte, con sus mejillas rosadas y cuerpo grueso. Su cabello castaño, y sus ojos cerrados... ¿de qué color serían?- Ehy Takato... despierta...

El niño se revolcó unos momentos antes de salir de su sueño... Haruno retrocedió unos pasos asombrada...

-Vio...violetas...

En efecto, el muchachito mostraba unas vivaces y hermosas perlas violetas, iguales a las suyas, a las de su hermano... a las de los gemelos...

"Si amas a tu pareja, serán los más hermosos violetas del mundo"

El bebé sonrió y las imágenes de sus hermanos menores no pararon de bombardearle la cabeza. Ellos reían, ellos jugaban, ellos eran bebés... eran niños pequeños con derecho a la vida....

4 disparos salieron de su taurus automática. La sangre caía por la cuna tal como corrió la sangre de su padre esa noche que lo mataron frente a sus ojos.

Jadeando y sin mucho cuidado regresó a la pieza de su madre, en donde esta lloraba desconsolada contra una almohada para que no la oyeran. Haruno entró y abrazó a su madre, acunándose en su regazo por minutos interminables. De pronto se levantó y preparó su arma.

-Después de todo a eso vine Mamá... a librarte de tu miseria... -Megumi apartó la vista. Nada le repugnaba más que ver a sus propios hijos convertidos en aquello que odiaba tanto... en asesinos, en sicarios... Además, para que negarlo... la Muerte le aterraba.- Es mi último regalo Mamá, dime si te gusta.

-Espero que seas feliz algún día Haruno... y que mi muerte no te persiga.

-No te preocupes que no lo hará.

Tan silenciosamente como entró, Haruno se fue del hospital, aunque con lágrimas en los ojos y el arma en la mano. La sangre estilaba en su chaqueta y su vista estaba perdida en el horizonte. Su mente divagaba, y las ganas de acabar con todo de la única manera razonable la llenaron con una fuerza que nunca sintió. El frío de la taurus en su sien no le asustó y apretó el gatillo con decisión...

CLICK

Pero ese día no andaba de suerte. Solo había cargado 10 balas. 4 fueron para Takato y 6 para su madre.

-Nos vemos Mamá...

***

Yamato acariciaba el cabello de su novia mientras esta dormía en su regazo. El relato había estado falto de toda emoción y muestra de nerviosismo, pero él sabía que ella sufría a pesar de todo. Eso lo supo porque Haruno se negó a mirarlo a los ojos y se obstinó en observar el suelo o el techo en distintos intervalos de tiempo.

-Solo un par de días... y estoy seguro que esto terminará.

Al abrirse la puerta Nekoi saltó de la impresión. No había oído nada hasta que la persona había entrado. Por suerte solo era Yuki.

-Eiri-san... -este lo miró con un gesto un tanto ausente- ¿Está bien?

-...Si... ¿y ustedes?, ¿qué pasó con Hiroshi?

-Todo está bien Eiri-san, no se preocupe.

El rubio cerró la puerta y se apoyó un momento en ella.

-Iré a dormir un rato.

-Claro... -al observar alejarse al escritor, Nekoi supo que las palabras de Inoue seguían taladrando su cabeza. Tenía que saber que habían hablado.- Eiri-san...

-¿Si?

-...Cuando despierte... necesito que hablemos... sobre lo que pasó. -el otro solo asintió y entró en su pieza.

El rubio asesino se sintió solo de pronto. Pero solo de alma, de amor. De pronto nació en él la imperiosa necesidad de estar con Omi y olvidar lo que Haruno le había contado, quería olvidar a aquél joven de ojos vivaces que estaba junto a Fang Tao. Quería olvidar su vida por un momento y ser un padre común y corriente, ese hombre que Omi necesitaba para no ser como él.

Durante interminables momentos pensó si despertar o no a su novia. Yuuji seguía con Omi y si se juntaba con su hijo lo más seguro que es que no volviera hasta la noche, antes de la cena de año nuevo.

-Necesita un respiro... -con suaves empujones la sacó de los brazos de Morfeo y le planteó la idea.-

-Genial.

-Llamaré a Yuuji para que venga a ver a Hiro-kun.

-Creo que es mejor que se quede amor. Además hoy es año nuevo. Podemos decirle a los demás que vengan.

-No es mala idea.

Al verificar el dormitorio que en ese momento usaba Nakano y Shindo, pudieron notar que el cantante dormía placidamente, y su sueño era velado por su mejor amigo.

-¿Cómo te sientes Hiro?

-Bien Haruno-san, no se preocupe.

-Bien, llamaré a Yuuji para que venga.

Ella salió y Yamato quedó en el umbral de la puerta observando al hermoso muchacho de pelo largo.

-¿Seguro estás bien, Hiro-kun? -una sonrisa amplia le adornó la cara, tranquilizando a Yamato-

-Claro.

-Cuando te vi en el departamento...

-Pero ya pasó Yamato-san... No pasó nada. –un corto silencio se elevó entre ambos, hasta que Hiro sonrió y miró a Nekoi- Haruno-san lo espera.

-¿No quieres ir con nosotros?

-No creo que sea buena idea....

-Vamos Hiro... Di que si

Así, los tres juntos salieron a buscar a Yuuji, Omi y Kotaro. Al principio la mujer se mostró reticente a dejar a su hermano y cuñado solos, pero unas cortas palabras de Yuuji le aseguraron que no solo él había sido enviado a cuidar a Omi, sino que muchos otros estaban alrededor todo el tiempo.

***

Poco a poco Shuichi comenzó a abrir los ojos, notando primero manchas borrosas, y luego figuras más definidas en un ambiente sumamente oscuro.

-¿Hiro...? -al ver a su alrededor notó que no estaba su amigo con él. Esto lo sobresaltó un poco, ya que no había notado cuando se había dormido.

Rápidamente miró en el resto del departamento y vio una nota sobre la mesa.

Shuichi y Eiri-kun: Fuimos a buscar a Omi y a los demás. Hiro está con nosotros y está bien. No se preocupen por nada.

Haruno y Yamato.

-Con que saliendo y dejándome solo... -bromeó- ¿dónde estará Yuki a todo esto?, ¿y cómo estará Mika-san?

Al voltear, Shuichi se encontró con Eiri a unos pocos metros, a la entrada de la cocina. Con su eterna sonrisa el cantante se acercó con los brazos abiertos gritando un gran "¡¡Yukiiiii!!, ¡estaba tan preocupado!", pero sus brazos no encontraron cuerpo al que aferrarse. Al abrir los ojos, Shindo notó a su pareja unos pasos más atrás.

-¿Nanda Yuki? -dos pasos adelante, dos pasos atrás el rubio- ¿Qué pasa Yuki?

La mirada dorada de Eiri era extrañamente lejana. Shuichi llegó a pensar que incluso había algo de desprecio, de lástima y de repulsión en su nariz ligeramente arrugada en un gesto de... asco...

-¿Tienes algo Yuki?, ¿te duele algo?, los muchachos me dijeron que un sujeto te llevó a un lugar llamado Cielo Rojo, ¿te hizo algo para que estés así?

Las palabras matizadas de preocupación parecieron falsas y regunantes a Yuki. Observó a su pareja de pies a cabeza, como examinándola, viendo su cuerpo delgado, sus piernas largas, su fino porte. Esas manos delgadas que tan bien lo complacían... y que según ese sujeto a tantos más habían servido de igual modo.

-Inoue Naota -dijo de pronto el escritor paralizando la verborrea del pelirrosa-

-¿I...Inoue Naota?

-Si... Él me llevó a ese lugar llamado “Cielo Rojo”.... -los ojos violetas del cantante se estrecharon en una inconfundible expresión de odio- Y... me contó... me contó algunas cosas...

Nuevamente engañado. ¿Quién demonios era el muchacho con el que vivía hace más de un año?, ¡¿quién demonios era?!

-¿Qué....? -el miedo se apoderó de las expresiones de Shuichi. Y ese sentimiento dio a Eiri la fuerza para continuar con sus palabras-

-Me dijo... cosas sobre un muchacho hermoso... un niño de no más de 10 años... -Shindo retrocedió unos pasos con las manos en la boca- que entrenaba con otros en los patios de los yakuzas... aceptando regalos de un adulto... aceptando cantar para él en los descansos

-...Mentira... -susurró con algo parecido a la desesperación, viendo como poco a poco, la mentira que Haruno había armado a su alrededor para protegerlo se desvanecía de un solo golpe-

-Me dijo... -una solitaria lágrima bajó desde su ojo color de oro.- Me dijo que ese muchacho solía cantar para aquél mafioso cada vez más tiempo... y ya no solo en los descansos de las prácticas que lo convertirían en uno como su hermana o sus amigos...

-...Yuki...

-Que solo intervinieron cuando se dieron cuenta de lo que pasaba entre ellos... de las intenciones... y de los verdaderos deseos de niño... que ya no era tan niño... ¡Solo cuando ella lo vio entre sus piernas en una elegante reunión!

-¡Mentira!

-¡Me dijo que ese maldito muchacho usó su hermosura para escapar y encontrar abrigo en alguien con dinero que lo alejara de su asqueroso pasado!

-¡¡Mentira!!

Shuichi cayó de rodillas temblando y llorando. Tapaba sus oídos con fuerza, agarrando sus mechones rosas con desesperación. Imágenes que había sepultado para siempre volvieron a su mente: los grandes salones, la gente elegantemente vestida. Escuchó de nuevo las risas en su oreja y los resoplidos en su cuello. La música de aquellos tiempos martilló su cerebro obligándolo a recordar esas melodías que oía sobre los gemidos y sus propios gritos...

-Estabas enamorado de Okura, Shuichi.... –susurró con un sollozo.

-No... nunca lo quise.... Yo... yo no sabía que me equivocaba... ¡no lo sabía!

Yuki lo miraba con pena. No podía evitar sentirse engañado, usado. Solo había sido un juguete de Shuichi. Solo su barrera contra el pasado...

-Me engañaste Shuichi -dijo con más dolor del que se creía capaz de sentir- Me engañaste todo este tiempo con sus sucias palabras...

-No Yuki.... -suplicó aún en el suelo- No... yo te amo Yuki... te juro que te amo...

-No mientas más Shuichi -y esta vez fue él quien suplicó- Por favor no lo hagas....

-No te miento amor, lo juro... -con algo de torpeza se levantó y se aferró a las ropas de Eiri- lo juro...

-Suéltame... -con pasos lentos se alejó de Shindo mientras las lágrimas continuaban bajando- Me voy...

-No...

-Estaré en casa de mis padres...

-¡Espera! -desesperado se puso entre el pasillo y su pareja- ¡Ese era el plan original!, tenía que encontrar a alguien en esta ciudad que me ayudara... que me protegiera... Tokyo estaba llena de gente famosa... y sabíamos que no me costaría encontrar un amante.... -la figura sollozante de Shuichi provocó un dolor tan inimaginable en el escritor que creyó que moriría en ese momento- Pero entonces apareciste Yuki... ese día en el parque.... -la mirada dorada algo sorprendida y la violeta suplicante y humilde se encontraron- Tú no estabas en los planes Yuki... no tu familia siendo tan cercana a los Okura... ¡Pero no pude evitar enamorarte de tí!, y luché por tu amor... por favor Yuki tu sabes cuanto luché.... -Eiri desvió la mirada y el otro volvió a sujetar su camisa- Peleé contra tu pasado, ¡luché contra el mío propio en silencio!... tuve que superar los prejuicios, tuve que superar las palabras de Tohma-san, la negación de la gente... Y llegué hasta tí Yuki... y me sentía tan feliz...

-¡Yo confíe en tí!

-¡¿Y qué querías que te dijera?!.... ¡¿cómo te hubieras sentido si después de todo lo que costó que estuviéramos juntos te dijera que teniendo miserables 12 años me acostaba con un mafioso para tener los lujos y comodidades que mi familia no podía darme?!... me hubieras dejado Yuki... y no lo hubiera soportado... porque te amo, y lo que siento por tí no es comparable a lo que sentí en algún momento hacia cualquier otra persona....

-Maté a una persona y no me dejaste -dijo en voz baja-

-...-Shindo abrió la boca la hablar pero las palabras de su hermana resonaron en su mente:

Puedes ser cualquier cosa frente a Eiri-san, menos un asesino.

-... Ese hombre te hacía daño Yuki... y haberlo matado no es un asesinato, sino defensa propia.

-Lo amaba...

-¡Pero ahora me tienes a mí!

Obstinadamente Eiri se alejó otra vez de Shuichi, provocando en él desde la pena hasta la rabia.

-No me convences Shuichi...

-¿No te....?... Pero Yuki...

-¡No Shuichi! yo.... yo... ¡no se que pensar Shuichi!...

-.......¿Cuánto.... cuánto crees que me hubiera costado encontrar un amante más cariñoso y doblemente más adinerado, eh? -la mirada de Shindo se veía un poco soberbia a pesar del llanto, como diciéndole "¿no es obvio?".- ¿Crees que hubiera sido muy difícil para mí dejarte cuando me decías solo baka... cuando no había demostraciones de nada?, ¿cuántas veces volví a tus brazos Yuki, a pesar de que me echabas?... Podría haberle movido el trasero a cualquier persona... políticos, millonarios... extranjeros si se me ocurría... Pero me quedé contigo Yuki... con tu amor silencioso... con tus caricias furtivas. Con tus expresiones a escondidas... con el hielo de tu mirada y el fuego de tu cama... -las lágrimas no dejaban de correr- Y créeme que no dejé de sentirme una cualquiera las primeras veces, cuando después de tu orgasmo te echabas a un lado sin siquiera mirarme... ¡sentía que me volvía a lo mismo!... y pensaba, "vaya, al menos antes me pagaban"... pero luego me decía lo tonto que era... porque yo te amaba, ¡yo te amo!

Shindo abrazó a Yuki y esperó paciente y en silencio la respuesta del escritor, que llegó minutos después, cuando Shuichi ya se rendía a perderlo

El pasado a veces pesa tanto y duele de una forma que no se imaginaban.

Shindo se escondía de su vergüenza en el pecho de Eiri, aferrándose a él como si se le fuera la vida, intentando escapar una vez mas de sus actos en ese cuerpo perfecto.

Yuki también lloraba, no de rabia ni de desilusión, sino por la impotencia que le provocaba no haber estado con su pequeño aunque hubiera sido imposible, no haber pensado que no solo él tenía un mal pasado... por creer que solo a él le habían pasado cosas malas en la vida. Lloraba por la crueldad del destino que lo unió en un vértice de lamentos y muerte. Lamentó su razonable duda con lágrimas llenas de sentimiento y estrechó el cuerpo de ese ser que era su droga y necesidad principal. Porque sin Shuichi él moriría.

-Perdóname Shuichi... -musitó entre sollozos- perdóname....

Y no hubo más palabras entre ambos.

Eran las 14.25pm y ambos cayeron en el sillón para luego hacer el amor de la manera más triste y delicada que jamás pudieron recordar.


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