jueves, 13 de agosto de 2009

¿QUE TANTO SABES DE EL? Ch.22

Basado en Gravitation
By Ishida Rio

Gravitation no me pertenece. Todos los créditos a Murakami Maki-san.

Sábado 10 de Mayo de 2003 16:45:47.

Capítulo 22.

Shuichi quedó de piedra ante las palabras de Yuuji. Este no lo tomó en cuenta y salió a perseguir el auto. Eiri, preocupado, fue al balcón y pudo ver a los 4 asesinos desaparecer, todos en dirección del vehículo.

-¿Crees que haya sido Tohma, Shuichi?... ¿Shuichi?

Pero este tampoco estaba. Por un momento, Yuki se sintió desconcertado. ¿Habría sido Tohma?, y su fue él... ¿porqué hacerlo?

Entonces pensó en Mika. No supo exactamente porqué pensó en su hermana, pero creyó que ella podía tener más respuestas que él. Sin embargo el teléfono sonaba y sonaba.

-Vamos Mika...

-¿Si?

-¡Mika!

-Eiri...

-Mika, pasó algo muy extraño... Hiro salió a su casa, y su hermano dice que el auto de Tohma estaba afuera... y después salieron todos corriendo, y Yuuji dijo que se habían llevado a Hiro y....

-Ten mucho cuidado hermano, no te muevas del departamento...

De pronto, ella deja de hablar y un grito ahogado se escucha por el teléfono. Un sonido amortiguado que seguía Yuki conocía bien...

-¡Mika!

Un disparo con silenciador.

***

A las 23.00pm Kotaro llegó al departamento sumamente cansado.

-¡Eiri-san!... ¡Eiri-san!

Para su terror, el escritor no estaba. En su lugar solo había un papel.

Algo le pasó a Mika.

-Mierda... -los dedos del niño se vieron torpes frente al nerviosismo mientras intentaba marcar el número de sus primos... - ¡Yamato-san!, Eiri-san no está, dejó una nota que dice que algo le pasó a Mika-sama... ¡Por favor búsquelo!

-Contacta a Yuuji y que vaya por Omi, ¡hazlo Kotaro!

-Claro...

Varias llamadas más ocuparon el tiempo de Kotaro, hasta que pudo hacer todos los encargos que los demás le daban.

Yamato estaba en los pasos de Yuki.

Yuuji buscaba a Omi, que seguía con Ryuichi.

Haruno investigaba el paradero del auto negro.

Y él... él debía encontrar a Shuichi.

-¿Donde te metiste primo?

***

09.55am, 31 de Diciembre.

-Eiri-san está en el hospital con Mika-sama.

-Encontré a mi primo. Ahora está en casa conmigo, pero no les gustará saber con quien lo encontré.

-Encontré a Hiroshi. Nos vemos en media hora.

A la hora estipulada, Kotaro, Haruno, Yamato y Shuichi se encontraban frente al lujoso edificio que daba techo a Seguchi Tohma.

-Mira que traerlo a su propio departamento el muy desgraciado -gruñó el cantante-

-Quizás no tenía planeado hacerlo –dijo Kotaro- Quizás en su rabia, actuó precipitadamente. Esa suele ser la causa por la que los primerizos traen a sus casas a las víctimas.

-No te acostumbres a acompañarnos Shu -regañó Nekoi- recuerda que solo viniste porque se trata de Hiro.

-No peleen, -pidió el menor- mejor pensemos en Hiroshi.

-A las 11 vendrá un emisario de Okura -susurró la mujer- Tenemos que salir por lo menos a las 10.45. No podemos tardar más.

-Entonces vamos ahora.

Con radiantes sonrisas los 4 entraron al edificio saludando al conserje. El silencio se apoderó de ellos en el ascensor, mientras repasaban mentalmente sus lugares. Shuichi se revolvía más que los demás, debido a que había perdido la costumbre del metal contra la piel.

-No recordaba lo que era tener una en la espalda -comentó de repente logrando sacar sonrisas de los demás.

Cuando llegaron al departamento notaron que era el único del piso. Rieron más entonces. Las cosas serían más fáciles todavía ya que la entrada era directa desde el ascensor, gracias a una clave o a que alguien abriera desde adentro.

El timbre sonó repetidas veces. DING DONG DING DONG....

-¡¡¿Qué demonios...?!! - un nervioso y sudado Seguchi Tohma salió a la puerta gritando. pero sus palabras quedaron sin sonido cuando vio a Shuichi apuntarle en el medio de los ojos con una pequeña automática de 9mm.

-Buenos días Tohma-san -saludó mientras entraba al departamento. Haruno y Yamato comenzaron a registrar cuidadosamente las habitaciones, hasta que encontraron lo que buscaban. Kotaro vigilaba mientras el ascensor.-

-Shi...Shindo....

-No sabíamos que quisiera una reunión privada con Hiro-kun, Tohma-san. -comentó Nekoi luego de unos minutos, trayendo al guitarrista en brazos, inconsciente- ¿Tan aburrida habrá sido que el pobre Hiro se quedó dormido?

Seguchi estaba mas que blanco y la barbilla le temblaba sin control.

-¿Y qué hacemos con él? -preguntó Kotaro. - No podemos dejarlo así como así. ¿Lo matamos?

-No podemos. Es demasiado famoso como para pasar desapercibido. –reclamó ella. Shuichi entonces puso el arma, otra vez, sobre la frente de su jefe-

-Yo se que hacer con él. -dijo lacónico. Entonces miró a Yamato y sonrió- ¿usted también lo sabe no Yamato-san?

-Claro que lo se... -musitó provocando crueles sonrisas en los demás- ¿Hora?

-10 y 36.

-Tenemos casi 10 minutos, es más que suficiente.

Con un simple movimiento, Nekoi se encaramó a Tohma al hombro e hizo una seña de despedida mientras se dirigía al dormitorio.

-Nos vemos muchachos.

-Que no grite amor.

-Claro...

La puerta se cerró y los otros tres se dedicaron a desordenar cuidadosamente el departamento. Muchas cosas de valor y pequeño tamaño como cristalería, llaves, y una que otra joya guardada en otra habitación desaparecieron de inmediato. Los papeles de la sala de estudio quedaron regados por el suelo para después acumular en un rincón todo lo electrónico: televisores, videograbadoras, equipos DVD, consolas, grabadoras, cámaras de video y fotografía, etc.

Cuando dieron las 10.45am, Yamato abrió apareció en la sala acomodándose la camiseta y arreglando su cabello.

-Tendré que ir a cortarme el pelo -dijo-

-Te queda bien con ese largo cariño. ¿Vamos ya?

-Sip. Estamos en la hora.

-¿Pero como sacaremos a Hiro? -preguntó Shuichi- por el olor parece que lo hubieran sedado.

-Tohma debe haberlo subido de alguna manera.

-Hagámoslo de la misma forma en que sacaron a Omi de la casa de Kazuya -dijo Kotaro- Eso, claro, sin matar a Seguchi. A las 11 viene el emisario. Entonces podemos dejar un pequeño detonador, de esos que siempre levas contigo Haruno-san.

-Si, es cierto. Pero eso nos obliga a escondernos hasta las 11 aquí.

-Eso no es problema.

-Pero... si nos quedamos e inculpamos al emisario de robo o algo así, será un hecho aún más difícil de ocultar que lo del departamento de Eiri-san. No podemos quedarnos. Debe haber otra salida.

-Simplemente salgamos -dijo Yamato- No hay entradas directas desde los estacionamientos. Seguchi debió pasar por el hall con Hiro inconsciente o amenazado.

-Entonces deberemos salir muy campantes con un chico inconsciente.... -suspiró Haruno- Pero lo importante es sacarlo, llevamos 5 minutos de retraso. Vámonos.

Los 4 bajaron con Hiro en las espaldas de Nekoi.

-Nos vemos señor -dijeron sonrientes al conserje-

-Oh!, eran ustedes entonces los que vendrían a buscar al joven...

-¿Perdón?

-Claro, Seguchi-san dijo que unos amigos vendrían s buscar al joven Nakano para llevarlo a su casa, ya que habían trabajado mucho. También dijo que seguramente bajaría dormido...

Todos analizaban las palabras del hombre con expresiones asombradas, hasta que Shuichi reaccionó primero.

-Jajaja, claro, Tohma-san avisó, ¿que prevenido no?

-Por supuesto, ¿que cosa habría sido no haberle dicho no?

-Bien, debemos irnos.

-Claro.

Riendo y conversando nimiedades, tomaron un taxi que los llevó al departamento de Kotaro.

-¿Dónde está Eiri-san?

-Debe seguir en el hospital.

-¡¿Qué pasó?! -saltó Shuichi, que aun no se enteraba de lo que había sucedido. Luego de calmarlo un poco, le explicaron los hechos- Que extraño... ¿quien querría matar a Mika-san?

-¿Quién querría dañar a Hiro?

-...Piensas en Seguchi, Yamato-san.

-No se me ocurre otro. Mika-sama iba a ser nuestro contacto para saber los movimientos de su marido... Pero no entiendo porque lanzarse contra Hiroshi primero...

-Hiro-kun me contó que un día sorprendió a Seguchi planeando sacar a Shuichi del medio -dijo Haruno- Quizás fue eso.

-Es un maldito.

Mientras Nakano continuaba durmiendo y Kotaro se organizaba con Yuuji sobre los siguientes movimientos Shuichi observaba con cruel satisfacción las noticias del medio día anunciando el intento de robo de un sujeto que entró al departamento de Seguchi Tohma y que, al ver que no podía llevarse todo lo que deseaba, lo dejó apilado en un rincón... y torturó sexualmente al ex-tecladista, ya que según informes médicos, nunca fue penetrado por su agresor, pero si por diversos objetos.

-¿No quedaron pruebas verdad?

-No -dijo Nekoi-

El cantante se retiró después para cuidar a Hiroshi. Kotaro fue a encontrarse con Yuuji y Omi, dejando a la pareja en el departamento.

-Ahora que ya estamos más tranquilos amor... cuéntame como encontraste a Eiri-san.

-Pues... la verdad es que no se que ocurrió desde que salió hasta que lo encontré.

-¿Y donde estaba?

-...Estaba en el Cielo Rojo. -Haruno lo observó con los ojos muy abiertos, sin creer lo que oía-

-¡¡¿NANI?!!

-Sip... y además estaba con Inoue Naota.

-¡¡¿¿¿Inoue???!!... pe...pero Yamato... ¿qué estaban haciendo?, ¿qué pasó?, ¿quién los vio?, ¿quién te avisó?....

Nekoi observó a su novia por unos momentos. Luego entendió mejor que nunca que el pasado siempre nos persigue, aunque nosotros seamos veloces y ágiles.

-Inoue le contó algunas cosas sobre el pasado de Shuichi...

Por fin el trayecto había terminado y había llegado a un sector de Tokyo conocido como la Zona 3. Era un barrio de lo más peligroso, equivalente al Barrio Norte de Kyoto.

Yamato recorrió el lugar con la vista. No se imaginaba como diablos había llegado Yuki a ese lugar, pero tenía que sacarlo pronto. A pocas cuadras del lugar de arribo, el asesino se encontró con unas "viejas amigas" que le comentaron que habían visto a Inoue, algo muy raro en esos tiempos, acompañado por un sujeto sumamente guapo, enormemente parecido a Eiri Yuki, pero era imposible que alguien como él estuviera en esos lugares.

-¿A dónde iban?

-Al Cielo Rojo

El Cielo Rojo. Esas tres palabras marcaron pauta en la mente de Sohryu. Aka Sora o Cielo Rojo era una "cadena" de restaurant-bar de mala muerte esparcidos por todo Japón. En ellos se cerraban los más viles tratos, se planeaban las más peligrosas estrategias y se armaban las más mortíferas mafias. En esos bares él y su novia habían recibido miles de dólares para matar a tal o cual tipo, habían escoltado a diversos mafiosos, habían llevado a las mujeres que luego se vendían como prostitutas....

Al llegar a la calle del frente vio como Inoue Naota conversaba con aire grave con el rubio escritor. Entró tranquilamente, sabiéndose reconocido. Nadie hizo además de levantarse o irse. Todos lo conocían, y quienes no lo hacían eran instruidos por los que si los que llevaban más tiempo en eso de la delincuencia.

Aquí va a morir alguien -dijo una persona a un joven de ojos muy grandes y vivos. Yamato reconoció entonces a Fang Tao, asesino chino. Seguramente el muchacho era su aprendiz. - Observa con atención, porque ese sujeto es nada menos que el Dragón Que Arrasa...

Dragón que arrasa... recordaba casi con cariño esas palabras...

-Debe escucharme Eiri-san... no crea que le miento.

-Debo irme... –el escritor intentó levantarse, pero el otro tomó su brazo y lo obligó a sentarse otra vez-

-En cualquier momento llegarán y me matarán, pero yo solo quiero que usted entienda que...

En ese momento Yamato quitó la mano de Inoue del brazo de Yuki. EL mafioso levantó la vista para reclamar, pero quedó estático ante la vista de Nekoi.

-Por favor espéreme afuera Eiri-san. -dijo muy serio. El rubio le obedeció, solo por dejar de escuchar las cosas que el otro le decía. Salió casi con desesperación, sin ser seguido con la mirada por nadie. Todos sabían que estar protegido por el Dragón significaba no ser visto, ni oído, ni culpable ni hechor. Casi significaba no existir.

-Veo que buscabas un autógrafo de Eiri-san...

-Soh...Sohryu....

Sin esperar más, Nekoi sacó su arma y disparó cuatro veces. La sangre se esparció por la mesa y manchó los panecillos que estaban junto al café que Eiri no tocó. El asesino se alejó y pasó por la mesa de Fang.

-Buenos días Tao-san.

-Tanto tiempo Sohryu.

-No creí que siguiera enseñando.

-Cuando las fuerzas fallan hay que reemplazarlas.

-Suerte muchacho.

Las últimas palabras fueron dichas meramente por educación. Al ver esos ojos vivos y profundos, Yamato no pudo evitar la sensación de ver a Omi en ese joven. El pensamiento caló hondo en su mente.

-Por la silla y el café de mi amigo-dijo pasándole varios billetes al barman.-

-No te preocupes Sohryu. Aquí está su recibo.

-Nos vemos Ken.

-Saludos a Byakko y a su hermano. Mi hija es fanática de su grupo.

-Gracias, le avisaré a Shu. Cariños también a tu familia.

Cuando Yamato se reunió con Yuki afuera, el rubio pudo sentir aún la mirada del muchacho en su espalda. Y entendía su admiración. Poder matar a alguien en un lugar lleno de gente y que nadie hiciera nada era el máximo sueño de un aprendiz de asesino... Había sido su sueño....

-Vamos Eiri-san... este lugar no es para usted....

-Ya veo...

-Tendremos que hablar con él Haruno, no se bien todo lo que contó...

-Maldito bastardo... si no lo hubieras matado yo lo haría ahora.

-¿Y tú que hiciste ayer amor?, no me contaste nada. -la mirada de la Shindo se oscureció un poco y un aire triste la envolvió-

-...Ayer fui a ver al hijo de Okura y a su madre...

-Haruno...

-...Los maté.


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