jueves, 3 de septiembre de 2009

DULCES Y SORPRESAS Ch.07

Dulces y sorpresas.

Cap. 7

By Saiyi-chan



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Tras la visita de Seguchi Tohma aquella mañana, Eiri había decidido pasar toda la tarde escribiendo tranquilamente, o eso pretendía hacer cuando el alto volumen de algo que calificaban como música comenzó a hacerse audible en su estudio.

No pudo evitar que su dedo quedase por largo rato presionando una misma tecla, aquella subida de volumen tan repentina le hizo sobresaltar, consiguiendo que el corazón se le acelerara.

-Los voy a matar.- se levantó para dirigirse al salón, de donde curiosamente procedía aquel ruido infernal.

En cuanto se detuvo tras el causante de tal estruendo, casualmente su pequeño amante, el ruido cesó.

Shuichi suspiró aliviado cuando hubo parado la música. Al poner el CD no se había percatado de que el volumen del equipo estaba dado al máximo. Pero el inevitable susto llegó cuando al girarse apreció los dorados ojos del rubio clavados en él con expresión molesta.

-Yu... Yuki!- gritó llevándose la mano al pecho sujetando fuertemente la tela de su camisa. A este paso acabaría por morir joven de un ataque al corazón.

-Intento escribir.- dedicó una mirada molesta al cantante y a los otros dos que curiosamente estaban prácticamente en silencio debido a su concentración mientras jugaban a la video consola.

-Lo siento Yuki, es que no me di cuenta que esto tenia el volumen al tope.- sacó la lengua de forma juguetona, aparentando ante el rubio ser un niño inocente.

-Lo conseguí na no da!-

-Me has vuelto a ganar!- Tatsuha se llevó las manos a la cabeza tendiéndose de espaldas en el suelo, percatándose de la presencia de su hermano. –anda, desde cuando estas aquí hermano?-

-Lo suficiente como para comprobar que cada día eres mas idiota.- con gesto cansado se llevó una mano a la frente cerrando los ojos.

-Yuki-chan! Ahora vamos a ir al cine, te vienes con nosotros no da?-

-Si Yuki! deberías venirte, así sales un poco, no es bueno que estés tanto tiempo aquí encerrado, que dices?- el cantante de cabellos rosados lo miraba suplicante.

-De veras crees que saldría a la calle con vosotros?- preguntó en tono irónico y algo sorprendido a su vez.

-Eres un amargado hermano, deberías salir a divertirte un rato.-

-Vamos Yuki di que si por favor!- insistió Shuichi con sus manitas entrelazadas y de rodillas frente al escritor.

-Que vais a ver?- preguntó resignándose, quizás no estaría tan mal ir al cine.

-Eto... jeje...- fue la única respuesta de su amante.

-Pokemon na no da!- Ryuichi agitó a Kumagoro en el aire con bastante entusiasmo.

-Que?-

-Si bueno, es que Sakuma-san la quiere ver y...-

-No os deis prisa en volver.- el rubio se dio media vuelta cuando sintió como Shuichi le tiraba de la manga de la camisa.

-Entonces no vienes?- le preguntó con ojitos llorosos y un dedito cerca de la boca.

-Tu que crees? Me ves cara de crio idiota?- soltándose se encaminó nuevamente a su estudio.

-Buaaaaaaaaa Yuki! si tu no vas yo tampoco voy!-

-Tu si que vienes! Y nos vamos ya mismo.!- Tatsuha lo tomó en brazos sacándolo del apartamento mientras el cantante pataleaba. –nos lo pasaremos muy bien Shuichi, ya veras.-

-Vamos al cine na no da!- salió tras los otros dos cargando a Kumagoro sobre su cabeza.


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Unas horas mas tarde... los tres habían salido del cine tras una larga sesión de pokemon de todo tipo, colores y formas a cada cual mas extraño.

-Que peli mas divertida no da. Te ha gustado Kumagoro? Si, a mi también.-

-No me creo que me haya tenido que tragar Pokemon...- murmuraba Tatsuha algo cabizbajo tocándose la cabeza debido al dolor que se le había levantado con tanto impactrueno. –pero todo sea por my honey Ryuichi! Jajajaja.-

-Quiero volver a casa con Yuki.- suspiró pesadamente. –démonos prisa en volver.-

-No, aun no podemos volver jijijiji.-

-Que? Como que no?-

-Oh! Vamos al karaoke no da?-

-Mmmm... al karaoke iremos los dos mas tarde.- sonrió ampliamente mientras Shuichi lo miraba algo extrañado, solo los dos? Y que pasaba con él?

-Entonces donde vamos Tatsuha-kun?- preguntó Ryuichi con gesto interrogante mientras jugaba con las orejitas de Kumagoro.

-Allí!.- el menor de los Uesugi señaló sonriente un llamativo letrero con luces rojas que a pesar de estar un poco retirado podía distinguirse perfectamente en la oscuridad de la noche.

Este pertenecía a un establecimiento que a pesar de haber pocos en la zona, llamaba su atención por su fachada de un color negro, iluminada de llamativas luces rojas, las mismas que adornaban el letrero en el cual podía leerse una palabra: Sexshop

-Por que demonios hemos venido aquí?- gritó Shuichi completamente ruborizado al darse cuenta que era el mismo sitio donde estuvieron la tarde anterior por accidente.

-Vamos cuñadito, no seas asi.- Tatsuha le pasó un brazo por encima de los hombros, consiguiendo una mirada amenazante por parte del cantante. –además... te he traído por una buena causa.- sonrió.

-No pienso volver a entrar ahí! Ni hablar!.- el cantante se cruzó de brazos plantándose en medio de la calle, bajo las miradas curiosas de las escasas personas que andaban por allí.

-No sabia que fueras tan crío.- le recriminó Tatsuha en mono de burla.

-No soy un crío! Es solo que no me gustan este tipo de cosas.-

-Jeje, eso es por que no las has probado, créeme...-

-Tu haz lo que quieras, pero yo me voy a casa.- se dio madia vuelta, buscando seguidamente con la mirada a Ryuichi. –Sakuma-san?-

-Creo que...- Tatsuha le golpeó suavemente en el hombro. -... a él si le gusta todo eso jijijijijiji.- Shuichi desvió la mirada alertado por las palabras del otro, comprobando como Ryuichi se adentraba inocentemente en el establecimiento con Kumagoro en brazos.

-Sakuma-san!- gritó alarmado el cantante de cabellos rosados.

-Ahí te quedas cuñadito, me voy con mi adorado Ryuichi.- con una sonrisa de oreja a oreja se encaminó a la tienda.

-Vale! Entonces me voy a casa!- pero al girarse observó como las miradas de varios muchachos con tatuajes y piercing adornando sus cuerpos se centraban en él. –eto... mejor me quedo.- con una sonrisa forzada corrió hasta entrar a la tienda.

Una vez dentro...

-Vaya, al final has decidido entrar, Shuichi?- preguntó en tono de burla.

-Déjame.- giró la cara a un lado, enrojeciendo en el mismo instante en que pudo ver toda una estantería llena de extraños juguetes sexuales.

-Jeje, sabes para que es esto?- Tatsuha se acercó tomando uno de esos juguetes y poniéndolo frente al cantante a lo cual este se cubrió los ojos con ambas manos consiguiendo una risita por parte de su cuñado.

-Oh! Un collar como el de Tatsuha-kun no da!- gritó Ryucihi desde el otro extremo de la tienda con el famoso “collar” en las manos y una sonrisa en la cara.

Las pocas personas que allí había mas los dos dependientes, todos hombres por cierto... se volvieron a mirar al cantante de NG quien lo inspeccionaba todo con detenimiento y curiosidad.

-Jeje, si, es como el mio Sakuma-san.- corroboró Tatsuha acercándose a él, dejando esta vez a Shuichi solo y al borde de un colapso por todo el calor concentrado en su cara. –si te gusta algo dímelo, yo te lo regalo.- Ryuichi asintió con una sonrisa.

En seguida se acercó a ellos el dueño del establecimiento. Era un hombre que rondaba los 30 años, de piel bronceada y adornada por varios tatuajes y piercing, ojos oscuros y mirada algo intimidante acompañada de una sonrisa dibujaba en su rostro. Varios mechones largos en tonos azulados caían por su rostro cubriendo parcialmente su ojo derecho, llevando el resto del cabello recogido en una coleta baja.

-Vaya, por fin te pasas por aquí, ayer te marchaste enseguida- se dirigió a Tatsuha con su habitual sonrisa.

-Si, bueno, teníamos prisa.- rió llevándose una mano a la nuca.

-Y bien, puedo ayudarte en algo?-

-Oh! Claro que si, he traído a un amigo que necesita ayuda urgentemente...- dedicó una mirada a Shuichi que no sabia donde esconderse al darse cuenta de que esa “ayuda” iría dirigida a él.

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-NO! No pienso probarme eso!- gritó el de cabellos rosados apartando la mirada de aquella ropa.

-Vamos Shuichi, seguro que a mi hermano le encanta.-

-He dicho que no!-

-Uhm, asi que no quieres ponerte esto... pero bien que te pones un vestidito de nena verdad?- Tatsuha lo miró de reojo, recalcando el tono irónico en sus palabras.

Shuichi enrojeció aun mas de lo que ya estaba, deseaba que la tierra se lo tragase, como había podido llegar a aquella situación? Y ahora estaba en ese tipo de tienda, viendo ante sus ojos un montón de cosas extrañas y pervertidas, y esa ropa... la que tanto le estaba insistiendo Tatsuha en que se probara.

-Vamos Shuichi, pruébatela, solo eso, si no te gusta, la dejamos aquí.- insistió el menor de los Uesugi poniendo cara de niño bueno.

El cantante volvió a mirar las prendas que tan amablemente y ya algo desesperado sujetaba el dueño del establecimiento.

-Esta bien... pero solo me la pondré un momento!-

-En ese caso... ahí tienes los probadores.- le indicó aquel hombre lleno de tatuajes y piercing entregándole la ropa.

Shuichi suspiró pesadamente, entrando con pereza en los probadores, los cuales eran bastante reducidos y se separaban del resto de la tienda por una cortina negra.

-Este chico no puede seguir siendo tan tímido, tiene que darle caña a mi hermano.- comentó Tatsuha con los ojos cerrados y expresión inteligente.

El menor de los Uesugi abrió los ojos de golpe al sentir como algo se posaba en su cabeza, comprobando seguidamente que se trataba de Kumagoro.

-Sakuma-san! Donde estabas?- preguntó volviéndose hasta encontrar los juguetones ojos azules del cantante.

-Kumagoro estaba mirando unas cositas na no da.- sonrió mientras jugaba despreocupadamente con el peluche ante la mirada de sorpresa del dueño. –eto... donde esta Shu-chan?- miró de un lado a otro buscando a su amigo.

-Jeje, Shuichi esta probándose una cosa, dentro de un rato lo veremos...-

-Probándose una cosa no da?- un gesto de confusión se dibujó en su rostro.

La cortina del probador se movió un poco, consiguiendo atraer la atención de los tres que allí estaban. Enseguida una cabecita rosada asomó por la pequeña abertura, cubriendo el resto de su cuerpo con la tela de la cortina.

-Eto...- la cara de Shuichi apareció con una risita nerviosa.

-Ya has acabado?- preguntó Tatsuha bastante ilusionado, mientras Kumagoro saludaba a Shuichi con su patita.

-Bueno... es que... no se ponerme esto...- se llevó una mano a la cabeza bastante nervioso y sonrojado.

Tatsuha y el dueño suspiraron resignándose, al parecer al pequeño cantante le haría falta algo de ayuda... o eso, o desistir en el intento de que se pusiera esa ropa, cosa que Tatsuha no estaba dispuesto a permitir.

Shuichi observó con una mueca nerviosa como aquel hombre tan grande se acercaba a él paso a paso, con una extraña sonrisa haciendo juego con sus ojos oscuros. Tras adentrarse en el probador con el cantante, volvió a cerrar la cortina completamente.

-Esto es desesperante.- volvió a suspirar Tatsuha. –uhm? Que es eso?- dedicó una fugaz mirada a una de las estanterías que estaban cerca de él. –estupendo... esto me falta en mi colección!- fue a caminar en dirección a esta cuando sintió como alguien le tirada de la tela del pantalón. Bajó la mirada encontrándose con el rostro sonriente de Ryuichi, quien jugaba con Kumagoro sentado en el suelo.

-Tatsuha-kun, crees que aquí habrá algo para Kumagoro no da?- hizo un gesto mostrándole al conejito.

-Para Kumagoro...- se cruzó de brazos con expresión pensativa. –no lo se, pero para ti seguro que hay muchas cosas, no te gusta nada?- sonrió esperanzado.

-Mmmm... si Kumagoro no tiene nada... Ryu-chan tampoco.- volviendo a sonreír centró de nuevo su mirada en el peluche para seguir jugando con él.

-*Tengo que encontrar algo para Kumagoro!*-

De nuevo el movimiento de las cortinas atrajo la atención esta vez de ambos. El dueño del establecimiento salió del probador suspirando para sonreír seguidamente.

-Se había hecho un lío con las cuerdas y las correas...-

-*cuerdas... correas...*- pensó Tatsuha casi babeando.

-Y donde está Shu-chan no da?- Ryuichi se levantó acercándose al probador sujetando a Kumagoro contra su pecho.

-Bueno... no quiere salir, dice que le da mucha vergüenza.- contestó el dueño.

-Shuichi! Deja de jugar al escondite na no da!-

-No, no voy a salir así a ningún sitio!- el cantante de cabellos rosados asomó de nuevo tímidamente la cabecita, sujetando con fuerza la tela negra.

-Shuichi, deja de hacer el tonto.- le gritó su cuñado con impaciencia. –si no sales tu, te saco yo.-

-Vamos, Shu-chan, sal de una vez! Kumagoro quiere verte no da!- Ryuichi tomó la tela negra con su mano derecha, y de un solo tirón la descolgó, dejando ver ante todos el cuerpo del cantante con aquella ropa.

Shuichi ni siquiera intentó cubrirse, se había quedado paralizado ante esas miradas que se centraban en él, miradas que bien podían definirse como lascivas.

-Lo ves Shu-chan, no era tan difi...- el cantante de NG enmudeció dejando caer el peluche al suelo cuando abrió los ojos y descubrió lo que se mostraba ante ellos.

La perfecta figura del pequeño cantante se delineada deliciosamente gracias al cuero negro que componía aquellas prendas. Consistía en un top de cuello redondo, bastante escotado, que bajaba totalmente ajustado por su torso hasta cubrir poco mas abajo del pecho. Dos aberturas se extendían desde algo mas arriba del pecho hasta el final de la prenda, las cuales eran cruzadas por unas finas cuerdas negras también de cuero, atándose al borde de la prenda, dejando entre ver la sedosa piel del pecho, al igual que los sonrosados pezones.

Unos pantalones que acababan poco mas abajo del comienzo del muslo se ceñían estupendamente a la cadera. Estos estaban adornados por una cremallera plateada en el centro, y unas pequeñas aberturas en sentido vertical también atadas por cuerdas una a cada lado del pantalón, mostrando a través de ellas la exquisita piel de las caderas.

Como complementos llevaba unas botas también negras con algo de plataforma. La bota de su pierna derecha cubría hasta un poco mas de media pierna antes de llegar a la rodilla, atándose a esta con una fina correa también de color negro con hebilla plateada. Tres correas mas rodeaban el resto de la pierna, acabando la ultima a medio muslo. La otra pierna era cubierta hasta algo mas arriba de la rodilla por otra bota, atada igualmente que la de la pierna contraria. A medio muslo se hallaba una fina cuerda negra que lo rodeaba varias veces, dejando caer los extremos de esta hasta pasada la rodilla.

Sus muñecas eran adornadas cada una de forma diferente; en la derecha se enredaba otra cuerdecita negra de la misma manera que en el muslo, mientras que la muñeca izquierda era cubierta por dos finas correitas también de hebillas plateadas, una cruzada con la otra.

Como complemento final podía apreciarse un delgado collar con hebilla y adornos plateados rodeando el fino cuello del cantante, proporcionándole un aire aun mas excitante a aquel atuendo que combinaba perfectamente con el brillo de sus ojos violetas y el sonrojo de sus mejillas, haciéndolo ver adorable y sensual a su vez.

-Vaya cuñadito... me parece que con mi hermano esto no te va a durar puesto ni un minuto, si es que no te lo quito yo antes...- comentó Tatsuha con los ojos bien abiertos clavados en el cantante.

-No voy a aparecer delante de Yuki con esto! No quiero!- lloriqueó antes de darse media vuelta para volver a entrar al probador.

-Shuichi.- la voz de Ryuichi a la vez que este lo sujetada del brazo, le hizo girarse hacia él encontrándose con unos intensos ojos azules clavados en él. –realmente... te ves sugerente, deberías hacer caso a Tatsuha y usar esa ropa.- le aconsejó con una suave sonrisa sin dejar de mirarlo con aquella intimidante expresión.

Aquella intensa mirada se perdía en él, en sus ojos violetas y en el sonrojo de sus mejillas; al igual que lo habían hecho anteriormente sobre su cuerpo, en cada parte de su piel desnuda y bronceada.

El cantante de cabellos rosados se sintió algo incomodo, no solo por la ropa; también por las miradas de varios clientes que desde que había salido no lo habían abandonado, y la actitud de Ryuichi, esa actitud que siempre conseguía desconcertarlo y hacerle poner nervioso.

-Eto... yo...- bajó un poco la cabeza rompiendo el contacto visual con el cantante de NG.

Ryuichi suavizó su expresión, soltando el brazo del chico para agacharse a coger a Kumagoro del suelo. Al subir, no pudo evitar que su mirada volviera a recorrer las piernas del pequeño, al igual que esta se detuvo por un segundo en la piel del abdomen tras recorrer lentamente la piel de las caderas que quedaban al descubierto tras las cuerdecitas. Suspiró incorporándose totalmente, consiguiendo esta vez una mirada infantil.

-Te presto a Kumagoro no da.- le extendió al peluche con su típica sonrisa inocente. –seguro que él te ayuda.-

El cantante de BL observó por un momento al conejito, después volvió a centrar su mirada en Ryuichi para devolverle la sonrisa y tomar al peluche entre sus brazos.

-Si! Estas genial Shuichi!- gritó Tatsuha al ver como el cantante tomaba al peluche rosado entre sus brazos, contrastando estupendamente con ese atuendo tan atrevido.

-Tatsuha-san! Deja de ponerme nervioso! Ni siquiera se como he accedido a ponerme esto! Asi que no me enfades mas de lo que ya estoy!- lo amenazó señalándolo con el dedo a la vez que su cara se dibujaba un gesto de enfado.

-Jijijijiji, después me lo agradecerás. Es mas, cuando sales a cantar usas muy poca ropa o no?-

-Eh? Si vale, pero... pero no como esta! Además, siempre llevo algo largo que me cubre!-

-Si, si, si... excusas...-

-Mmmm... te falta algo no da.-

Los dos muchachos que discutían y el dueño del establecimiento que intentaba calmarlos, se volvieron a mirar a Ryuichi que permanecía con un gracioso gesto el cual indicaba que estaba pensando.

-Ocurre algo Sakuma-san?- el menor de los Uesugi se volvió a mirarlo prestándole toda su atención, lo mismo a su ídolo se le había ocurrido el comprar algo para hacer un trío o algo similar....

-Que se te ha ocurrido?- preguntó Shuichi con algo de miedo, que mas le iban a hacer ponerse?

Ryuichi contestó con una sonrisa traviesa.

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Cinco minutos mas tarde, los tres estaban dentro de una salita acompañados por el dueño del establecimiento, menos mal que aquel hombre era bastante simpático si no, ya hubiera acabado echándolos de su tienda por agotamiento de paciencia y escándalo publico.

-Como es que yo no sabia de esto?- Tatsuha lo recorría todo con la mirada, sorprendido de no haber descubierto antes esa pequeña sala dentro del establecimiento.

-Por que no lo preguntaste...- le contestó el hombre con una sonrisa.

-Tampoco sabia que hacíais estas cosas aquí...- se defendió el moreno.

-Esta todo dentro del negocio muchacho.- le dio una palmada en la espalda soltando una risotada. –y bien, cual te gusta chico?- preguntó dirigiéndose a Shuichi quien había pasado de estar completamente ruborizado a palidecer en el mismo momento en que comprobó de que se trataba todo aquello.

-Jeje, es una buena idea cuñadito, seguro que un tatuaje te sienta genial con esa ropa.- señaló de forma despreocupada la ropa que aun llevaba puesta el cantante quien le dedicó una mirada de pocos amigos en respuesta.

-En ese caso, escoge el que mas te guste.- le indicó el dueño señalándole donde estaban los muestrarios.

-Que? Pero.. pero... yo aun no he dicho que quiera hacerme un tatuaje!.-

-Vamos, vamos, no seas tonto, seguro que te sienta muy bien.- con una sonrisa, Tatsuha comenzó a empujar al cantante para que este se acercara a los muestrarios, donde Ryuichi hacia un buen rato que observaba todo lo que allí se exponía.

Echó una ojeada a los dibujos y símbolos, al parecer no le quedaba mas remedio. Pero... no pidan obligarle ha hacerse algo asi! Un tatuaje seria para toda la vida! Y que pasaría si a Yuki no le gustase? Tendría un gran problema entonces.

-Shu-chan! Mira este no da!- el cantante de NG le señaló uno que le había llamado la atención desde que había comenzado a examinar el muestrario en busca de la opción perfecta para su amigo.

El tatuaje en cuestión, eran dos símbolos masculinos entrelazados, de un tamaño pequeñito y líneas bastante finas y de color negro.

-Eh.. pero ese tatuaje...- se sonrojó al observar el pequeño simbolito.

-Uy, no te gusta Shuichi? A mi me parece muy bonito y a Kumagoro también.- el cantante de ojos azules sonrió despreocupadamente.

-Si! A mi también me gusta.- aprobó Tatsuha a la vez que asentía con la cabeza –además, seria muy adecuado no crees?-.

-Vaya, así que este os ha gustado...- comentó el dueño. -Bien antes que nada, tengo que saber donde vas a hacértelo.-

-Bueno yo... no se si quiero hacérmelo...-

-Se lo hará aquí.- intervino Ryuichi posando su dedo índice sobre la piel del vientre de Shuichi.

-Oh, si, buena elección Sakuma-san, ese es un buen lugar aunque yo estaba pensando en otro...-

-Prefiero no saber donde...- los ojos violetas le dedicaron una mirada amenazante a su cuñado.

-En ese caso... te dejo en manos de esta chica tan guapa.- el dueño señaló a una muchacha de ojos verdes y melena castaña que lo esperaba con una sonrisa, consiguiendo que Tatsuha babeara nuevamente.

-Esperad! Aun no he dicho que si!.-

-Vamos cuñadito te quedara genial.-

-Genial na no da!-

-NO! Un momento! Me lo tengo que pensar! KYAAAAAAAAAAAAA AYUDA!!!!!!!!!!!!!!!!.-


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Una hora mas tarde en el mismo lugar...

-Cuanto tarda.- Tatsuha cruzó los brazos apoyándose sobre el mostrador.

-Te voy cobrando mientras que acaban?-

-Si, será mejor, ya ajustaré cuentas con Shuichi mas tarde jijijijiji.- sacó de su bolsillo la cartera para coger su adorada tarjeta de socio habitual del establecimiento.

-Bien son... eh?- los ojos oscuros de aquel hombre se centraron en Ryuichi quien había llamado su atención tirandole de la manga de la camisa.

-Tienen algo para mi Kumagoro na no da?-

-Que?-

-Es que quería darle una sorpresa, y quiero aprovechar que ahora esta cuidando a Shu-chan.-

-Bueno... no, no tenemos nada...- sonrió con nerviosismo ante la mirada esta vez llorosa del cantante. –pero... podemos mandar a hacerle algun trajecito a medida.- sus palabras consiguieron que el rostro de Ryuichi se adornara con una sonrisa.

-Ya hemos acabado.- la muchacha salió de la salita, seguida de Shuichi completamente pálido y ojos brillantes, sosteniendo temblorosamente a Kumagoro en brazos.

-Shu-chan! Déjame verlo na no da!- se acercó corriendo a su amigo, deteniéndose frente a él en el momento que observó la mala cara que este traía. –uy, te sientes bien?-

-El chico se ha desmayado.- sonrió la muchacha ocultando una risita.

-Debí imaginármelo.- Tatsuha se encogió de hombros. Shuichi ni siquiera se molestó en contestarle, ya se encontraba demasiado mal como para pelear en ese momento. –pero al menos te lo has hecho verdad?-

-Mmmm... si, se lo ha hecho no da.- sonrió tras observar y señalar el pequeño simbolito sobre la piel del chico quien suspiró resignado.

-Misión cumplida! En ese caso, ya podemos irnos a casa, te espera una noche muy movidita eh cuñadito?.- Con tono de burla se acercó al de cabellos rosados, dándole un par de golpecitos en el costado con el codo.

-Te matare por esto Tatsuha-san, te lo juro.-

-Un momento...- interrumpió la muchacha de ojos verdes.

-Quieres una cita conmigo encanto?- Tatsuha rodeó con su brazo la cintura de la muchacha quien el dio un codazo en pleno estomago consiguiendo que el moreno la soltase para llevarse ambas manos hacia el lugar del golpe.

-No dejaré que este chico se marche sin algo...- guiñando un ojo caminó hasta el mostrador, sacando de un cajoncito una fina cinta negra cuya textura podía asemejarse al cuero.

Los demás la siguieron con la mirada, incluso Shuichi que parecía estar ya mas recuperado del susto. Aunque nuevamente sentía que volvería o a palidecer o en enrojecer de un momento a otro, que se creían que era? Una muñeca?.

La muchacha se acercó al cantante, colocándose frente a él, y tomó un mechon rosado de su cabello para entrelazar ágilmente la cintita en él, atándola en un pequeño nudo dejando que los extremos cayeran sobre su hombro hasta la altura del pecho.

-Perfecto!- exclamó dando una palmada. –era el toque que te faltaba.-

-Pe... pero, no es demasiado... eto...- comentó Shuichi con evidente nerviosismo.

-Femenino?- contestó la muchacha a modo de pregunta. Shuichi solo asintió algo avergonzado. –para nada! Te ves muy sexy y esa cinta te da un toque inocente. Seguro que a tu chico le encanta.- volvió a guiñarle un ojo consiguiendo que el cantante se sonrojara aun mas ante el comentario.

-Oh! Shu-chan! La señorita tiene razón no da.-

-Verdad que si?- miró a Ryuichi con satisfacción, quien le contestó con una sonrisa infantil.

Shuichi sonrió tratando de ocultar su nerviosismo, puede que después de todo, aquello saliera bien...

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Shuichi abrió con torpeza la puerta principal del apartamento, entrando inmediatamente en él.

-Oye, no vayas tan deprisa, que pasa si mi hermano te ve antes de tiempo?- protestó Tatsuha mirando de un lado para otro.

-Que? Encima me estas recriminando? A quien demonios se le ha ocurrido la brillante idea de que me venga desde la tienda así vestido?- el cantante de cabellos rosados se señaló a si mismo con un gesto bastante enfadado. –tienes suerte de que no hubiera demasiada gente en la calle a estas horas!-

-No teníamos mucho tiempo, además, seguro que te volverías a liar si tuvieras que ponerte de nuevo todo eso.-

-Shu-chan, no te gusta la chaqueta que te dejé para que no tuvieras frió no da?-

-Eh? Si, si, claro que me gusta pero.. aun así... la chaqueta no me cubre entero.- suspiró pesadamente.

-Shuichi escóndete rápido!- de un empujón lo sacó fuera del apartamento, cerrando la puerta de entrada de un portazo.

-Yuki-chan!- Ryuichi corrió a abrazar al rubio quien se había detenido frente a la entrada, observando la extraña actitud de su hermano.

-Jeje, hola hermanito.- lo saludó con la mano.

-Por que armáis tanto escándalo?-

-Eh bueno... ahora mismo nos vamos otra vez, solo hemos venido a dejar algo jeje.-

Eiri dedicó una mirada desconfiada a su hermano, deshaciéndose a su vez del “abrazo” del otro cantante para después comprobar como Shuichi no estaba por ninguna parte.

-Eto... si buscas a Shuichi.. el nos esta esperando en casa de su amigo jeje.-

-Si os vais a ir largaos de una vez, quiero dormir tranquilo.- el escritor se alejó de allí apagando todas las luces a su paso hasta adentrarse en su dormitorio donde tenia pensado leer un rato antes de dormir.

-Uf, por poco...- Tatsuha suspiro tranquilo.

-Donde esta Shuichi na no da?-

-Es verdad!- abrió la puerta encontrándose de inmediato al cantante con los brazos cruzados y expresión amenazante. –uy, lo siento cuñadito, pero no podía dejar que te viera aun.-

-Estas me las vas a pagar!-

-Si, si, seguro que después vienes agradeciéndomelo, y mis favores no son nada baratos.-

-Yo no te he pedido ningún favor!-

-Lo que tu digas, pero ahora tienes trabajo que hacer, así que... nosotros nos vamos y volveremos bastante tarde.- sonrió traviesamente mientras sacaba a Ryuichi de allí con él.

-Un momento na no da!- el cantante se acercó a su amigo. –por si lo necesitas.- Shuichi asintió en respuesta a la vez que tomaba a Kumagoro de nuevo en brazos. –pásatelo bien.- le susurró al oído con voz sensual.

Inmediatamente se alejó del pequeño diciéndole adiós con la mano y saliendo del apartamento con Tatsuha quien sonreía orgulloso de su plan y comenzaba a hacer planes de lo que podría ocurrir aquella noche con su adorado Sakuma.

Antes de cerrar la puerta del todo, volvió a aparecer la cara de Tatsuha frente a Shuichi quien lo miro ya bastante exasperado.

–Ah si, un consejito Shuichi... no te olvides de “prepararte” antes de entrar a la habitación, no sea que ocurra un accidente y ensucies el traje antes de tiempo!-

-Tatsuha-san eres un idiota!- gritó completamente rojo gracias al comentario de su cuñado, cerrando al puerta de una patada.

Shuichi suspiró pesadamente cuando por fin se encontró allí solo, y con Yuki en la habitación apunto de irse a la cama...

-No puedo! Me da vergüenza!- murmuró mirando al conejito de peluche. - Pero tengo que hacerlo! Verdad Kumagoro?- le sonrió recibiendo otra sonrisa por parte del peluche...

Se dirigió despacito a la habitación, deteniéndose frente a la puerta del baño tras recordar lo que su cuñado le había aconsejado. -*es un idiota* aunque... quizás sea lo mejor...-

Cinco minutos mas tardes, Shuichi había salido del baño, tomando nuevamente al conejito en brazos, ya que lo había dejado fuera... se detuvo tras la puerta de la habitación y alargó el brazo tomando el pomo de la puerta a la vez que dejó escapar un hondo suspiro.

-Todo sea por mi Yuki!-



Continuara.... :P


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