lunes, 17 de agosto de 2009

DREAM WITHIN Ch.13

By Chekie Girls



Cap. 13



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Tohma entró en la sala de estar al final de la tarde, se hallaba agotado, dirigir un reino a distancia no era una cosa fácil, pero pronto Eiri se casaría y él podría regresar a sus dominios y poner fin a ese asunto fastidioso que le causaba tantos dolores de cabeza.

Al ver a Eiri sentado en una de las mesas pequeñas arrimadas a uno de los ventanales se sorprendió mucho. El rubio no era el tipo de persona que lo buscaba para charlar, y no estaba allí porque esa era la única sala para tomar el te, de hecho Eiri no tomaba te.

Había algo sospechoso en su postura dejada en la silla, en su mirada extrañamente opacada y perdida, ni siquiera estaba en guardia como era normal en él y su respiración sonaba con dificultad ¿acaso estaba herido?.

Eiri sintió un movimiento de ropas en la entrada y volteo, al ver a Tohma sintió nuevamente como se revolvía en su estomago la ira. Suspiro cansadamente y se puso de pie dirigiéndose hacia el hombre de ojos verdes que lo veía expectante.

- Tohma hasta cuando crees que puedes dirigir mi vida?- preguntó con tono frió.

Aquella pregunta descoloco a Tohma, a que se refería Eiri con eso? acaso ya sabia lo de su esclavo? y porque estaba tan descompuesto? Demonios! lograr que el rubio le respondiera a todo eso iba a costarle.

- Eiri te sientes bien, te noto algo pálido y desaliñado.- pregunto preocupado Tohma.
- Realmente te importa?.- le dijo con sarcasmo.
- Claro que si!.-
- Entonces porque no me dejas de una maldita vez en paz!- le gritó dejando ver en sus dorados ojos una mirada de rabia. -no se si es que piensas que tengo el coeficiente de un crió de 12 años como para no saber manejar mi vida. No puedes simplemente tener un hijo y dejarme en paz? - dijo molesto.
- Eso es muy duro Eiri, sabes que me meto en tu vida porque te aprecio y junto a tu hermana quiero lo mejor para ti.- respondió con tono calmado.
- Eso incluye maltratar a las personas a mi alrededor? Que pretendías mandando a golpear y ultrajar a mi esclavo? Fue porque tuvo éxito en la empresa en la que siempre has fracasado?.-

A Tohma casi le da un infarto, Eiri se había enterado de todo y ni habían pasado dos días de aquello! eso le sucedía por tratar con incompetentes... pero en el fondo esas palabras implicaban muchas cosas... dolía... porque todo eso estaba escondido y Eiri lo había visto, talvez él realmente se había vuelto muy egoísta y posesivo con el rubio, pero algo si tenia muy en claro y eso era que ese chiquillo iba a lastimarlo.

- Tarde o temprano ese chiquillo se te saldria de las manos Eiri y terminaría haciéndote daño.-respondió Tohma esta vez con tono frió.
- No me iba a hacer daño, en cambio yo estoy tan corroído que he logrado mancharlo con mi monstruosidad.-
- ¿Como puedes decir eso? El es él culpable de todo no tu, él se la pasaba molestándote todo el día. Tu no eres ningún monstruo Eiri.- tomó aire para proseguir en sus palabras. -Ese chico tiene la culpa. Ves? mira tu estado! porque estas asi si no es por su causa?!. Eiri se quedo callado, como pensando en lo que acababa de decirle el de ojos verdes. -realmente vale la pena?- insistió Tohma al no obtener respuesta del rubio, el cual con mirada inquisidora, dejó escapar solo una palabra, su respuesta.
- Si...- el mismo príncipe se sorprendió al decir aquella palabra, se sorprendió por la importancia que estaba aceptando otorgarle a su esclavo, realizando que aquello no era un simple capricho. Tohma le miro con sorpresa sintiéndose incomodo.
- Deberías preocuparte mas por tu prometida que por lo que le suceda a un simple esclavo, eso no es menester de un futuro rey. Recuerda que en dos días te casaras y adquirirás nuevas responsabilidades, acaso no soy yo un ejemplo?.-
- Nunca el águila malgastó tanto su tiempo como cuando se avino a aprender del cuervo. -dijo Eiri antes de marcharse azotando la puerta.

Tohma extenuado y cansado se acercó a la mesa del te, y se sentó absorto en el silencio de la habitación, sin poder olvidar las duras palabras que la había ofrecido aquella persona a la que solo intentaba proteger.

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Aquella conversación con Tohma había conseguido ponerlo de peor humor, siempre le ocurría cuando hablaba con aquel hombre, pero pensó que había hecho lo correcto, no podía dejar que el rubio de ojos verdes quedara inmune ante lo ocurrido, y mucho menos que pensara que le había hecho un gran favor. Se detuvo frente a la puerta de una habitación, tenia algo que arreglar, un asunto pendiente que no podía esperar mas tiempo.

Eiri tocó firmemente a la puerta, desde dentro se dejó oír la voz de una joven invitándolo a pasar. El rubio abrió la puerta, dejándose ver ante su prometida. Ayaka se levantó inmediatamente del sillón donde estaba sentada leyendo un libro, el cual cayó al suelo accidentalmente al ponerse en pie.

Eiri dirigió una fugaz mirada a este, comprobando como se trabaja de una novela de amor. Seguidamente se agachó a cogerlo y a entregárselo a su prometida con la mirada clavada en ella.

-Gracias... eres muy amable.- se sonrojó levemente ante la acción del príncipe. El rubio no contestó, se volteó a mirar el paisaje que se apreciaba desde aquel bacón. –ocurre algo?- pregunto algo miedosa, recibiendo como primera respuesta nuevamente la mirada de aquel hombre.
-Tengo algo que decirte.- Le dijo sereno. Ayaka solo asintió indicándole que tomara asiento.

Una vez se sentaron uno frente al otro, el silencio inundó la habitación por un momento, hasta que precedido por un leve suspiro, Eiri se decidió ha hablar

-Debo marcharme de viaje.- de nuevo el silencio se hizo presente envolviendo la habitación tras las palabras del príncipe y el sobresalto de su prometida.
-Por cuento tiempo?- preguntó temerosa, sin atreverse a mirarlo a los ojos mientras que entre sus manos sujetaba firmemente la tela de su vestido.
-No lo se.-
-Pero entonces...- Temió preguntar y obtener la respuesta que tanto miedo le daba. –que ocurrirá con nuestra boda?- por primera vez en aquella conversación tan incomoda se atrevió a mirar aquellos ojos dorados que tanto el intimidaban. Eiri guardó silencio. –la aplazaremos hasta que vuelvas verdad?- sonrió esperanzada en que esa fuera la intención de su prometido.

Eiri se levantó, Ayaka siguió con su mirada cada uno de los movimientos del príncipe, hasta que este se giró hacia ella provocando que ambas miradas se cruzasen.

-No habrá boda.- Eiri pudo apreciar como el rostro de la joven palidecía por completo, incluso se dio cuenta del leve temblor que la sacudió en aquel momento. –lo siento.-
-Entiendo, es por ese muchacho... he oído que se lo han llevado de aquí... Vas a ir a buscar a tu esclavo verdad?- las lagrimas comenzaron a asomar en sus ojos azules. –por eso vas a cancelar la boda, por que en realidad sientes algo por él.- sin poder evitarlo las lagrimas comenzaron a resbalar de sus ojos.

El rubio no dijo nada, una vez mas maldijo a su padre, no solo le había obligado a comprometerse con alguien que apenas conocía y mucho menos amaba, si no que por culpa de aquella estupidez dos personas habían salido heridas; la joven princesa y su esclavo. Apretó los puños con fuerza al recordar lo que esos tipos le habían dicho, lo que seguramente le habían hecho a ese chico para dejarlo en tan malas condiciones como para que decidiera huir de su lado.

-Eiri.- el rubio salió de sus pensamientos alertado por la voz femenina. –si no consigues encontrarlo... aquí estaré esperándote.- dibujó una sutil sonrisa que temblaba al tratar de ser mantenida en sus labios.

Eiri la miró un momento para seguidamente inclinarse ante ella y salir de la habitación. La sonrisa de la joven se rompió en el momento en que el príncipe cerró la puerta tras de si. Dirigió una mirada perdida al paisaje, al extenso jardín que se mostraba en él a la vez que lagrimas perdidas comenzaban a bajar por su rostro nuevamente.

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En un reino lejano de Ilion...

Los chicos se alejaron de la plaza en busca de sus caballos, se había hecho algo tarde con todo el jaleo de la búsqueda de uno y otro...

-Umh? Que es eso no da?- Ryuichi señaló curioso el paquetito que Hiro llevaba en las manos. El pelirrojo desvió su mirada también hacia el paquete.
-Ah, esto. Se me había olvidado, con todo el asunto de la búsqueda...- se llevo una mano a la cabeza sonriendo. –toma Shuichi, esto es para ti.- se acercó a su amigo extendiéndole el paquete.
-Para mi?- el chico lo miró sorprendido, seguidamente miró el paquetito pero sin llegar a cogerlo.
-Vamos! Quiero ver que es na no da!-
-Oh, si.- Shuichi lo intentó coger pero se hizo un lió con las manos debido a que las tenia ocupadas con las numerosas flores que Ryuichi le había regalado momentos antes. –Eto... quien me ayuda?- miro a los demás con expresión entre suplicante y divertida.
-Yo! Yo te ayudo!- Ryuichi le quitó el paquete a Hiro de las manos, este lo miró casi sin darse tiempo a reaccionar.
-No era asi como me tenias que ayudar...-
-Ryuichi... dale eso a tu amigo.- le indicó K al chico que se había hecho dueño del regalo.

Shuichi lo miró divertido, al parecer Ryuichi no había cambiado en nada, seguía siendo el mismo de siempre. Después de darle las flores a Hiro para que las sujetara, se acercó al joven rey que estaba a punto de llorar debido a que K no le dejaban abrirlo.

-Lo abriremos los dos.- Shuichi le sonrió a lo que Ryuichi le extendió el paquete para que lo abriera él.

El chico de ojos violetas lo tomó entre sus manos, lo miró curioso y seguidamente se decidió a abrirlo. Ryuichi daba saltos rodeándolo tratando de ver que contenía el famoso paquetito.

-Hiro! Es precioso!- sus ojos se abrieron brillantes al ver el bonito cinto que tenia entre sus manos. –es para mi de verdad?- el pelirrojo asintió sonriendo. –gracias! Es muy bonito!-
-Pense que te sentaría bien.- se llevó una mano a la cabeza.
-Shu-chan estará muy guapo verdad Kumagoro?- el peluche “dijo que si” con la cabecita.
-Ok, esta muy bien todo eso, pero tenemos que irnos.- Los demás miraron al rubio que comenzaba a andar avanzando algo del camino.

Siguiéndole, los otros tres se dirigieron en la misma dirección, Shuichi sonriendo a la vez que dedicaba mas de una mirada a la fina tela entre sus manos, Ryuichi dando vueltecitas y jugando alrededor de él, y Hiro aun con las flores en las manos...

Llegaron a donde estaban sus caballos, K no tardó en montar en el suyo para esperar impaciente y con arma en mano, a que los demás hicieran lo mismo. Hiro se encaminó a montar en el suyo, colocando el ramillete entre las cosas que llevaba. De momento no tenia ninguna gana ni curiosidad por comprobar como funcionaba el artilugio que sostenía el rubio...

-Vamos Shuichi, te ayudare a subir.- el de cabellos rosados trató de ir con Hiro pero alguien abrazándole desde atrás posesivamente le impidió dar un solo paso.
-Shuichi viene con nosotros na no da.- Ryuichi con Kumagoro en la cabeza y sin soltar a Shuichi, miró al pelirrojo con expresión de niño caprichoso que se sale siempre con la suya.
-Eh... yo....- Shuichi trató de decir algo.
-No quieres? No quieres montar en el caballo con Kumagoro y conmigo?- sus ojos se volvieron vidriosos a la vez que en su cara aparecían varias muecas que anunciaban que rompería en llanto de un momento a otro.
-No, no es eso, es que yo venia con Hiro y...- se llevó una mano a la cabeza nervioso.
-pero ahora vienes conmigo na no da.- apretó un poco mas el abrazo con intención de elevar a Shuichi para llevárselo hasta su caballo, pero el quejido que escapó de los labios del chico de ojos violetas debido a sus recientes heridas le hizo soltarlo de inmediato.
-Te he hecho daño Shu-chan? Estas bien na no da?- comenzó a dar vueltas alrededor del chico mirándolo de arriba abajo para comprobar que seguía entero.
-No pasa nada, estoy bien.- Shuichi intentó quitarle importancia esbozando una sonrisa algo forzada.

Hiro los miraba subido ya en su caballo, estaba preocupado por su amigo, a pesar de que el chico estaba mejor de ánimos, sus heridas eran demasiado recientes y dejarlo en manos, mas bien a lomos del caballo de ese “loco” le parecía una autentica locura.

-No problem, aunque no lo parezca Ryuichi sabe muy bien lo que hace jajajaja.- Hiro lo miró con algo de sorpresa, sobresaltándose al oír la voz del rubio tan de cerca.
-Como sabias lo que pensaba?-
-Is secret.- Sonrió. El pelirrojo se alejó un poco de aquel hombre, desconfiaba un poco de él, le parecía algo extraño. Mientras tanto, K lo miraba divertido.

El rubio se acercó donde estaban Shuichi y Ryuichi con su mágnum en la mano. El chico de ojos violetas lo miró asustado mientras el otro lo miraba con una inocente sonrisa, como si el ver a aquel hombre con aquel arma fuera lo mas habitual del mundo.

-Time is over. Es tarde, nos queda un largo viaje por hacer hasta llegar al reino. Asi que andando.-
-Que? Pero... pero... si tu dijiste que llegaríamos antes del anochecer, que no podía seguir jugando por que llegaríamos tarde na no da.-
-Y de que otra forma podría convencerte para que te dieras prisa?- sonrió satisfecho.
-Eres malo K! Me mentiste. Buaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa yo quería seguir cantando en la plaza!- abrazó a Kumagoro mientras se tendía en el suelo pataleando.
-Ok, ya basta Ryuichi.- el rubio ya empezaba a cansarse de la situación, apuntando con su mágnum justo a la cabeza del chico.

Hiro y Shuichi los miraban asombrados, si se lo hubieran contado no se lo hubieran creído... aunque Shuichi conocía a Ryuichi, fue ese mismo día cuando conoció al otro hombre, y por su puesto no sabia nada de él, pero a partir de ese momento procuraría no desobedecerle demasiado.

-Vamos, no llores, iré contigo y con Kumagoro en tu caballo. Y nos divertiremos durante el viaje.- el joven esclavo se acercó con una sonrisa temblorosa en su rostro, mirando de reojo al rubio, temeroso de que esa extraña arma atentara contra él.
-Si! Será un viaje muy divertido na no da!.- enseguida se levantó para tomar las manos del chico y conducirlo hasta su caballo. –Mira Shu-chan, te acuerdas de blanquito?- Shuichi asintió con una sonrisa forzada. La verdad es que nunca se había llevado demasiado bien con ese caballo...
-Blanquito?- una mueca extraña se dibujo en la cara de Hiro al ver al caballo... curiosamente este era un ejemplar de color negro, completamente negro.

Ryuichi se subió a lomos de blanquito, le tendió la mano al otro chico para ayudarlo a subir. Shuichi lo pensó un poco antes de subir a lomos de ese caballo, pero finalmente tomó la mano del joven rey y se colocó tras él.

-Vas bien allí detrás Shuichi?-
-Si estoy bien.-
-Sujétate fuerte, blanquito es muy revoltoso na no da.- Shuichi tragó saliva, enseguida recordó que blanquito era uno de los caballos mas salvajes que Ryuichi tenia en sus establos, y también recordó como a este le encantaba montarlo como si estuviera en un rodeo.

Shuichi tuvo que sujetarse a la ropa de Ryuichi nada mas comenzar a andar, ya que casi cae al suelo cuando el joven ordenó a su caballo que comenzara a andar y este obedeció la orden haciéndolo bruscamente.

De esta forma prosiguieron su viaje.

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Aun era de madrugada cuando Eiri decidió ir a preparar su caballo, lo haría él mismo, así lo había decidido, cuanto menos sospechas levantase mejor seria para él. Aunque los mozos que se encargaban de hacerlo trabajaban desde bien temprano, a esa hora aun estarían dormidos, dejando vía libre al joven príncipe. Al salir de su habitación no se había percatado de cómo una persona si lo había visto salir de esta, una persona que había estado bastante atenta a todos sus movimientos desde que se enteró de la desaparición de Shuichi...

Con pasos furtivos y asegurándose de que Eiri no volvería en un rato, un hombre entró cuidadosamente en la habitación del príncipe, observando sobre la mesa que este utilizaba para escribir un mapa, en él había varios lugares marcados, pero uno destacaba especialmente en su marca...

-Sindhar? Piensa ir a Sindhar..... y no me ha dicho nada? Como se atreve? Esto no se le hace a un hermano!- Tatsuha se contuvo de pisotear el mapa, había estado actuando sigilosamente para descubrir los planes de su hermano, y no iba a estropearlo ahora. –esta bien hermanito, tu lo has querido... JAJAJAJA...- tapándose la boca con ambas manos debido a su escandalosa risotada, salió de la habitación dejándolo todo en perfecto estado, tenia varias cosas que hacer antes de poner en marcha su plan. –my honey Ryuichi...-

Después de preparar su acaballo, Eiri entró apresurado y decidido a sus aposentos, mientras su cabeza estaba cargada de pensamientos que emanaban de su interior, sintiéndose agitado.
Debía partir cuanto antes en busca de su esclavo, tenia una ligera idea de donde podría encontrarlo, solo era cuestión de buscar.

Revolviendo toda su habitación buscando las cosas mas importantes, se trataba solo de huir, de salir de aquel lugar. Era una breve narcosis contra el dolor y lo absurdo de la vida.

Procedió a esconder en la cámara secreta tras la chimenea sus escritos y demás cosas personales que no podía llevar consigo, ni dejar que fueran objeto de la vista publica. Dedicó a la habitación una ultima mirada antes de marcharse de allí silenciosamente.

Con la primera luz del día abandonó lentamente la ciudad que estaba desierta de aristócratas y llena de mercaderes. Había escogido un atuendo sencillo junto a la usual capa negra que usaba para pasear en el pueblo, necesitaba pasar desapercibido a toda costa.

Había decidido tomar la ruta hacia el oriente, pensando en que el propósito de Hiroshi seria alejar lo mas posible a Shuichi y quizás devolverlo a su reino, el pelirrojo no seria tan torpe como para regresar a su tierra natal, seria muy fácil ubicarle allí.

Sacó el mapa del bolso y rectifico nuevamente el trazo que había marcado en la noche, pensó que aquel seria el mejor camino que podría tomar hasta su destino. Realmente no estaba seguro si aquello era correcto o no, aquel camino que iba a recorrer no era digno de sus usuales metas, algún día tenia que salir de Ilion... Pero por primera vez en la vida quería atreverse, quería intentarlo ¿Que podía perder? Un reino y un matrimonio destinado al fracaso?.

Sin perder mas tiempo en pensamientos absurdos, golpeo suavemente el caballo con sus talones haciéndolo andar rápidamente.

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-Que significa que la boda se ha cancelado?- el rey estaba muy alterado, Ayaka había reunido a este y a su padre para hablarles del delicado tema.
-No habrá boda majestad, su hijo el príncipe Eiri, ha partido esta misma mañana, no se donde ni por cuanto tiempo.-
-Pero esa no es razón para cancelar una boda!- intervino el padre de Ayaka que aun estaba mas alterado. -Que haremos ahora? Este compromiso estaba apalabrado desde hace años, que ocurrirá ahora con la unión de los reinos?.-
-Mi hijo no puede suspender esa boda y marcharse sin dar explicación alguna.-
-Todo esto es una descortesía, esta todo preparado para un par de días! Hay que buscar una solución rápidamente, las cosas no pueden quedar así.-
-Mandaré a un ejercito de guardias para que busquen a mi hijo y lo traigan de vuelta por las buenas o por las malas. Tiene que cumplir con sus obligaciones, como príncipe y como futuro rey.-
-Ya basta.- ambos reyes miraron a la joven. –dejen que se marche.-
-Pero Hija, que estas diciendo?- su padre la miró sorprendido, es que su hija se había vuelto loca? Ella menos que nadie debía aceptar esa situación.
-Eiri jamás ha estado de acuerdo con este matrimonio, no puedo atar a mi lado a una persona que no va a ser feliz estando conmigo. No es justo para él, y tampoco es justo para mi.- miró a su padre seriamente, una mirada que aquel hombre no había apreciado jamás en su dulce hija. –si Eiri se ha marchado será para buscar su propia felicidad, esta bien así.- sonrió suavizando la expresión anterior de su rostro. –quiero que Eiri sea feliz.-
-Esto no puede estar ocurriendo!- habló nuevamente después de la explicación de su hija. - No dejare las cosas de esta manera, nadie juega conmigo y con mi reino.- se levantó de su sitio decidido a salir de aquella sala. –Ayaka, nos volvemos a nuestro reino en una hora, ten todo preparado.- después de mirar con desavenencia al otro rey salió de allí malhumorado bajo la mirada de los otros dos.

El rey suspiró pesadamente, ya se temía el por que de la “huida” de su hijo. Miró seriamente a la joven princesa, a lo que esta mantuvo una expresión serena.

-Mi hijo se ha ido a buscar a su esclavo, estoy seguro de ello.- Ayaka afirmó la suposición del rey asintiendo levemente. –me lo temía, traerle a ese muchacho fue lo peor que hice.-
-Se equivoca.- el rey la miro con sorpresa. –el que Eiri conociera a ese chico... es lo mejor que le ha pasado, estoy segura de ello.- sonrió sinceramente.

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El viaje estaba transcurriendo sin problema alguno, llevaban ya varios días de camino, parando en distintas ciudades, durmiendo en distintas posadas... Ryuichi estaba encantado con la idea de que Shuichi viajara con él, y mas aun a lomos de su caballo.

-Veis aquella ciudad?- K señaló al horizonte.
-Vamos a parar allí?- preguntó Hiro.
-Yes, pararemos para comer y pasar el resto del día, así podremos descansar del viaje.
-Si! Vamos a comer y divertirnos na no da! Tienes hambre Shuichi?- se volvió a mirar al chico.
-Si, un poco.-
-Y tu Kumagoro?- intentó mirar al conejito que permanecía sobre su cabeza a la vez que soltaba las riendas para cogerlo.
-Eh... no deberías soltar...-
-No pasa nada Shu-chan, blanquito es muy bueno cuando quiere no da.-
-Eso espero...- sonrió nervioso mientras observaba cada vez mas asustado como Ryuichi jugaba con Kumagoro mientras el caballo seguía andando.
-Kumagoro quieres llevar las riendas de blanquito? Pero tus manitas son muy pequeñas na no da. Ya se! Puedes subir a su cabeza.- Ryuichi se movió hasta alcanzar la cabeza del caballo tratando de subir al peluche en ella, pero en un movimiento golpeó con el pie uno de los costados de blanquito, y este salió al galope sin intención de detenerse.

Hiro los vio pasar a su lado, y enseguida puso a su caballo al galope para tratar de alcanzarlos. K se encogió de hombros y seguidamente hizo lo mismo.

-Arre! Arre! Blanquito na no da!-
-Dile que pare! Dile que pare!.- Shuichi se aferró fuertemente a la cintura del joven rey, quien se estaba divirtiendo con la situación.
-Tienes miedo Shu-chan?-
-Haz que pare!- tras un nuevo apretón por parte del chico en su cintura, Ryuichi tomó de nuevo las riendas consiguiendo tranquilizar al caballo hasta que este se detuvo.
-Ya esta, no pasa nada.- Shuichi aun abrazado al otro y con la cara escondida en su espalda, abrió los ojos aun asustado cuando sintió como el caballo se había detenido.

Ryuichi lo sitió temblar, y con una sonrisa puso su mano sobre la del chico quien deshizo enseguida el abrazo al sentir la mano del otro.

-Estas bien Shuichi?- Ryuichi se volteó a mirarlo con una expresión adulta. El chico solo asintió notando como su corazón aun parecía querer salir por su boca.
-Shuichi!- Hiro apareció al galope hasta detenerse a su lado. –estáis bien los dos?-
-Los tres!- zarandeo a Kumagoro.
-Si, si los tres... estáis bien?-
-Kumagoro y yo si, pero Shu-chan se asustó por mi culpa.- sus ojitos se volvieron vidriosos y comenzó a hacer pucheros.
-No, no pasa anda, ya estoy bien, es que me asustan un poco los caballos.- trató de sonreír.
-Todo bien?- K también se acercó a ellos. Los demás asintieron. –oh well, vamos a comer.-

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Consumio algunas viandas cerca de un claro antes de acercarse al pueblecito, de seguro allí podría hallar algún rastro de Shuichi y Nakano. Tres pueblos atrás se habían hospedado en una de las posadas.

Al ir a montarse en su caballo pudo oír el quebrar de algunas ramas secas. Entonces si lo habían estado siguiendo, tal y como sospechaba.

- Demando saber quien se oculta.- pronunció el rubio en voz peligrosa.

Pasaron unos segundos antes de que saliera un frustrado, desaliñado, hambriento y ojeroso Tatsuha de detrás de un árbol, Eiri se sorprendió tanto que casi se desmaya.

- Que rayos haces siguiéndome Tatsuha?!- preguntó molesto cruzándose de brazos.
- Hermanito!- gritó el moreno abalanzándose a los pies de su hermano colgándose de su pierna derecha.
- Suéltame...- gruño Eiri ante la acción de su hermano menor.
- Esta bien, esta bien. - dijo de forma conciliadora sentándose en la hierba.
- Que haces aquí, Siguiéndome?- preguntó nuevamente el rubio.
- Tienes algo de comer hermanito?- Tatsuha había evadido la pregunta con otra, acompañándola con una sonrisa grande en su rostro y mirada obsesiva.
- No! Ahora responde mi pregunta! - dijo malhumorado.
- Ma! esta bien. Estoy siguiéndote porque quiero acompañarte al reino de Sindhar.- respondió mirándole con decisión. -Y no lograras que me vuelva! quieras o no te seguiré!.- Eiri suspiró resignado y cansado ante la insistencia de su hermano menor.

Dios! solo estas cosas le pasaban a él, encima de tener que seguir el rastro a su esclavo, porque no era tan seguro que Hiro se embarcara hasta el reino de Sindhar, tenia que aguantarse a la molestia de su hermano.

- No podías escoger tu propio camino? tenias que seguirme a mi?- preguntó con resignación el rubio.
- Mira Eiri, yo quiero ver a Ryuichi y tu quieres encontrar a tu esclavo. Podemos ir juntos, además que estoy muy seguro que ambos nos necesitaremos en este viaje. Tu jamás has ido tan lejos, en cambio yo ya he ido a Sindhar antes, conozco sus costumbres y su idioma.- habló Tatsuha con total convicción.

un tic nervioso era desarrollado en la mejilla izquierda del rubio al escuchar todo lo que le decía su hermano menor. Si tenia la razón pero ese no era el caso!.

- Vamos.- dijo montándose en su cabello. -Apúrate si no quieres que te deje atrás.-
-Si!- El moreno hizo un gesto de victoria antes de correr a buscar su caballo que estaba escondido detrás de unos matorrales.

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Después del almuerzo continuaron su camino adentrándose en una especie de bosque en el cual podía apreciarse un bonito paisaje. Las ramas de los árboles dejaban pasar varios rayos de sol, el olor a hierba y el canto de los pájaros estaban presente en aquel lugar.

-Que es ese sonido na no da?- Ryuichi detuvo su caballo llevándose una mano cerca de la oreja para tratar de escuchar mejor.
-Yo no escucho nada.- respondió el chico que seguía montado tras él a lomos de su caballo.
-Si, escucha atentamente.- los dos se mantuvieron en silencio escuchando.
-Ocurre algo?- Hiro se acercó a ellos deteniéndose a su altura, seguido de K.
-Viene de allí no da.- Ryuichi volvió a hacer andar a blanquito en dirección donde creía haber escuchado aquel sonido. De nuevo Shuichi tuvo que sujetarse con fuerza a su cintura.
-No me lo puedo creer...- Hiro suspiró resignado, aquel viaje estaba siendo demasiado movido, mucho mas de lo que él pensaba.
-Jajajajaja, te preocupas demasiado, diviértete un poco.- K siguió a los chicos dejando atrás al pelirrojo con una mueca de desgana.

Ryuichi detuvo a su caballo en el mismo momento en que halló ante sus ojos azules lo que había estado buscando.

-Mira Shu-chan es precioso no da.- Shuichi volvió a abrir los ojos para enfocar ante ellos la hermosa vista de un riachuelo.

Un riachuelo de aguas cristalinas, las cuales corrían entre las rocas arrastrando algunas ramitas que recogía en las orillas del mismo.

-Que vista mas bonita.- por primera vez en todo el viaje, Ryuichi pudo ver como su amigo esbozaba una sonrisa sincera, el tipo de sonrisas que el recordaba en Shuichi.
-Oh, así que esto era lo que oías verdad Ryuichi?- K se acercó seguido de Hiro, quien también se quedo maravillado ante el paisaje. –es un bonito lugar, pararemos aquí un rato.- se bajó del caballo.
-Bien podremos jugar!- Ryuichi dio un salto bajando de blanquito, moviendo a Kumagoro de un lado a otro y de paso dejando a Shuichi solo sobre “esa bestia”.

Después de haber sufrido un buen rato intentando bajarse del caballo, Shuichi consiguió pisar tierra firma, alejándose del animal que comenzaba a mirarlo de una forma rara, o eso le parecía a él. Ryuichi salió corriendo hacia la orilla del riachuelo donde de descalzó y se remangó un poco los pantalones para entrar en el agua. El nivel de esta solo le cubría hasta casi llegar a las rodillas.

-Que te parece si tu y yo nos perdemos un rato?- el rubio se acercó a Hiro haciendo que este se sorprendiera ante aquellas palabras, juraría que incluso se había debido ruborizar un poco.
-Pero que estas diciendo?- gritó alarmado.
-Jajajajajaja, calma, solo quiero competir contra ti.- una expresión desafiante se dibujó en su rostro a la vez que dedicaba una mirada intensa al pelirrojo que le contestó de la misma manera después de haberse repuesto del susto.
-Eh Shuichi! Ahora volvemos.-
-Yo cuidare de Shu-chan na no da!- agitó la mano enérgicamente para hacerle señas a Hiro.
-Eso es lo que temo...- sostuvo una sonrisa nerviosa.
-Vamos.- K se alejó de allí seguido del pelirrojo.

–Shu-chan ven aquí!- Ryuichi hizo señas al chico para que le hiciera compañía.

Shuichi se acercó hasta la orilla, poniéndose de rodillas para mojar sus manos en el agua fresca para seguidamente salpicar su rostro.

-Que fresquita.- su sonrisa cambio a una expresión de confusión al comprobar como Ryuichi hacia movimientos extraños. –que haces?-
-Pescar no da.-
-Pescar? Aquí hay peces?- se inclinó un poco mas tratando de verlos.
-Si, si que hay mira.- señaló a varias truchas que corrían rió abajo. –lo ves?- Shuichi asintió sonriendo. –vamos pesca tu también, es divertido.-
-Pero... como vamos a pescar?-
-Con las manos.-
-Con las manos?-
-Si es muy fácil no da.- Ryuichi se concentró mirando fijamente al agua, al momento de pasar una de las truchas la tomó entre sus manos con un movimiento ligero y ágil. –lo ves?- sonrió sosteniendo al pez por la cola y mostrándoselo a Shuichi. –Inténtalo tu Shu-chan.- el de ojos violetas asintió para seguidamente hacer lo mismo que Ryuichi había hecho momentos antes y entró en el agua dispuesto a pescar.

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Llegaron a un claro, amarraron sus caballos a un gran árbol que allí había, K dio una vuelta alrededor de Hiro sintiendo la mirada interesada del pelirrojo sobre él, seguidamente se colocó algo retirado del chico mirándolo de frente.

- Ese tipo de armas siempre me ha parecido inútiles.- dijo K con actitud superior.
- Estas equivocado y puedo decirte perfectamente el porque.- respondió Hiro frunciendo el ceño.
- Según tu, porque la espada es mejor que una mágnum?- preguntó nuevamente el rubio.
- Porque jamás se le acaban las balas y no quedaras expuesto tan absurdamente ante el enemigo. Las únicas formas en que puedes quedar expuesto con tu espada es porque esta sea de mala calidad y se rompa, o que simplemente no seas hábil con ella, en cambio esas armas no son 100% seguras.- expuso el pelirrojo triunfantemente.
- Yo puedo probarte que por lo menos son muy certeras.- dijo K sonriendo afablemente mientras le dedicaba una mirada profunda al chico frente a si. - Que te parece si tenemos un duelo amistoso Hiroshi?.- lo miró desafiante y divertido a la vez.

Hiro estrecho sus ojos ante la proposición de K pensando en las consecuencias que traería aquello, no es que le tuviera miedo ni mucho menos a esas armas, mas miedo le tenia al que las usaba. Una gota de sudor corrió tras su cabeza ante aquel pensamiento. Eso por un lado, y por otra parte estaba algo aburrido, desde que Shuichi se había encontrado con el rey de Shidhar este no le dejaba tiempo para estar con su amigo. Esa situación podía resultar divertida, hacia años no se le presentaba un buen reto.

- Ok mister K acepto su duelo.- respondió con determinación.

Ambos hombres se dirigieron a campo abierto para así tener mayor espacio.

Hiro sacó su espada con un movimiento ágil de su mano derecha, colocándola levantada en línea recta frente a si, apoyándola sobre la palma de su mano izquierda. Conectando miradas, gris concentrado y azul divertido, saltaban chispas de conspiración entre ambos.

El pelirrojo abrió un poco sus piernas, logrando un mejor equilibrio apoyando su peso contra el suelo para así no caerse por el impacto del proyectil. Claro está que ya sabia mas sobre la potencia de las extrañas armas que usaba su compañero, ha decir verdad no se había complementado tan bien con un sujeto tan extraño, y menos en tan poco tiempo.

K no podía quitarle los ojos de encima al pelirrojo, tenia un buen porte y un cuerpo en forma... Excelente forma. Se desabotonó el sobretodo dejando al descubierto sendas armas a cada costado enfundadas en unas correas de cuero atadas al torso, tenia otras escondidas en el cuerpo, pero con esas bastaba tampoco pensaba lastimar al chico...

Con una sonrisa y sin apartar los ojos de su contrincante, K sacó con diligencia y estilo las armas y comenzó a disparar contra Hiro, quien a estas alturas había comenzado a frenar bala tras bala manejando su espada en rectas diagonales y con algunos movimientos que imitaban el de un tornado. Las balas lanzaban chispas contra el metal de su espada pareciéndole peligrosas estrellas que intentaban encenderlo.

Hiro sentía como su mano intentaba ceder ante la fuerza de los proyectiles, los cuales seguía rebotando con el mismo ímpetu con el que iban dirigidos hacia él, cediendo poco a poco. Sucedieron dos tandas mas antes de que el pelirrojo se rindiera. Retrocedió y terminó por caer al suelo, enterrando su espada en la húmeda tierra mientras que su respiración se batía agitada por el esfuerzo hecho, eran unas balas rápidas y pesadas...

Una sombra se proyectó sobre él, K se arrodilló frente al pelirrojo y con su mano tomo el cuello de su camisa levantándole un poco del suelo, haciéndole enfrentar su mirada penetrante. Debía aceptarlo, por primera vez había perdido en un duelo, y en un duelo y a manos de un arma que el consideraba casi una estupidez. Sinceramente que significaba perder en un duelo amistoso? por que si este fuera un duelo a muerte Hiroshi ya habría muerto a manos del cuchillo que portaba el rubio, no solo de las pistolas dependía su supervivencia.

Aquel muchacho era bastante bueno con la espada, eso ya lo había descubierto... Para que otro tipo de cosas seria bueno? se pregunto sonriendo con satisfacción el rubio.

Hiro había quedado agotado después de aquel duelo, no podía defenderse del rubio en ese momento, que planeaba? Acaso no era eso un duelo amistoso? y porque lo miraba de esa forma tan... tan... hambrienta? haciéndole sentir un tremendo cosquilleo en su cuerpo. Sus mejillas y labios palpitaban enrojecidos.

Permitiéndole un momento de duda a Hiro, el rubio lo atrajo aun mas hacia si y con sus labios despidió su aliento calentando el rostro del pelirrojo, provocando que este cerrara sus ojos cediendo. Entonces K descendió hasta los labios entreabiertos del muchacho y lo beso. Degustando su interior por primera vez, sentía como un sabor cítrico se impregnaba en su lengua al recorrer la suave y húmeda cavidad, era como manzanas verdes; frescas y ácidas.

Hiro soltó un suspiro placentero al sentir el sabor de aquel hombre invadir su boca. Su cuerpo tembló al procesar que estaba siendo besado por un hombre, por el extranjero que acababa de conocer hacía escasos días, y vibró al sentir como su boca buscaba anhelante la otra, exigiéndole mas a cada segundo. Con ansias envolvió sus brazos alrededor del mercenario mientras el rubio le correspondió sosteniéndolo firmemente.

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El sol se estaba poniendo, los chicos se habían divertido pescando, mas bien fue Ryuichi el que pescó ya que Shuichi había acabado empapado y sin poder atrapar pez alguno.

-Jajajajaja que bien lo hemos pasado na no da.- Se tendió en la hierba con los brazos en cruz. Shuichi asintió sentándose a su lado. –uhm? Deberías secarte, estas mojado.-
-Si es verdad.- se llevó una mano a la cabeza después de haberse mirado de arriba abajo y ver cual era su estado.
-Espera, voy a hacer un fuego para secarnos.- se levantó decidido a montar su propia hoguera. Shuichi rió nervioso, seria buena idea dejarlo hacer fuego?

Después de luchar para encender un fuego, y de que Shuichi mas de una vez pensara que tendrían que salir corriendo de allí debido a un incendio, Ryuichi consiguió prender algunas llamas. Seguidamente se desprendió de su camisa, dejando su torso al descubierto, y la dejó caer sobre una de las ramas de un árbol que parecía estar allí para ello.

-Por que no haces lo mismo na no da?- se sentó junto a Shuichi que permanecía cerca de la hoguera tratando de entrar en calor.
-Eh.. no, estoy bien así.-
-Pero así te vas a resfriar.- Ryuichi llevó sus manos hasta alcanzar la camisa de Shuichi, la cual intento quitar.

El chico respondió sobresaltándose ante la acción del joven rey, a la vez que luchaba por que este no descubriera su torso. Ryuichi desistió en su intento en el mismo momento en que pudo apreciar varias heridas sobre la piel del chico, al igual que algunas vendas parecían cubrir otras tantas. Los ojos azules le dedicaron una mirada seria pero preocupada. Shuichi respondió esquivando aquellos ojos a la vez que trataba de cubrirse.

-Shuichi estas bien?- el pequeño asintió con la cabeza sin atreverse a mirar a aquel hombre que en ese momento mostraba una expresión adulta, todo lo contrario a la que dejaba ver hacia tan solo un momento. –pero esas heridas...-
-No es nada.-
-Estas seguro?- acercó su mano a la cara del chico con intención de sujetarlo de la barbilla para que lo mirara a los ojos, pero se sorprendió cuando este le sujetó la muñeca impidiendo que lo tocase.

Por un momento sus miradas se cruzaron, Ryuichi pudo apreciar como en esos ojos violetas habia miedo. Sintió como la mano del chico tembló hasta soltar el agarre, volviendo de nuevo a evitar su mirada. Ambos quedaron en silencio, aquella situación había resultado bastante incomoda para los dos, en otro momento, Ryuichi hubiera comenzado a jugar con Kumagoro quitándole importancia al asunto, pero esta vez no lo haría, estaba seguro de que aquello era mucho mas importante de lo que parecía y de lo que Shuichi trataba de hacerle creer. Conocía bien a ese chico, no en vano había vivido durante tanto tiempo en su palacio como esclavo de su hermana... algo bastante grave tenia que haberle ocurrido para que actuara de esa forma y para que Hiro hubiera decidido llevarlo de vuelta con él.

-Shuichi... por que te marchaste de donde vivías?- el de cabellos rosados se sobresaltó ante las palabras del otro. –no estabas contento con tu nuevo amo?- ante esto Shuichi sintió como el corazón le daba un vuelco, la imagen de Yuki viajó en su mente, provocando que sus ojos se nublasen inevitablemente.
-Yo... no tenia mas remedio que marcharme de allí. Debía haberlo hecho en el primer momento en que entendí mis sentimientos hacia él.- Ryuichi parecía no entender nada. –soy un idiota, por enamorarme de mi amo... de un príncipe.- sonrió tristemente con un deje de ironía dejando que las lagrimas comenzaran a resbalar por sus mejillas.

Ryuichi permaneció tranquilo ante aquellas palabras, aunque no podía negar que se había sorprendido bastante ante aquella confesión. En cambio su calma se vio amenazada en el momento en que Shuichi lo miró con lagrimas en los ojos, aun así le sostuvo la mirada dispuesto a seguir escuchándolo.

-Si me quedaba allí solo me interpondría en su vida. …l va a casarse sabes? con una bonita princesa.- volvió a desviar su mirada, esta vez hacia el fuego. –yo no puedo seguir a su lado, eso no estaría bien.-
-Fue tu amo quien te hizo esas heridas?- inmediatamente Shuichi clavó sus ojos bañados en lagrimas y con expresión de sorpresa en los de Ryuichi, quien entendió al momento que no debía haber preguntado algo así, pero tenia que saberlo.
-Claro que no, Yuki nunca me haría algo así, él es bueno conmigo, no como aquellas personas...- su voz se quebró rompiendo en llanto, llevándose las manos a la cara para cubrirse. –no quiero recordarlo.- sus palabras se ahogaban en su garganta, aun le dolía demasiado todo lo ocurrido, aun mas que las heridas de su cuerpo.
-Shuichi...- trató de abrazarlo, al hacerlo sintió como el chico se resistía al contacto, al igual que sintió como un escalofrió recorrió el cuerpo del pequeño. –no quería pensar que se tratara de algo así...- susurró para si mismo sin que Shuichi pudiera oírlo, estrechándolo entre sus brazos, dejándolo que se desahogara en su pecho.

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-Pruébalo veras que rico na no da- Kumagoro apareció ante los ojos de Shuichi quien después de llorar un buen rato se había quedado mirando el fuego atentamente mientras Ryuichi se dedicaba a preparar el pescado que cenarían esa noche.

Al encontrarse con el conejito sonrió levemente, volviéndose a mirar seguidamente al joven rey quien le ofrecía la comida.

-Tiene buena pinta.- lo cogió y seguidamente sopló para que se enfriara un poco. Ryuichi también hizo lo mismo, pero antes de dar un mordisco al suyo se acordó de algo.
-Eh?- Miro de un lado a otro. –donde están K y tu amigo no da?-
-Es verdad! Se fuero hace unas horas y no han vuelto. NO!!!!!- Shuichi se levanto de un salto. –y si se los ha comido un oso?- en ese mismo momento escucharon como algo se acercaba a ellos, el sonido de las ramas siendo pisadas cada vez se oía mas cerca y algo se movía entre unos matorrales.
-Es un oso no da!- abrazó a Kumagoro fuertemente corriendo hasta donde estaba Shuichi, abrazándolo asustado, este hizo lo mismo.
-KYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!- gritaron al unísono a la vez que algo salía de entre los matorrales...


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Notas de Cathain:



Bueno ya esta este cap. y pronto viene el 14 ^^ y tambien el 15 XD esta vez nos hemos dado un apuro, a pesar de ser navidad, pero nose si alcanzemos a publiacrlos antes de q acabe el año, pero hemos estado trabajando un poco mas en el fic y a pesar de cierto blokeo ^^;; en fin, estoy alegre xq Junt Tao nos dejo un review otra vez, me divierten mucho sus reviews XD y Tira tambien dejo uno, gracias =p tambien gracias a la gente q aun se interesa por nuestro fic, a los q no dejan reviews q los eh conocido y nada que tengan un buen mes xp una linda navidad y un movidito año nuevo, nose xq dejo esta nota asi toda rara ^^;; si quizas se publiquen esos caps antes de acabar el año jejeje pero bueno como dice Noriko la vida es una ironia, tengo inspiracion para el fic y para las notas estoy nula -.-


Notas de AI:

holaaa ^^ que tal el capitulo? espero k os haya gustado *-* a mi lo k mas me gusto fue el duelo entre K y Hiro *-* babass babass *-* babas *-* baba *-* mientras sigo babeando dejas un revieww ne? ^^ Arreee blankitoo arreee *recordatorio al caballo mas caraismatico de todos* TE KEREMOSS BLANKITOOO
los k kieran unirse al fan club de Blankito porfavor mandarme un e-mail a ainoah@msn.com Juntos cabalgaremos kon Blankito hasta el proximo cap. Bye muak! Blankito y las Chekie Girls les desean a todos unas felices fiestas *Chekie girls y Blankito kojen un vasito de Freixenet* FELISS NAVIDADD! (Notita de saiyi: ai es pa matarte...)

Notas de Saiyi:

Jeje, k saldra de entre los matorrales??? Sera un oso??? O sere yo intentando comérmelos a los dos???? XDDDDDDDD vale.. si por mi fuera seria la 2ª opción :P que tal este cap.? Espero que haya gustado, yo se de una persona (mi querida cuchita) a la que le habra gustado una parte en especia, o eso espero... ( K y Hiro ^_^) bueno, parece que hemos tardado menos en subirlo, pero es lo que siempre digo, que nos cuesta mucho coincidir para poder hablar del fic, y nada, cada vez que las 3 coincidimos, nos pasamos todo el rato liadas con el fic, casi no hablamos de otra cosa!! Pa que sepais que hacemos todo lo que podemos, mas rapidas no podemos ir!! bueno, pues eso, que ojala les haya gustado y que sigan leyendo, por que los que han llegado hasta aquí, o es que les gusta demasiado este fic o es que no tienen nada mas que hacer ^_^u (es broma) muchísimas gracias a todos los que leen y en especial a los que se toman un minutito en dejar su opinión, besitos a todos y nos vemos en el cap. Siguiente!!!! ^_^ *Saiyi se marcha cabalgando sobre blanquito después de haber secuestrado a Shuichi y a Ryuichi pa ella solita!!!* XDDDDDDDDDDDDD

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