lunes, 17 de agosto de 2009

DREAM WITHIN Ch.16

By Chekie Girls



Cap. 16




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El sonido de la puerta al abrirse provocó en Shuichi un sobresalto, enseguida se secó con el dorso de la mano una lagrima que había resbalado accidentalmente por su mejilla. No quería que ni Hiro ni Ryuichi le vieran llorar, seguro que se preocuparían por él, y no podía permitirlo después de todo lo que le habían ayudado.

-Eres tu Hiro?- se giró sonriendo, pero su sonrisa se convirtió en una mueca de sorpresa cuando halló ante si a la persona que menos esperaba. –Yu... Yuki...- su corazón se aceleró en el mismo momento en que el rubio comenzó a andar hacia él con decisión, con semblante serio, desprendiéndose a su vez de aquella capa algo mojada por la lluvia que lo cubría.

Por un momento pensó que se trataba de una ilusión, de un espejismo. Pero no. Frente a sus ojos abiertos de la impresión veía como Eiri se acercaba a él, como si todo ocurriera a cámara lenta, hasta sentir como los brazos del príncipe lo envolvieron.

-Por fin te he encontrado, Shuichi.- lo abrazó con mas ansias.

El chico de cabellos rosados era incapaz de reaccionar, estaba completamente aturdido.
Podía sentir como su propio cuerpo temblaba temiendo el no poder sostenerse en pie si no fuera por esos brazos que lo rodeaban con fuerza. Entonces lo vio. Vio esos ojos dorados mirándolo en el momento en que Eiri se separó un poco de él haciéndole elevar su rostro para encontrar los suyos violetas. No cabía duda, era Yuki, su Yuki. Pero por que? Por que Yuki estaba allí? Aquella pregunta retumbó en su cabeza hasta el mismo momento en que el rubio lo besó.

No podía reaccionar, no podía moverse, ni siquiera estaba respondiendo a aquel apasionado beso. Solo lo sentía. Era lo único que podía hacer en ese momento, sentirlo. Eiri lo abrazó por la cintura, acercando mas sus cuerpos, sintiendo a ese chiquillo al que tanto había estado buscando, al que tanto había deseado volver a ver. Sus labios descendieron lentamente por la barbilla de Shuichi, dando suaves besos, llegando hasta el cuello del pequeño, quien por fin consiguió reaccionar empujando al rubio lo mas fuerte que sus temblorosos brazos pudieron.

-No sigas!.- retrocedió unos pasos respirando agitadamente.
-Shuichi, que ocurre?.- Eiri se intentó acercar a él consiguiendo únicamente que el chico volviera a retroceder hasta que su espalda tocó la pared.

En aquel momento Shuichi se halló sin escapatoria, quería marcharse de allí, no quería estar con Eiri, no podía estar con él. Cerró los ojos con fuerza al sentir como la mano del rubio se dirigía a acariciar su mejilla, pero un grito casi involuntario escapó de sus labios.

-No quiero que me toques!.- Eiri se detuvo ante las palabras del pequeño, mirándolo con sorpresa. –ya no soy el mismo.- murmuró en un hilo de voz a la vez que desvió su mirada tratando de ocultar como sus ojos se nublaron amenazando con comenzar a llorar.
-No digas tonterías.- el príncipe se mantuvo firme ante la situación, mirando fijamente al chico que temblaba como una hoja en un día de viento.
-No son tonterías! Al menos no para mi! No quiero que nadie mas vuelva a tocarme de esa manera.- en el mismo momento que miró al rubio sus lagrimas comenzaron a bañar sus mejillas. –no tienes idea de lo que ha ocurrido, de lo mucho que he sufrido por haberme enamorado de ti.-
-Si lo se. Lo se todo.- intentó mantenerse tranquilo, el solo hecho de recordarlo le hacia hervir la sangre y mucho mas el ver el estado emocional en el que habían dejado a su pequeño. Por un momento maldijo el no haber matado a esos desgraciados cuando tuvo ocasión. –no volverán ha hacerte daño, ese asunto ya esta arreglado.- Los ojos de Shuichi se abrieron sorprendidos; una nueva lagrima aprovechó para escapar de ellos.

Lo que menos quería era que Eiri se enterase de lo ocurrido, no quería que lo repudiara por ello, pero ya estaba enterado y a pesar de saberlo había ido a buscarlo, seguramente para que regresara con él.

-Yuki como te has enterado de eso?-
-Eso no importa ahora. Lo que importa es que te he encontrado y pese a lo puedas creer para mi sigues siendo el mismo.- caminó un par de pasos acortando la distancia entre los dos. –no voy a rechazarte por lo ocurrido, nunca lo haría. Shuichi, no quiero que huyas de mi.- alargó su mano hasta acariciar la mejilla humedecida.

Tras un corto silencio durante el cual sus miradas permanecieron unidas, Shuichi giró la cabeza deshaciéndose de la mano que lo acariciaba. Aquello era demasiado para él, todas esas palabras no parecían reales, no quería creerlas. No podía hacerlo, jamás volvería a aquel reino, no soportaría el ver al hombre a quien amaba casado con aquella muchacha mientras a él lo utilizaba para satisfacerse, bien era cierto que en alguna ocasión había llegado a pensar que si esa era la única solución para estar junto a él la aceptaría, pero ya no, no era justo para si mismo ni tampoco para la joven princesa. No quería sufrir mas por el amor del rubio, y mucho menos perjudicar a este con su presencia.

-Por que has venido?- pregunto indiferente con la mirada perdida.
-Por que te marchaste del reino?- respondió Eiri con una nueva pregunta.

De nuevo aquel incomodo silencio se hizo presente en la habitación, aquello se estaba volviendo demasiado complicado. Para Shuichi el tener a Yuki tan cerca era la mas grande de sus debilidades, sabia que caería en sus brazos de un momento a otro, pero no podía hacerlo, no debía flaquear ante él.

-Por que Shuichi? Quiero que me respondas.-
-No quería interponerme mas en tu vida, en tus obligaciones como futuro rey.- sus miradas se volvieron a encontrar, los ojos violetas se mostraron resentidos, dolidos.
-Eso nunca antes te había importado, por que ahora si?-
-Por que todo tiene un limite, incluso yo. Ya no puedo seguir a tu lado.-
-Eso lo decidiré yo, aun soy tu amo.-
-Precisamente por eso! Tu eres un futuro rey, yo soy un simple esclavo! ese es el problema.-
-Te estas comportando como un verdadero estúpido.-
-No Yuki, me estoy comportando como debía haberlo hecho hace tiempo. Las circunstancias han hecho que me diera cuenta del error que estaba cometiendo, un maldito error que pagare toda mi vida.- los ojos violetas reflejaron ante Eiri una mirada que jamás había visto en ellos, un dolor implícito en cada gesto, en cada palabra, un odio irreal hacia él, pero odio al fin de cuentas.
-Tienes razón, no eres el mismo, casi no te reconozco.- sus ojos dorados se enfriaron, dedicándole una mirada de indiferencia, como si aquel que tenia ante si no fuera merecedor ni de dirigirle la palabra.

Aquella mirada heló al pequeño, haciéndole recorrer un escalofrío, quedando en silencio por un momento, buscando las palabras para defenderse, palabras con las que poder engañarse a si mismo.

–No debí...- Su voz se entrecortó rompiendo a llorar mientras sus palabras dudaban en salir de su garganta. –...no debí enamorarme de ti y entregarme totalmente, ojalá no te hubiera conocido!- su respiración se volvió agitada, asustándose de sus propias palabras.
-Estas mintiendo.- Eiri colocó ambas manos apoyándose en la pared, una a cada lado de la cara de Shuichi quien era incapaz de mirarlo en aquel momento. –Mírame Shuichi, mírame a los ojos y dime que no quieres volver a verme.-
-Yo...-
-No puedes verdad? No eres capaz de mentirme.- Eiri observó como los ojos de su esclavo buscaron los suyos. Por un momento temió ver sinceridad en aquella mirada a la vez que le decía que se marchase.
-No puedo... no puedo hacerlo!- bajó la cabeza cubriéndose el rostro con las manos, intentando acallar su propio llanto. -Soy un idita, te quiero demasiado!.- Eiri sonrió sutilmente a la vez que estrechaba el pequeño cuerpo entre sus brazos. –quiero estar contigo Yuki, pero no puedo.- decía entre sollozos con voz entrecortada. –ya no puedo pertenecerte de nuevo.- Pasó los brazos rodeando la cintura del rubio, a la vez que sujetaba con fuerza entre sus manos la tela de la camisa de este.

Eiri acarició cariñosamente el cabello rosado, sintiendo como el llanto iba quedando en un leve sollozo con cada caricia. Llevó sus manos hasta alcanzar la cara del chico, a pesar de la leve resistencia de este a evitar mirarlo, consiguió enfocar aquellos ojos violáceos. Acarició aquellas mejillas humedecidas, algo sonrojadas, y con suavidad besó los finos labios atrapándolos con los suyos.

Shuichi tembló con aquel beso, quizás el mas tierno que el rubio le había dado desde que se conocían. Había vuelto a flaquear ante él, a caer en sus brazos, pero que mas podía hacer? Lo había intentando, pero sus sentimientos eran demasiado fuertes, no lo podía evitar, era con él con quien quería estar a pesar de todo. Calmó su llanto entre aquellos brazos que lo rodeaban, ahogando los leves sollozos en los labios del príncipe.

Eiri rompió el beso depositando seguidamente uno nuevo, esta vez sobre su frente. Se separó mirando fijamente el rostro de Shuichi quien seguía con los ojos cerrados, temeroso de abrirlos, temía que aquello no fuera mas que un sueño.

-Abre los ojos.- susurró el rubio tranquilamente. Shuichi obedeció, desvelando el color violeta de estos que permanecían bañados en lagrimas las cuales Eiri secó. –así esta mejor.- una suave sonrisa volvió a formarse en sus labios.

Nuevamente acarició los labios del pequeño que esta vez aceptaron mas dóciles los suyos, al igual que los nuevos besos. Tomó a Shuichi en brazos, haciendo que este se sujetara a su cuello. Se dirigió hasta la cama, una vez allí se sentó en el borde de esta, depositando con cuidado el pequeño cuerpo sobre las frías sabanas, sintiendo como este se tensaba. Se tumbó a su lado, besándolo calmadamente, acariciando sus cabellos rosados.

Dejó sus labios para descender delicadamente por el cuello de Shuichi, a la vez que deslizó su mano por uno de los brazos del chico hasta llegar a enlazar los dedos de este con los suyos. Un suspiro escapó de los labios del pequeño, apretando con suavidad la mano del rubio.

Shuichi sintió como los besos de su amo bajaban decididos buscando su pecho, en ese momento se sobresaltó intentando incorporarse, pero los ojos dorados que se clavaron en él le hicieron desistir. Eiri acabó de deshacer las cintas que ataban la camisa del chico, pese al nerviosismo de este. El torso de Shuichi quedó al descubierto ante el príncipe, este apretó los dientes con rabia al contemplar las marcas que aun permanecían sobre la piel, curadas casi en su totalidad, pero aun existentes.

-Por eso no quería que me tocaras.- giró la cara a un lado, esquivando la mirada que el rubio le dedicó al oír sus palabras.
-Shuichi mírame.- el chico obedeció costosamente la petición. –No sabes cuanto te he buscado.- Eiri acarició nuevamente su rostro, mirándolo fijamente.
-Yuki...- Shuichi volvió a cerrar los ojos, escuchando los susurros de aquel hombre, sintiendo sus caricias, su aliento cerca de sus labios como tantas veces lo había sentido.
-He tenido miedo, miedo de no volver a verte.- ante las palabras del príncipe, una nueva lagrima escapó de los ojos del pequeño, siendo secada por un beso de Eiri.

Las manos del príncipe comenzaron nuevamente a acariciar su pecho, lo hacia delicadamente, como si intentara borrar todas las heridas. El joven esclavo mantuvo los ojos cerrados con fuerza cuando sintió como aquellas caricias quemaban su piel. No pudo evitar temblar cuando Eiri lo movió un poco para descubrirle el torso totalmente, apartando la camisa del cuerpo del pequeño. Bajó recorriendo todo el pecho tan solo con un leve soplo sobre la superficie, casi rozándola con sus labios. Una vez llegó al vientre depositó un beso sobre el ombligo. Sonrió al comprobar como Shuichi suspiraba a la vez que la piel se le erizaba ante el suave contacto y como las manos de este se aferraban con fuerza a las sabanas.

Los ojos violetas se abrieron despacio al sentir como el príncipe se había detenido. Enseguida comprobó como este se desprendía de su propia ropa, quedando en un momento desnudo ante él.

Su respiración se volvió mas agitada cuando sintió el contacto de las manos del rubio sobre sus caderas, comenzando a deshacerse de sus pantalones. Con decisión, Eiri acabó por apartar la prenda, quitando a su vez la ropa interior del joven esclavo, observando aquel cuerpo ante sus ojos dorados, recorriéndolo con su mirada. Al enfocar la cara del chico apreció como este lo miraba con los ojos bien abiertos, inseguro de querer que aquello ocurriese. Nuevamente se tendió a su lado, volvió a besarlo, a acariciar su cuerpo, a susurrarle al oído...

-Shuichi deja que te haga el amor.-
-Yuki yo... no creo que pueda....-
-Me detendré cuando me lo pidas.- mordisqueó suavemente el lóbulo de su oreja. –solo déjame intentarlo, déjame sentirme mío de nuevo.- lo miró con serenidad, con cariño, por primera vez con complicidad.

Shuichi se sintió seguro ante aquella mirada, trató de esbozar una débil sonrisa, la cual desapareció cuando sus labios buscaron los de Eiri. Los besó con ganas, con ternura, con pasión, con necesidad. Eso era, lo necesitaba, necesitaba saberse suyo, recordar que le pertenecía a ese hombre, no solo como su esclavo, si no como alguien que le había entregado su corazón a pesar de no ser correspondido igualmente.

Eiri lo abrazó colocándose sobre él, consiguiendo que no quedase espacio entre ellos. Con suavidad se movió provocando leves jadeos en el pequeño y en si mismo. Sintió como Shuichi lo abrazaba con fuerza, como si no quisiera soltarlo jamás, como si tuviera miedo de volver a separarse de él. Hacia bastante tiempo que no acariciaba aquel cálido y frágil cuerpo, que no disfrutaba de él, que no lo tenia cerca. Y por fin ahora podría volver a sentir todas aquellas sensaciones que tanto había anhelado.

Sintió como la erección de Shuichi se hacia mas notable presionando contra su cadera, como aquellos suspiros y leves jadeos que tanto le gustaba oír chocaban contra sus labios. Se movió un poco, dejándose caer hacia un costado del esclavo, de manera que aun seguía sobre él casi totalmente, y con libertad suficiente para acariciarlo. Recorriendo una vez mas aquel cuerpo, bajó su mano hasta alcanzar la erección, pasando un dedo sobre ella, para seguidamente rodearla con suavidad.

Shuichi reaccionó al contacto con un escalofrió, inclinando su cabeza hacia atrás, tomando aire con sus labios entre abiertos. Eiri aprovechó para besar el cuello que quedó expuesto ante él, oyendo de cerca los entrecortados jadeos que se mezclaban con algún que otro gemido cada vez mas sonoro a medida que su mano permanecía mas tiempo acariciando aquella piel palpitante.

En un leve roce, dejó resbalar su mano hasta la entrada del esclavo quien tembló con el primer contacto a la vez que todo su cuerpo se tensaba. Eiri le dedicó una mirada, pudo apreciar miedo en los ojos del chico, pero no era el mismo miedo que denotaba la primera vez que lo hizo suyo, si no uno muy distinto.

Pasó una mano acariciando la cara de Shuichi, sintiendo en aquel momento rabia e impotencia, sabia muy bien a que era debido aquel comportamiento y todas las reacciones del chico, y aunque ya había ajustado cuentas con aquellos desgraciados, jamás podría borrar lo ocurrido del cuerpo y la mente del pequeño.

-Tranquilo, no voy ha hacerte daño Shuichi.- frente a las palabras del rubio, el chico tomó aire tratando de relajar su cuerpo a la vez que le dedicó una sonrisa nerviosa.

Eiri comenzó a besar de nuevo sus labios, a la vez que con su mano le acariciaba el interior de los muslos, haciendo que este se relajara cada vez mas al sentir aquellas manos tan conocidas para él. En un momento llevó un par de dedos hasta los labios del chico, consiguiendo que estos se humedecieran bastante con la saliva. Inmediatamente volvió a llevar su mano a donde antes, separó cuidadosamente sus piernas un poco, casi sin que el pequeño se diera cuenta de ello. De nuevo acarició la entrada, presionando con un par de dedos suavemente, atento al momento en que el cuerpo de Shuichi le indicara que podía entrar, consiguiendo que estos penetraran en cuanto sus músculos se relajaron acogiéndolos en su interior.

Los ojos de Shuichi se abrieron, encontrándose ante ellos una mirada tranquilizadora por parte del rubio, la cual consiguió su propósito. Suspiró nuevamente, sin dejar de mirar los ojos dorados sintió como los dedos se movían en su interior, lentamente. Al principio sintió tirantez, dolor, pero aquello fue pasando a medida que se acostumbraba a ellos. Le costaba mantener los ojos abiertos, pero no quería perder el contacto visual con Eiri, aquella mirada lo tranquilizaba, le hacia sentirse seguro. Cuando se quiso dar cuenta se halló totalmente entregado a esas caricias, a esa persona que había conseguido ahuyentar su miedo.

No pudo mas y cerró los ojos, dejándose llevar por las sensaciones. De nuevo sintió como Eiri lo besaba, disminuyendo los movimientos de sus dedos, llegando a sacarlos de su interior. Permaneció con los ojos cerrados, respirando agitadamente, sintiendo como el rubio se movía sobre él para colocarse entre sus piernas separándolas un poco mas. El pequeño se aferró fuertemente a la espalda de su amante cuando sintió como la erección de este comenzaba a presionar tratando de entrar en él. Eiri se detuvo un momento para besar la frente del chico, a la vez que con suaves susurros mezclados con pequeños besos trataba de relajarlo nuevamente.

Cuando sintió que el cuerpo bajo el suyo se relajaba, volvió a presionar, invadiendo el interior de Shuichi cuidadosamente, provocando que este lloriqueara débilmente ante la sensación de comenzar a sentirse invadido. El pequeño sentía como el príncipe entraba en él, lo sentía a él. Por un momento se le cortó la respiración para recobrarla aun mas agitada en el momento en que Eiri entró completamente en él, provocando un fuerte temblor que lo recorrió entero, al igual que un par de lagrimas resbalaron por su rostro.

El príncipe sintió su propio cuerpo temblar cuando se halló dentro, cuando la calidez que desprendía Shuichi lo acogió envolviéndolo. De nuevo se dedicó a besar los labios del chico, a la vez que comenzaba a moverse con calma sobre el cuerpo de este.

Shuichi lo abrazó con fuerza, estremeciéndose entre los brazos de aquel hombre. Cuando se sintió completamente seguro y el dolor parecía desaparecer, comenzó a moverse bajo el cuerpo de su amante, haciéndole saber a este que todo iba bien.

Eiri rompió el beso para mirarlo, observó aquel rostro bañado en sudor, aquellas mejillas sonrojadas, su cabello alborotado y algo humedecido, al igual que aquel brillo en los ojos violetas. El calor que emanaba aquel cuerpo, aquel aroma tan peculiar en el pequeño, aquellos sonidos que escapaban de sus labios. Recordó la sincera sonrisa en aquellos labios, los mismo que ahora le deleitaban con ese canto tan especial. La inocencia y picardía de su mirada, lo cabezota e insistente que podía llegar a ser... Todas esas cosas eran las que tanto había extrañado y quería recuperar. Ni siquiera él creía que se hubiera vuelto tan dependiente de ese chiquillo, de su compañía, del amor que le ofrecía.

Incrementó el ritmo de cada movimiento cuando sintió como Shuichi estaba llegando a su limite, como él mismo acabaría de un momento a otro. Su cuerpo reaccionó con un fuerte escalofrío cuando el interior del pequeño se estrechó aun mas sobre su sexo, consiguiendo que ambos acabaran derramándose, ahogándose el uno en los besos del otro, sintiendo aquel temblor tan especial en sus cuerpos entrelazados.

Eiri depositó un suave beso sobre los labios humedecidos para seguidamente volver a mirar aquellos ojos violáceos que lo miraban con ese brillo que poseían.

-No vuelvas a huir de mi lado Shuichi.- le susurró casi sin aliento.

El pequeño solo asintió con una sonrisa, elevando la cabeza para volver a besar a aquel que siempre seria su amo.

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Ryuichi abrió la puerta de la sala tras finalizar la reunión. Seguido de K y con Kumagoro sobre su cabeza, abandonó de manera estruendosa la sala dejando allí a los presentes. Estos no se explicaban los “cambios” de aquel rey, al principio tuvieron sus dudas de que el chico llevara su cargo como debía llevarlo, pero hasta el momento no había ninguna queja referente a su mandato.

Al salir observó a Hiro, el pelirrojo permanecía de pie y con semblante serio, al parecer había estado esperando a que la reunión acabase. Para Ryuichi pasó inadvertida la presencia del muchacho moreno que permanecía al lado de Hiro y que al verlo salir de la sala se puso bastante nervioso.

-Oh, Hiro-chan!- enseguida se subió a la espalda del pelirrojo como si este fuese un caballo. Hiro suspiró con resignación mirando a K quien los observaba divertido. –que haces aquí na no da?-
-Tengo algo importante que decirte.- por un momento dudó si seria buena idea darle la noticia, al parecer Ryuichi estaba demasiado ensimismado jugando a trenzar el cabello del pelirrojo.
-Uhm?- Ryuichi miró de un lado a otro. –donde esta Shu-chan? No ha venido na no da?-
-De eso te quería hablar...-
-Uy, y quien eres tu?- el joven rey señaló a Tatsuha quien se quedó mudo y completamente rojo al encontrarse con la mirada de aquel chico inocente a el que estaba dispuesto a enseñarle tantas cosas...
-Si te bajas de mi espalda podré contártelo todo.- enseguida Ryuichi volvió a estar con “los pies en el suelo” , pero esta vez se dedicó a dar vueltas alrededor de Tatsuha examinándolo de arriba abajo.

Hiro tosió un par de veces tratando de llamar la atención de Ryuichi, quien lo miró con una sonrisa de niño bueno.

-El es el hermano de...-
-Soy Uesugi Tatsuha, príncipe del reino de Ilion y segundo heredero al trono.- el muchacho se presentó guardando la compostura, y con gestos sumamente educados.
-Eso mismo- afirmó Hiro con una expresión de cansancio.
-Tatsuha...Tatsuha...mmmm...- Ryuichi se llevó un dedo cerca de la boca mientras pensaba. –Si! Ya se quien eres na no da.- Tatsuha se alegró ante aquellas palabras. –coincidimos en una fiesta hará unos 3 años.- su expresión cambio a otra mas adulta, manteniendo una mirada intensa. –en aquella ocasión saliste corriendo cuando nos presentaron si mal no recuerdo.- se acercó bastante mas a Tatsuha quien intentaba mantener la compostura y no empezar a babear delante de aquel hombre que lo estaba mirando de una manera tan provocativa.
-Bu... bueno, es que yo...- tartamudeo mientras apretaba con fuerza la tela de su camisa.
-Es que huías de mi?- Tatsuha tragó saliva con dificultad ante aquellas palabras pero inmediatamente su “sueño” se vio finalizado. -Aclararemos eso en otro momento.- Ryuichi se apartó de él para inmediatamente volver a darse media vuelta mirando nuevamente al moreno. –a que se debe tu visita?-

-He venido a acompañar a mi hermano.- intentó disimular su estado frente al otro hombre.
-Tu hermano?- preguntó algo extrañado. Tatsuha asintió embobado con el rostro tan perfecto de aquel hombre.
-Si.- Intervino Hiro haciendo que las miradas se centrasen en él. –el príncipe Eiri esta aquí, en palacio.- se detuvo para tomar aire. –ha venido con intención de llevarse a Shuichi.-
-Por que no me lo has dicho antes?- la expresión de Ryuichi esta vez fue de desagrado y enfado.
-Es lo que intentaba decirte.-
-Donde están?-
-Creo que en la habitación de Shuichi, si es que ha conseguido dar con él....- desvió su mirada de la de Ryuichi, quien enseguida se volvió dejando a los demás allí para ir a buscar al que ahora era su esclavo.

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Ambos cuerpos seguían entrelazados entre las sabanas revueltas, disfrutando de nuevos besos y caricias. Habían perdido la noción del tiempo, se habían olvidado de todo, del resto del mundo, solo estaban ellos en ese momento, dejándose llevar por las emociones presentes.

Shuichi estaba embelesado con aquellas sensaciones, con esa entrega por parte del príncipe y por parte de sí mismo. Aquel hombre había conseguido hacerlo nuevamente la persona mas feliz del mundo. Era cierto que había sufrido por él, por amarlo; pero prefería quedarse con las cosas buenas, las cuales eran demasiadas a su parecer. Para él Eiri era lo mas importante en su vida y tenia claro que quería estar junto a él pese a todo. Alguna vez llegó a pensar que no podía amar a una persona de la cual desconocía casi todo, pero eso ya no le importaba. Como podía preocuparse por algo así cuando el amor por esa persona es tan fuerte?.

Sintió una presión en su pecho, por un momento se había olvidado de algo, algo que él si que conocía muy bien respecto al rubio y que pareció olvidarlo desde el momento en que se dejó llevar por sus besos y caricias.

Sus manos se quedaron inmóviles sobre la espalda de Eiri, incluso sus besos habían perdido parte de la pasión inicial.

-Que ocurre? No quieres seguir?- Eiri le susurró al oído mientras repartía suaves besos cerca de este.
-Eto...Yuki...-
-Uhm?- esta vez descendió para besar su cuello.
-Que ha ocurrido con tu boda?- el rubio dejó lo que estaba haciendo para mirarlo.
-No habrá boda.- pudo observar como los ojos del pequeño se abrieron sorprendidos ante aquella confesión.
-Que quieres decir con que no hay boda?-
-Pues que no me voy a casar.-
-Pe... pero...- se incorporó sentándose sobre la cama. –pero no se pueden hacer esas cosas verdad? Es decir, eres un príncipe, el heredero al trono, no puedes cancelar tu propia boda! eso no esta bien!-
-Entonces quieres decir que si esta bien que me case sin quererlo solo por cumplir una maldita obligación?-
-Eh? No, no. Pero... que ocurrirá ahora? Tu padre debe estar furioso! Y tu prometida?-
-Ex prometida.-
-Si, si, eso, pero que pasa con ella?-
-Me estas regañando por no casarme?- preguntó con algo de sorpresa.
-Claro que no! Pero que ocurrirá ahora? Esa chica estaba enamorada de ti, debe estar destrozada por lo ocurrido.-
-Je, siempre preocupándote por los demás antes que por ti mismo, eres un completo baka.-
-Yuki! Por que dices...- antes de acabar la frase se halló nuevamente tumbado en la cama con Eiri sobre él.
-No crees que todo esto es bueno para ti?- Shuichi asintió ante la pregunta del príncipe. –mañana mismo nos marcharemos de aquí.-
-Donde iremos? A tu reino de nuevo?- preguntó con algo de temor.
-Tengo algo que arreglar.- Eiri observó como el chico apartó la mirada de él con algo de tristeza. –pero... te prometo que estaremos juntos.- sonrió para después depositar un suave beso en sus labios.
-Eso quiere decir que voy a ser tuyo para siempre?- susurro entre los labios de Eiri.
-Sabes que si, eres mi esclavo.-
-Yuki! Yo no me refería a eso...-
-Shhh...- puso un dedo sobre los labios del pequeño. –se a lo que te refieres.-
-Entonces...- un devorador beso lo silenció haciendo que se entregara por completo a este, devolviéndolo con la misma pasión con la que fue ofrecido.

Aquel beso se vio interrumpido por el sonido de la puerta al abrirse, haciendo que ambos se giraran a mirarla. Los ojos se Shuichi se abrieron sorprendido, ruborizándose completamente cuando halló a Ryuichi ante ellos. De un sobresalto quedó sentado en la cama, sin saber como reaccionar, solo atinó a cubrirse con las sabanas como pudo. Por su parte, Eiri permaneció tranquilo, mirando fijamente al recién llegado, recriminándole con la mirada por la interrupción.

Ryuichi trató de parecer inalterado, mirando con frialdad la escena que se hallaba ante sus ojos. Aquel hombre no se merecía a ese chiquillo; por lo que sabia lo había hecho sufrir demasiado. Observó como Eiri se sentaba al borde de la cama colocándose los pantalones para seguidamente ponerse en pie volviendo a mirar aquellos ojos azules que parecían despreciarlo.

El joven rey se acercó decidido hasta quedar frente al rubio, dedicándole una mirada intensa, amenazante podría decirse. Eiri no reparó en devolvérsela de la misma manera.

-Que haces tu aquí? Y con mi esclavo.- Preguntó secamente el de ojos azules.
-Tu esclavo?- repitió con ironía. –y desde cuando es tu esclavo?-
-Desde que él mismo me lo pidió.- Ryuichi sonrió satisfecho al ver la expresión confundida en el rostro de Eiri.
-Esperas que me creas esa estupidez? Shuichi es mi esclavo pese a cualquier cosa, que yo sepa no he decidido en ningún momento desprenderme de él.-
-Je, esta bien, como quieras. Shuichi, dile quien es ahora tu amo.- El pequeño se sobresaltó ante la expresión tan sumamente fría que tenían los ojos de Ryuichi, nunca había visto esa mirada en él.
-Eh... yo...- estaba bastante asustado con la situación, no sabia que decir, como actuar, aquello se estaba poniendo demasiado feo y él era el causante de todo.

Como podría explicarle a Yuki que ahora le pertenecía a Ryuichi como su esclavo? No, no podía hacerlo, Eiri lo despreciaría. Pero tampoco podía mentirle, no estaría bien. Además, Ryuichi le había ayudado en todo momento, lo había tratado con cariño, había sido un amigo antes que un amo, tampoco podía negar la verdad, tendría que arriesgarse a ser rechazado una vez mas por el hombre al que amaba.

-Dile que me pediste que fuera tu amo.- Ryuichi volvió a mirar al pequeño esta vez suavizando su expresión.

Los ojos dorados también se clavaron en Shuichi. Eiri sabia perfectamente cuando su esclavo decía la verdad, no podía mentir y menos a él. Era algo imposible el que ese chiquillo hubiera accedido a ser el esclavo de otra persona y mucho menos el que él mismo se lo hubiera pedido.

-Yo...- Shuichi miró a Ryuichi quien lo observó tranquilamente, como si tuviera ganada la partida de antemano.
-Shuichi, es eso cierto?- preguntó Eiri atrayendo la atención del pequeño, esperando una respuesta negativa por parte de este.
-Es cierto.- bajó la cabeza después de hacer notar con su mirada hacia Eiri que aquello era verdad, provocando que el rubio se sorprendiera ante su afirmación. –Yuki pero yo... lo hice por que...- con lagrimas en los ojos gateó sobre la cama revolviendo un poco las sabanas, tratando de acercarse un poco mas al rubio quien dejaba ver un gesto de rabia y parte de decepción.
-Ahora si lo crees? Príncipe Eiri?- una sonrisa triunfante se dibujó en el rostro del de ojos azules, recibiendo por parte del rubio una mirada amenazante. –Ya no tienes nada que hacer aquí. Esta todo dicho.-
-No! Espera!- Shuichi se volvió mirando al joven rey. –deja que se lo explique! Déjame que le diga a Yuki por que lo hice.!- Ryuichi guardó silencio ante la petición del esclavo, su mirada se notaba desesperada.
-No importa Shuichi. Si así lo has decidido, no tengo nada mas que hacer aquí.-
-Yuki! deja que te lo explique!.-
-No tienes nada que explicarme.- Eiri se acercó al de cabellos rosados, tomando la barbilla de este para elevar su rostro.

Se inclinó sobre Shuichi, una vez mas besó suavemente los labios del chico ante la inquisidora mirada del joven rey que no pudo evitar apretar los dientes en un claro gesto de rabia.

Sus labios se separaron y de nuevo sus miradas se cruzaron, resbalando una lagrima por la mejilla de Shuichi. El príncipe atrapó el cuerpo del pequeño en un abrazo, sintiendo nuevamente la piel desnuda y esta vez algo fría de Shuichi al igual que su cuerpo tembloroso.

-Yuki... no me dejes...- sollozó en un débil hilo de voz recibiendo como respuesta la voz del rubio susurrándole al oído de forma que solo él lo oyera.
-Reúnete conmigo esta noche en el jardín principal de palacio, saldremos de aquí cuanto antes.- acariciando el cuerpo del pequeño a medida que deshacía el abrazó de separó de él.

Shuichi quedó de rodillas sobre la cama, su cuerpo desnudo y mal cubierto por las sabanas tembló aun mas ante las palabras de Eiri.

Ryuichi los observaba con impaciencia, al parecer había ganado aunque no estaba del todo seguro, algo le parecía sospechoso en la actitud de Eiri, no creía que este se rindiera tan fácilmente después de haber hecho un viaje tan largo para llegar a su destino.

El rubio abandonó la habitación, no sin antes dedicar una mirada de odio hacia Ryuichi, quien no se dejó intimidar y se la devolvió de la misma manera.

Shuichi se sobresaltó y su corazón palpitó con mas intensidad al oír el sonido de la puerta cerrarse. Inmediatamente se giró perdiendo sus brillantes ojos violetas en esta, pronunciando en un susurro el nombre del príncipe. Un escalofrío recorrió su cuerpo al sentir la mirada de Ryuichi sobre su cuerpo. Se volteó encontrándose con los ojos azules de este.

El joven rey se aproximó al chico, consiguiendo que este volviera a cubrirse con las sabanas a la vez que el leve sonrojo de sus mejillas se intensificaba ante tal cercanía. Ryuichi acercó una mano al rostro del pequeño, acariciándolo con una suave sonrisa, apartándola en el mismo momento en que Shuichi pareció huirle.

-Tengo algo que hacer, no quiero que salgas de aquí Shuichi, mandaré a una de las sirvientas a que te atienda.- el joven esclavo asintió en respuesta, asustado ante la mirada del joven rey quien parecía recriminarle por lo sucedido.

Ryuichi salió de la habitación dejando al pequeño esclavo en ella, tenia un asunto importante que arreglar.

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-Vamos dímelo, dime cual es la habitación de Ryuichi!- desde que el joven rey los había abandonado tras acabar la reunión, Tatsuha había estado insistiendo casi arrastrándose por los pasillos de palacio para que Hiro le indicara lo que tanto deseaba.
-No puedo decirte eso, no lo comprendes?- suspiró pesadamente el pelirrojo.
-Pero... he hecho todo esta largo camino para ver a mi Ryuichi! No es justo que no sepa cual es su habitación!-
-En ese caso, pregúntale tu mismo.-
-Yo? No puedo hacer eso, quieres que piense que soy un pervertido?-
-Y no lo eres?- intervino K acariciándose la nuca de forma despreocupada.
-Ese no es el caso. Quiero saber cual es su habitación, ya que mi hermano se va a llevar de aquí a Shuichi... Ryuichi necesitara compañía, yo puedo ser para él todo lo que quiera!.-
-No te voy a decir donde esta su cuarto.- insistió nuevamente Hiro.
-Pues entonces no le podré devolver esto.- Tatsuha sonrió triunfante mostrando a Kumagoro, el cual era sostenido de mala manera por una orejita.
-No problem! Yo mismo se lo entregaré.- sonrió el rubio acercándose al menor de los príncipes, quien abrazó al conejito como un niño caprichoso.
-No no y no! Yo se lo daré!.-
-Esas tenemos verdad?- la mirada de K se volvió mas intensa, sus ojos azules brillaban con una extraña sonrisa en su rostro.

Hiro los observaba a escasos pasos de ellos, no sabia bien si mostrarse sorprendido o seguir el juego, ya se imaginaba lo que venia ahora... si es que nadie podía llevarle la contraria al rubio de las armas...

-Dame a Kumagoro ahora mismo ok?- imploró lo mas calmadamente posible, a punto de sacar su mágnum.
-No quiero.- Tatsuha le hizo burlas sosteniendo al conejito con fuerza, el cual acabó cayendo al suelo cuando sintió sobre su cabeza el frío metal de la mágnum apuntándole.
-Decías?.-
-Eh... todo tuyo...- suspiró resignado.
-Así me gusta, que todo el mundo me obedezca JAJAJAJAJA.-
-Lo sabia...- murmuró Hiro ante la escena de K riendo como el amo del mundo con el conejito elevado en el aire y el pobre Tatsuha de rodillas en el suelo llorando.

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Los pasos de Eiri retumbaban en el silencio de aquel gran pasillo. Por fin había encontrado a Shuichi, después de tanto tiempo sin verlo, sin sentirlo. Ahora solo tendría que llevárselo de allí. Y así seria. Esa misma noche lo sacaría de aquel reino, nadie se lo impediría.

Sonrió sutilmente, satisfecho con sus planes, cuando frente a él halló la figura de Ryuichi mirándolo seriamente. Eiri caminó unos paso mas, deteniéndose ante el joven sultan. Se miraron con rabia, consiguiendo un prolongado silencio entre ambos, el cual fue roto por la voz del de ojos azules.

-Antes de que te marches, tengo que hablar contigo.-
-No tengo nada mas que hacer aquí.- Eiri caminó un par de pasos esquivando el cuerpo de Ryuichi.
-Je.- El joven sultan cerró los ojos con una sonrisa irónica, oyendo los pasos decididos del rubio. –no voy a permitir que te lleves a Shuichi de aquí.- comentó tranquilamente consiguiendo que Eiri se volteara con algo de sorpresa. –o no es eso lo que tienes preparado?- esta vez el de ojos azules se giró encarando al rubio.
-No se de que me hablas.-
-Sabes perfectamente de que.-
-Y que harás para impedírmelo?- preguntó Eiri con tono irónico ante la seria mirada de los ojos azules.
-Esto.- con un chasquido de dedos, un par de guardias asomaron por una de las esquinas de aquel pasillo, consiguiendo que el rubio se sorprendería al verlos. –encerrad a este hombre hasta nueva orden.- indicó a los guardias con una sonrisa triunfante y la mirada clavada en los ojos dorados de Eiri.

Los dos hombres tomaron al príncipe, uno por cada brazo, inmovilizándolo. No les fue fácil, ya que el rubio luchaba por soltarse de ellos. Pero todo intento fue en vano. Por mucha fuerza que tuviese, ellos eran dos y bastante corpulentos.

-No te saldrás con la tuya.- gritó Eiri a la vez que empezaba a caminar forzado por los guardias. –No permitiré que Shucihi sea tuyo. Nunca, me oyes? Nunca!-

Ryuichi permaneció en silencio, observando como se llevaban al rubio. El no solía hacer ese tipo de cosas, pero esta vez no tenia mas remedio.

-Porque mandaste a encarcelarlo?.- preguntó K a espaldas de Ryuichi después de observar lo ocurrido. -Solo por ser el amo de Shuichi y venir a reclamarlo?- volvió a preguntar ante el silencio del otro viendo como se tensaba su cuerpo. -No creo que estés haciendo lo correcto – le dijo seriamente.
-Tu que sabes sobre hacer lo correcto?- preguntó Ryuichi algo irritado a la vez que se volvía hacia el rubio con una mirada fría.
-Se que no es correcto que apreses al príncipe de Ilion, y aun mas siendo el príncipe heredero, esto puede ocasionar conflicto entre ambos reinos.- un silencio se hizo presente entre ambos hombres por un momento.
-Al parecer, según los mensajeros, el rey de Ilion no sabe donde esta su hijo, como podría afectarme esto?- preguntó pasivamente pero un sutil todo de ironía.
-Sabes mejor que nadie que tarde o temprano se enterará, además no vino solo, vino con su hermano menor y hay muchos cabos sueltos mas, es demasiado extraño como para no considerarlo peligroso.-
-Eso es lo de menos, sabes que no me importa si los vieron entrar en mi palacio, yo podría negarlo hasta el final de mis días o podría decir que no sabia quienes eran esos intrusos y su trágico encarcelamiento fue deliberadamente un error de mi parte. Pero en vista de que acabo de obtener mi reino no seria algo muy grave.- comentó tranquilamente ante la intensa mirada del otro.
-También sabes que por cosas mas sencillas se han desatado grandes guerras. -K mantenía la calma notablemente.

Sabia que hablar con Ryuichi cuando tenia algo metido en la cabeza no le llevaría a ninguna parte, pero aun asi, estaba haciendo armas de todo lo posible para que desistiera en su idea y liberase al príncipe heredero de Ilion.

- No creo que mucha gente apoye a Ilion después de la reunión de hoy, saben que represento también un reinado poderoso, difícil de destruir.-
-Según mis averiguaciones Ilion tiene un aliado muy poderoso, el reino de Saint Gasset, manejado por el rey Tohma. Sabes que jamás podrías ganar una guerra de esa magnitud y mas aun cuando acabas de iniciar tu reinado. *Un sultán jamás debe arriesgarse a tales empresas cuando las vigas de su palacio aun no son lo suficientemente fuertes para sostener el techo.-aconsejó el rubio intentando hacerlo entrar en razón nuevamente.
-Je, esa es tu mejor razón para que abandone mi idea?- preguntó con aire de burla. –no me interesa.- se dio media vuelta para comenzar a caminar cuando la voz nuevamente de K lo hizo detenerse.

-Y que me dices de ese chico? No te importa que sufra.?-
-Por que razón tendría que sufrir?- se volvió a mirarlo tratando de disimular la sutil confusión que aquellas palabras habían creado en él. -Shuichi esta bien conmigo, no permitiré que vuelvan a hacerle daño.-
-El daño se lo harás tu mismo con esa actitud, que irónico...- le recriminó con una risita volviendo en tornar su mirada seria sobre Ryuichi.
-Ya basta! El único que le ha hecho daño ha sido ese hombre, y ahora viene como si nada y pretende llevárselo. Eso no ocurrirá.- apretó los puños tratando de contener toda la ira que sentía en aquel momento.
-Por que razón estas tan enfadado? Es que viste algo que te molestara cuando fuiste a buscar al chico?-

La expresión de Ryuichi cambio en ese momento a una de sorpresa, sin tratar de ocultarla ante la mirada del rubio, sintiéndose delatado ante este.

-Ya veo... piensa en todo eso. Las cosas no deben forzarse, solo dejarlas fluir.- comentó K esta vez con algo de suavidad en su voz.
-Aprecio tu preocupación pero en este momento no te necesito, mantente alejado de esto. No permitas que nadie mas se involucre.- contesto con tono seco para seguidamente marcharse.

-No tendré nada que ver en todo esto...- sonrió observando como el otro se marchaba con paso decidido.



Continuara...

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Notas de Saiyi:

POR FIN!!!!!!!!!!!!!!!!!! KYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA K BONITO!!!!!!!!!!!!!!!!! K REENCUENTRO MAS BONITO!!!!!!!!!!!!!! *saiyi llora de emocion* eto... no penseis k es mentira, k mientras escribia el reencuentro y el lemon casi lloro, y cuando lo volvi a leer pa corregirlo llore de verdad ^_^u un secreto.... (la verdad es k ese reencuentro y el lemon llevaba escrito desde antes de navidad ^_^u) es k me senti inspirada para hacerlo y hala! adelanté trabajo por mi cuenta XDDDDDD y claro cuando lo volvi a leer despues de tanto tiempo... uf, k cosita me entró ^_^u

Eto... direis k soy cruel, pero me reia cada vez k leia un comentario en los k nos decian k eramos muy malas por dejar el cap. ahí ^_^u (lo repito de nuevo, la idea de cortar ahí fue de cath :P (nota de cath: Que?! .)) yo le echo las culpas a todo el mundo XDDDDDDDDDDD ^_^u

Bueno, pues eso, cuando parece k las cosas se arreglan... van y se fastidian de nuevo ^_^u a si, la ideita de encarcelar a Yuki fue de Ai, asi k los gritos a ella :P pues no se k mas decir... a si! Pobrecito ryu!!!!!!!!!!!!!!!! Ryuichi no es malo k conste!!!!!!!!!!!! >_< solo k puede llegar a ser muy c***** cuando quiere ^_^ (como me gusta!!!!!!!!!!!) XDDDDD peropobrecito, mira k entrar y pillar a shu con yuki en la cama... (vale, eso si ha sido culpa mia ^_^u) pero es k se le tiene k kitar shu de la cabeza pa k se venga conmigo!! JAJAJAJAJAJAJA... (seguire soñando... (nota de cath: seguiremos soñando saiyi u.u))



Pues ya esta, nos vemos en el cap. siguiente ¡!!! ^_^

PD: no dejen de dejar comentarios!!
PD2: muchas gracias por los comentarios a todo el mundo!!!!
PD3: creo k me he pasado con estas notas... seguro k nadie las ha leido... ^_^u (nota de cath: saiyi no baka =p)

BYE BYE NA NO DA!


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Notas de Ainoah:

Ohh por fin nos hemos dignado a subir capitulo k konste k desarollar el fic cuesta y k hacemos lo posible para subir los kapitulos en el menos tiempo posible pero brr la kulpa es de ellas k entre capitulo se tiran a sus harems y no kieren salir de alli ._. ¡! Asi k ami no me echeis la kulpa XDD y ohh k bonito Saiyi echandome la kulpa por meter a Yuki en la carcel no me sakes los trapos sucios o si no me vere obligada a sacarte los tuyos >:P pero no puedoo sacarte ningun trapillo después de leer tremendo lemon *-* pero k monos son esos dos y k tierno es Yuki KYAAAAAAAAAAAAAA kiero uno komo el para mi solita!!! Kiero kiero kiero ¡!! >.< jaja bueno gracias a todos los k leen nuestro fic y espero k os guste tanto como a mi este capitulo ^o^ besoss byeeeeeeee



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Notas de Cath:

mnnnh... Me encanto el lemon de saiyi! yay! =p al fin se encontraron ^^ ahora queda ver como se resuelve ^^;; nuevamente gracias por sus comentarios y tambien muchas gracias a las chicas que me han escribido al mail, y pues nada, espero que hayan disfrutado del cap. ya se nos esta acabando el fic ~.~ en fin, hasta el otro cap. (mi cabeza de pronto quedo en blanco ^^UU q verguenza

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