lunes, 17 de agosto de 2009

DREAM WITHIN Ch.18

By Chekie Girls



Cap. 18




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Ryuichi permanecía pensativo, se había resguardado en aquella especie de oasis donde solía ir para estar solo, el mismo lugar que le había mostrado a Shuichi varios días antes, donde le había robado aquel delicioso beso y repartido varias caricias sobre su cuerpo.

El joven de ojos azules había permanecido todo el día allí, después de su discusión con K. Ni siquiera se había molestado en comer. Solo pensar, eso era lo único que podía hacer, y un único pensamiento era el que ocupaba su mente: Shuichi.

Apoyó los antebrazos sobre sus rodillas, entrelazando las manos y bajando la cabeza. Suspiró pesadamente, se sentía mal con todo aquello. Siempre había hecho las cosas seguro de si mismo, de que todo cuanto hacia era lo correcto si a él le parecía que lo era. Pero esta vez, por primera vez, tuvo dudas de ello.

Se había dejado llevar por la rabia de ver a aquel hombre, el causante del sufrimiento de Shuichi, junto al que era ahora su esclavo.

Apretó sus manos entrelazadas consiguiendo que sus brazos temblaran al recordar aquella escena que encontró al entrar en la habitación del esclavo. Como el cuerpo desnudo del pequeño se ocultaba parcialmente bajo el del príncipe, ambos cobijados por aquellas sabanas de seda blanca.

Cuantas veces había imaginado el poder estar así con ese chiquillo, el sentir su suave piel contra la suya, los suspiros escapando de aquellos dulces labios, conseguir que el pequeño cuerpo temblara con sus caricias y sus besos. Y esa mirada... esos ojos violetas que brillaban puros como si fueran los de un niño.

Pero la verdad era demasiado clara y eso le dolía. Sabia perfectamente que no podría hacer nada contra ese amor que Shuichi procesaba hacia el príncipe heredero de Ilion, hacia su verdadero amo.

-Ese maldito amor es superior.- murmuró con un débil tono de burla hacia si mismo, hacia sus sentimientos. Los cuales jamás serian correspondidos.

El sonido de pasos le hizo salir de sus pensamientos. Con gesto confundido se puso en pie; tan solo una persona aparte de él había estado en aquel lugar. Sus ojos azules mostraron un gesto de sorpresa al encontrar en ese mismo instante frente a él la figura de Shuichi quien lo miraba con decisión, casi con fuego en sus ojos violetas los cuales estaban claramente bañados por furiosas lagrimas.

-Shuichi... ocurre algo?- preguntó calmadamente, manteniendo una expresión suave aunque seria ante el recién llegado.
-Por que lo has hecho?- la voz del esclavo sonó entrecortada, como si el nudo que tenia en la garganta estuviera a punto de desatarse para romper a llorar desconsoladamente.

Ryuichi no dijo nada, tan solo trató de permanecer indiferente. Su mirada se clavaba en Shuichi, esperando a oír lo que ya se esperaba, el motivo por el que el chico había ido a buscarlo.

-Por que has encarcelado a Yuki!?- le gritó enfadado a la vez que apretaba los puños con rabia, disimulando el temblor de sus manos.
-Asi que... ya lo sabes... imaginaba que esto ocurriría tarde o temprano.-
-Entonces.. es verdad?- el de ojos azules asintió en respuesta. –pero... por que?- los ojos violetas miraron al joven sultan con resentimiento a la vez que un débil gesto de incomprensión se mostraba en ellos. –Por que lo has hecho!- se acercó a Ryuichi y comenzó a golpear en el pecho de este con los puños, a la vez que las lagrimas comenzaban a correr libremente por sus mejillas.

Ryuichi permaneció quieto, apretó su labio inferior entre sus dientes, sintiendo como Shuichi lloraba sobre su pecho mientras murmuraba algo casi incomprensible. Al momento los golpes fueron mas débiles, y el llanto pasó a ser mas bien un sollozo, dejando mas claras las palabras que escapaban en forma de preguntas de los labios del esclavo.

Las manos del joven de ojos azules se posaron sobre los hombros de Shuichi, cálidas y confortantes, o así podían haber sido si no se tratase de las manos de la persona que le había dañado.

-Shuichi, era algo que tenia que hacer.-
-Pero por que?- volvió a insistir esta vez elevando su rostro y centrando sus ojos llorosos en aquel que tenia frente a si.

Ryuichi le devolvió la mirada en silencio, maldiciéndose por haber hecho llorar a la persona que mas le importaba, a aquel que había despertado en él un sentimiento tan puro como lo era el amor, y a quien jamás podría tener.

-No me contestas?- Shuichi se separó del otro hombre. –entonces yo te diré por que! Lo has hecho por que amo a Yuki y no a ti! Esa es la verdad, si no puedo estar contigo tampoco puedo estar con él, no es cierto?-

Aquella palabras retumbaron en la cabeza del joven sultan como si una espada hubiera atravesado su pecho. Aquella era la verdad; una verdad que dolía y que intentaba evitar, pero ahí estaba, presente a cada momento, como si disfrutara burlándose de sus sentimientos.

Tras observar la reacción de Ryuichi, Shuichi bajó la cabeza quedando en silencio, sintiéndose mal por lo que acababa de decir, por herir a una de las personas que mas quería y que mas le había ayudado. Pero aun así, aquel a quien creía de una manera había resultado ser de otra, o al menos así se lo había hecho entender al querer privarle de su amor por el príncipe.

-Yo... lo he intentado...- la suave voz del esclavo se deslizó como un soplo de aire, atrayendo nuevamente la mirada de los ojos azules sobre él. –te juro que he intentado amarte. Pero no puedo, estoy enamorado de Yuki.- esta vez sus ojos violetas se centraron en Ryuichi, dedicándole una mirada que mostraba dolor. –pensé que lo comprenderías.- de nuevo un incomodo silencio se hizo presente por unos segundos, siendo roto nuevamente por la voz del pequeño. –no te creía capaz de algo así.-
-A veces... hay que hacer cosas por muy duras que resulten, no puedes escapar de ellas aunque lo quieras.- giró el rostro a un lado, perdiendo su mirada en el hermoso paisaje.

Aquellas palabras habían conseguido confundir a Shuichi, no lo entendía. Sonaban como si Ryuichi las hubiera pronunciado dirigidas a si mismo. Así era. El joven sultan tenia presente aquella verdad, y aunque hubo un tiempo en el que creyó ser el vencedor, nuevamente se vio vencido ante ella.

-Tómame.- la voz de Shuichi consiguió sacarlo de sus pensamientos, volviéndose a mirarlo confundido, observando como el pequeño permanecía frente a él con semblante serio.
-Que?-
-No es eso lo que quieres? Hazlo.- le propuso seguro de sus palabras.
-Que estas diciendo?- preguntó con sorpresa, aquella actitud lo había desconcertado por completo.
-Si accedo a acostarme contigo y seguir siendo tu esclavo liberaras a Yuki verdad? Es eso lo que quieres conseguir no es cierto?-
-Shuichi...-
-Entonces...- tomó aire, tratando de no mostrar el miedo y el nerviosismo que invadían su cuerpo en aquel momento. -...tómame a cambio de la libertad de Yuki.- con pasos temblorosos se acercó mas al joven de ojos azules quien no cabía en si de su asombro.

Shuichi se detuvo a escasos centímetros de Ryuichi, mirándolo fijamente, con evidente temor en sus ojos que delataban su inseguridad ante la situación. El joven sultan llevó una mano a la mejilla del esclavo, acariciándola suavemente, provocando que este cerrara los ojos al contacto.

-Márchate.- se dio media vuelta quedando de espaldas al pequeño quien lo miró con sorpresa. –no es de esa forma como quiero tenerte. Pese a lo que puedas creer, no soy así.- comentó notablemente ofendido. –jamás te obligaría a hacer algo que no quisieras.- concluyó con un suspiro.
-Quiero estar con Yuki, y tu lo has encerrado... y dices que no me obligarías a hacer algo que no quisiera?- Shuichi clavó insistentemente su mirada en Ryuichi quien se volvió a mirarlo algo sorprendido. -Me estas obligando a renunciar a mi amor por él.- los ojos azules de Ryuichi se abrieron sorprendidos ante el joven esclavo y ante aquellas palabras que resultaban ser tan crueles pero tan reales a su vez. –no esperaba eso de ti.- tras dedicar una mirada compasiva al joven sultan, Shuichi se alejó de allí con paso firme, escondiendo el temblor de su cuerpo.

Un sentimiento de dolor se reflejó en sus ojos azules, inundándolos de lagrimas furiosas por salir, las cuales no lo conseguirían. Observó con la mirada perdida en Shuichi como este se alejaba de allí, hasta que perdió en la lejanía la figura del joven.

-Traté de protegerte, de atarte a mi de alguna manera... y tan solo he conseguido hacerte daño.-

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Una vez estuvo fuera de aquel lugar privado perteneciente al joven sultan, Shuichi echó a correr, dejando que las lagrimas escaparan de sus ojos violetas un tanto enrojecidos, dejando que aquella rabia que aprisionaba su pecho saliera fuera. Se sentía tremendamente impotente hacia aquella situación; él, un simple esclavo, que podría hacer para sacar de aquel horrible lugar al príncipe de Ilion? Nada. Definitivamente nada.

Se detuvo cansado al llegar a uno de los jardines de palacio. Dejó resbalar su cuerpo cansado apoyando su espalda en un árbol, quedando sentado en la húmeda hierba. Su cuerpo parecía estar inerte, tan solo la agitada respiración le daba un aspecto de vida.

Miró fijamente al cielo, la oscuridad de la noche ya parecía ser menor, quizás pronto amanecería. Abrazó su cuerpo con desesperación, enterrando su rostro entre sus brazos y rodillas, sintiéndose temblar a consecuencia del frió que acechaba.

-Yuki...- sollozó silenciosamente, sintiendo en su boca el sabor salado de sus propias lagrimas. –lo siento mucho... no... no puedo hacer nada por ti...-
-Eso es lo que piensas?.- ante esas palabras, Shuichi levantó la mirada, encontrando a aquel que tanto le había ayudado.
-Hiro... que haces aquí?- le preguntó algo aturdido, mostrándole sus ojos violetas llenos de lagrimas.
-Te he estado buscando por todas partes, estas bien?- Hiro llevó una mano hasta apoyarla sobre el hombro de su amigo, sintiendo inmediatamente el temblor de este.
-No he podido hacer lo que tenia pensado, Ryuichi no quiere liberar a Yuki.- mordió su labio inferior con rabia, ni siquiera aquello había dado resultado, que mas podría hacer?

Hiro se sentó a su lado sobre la hierba humedecida por la noche, rodeando con un brazo los hombros de su amigo para dejar que este apoyase la cabeza sobre él. Shuichi respondió al gesto del pelirrojo apoyando su frente contra el pecho de este, buscando de esa manera reconfortarse.

-Por lo que veo ese hombre es de ideas fijas... parece que se siente amenazado por la presencia del príncipe Eiri ahora que ya casi te tenia, por esa razón lo ha encerrado.- explicó Hiro tras apoyar la barbilla suavemente sobre la cabeza del esclavo.
-La culpa ha sido mía Hiro, nunca debí haberle dado esperanzas a Ryuichi cuando sabia que jamás podría amar a otro que no fuera Yuki, soy un idiota.- sollozó ahogando sus palabras. –ahora por mi culpa Yuki esta encarcelado y Ryuichi esta actuando de una forma en la que jamás pensé que podría hacerlo. Y encima también tu estas preocupado.- los llorosos ojos violetas se centraron en los del pelirrojo, quien le dedicó esta vez una mirada bastante seria.
-Shuichi, soy tu amigo, sabes que puedes contar conmigo para lo que haga falta, así que...-
-Pero no hago mas que ocasionar problemas a todo el mundo...- gritó a la vez que se aferraba a la tela de la camisa del pelirrojo.
-Shuichi...-
-Soy un idiota.-
-Oye, quieres escucharme?- esta vez el tono de voz del pelirrojo consiguió captar la atención de Shuichi, quien lo miró con algo de confusión. –uf, por fin te has callado.-
-Hiro! Por que me dices eso!? No ves que lo estoy pasando muy mal?- lloriqueó notablemente ofendido por la poca delicadeza que su mejor amigo le acababa de demostrar.
-Creo que esto te animará.- esbozando una sonrisa, Hiro le enseñó a su amigo una llave.
-Co... como va a animarme una simple llave?- preguntó con evidente molestia. –no estoy para bromas Hiro.-
-Dios mío...- el pelirrojo se llevó una mano a la frente dándose un golpecito, suspirando resignado. -no seas idiota, no es una broma. Esta llave pertenece a las celdas del calabozo, puede abrirlas todas.- comentó bastante sonriente mientras meneaba la llave.
-Eso quiere decir que...- Shuichi se puso en pie de inmediato, observando como seguidamente Hiro hizo lo mismo, quedando frente a él. –...con esa llave podremos liberar a Yuki?-
-Exacto. Me sorprende lo listo que eres.-
-Kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! Eres el mejor Hiro!-
-Lo se, lo se.- le acarició el cabello con un gesto cariñoso.
-Oye, pero por que no me lo has dicho antes?- protestó dedicándole al pelirrojo una mirada algo molesta.

Al parecer tenia la solución a sus problemas en la mano, y hasta ahora no se lo decía.

-Por que no me dejabas hablar!-
-Eto... jeje.- Shuichi se llevó la mano a la nuca con algo de nerviosismo. –bueno, ahora dame esa llave, tengo que liberar a mi Yuki!- el joven esclavo intentó coger la llave, pero Hiro cerró su mano “escondiéndola” en esta. –eh, que estas haciendo?-
-Mejor la llevaré yo, tu podrías perderla.- con un gesto cariñoso, revolvió el cabello rosado consiguiendo que Shuichi protestara como lo hacia siempre. -Vamos, tengo que devolverla pronto, solo me la han prestado un rato.- le guiñó un ojo en complicidad.
-Como que te la han prestado?-
-Jajajajaja.-
-Oye Hiro, no me dirás que le has quitado la llave a ese hombre tan peligroso verdad?-
-No exactamente... te he dicho que me la han prestado.-
-No se si creérmelo...- Shuichi dedico una mirada algo desconfiada a su amigo.
-Tu mismo.- se encogió de hombros en respuesta.
-De todas formas démonos prisa Hiro, si se la has quitado no quiero verme envuelto en esto.- sonrió nervioso.
-Baka, si así fuera y viera que falta esta llave, sabría de ante mano que tu estas involucrado.-
-Si, pero como tu me quieres mucho no dejaras que me haga daño verdad?- con un gesto travieso salió corriendo rumbo a los calabozos. –vamos Hiro que te quedas atrás.!- movió una mano en el aire a lo que Hiro sonrió.
-Este chico...- salió corriendo tras él, aquel plan no podía fallar.

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Cada vez los pasillos de palacio se hacían mas fríos y lúgubres para el joven esclavo, aminorando a su vez el paso, dejando de ese modo que fuese Hiro quien marcara el camino con una seguridad propia de este.

Shuichi cruzó sus brazos sobre su pecho, frotando de esta manera sus manos contra la tela de la capa de Eiri sobre la zona de los hombros y algo mas abajo de estos. No se había desprendido de la capa en ningún momento; podía parecer una tontería, pero de esa forma sentía que tenia a Eiri cerca; aun podía sentir el olor del rubio impregnado en la tela.

Dedicó varias miradas a ambos lados de aquel pasillo, aferrándose fuertemente con sus manos a la tela de la capa. Ese pasillo solo le transmitía crueles recuerdos, como ya había hecho anteriormente. El frío le estaba helando el cuerpo, pero no era el momento para echarse atrás, no ahora. Iban a liberar a Yuki y se irían de allí lo mas pronto posible, antes de que les descubriesen.

-No te quedes atrás Shuichi.- le susurró Hiro tras voltear para mirar a su amigo al notar que el ritmo de su paso disminuía considerablemente. -Ya falta poco...-
-Hiro...- Shuichi se detuvo en seco, provocando que el pelirrojo hiciera lo mismo. –yo... tengo miedo. Y si esto no sale bien?-

Hiro le dedicó una mirada de comprensión. Dedicándole seguidamente una sonrisa tranquilizadora a la vez que se acercaba a él.

-Ya veras como sale bien, te mereces ser feliz de una vez por todas.- le animó colocando una mano sobre el hombro del joven esclavo quien le sonrió esta vez mas confiado.
-Tienes razón.- tras una mirada de complicidad por parte de ambos, siguieron su camino.


Tras recorrer un par de pasillos mas, hallaron al fondo las antorchas que indicaban la entrada a los calabozos, custodiada aun por aquellos dos guardias con los que habían tropezado anteriormente.

-Mierda, pensé que habrían cambiado el turno a estas horas.- comentó Hiro entre dientes sin dejar de caminar confiado hacia aquellos hombres.

Shuichi solo se limitó a seguirle, dedicando a los guardias una expresión de pocos amigos.

Ambos muchachos se detuvieron a la altura de estos, dedicándoles una mirada fría y decidida a los hombres que reconocieron enseguida que se trataba de los dos jóvenes de antes.

-Vaya, estáis otra vez aquí? Es que no te entra en la cabeza que no puedes entrar?- se burló uno de ellos dedicando una mirada de desprecio a Shuichi, quien le sonrió de forma irónica.
-Eso es lo que te crees, pero tenemos la lla... mmm...- por suerte, antes de poder acabar la frase, Hiro le había cubierto la boca con una mano, sujetándolo también de paso para que no volviera a enfrentarse con aquellos hombres.
-Eh... bueno, pensé que podríamos llegar a un acuerdo.- intervino Hiro notablemente nervioso a la vez que luchaba por que su amigo no dijera una sola palabra de la llave. –Aaaahhh! Shuichi! Eres un bruto!- se quejó apartando la mano de la boca del pequeño para agitarla visiblemente dolorida gracias al mordisco que este le había tirado.
-Te aguantas, que querías asfixiarme?- Shuichi se cruzó de brazos con un gesto de enfado hacia el pelirrojo.
-Jeje, disculpen un momento.- sonrió forzadamente ante los guardias.

Hiro se apartó un poco de los dos hombres, llevándose a Shuichi tomado de un brazo con él mientras este protestaba y los guardias lo miraban con desconcierto y por que negarlo? También con algo de diversión. Aquel trabajo era muy aburrido, y no todos los días se te presentaba delante un chiquillo cabezota exigiéndote entrar en los calabozos...

-Shuichi estas tonto o que?- le regañó en voz baja para que los otros dos no escuchasen nada.
-Tu eres el que esta tonto Hiro! Por que me has tapado la boca?-
-Baja la voz.- comentó a la vez que se giraba con cuidado para mirar a los guardias. –no ves que si decimos que tenemos una llave nos podemos meter en un buen lío?-
-Pero... no dices que te la prestó ese hombre?- le preguntó Shuichi algo confundido.
-Si, y demasiado esta haciendo por nosotros al desobedecer al sultan. Así que no quiero que se meta en líos por nuestra culpa, entendido?- le dedicoó una mirada seria, tratando de que aquel alocado esclavo entendiera la situación.
-Vaya Hiro, no sabia que lo vuestro era tan... fuerte jeje.- con un gesto travieso, golpeo el costado del pelirrojo con el codo.
-Deja de decir idioteces!-
-Te has puesto colorado.- se volvió a burlar divertido, esta vez señalando el rostro encendido de su amigo.

Hiro protestó dándole un pequeño golpe en la cabeza al de cabellos rosados, quien se llevó las manos a la misma, dejando las bromas aparte y mostrando en sus ojitos violetas un brillo que amenazaba con llorar al igual que su rostro adoptó una expresión que pretendía lo mismo.

-Ejem... quieres sacar a Yuki de ahí o no?- tras la reacción del esclavo, Hiro prefirió recordarle el por que de su presencia en aquel lugar.

Lo que menos quería en ese momento era que su amigo se pusiera a montar una de sus pataletas de niño pequeño allí mismo... tras las sensatas palabras de Hiro, Shuichi asintió con la cabeza algo avergonzado por su comportamiento, jugando de forma inocente con sus dedos y dedicando a su amigo una mirada que parecía decir “soy bueno, no me regañes”.

-Esta bien...- suspiro pesadamente, para después adoptar una sonrisa. -déjame hablar a mi entonces.-

Nuevamente se acercaron a los guardias, estos los miraron con curiosidad, que pretendían ahora esos muchachos?

-Bien, como les dije antes... tengo un trato.- comentó el pelirrojo con una sonrisa confiada a la vez que sacaba de entre sus ropas una bolsa que parecía estar llena de monedas.

Shuichi señaló la bolsa con una expresión muda; sus labios entreabiertos a punto de decir algo, siendo callado por la mirada que los ojos oscuros del pelirrojo le dedicaron.

-Que pretendes muchacho?- preguntó uno de los guardias.
-Es muy fácil, tengo aquí una buena cantidad de monedas de oro. Solo tenéis que dejarnos entrar y...-
-Eso no será necesario.- una voz profunda se dejó oír retumbante en aquel pasillo, captando la mirada de los allí presentes.
-Tu!- Shuichi señaló alarmado al recién llegado. –dios mío, nos han pillado...- comentó alterado a la vez que se escondía detrás de Hiro
-Pero... K... que haces aquí?- preguntó Hiro sorprendido de ver al rubio en aquel lugar tan repentinamente.
-Je, supuse que no os dejarían entrar bajo ningún concepto, al igual que supongo que no se dejarían sobornar, verdad?- sus ojos azules dedicaron una mirada a los guardias, quienes negaron con nerviosismo ante la presencia de aquel hombre. –ok, en ese caso, déjenlos pasar, tienen mi permiso para hacerlo.- sonrió K de forma triunfante.

Hiro dedicó una sonrisa agradecida al rubio, sintiendo un escalofrió cuando este se acercó a él para susurrarle al oído...

-Esto me lo cobraré...-

Los guardias les dejaron paso, obteniendo por parte de Shuichi una burla y varias palabras triunfantes, a lo que Hiro tuvo que coger a su amigo por la capa y arrastrarlo con él al interior de aquel calabozo.

-Umh... así que pretendías sobornar a esos hombres...- comentó K interesado ante la idea del pelirrojo.
-Bueno... la bolsa solo contenía piedras así que... lo mismo hubieran acabado encerrándonos a nosotros dos...- se llevó una mano a la nuca con nerviosismo.
-Que!? – con un grito alarmado, Shuichi se subió a la espalda del pelirrojo quien lo miró de reojo. –pretendías usar piedras para sobornar a esos hombres y sacar a mi Yuki de aquí?-
-Je, a ti se te hubiera ocurrido algo mejor?- se defendió ante la mirada acusadora del esclavo.
-Eto... jeje, creo que no.-
-Eso me temía...-
-De todas formas, es bueno eso de tener “contactos” en palacio verdad Hiro?- le susurró al oído Shuichi con un tono atrevido y travieso.
-No empieces...- Hiro elevó un brazo con el puño cerrado a modo de advertencia, notando nuevamente sus mejillas levemente sonrojadas.
-Jijijijijiji, te has puesto rojo de nuevo.- antes de que Hiro pudiera volver a golpear a Shuichi, este fue quitado de encima del pelirrojo gracias a K, que lo había tomado de la capa como si fuera un cachorrito para señalarle con su dedo índice en una dirección y dejarlo seguidamente en el suelo.

Los ojos violetas de Shuichi se llenaron de lagrimas al igual que una sonrisa temerosa se asomó a sus labios, entreabriéndolos hasta pronunciar un nombre ahogado en un leve sollozo.

-Yu... Yuki...- Su cuerpo se paralizó al ver al rubio allí sentado en esa fría celda, privado de su libertad.
-Iré a sacarlo.- ante las palabras de K, Hiro le ofreció la llave con una sonrisa.

El pelirrojo se quedó tras de Shuichi, posando sus manos en los hombros de este, haciéndole saber que estaba allí y que todo iría bien. Por su parte, el joven esclavo llevó una mano hasta la de su amigo, apretándola a la vez que con la otra apretaba la tela de la capa de Eiri a la altura de su pecho.

Quería correr hacia él, liberarlo de una vez por todas, pero su cuerpo no respondía. Era como si temiera a aquella realidad, como si todo fuese tan frágil y confuso como un sueño, un simple sueño del que tenia miedo despertar.

K se acercó con paso decidido a la celda, golpeando los barrotes para llamar la atención del príncipe que permanecía en aquella postura contraída.

-Ok, ya ha sido suficiente.- comentó K a la vez que introducía la llave en la cerradura.

Eiri levantó la cabeza, enfocando ante si la silueta de aquel hombre. Dibujó una mueca de confusión ante la acción de este. Acaso el sultán había dado su permiso para liberarlo?.

-Por que haces esto?- preguntó Eiri secamente, mirando casi son odio al otro hombre.
-Por él.- moviéndose hacia un lado, dejó expuesta ante el príncipe al joven esclavo, quien lo mirada de forma llorosa. –quedas libre desde este momento.- con orgullo abrió la puerta dejando el camino completamente libre al joven príncipe.
-Shuichi...- Los ojos dorados encontraron los violetas, fijando su mirada en la suya, envolviéndole, quemándole, haciéndo que le pequeño se sonrojara al instante.

Con algo de dificultad, se puso en pie, rechazando la ayuda de K para hacerlo, saliendo de aquella celda para caminar confiado hacia su pequeño esclavo.

-Yuki...- Shuichi se sintió temblar, rompiendo en llanto en el momento en que Eiri salvó toda la distancia entre ambos para estrecharlo entre sus brazos. –Yuki! Yuki estas libre!- dejando que sus lagrimas escaparan libremente, enterró el rostro en el pecho de su amo. –lo siento... ha sido culpa mía, perdóname...- de nuevo sus ojos violetas dedicaron una mirada al rubio, hallándose reflejado en aquellos ojos dorados que lo miraban con calidez.
-Ya, deja de llorar baka.- con una sonrisa satisfecha acaricio el cabello rosado, contiendo entre sus brazos la cercanía de aquel cuerpo, la sensación tan agradable que ello le provocaba.

Con delicadeza llevó una mano a la barbilla del pequeño, manteniendo el rostro de este elevado, consiguiendo un nuevo sonrojo con aquella acción. Acercó sus labios a los de Shuichi para envolviéndolos en un beso necesitado, un beso que acabó ahogándose entre los sollozos del joven esclavo, quien volvió a ocultar su rostro en el pecho de Eiri y rodeó con fuerza su cintura.

Hiro sonreía con ternura mientras observaba a la pareja, sintiéndose totalmente satisfecho de haber podido ayudar a su amigo. Giró su mirada a un lado al sentir la presencia de K junto a él, quien también los observaba de forma triunfante.

-Gracias por tu ayuda, sin ti, no hubiéramos podido hacer esto.-
-No me des las gracias aun...- comentó K esta vez seriamente.
-Ocurre algo?-
-Esperemos que podamos sacarlo de aquí sin problema... tengo acceso a los calabozos, pero no puedo sacar a un preso sin el consentimiento de Ryuichi.- se llevó una mano a la cabeza, rascándose con un gesto pensativo.
-Parecía demasiado bueno para ser verdad...- Hiro suspiró con algo de tristeza mientras observaba nuevamente a su amigo.
-De todas formas, lo conseguiremos!- con una sonrisa deseosa, acarició su mágnum la cual estaba escondida entre su ropa.
-Debí suponerlo...-

El rostro de Eiri había empezado a adoptar una mueca de fastidio al sentir como su pequeño esclavo seguía llorando fuertemente abrazado a él, y como este se resistía a soltarle a pesar de los esfuerzos del rubio quien ya estaba comenzando a notar la humedad de las lagrimas traspasar la tela de su ropa y rozar la piel de su pecho.

-Shuichi...ya esta bien... suéltame de una vez quieres?-
-No quiero!- restregó una vez mas el rostro en el pecho de Eiri, negando con la cabeza de forma caprichosa.
-Ok, ya es hora de salir de aquí, no tenemos tiempo que perder.- intervino K captando la atención del príncipe, al igual que la de Shuichi, quien giró su rostro un poco hacia este pero sin soltar a su Yuki.
-Vamos.- Eiri comenzó a andar una vez que consiguió que Shuichi le dejase hacerlo.

Hiro y K iban delante, seguidos por el príncipe que había pasado un brazo por encima de los hombros del pequeño, sintiendo como este aun se aferraba fuertemente a su cintura y caminaba a su vez.

-Uhm? De donde has sacado eso?- le pregunto Eiri tras percatarse de que la capa que Shuichi llevaba era una de las suyas.
-Oh, esto.. es que te la dejaste olvidada esta mañana en mi habitación.- Shuichi se sonrojó con su propia respuesta, recordando perfectamente la causa por la que el rubio se había deshecho de la capa.

Eiri no dijo nada, tan solo sonrió sutilmente antes de dedicar una mirada al frente cuando captó que los dos hombres que iban delante se detuvieron a escasos metros de los guardias que se giraron a mirarlos con bastante desconcierto.

-Dejádmelos a mi.- sonrió K con decisión, caminando unos pasos mas hasta pararse justamente enfrente de ambos hombres. –vamos a salir.- comentó tranquilamente.

Los dos guardias dedicaron una mirada al rubio, seguidamente su vista fue examinando a los otros dos con los que había entrado, hasta detenerse en la figura del joven príncipe quien mantenía una mirada fría.

Una carcajada resonó en aquel frió pasillo, uniéndose a ella de inmediato la carcajada del guardia restante, mirándose ambos con una expresión irónica ante la situación.

-Algún problema?- la expresión de K se había vuelto bastante seria ante las risas de aquellos hombres, siendo respaldado por una mirada igual de intensa por parte del pelirrojo que se aproximó mas a él.
-No podemos dejar salir a un preso si no es bajo el consentimiento del sultan.- explicó entre risas sarcásticas uno de los guardias a la vez que el otro asentía burlonamente con la cabeza.

Ante las palabras de aquel hombre, Shuichi abrazó fuertemente la cintura del príncipe, negando con la cabeza a la vez que dejaba escapar un “no” silencioso, solo audible para Eiri quien lo abrazó contra él en señal de que todo iría bien, sin dejar de fijar sus intimidantes ojos dorados en aquellos hombres.

-Je, ya veo que tendré que usar otras medidas en el asunto.- con una sonrisa divertida, K buscó entre sus ropas la mágnum, sujetándola con fuerza para sacarla cuando una voz hizo eco en aquel frió lugar.
-Eso no será necesario.-

Ante aquella voz, los allí presentes dedicaron una mirada al fondo del pasillo, viendo aparecer en el mismo al dueño de dicha voz, quien se acercaba a ellos con paso decidido y una intensa mirada en sus penetrantes ojos azules.

-Ryuichi...- murmuró Shuichi sorprendido al ver aparecer a este en aquel lugar.

El joven sultan se acercó hasta los guardias, consiguiendo que estos hicieran una perfecta reverencia ante él, dedicando de paso una mirada fria a ambos hombres para después centrar sus ojos azules en K quien lo miraba expectante mostrando una sonrisa confiada ante la situación.

-No sera necesario que uses tus armas K.- tras esas palabras, la mirada de Ryuichi se centró en el joven esclavo quien lo miraba de forma recelosa. –el príncipe Eiri tiene mi permiso para salir en libertad.- comentó dejando que en sus labios se formara una sutil sonrisa inexpresiva.

Los ojos violetas de Shuichi se abrieron impresionados, nublándose nuevamente de lagrimas ante las palabras de Ryuichi, aquellas palabras que parecían tan irreales y habían sido tan esperadas por él.

-Lo... lo dices en serio?- murmuró el joven de cabellos rosados con incredulidad, obteniendo por parte de Ryuichi un leve asentimiento que provocó una sonrisa en sus labios.

Aquella sonrisa solo duró el tiempo de haber sido esbozada, tornándose seguidamente a varias muecas y pucheros que lo hicieron romper a llorar nuevamente entre los brazos del rubio.

-Otra vez no...- murmuró Eiri a la vez que se llevaba una mano a la frente en señal de cansancio a la vez que intentaba disimular una leve sonrisa.

El joven sultan sonrió con sinceridad al ver a aquel chiquillo llorando escandalosamente esta vez de felicidad, abrazando a la persona que amaba, de la cual no debió intentar separarlo jamás. Ahora sabia con seguridad que asi debían ser las cosas.

-Sabia que al final harías lo correcto.- murmuró K cuando posando una mano sobre el hombro del sultan, se hubo acercado lo suficientemente a él.

Ryuichi no dijo nada, tan solo cerró los ojos y agachó un poco la cabeza con una sonrisa arrogante en su rostro. Por su parte, Hiro se había acercado a su amigo para intentar quitárselo de encima el príncipe quien empezaba a perder la paciencia debido al escándalo que el joven esclavo había montado, el cual iba perfectamente acompañado de palabras in entendibles.

-Vamos Shuichi, deja ya de llorar, vas a quedarte seco hombre.- el pelirrojo intentó calmar a su amigo manteniendo una sonrisita nerviosa y a la vez divertida.

Incluso los guardias habían optado por esbozar una sonrisa de simpatía hacia el pequeño...

-Ok, salgamos todos de aquí, este no es lugar para tertulia.- comentó K acercándose al joven de cabellos rosados para apartarlo de una buena vez del príncipe.

Bajo los gritos caprichosos del esclavo a manos de K para que lo dejara ir con su Yuki, y un suspiro de alivio por parte de Eiri, abandonaros los calabozos.

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-Estais seguros que no queréis quedaos unos dias.?- preguntó Ryuichi a la pareja que ya estaban sobre el caballo del príncipe preparados para partir. –apenas ha amanecido y no habéis dormido en toda la noche.-
-Es mejor partir ahora, tengo un asunto que arreglar cuando llegue a Ilion.- respondió Eiri centrando su mirada en Shuichi quien se la devolvió algo desconcertado ante las palabras del rubio. –además, Shuichi seguro que se queda dormido durante el camino.- comentó irónicamente con la clara intención de molestar al pequeño.
-Yuki! no me voy a quedar dormido!- con un gracioso gesto de enfado se cruzó de brazos.
-Lo que tu digas...-
-En ese caso.. que tengáis buen viaje.- intervino Ryuichi manteniendo una sonrisa calmada.
-No debes preocuparte, yo los escoltare hasta Ilion.- Hiro sonrió orgulloso ante la oportunidad de realizar una labor importante como caballero de la corte del reino de Shindar.
-Je, te necesitare entero cuando vuelvas.- comentó K con una sonrisa traviesa que hizo enrojecer levemente al pelirrojo, teniendo este que soportar de paso la risita burlona de Shuichi.
-Bien, entonces partamos, nos espera un largo viaje.-
-Espera un momento Yuki!.- ante las palabras del esclavo, Eiri detuvo su caballo cuando apenas le había dado la orden para que andara.

De un salto que hizo peligrar su estabilidad en el suelo, Shuichi bajó del caballo, centrando sus ojos violetas en los azules de Ryuichi a la vez que se acercaba a él hasta detenerse con una expresión algo seria enfrente de este, quien lo miró de igual modo.

-Gracias por todo.- tras esbozar una sonrisa agradecida, abrazó a Ryuichi, obteniendo como respuesta que este le devolviera el abrazo a la vez que también esbozaba una sonrisa. –he dejado algo para ti en mi habitación.- le susurró al oído antes de separarse un poco de él y darle un suave beso en la mejilla.

Después de dedicar una mirada decidida al sultán, Shuichi salió corriendo hasta acercarse nuevamente al caballo, extendiéndole la mano a Eiri para que este le ayudase a subir.

Ryuichi se había sorprendido ante aquel inesperado y cariñoso beso, llevándose instintivamente una mano a la mejilla mientras con una sonrisa sincera observaba como Shuichi ponía rumbo a su felicidad.

-Ryuichi!- gritó el esclavo antes de atravesar la entrada principal de palacio, llamando la atención de este. –despídete de Kumagoro y de blanquito de mi parte vale?- agitó la mano con energía a la vez que su sonrisa aun se distinguía pese a la lejanía. –volveremos a vernos!-

El joven sultan agitó un brazo en el aire en respuesta, hasta que ambos caballos se perdieron tras traspasar aquella entrada. Bajó el brazo dejándolo caer pesadamente, manteniendo esta vez una sonrisa algo melancólica.

-Uhm... Ryuichi...- el aludido miró al rubio dejando a un lado aquella expresión entristecida. -...no crees que se han olvidado de algo?- comentó acariciándose la barbilla en un gesto pensativo.

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Un silencio bastante molesto inundaba todo el interior del palacio, tan solo los pasos de Ryuichi retumbaban en los largos y fríos pasillos.

Se detuvo frente a una puerta, en parte temeroso de abrirla. Tras un sonoro suspiro procedió a hacerlo, abriéndola lentamente, dejando ver poco a poco el interior de aquella habitación que había pertenecido a Shuichi durante el tiempo que este estuvo en palacio.

Miró el interior de forma algo dolida, sintiendo la frialdad que volvería a hacerse dueña de la habitación. Sus ojos azules divisaron algo que le llamó la atención, consiguiendo que se atreviera a entrar en aquella estancia.

Con pasos lentos pero decididos, se acercó a la cama, tomando entre sus manos una hoja de papel doblada, pudiendo leer en ella su nombre.

-Que es esto?- susurró a la vez que tomaba asiento sobre la cama, procediendo a desdoblar la hoja de papel.

Sus ojos se abrieron algo sorprendidos al comprobar como efectivamente aquella era la letra de Shuichi; una carta dirigida a él, eso debía ser lo que el joven esclavo le había dejado.

//// Ryuichi, cuando leas esta carta ya no estaré aquí. Siento mucho tener que despedirme de esta manera, pero no tengo otra opción. Yuki es la persona a la que amo, no puedo hacer nada contra ese sentimiento. Sabes que lo he intentado, tu me has ayudado a intentarlo, pero no he podido conseguirlo.

Se que con esto te hago daño, lo siento, de verdad que lo siento. Quizás me odies por ello, me dolería mucho que así fuera, pero lo comprendería perfectamente. Sabes que te quiero, eres una de las personas mas importantes en mi vida, me has enseñado muchas cosas desde que nos conocemos. Gracias a ti comencé a cantar, conocí lo que era tener un amigo, una persona que te tratara por como eres interiormente, no por lo que eres o la posición social que ocupes. Y de veras que te estoy muy agradecido, jamás podré pagarte lo que has hecho por mi.

Te deseo de todo corazón que todo te vaya bien, que encuentres a alguien que si pueda corresponder esos sentimientos y que te haga todo lo feliz que te mereces.

Ya me despido por que me voy a poner a llorar y no quiero que se corra la tinta vale? Nos volveremos a ver, de eso estoy seguro.

Hasta siempre.

PD: dile a Kumagoro que a él también lo quiero mucho!


Shuichi. /////

Una sonrisa algo melancólica se dibujó en su rostro tras haberla leído. A pesar de la partida de Shuichi, se sentía bien, en cierto modo podría decirse que tranquilo consigo mismo. Era algo muy distinto a la primera vez que se llevaron al pequeño de aquel reino; él no pudo hacer nada para retenerlo en aquella ocasión debido a que aun gobernaba su padre, tan solo fingir que se había olvidado de él. Pero esta vez era algo distinto, estaba satisfecho con haberlo dejado marchar, de esa forma Shuichi podría ser feliz junto a la persona a la que amaba.

Ahora solo le quedaba afrontar esa verdad, ese sentimiento no correspondido. Y así haría, como debió haberlo hecho hacia tiempo. No obstante seguiría escapando de la realidad, imaginando como seria tener ese cuerpo entre sus brazos, acariciándolo con suavidad, con anhelo. Tan solo le quedaba conservar un amor puro hacia él, un amor que jamás seria consumado.

Volvió a doblar la hoja, escondiéndola entre su ropa sobre la zona del pecho. Tras dedicar una mirada ausente al fondo de la habitación, caminó hasta la puerta de esta, saliendo de allí no sin antes volver a sonreír sutilmente ante el vacío de esta.

-Te deseo lo mejor Shuichi.- cerró la puerta para después dar la espalda a la habitación y caminar en dirección a la suya.

Había pasado toda la noche sin dormir a causa de todo lo ocurrido, el amanecer ya estaba quedando lejano a la vez que entraba mas el día. Saliendo de ese pensamiento, recordó algo, hacia bastante tiempo que no veía a “alguien” muy querido para él, “alguien” a quien necesitaba en aquel momento.

-Donde estará Kumagoro no da?- en un gesto pensativo adoptó una expresión mas infantil, intentando recordar que era lo que había pasado con su conejito de peluche.

Cuando llegó a la puerta de su habitación, la abrió con decisión, sorprendiéndose al hallar en el interior de esta a alguien sobre su cama, acurrucado entre las sabanas y con su Kumagoro entre los brazos.

-Vaya, así que estas aquí Kumagoro.- con una sonrisa se acercó hasta la cama. –y bien acompañado no da.- comentó tras inclinarse y distinguir claramente quien estaba con su conejito de peluche.

Ryuichi miró con algo de dulzura al muchacho que parecía dormir placidamente aferrado al conejito de color rosa. Con cuidado se acomodó a su lado, dejando a Kumagoro en medio de ambos. Pero a consecuencia del movimiento, Tatsuha comenzó a abrir los ojos algo desorientado, enfocando ante si la imagen de aquel a quien tanto adoraba.

-Buenos dias na no da, veo que ya estas despierto.- le dedicó una sonrisa consiguiendo que Tatsuha abriera los ojos de par en par, sorprendido e incrédulo de tener a Ryuichi en la misma habitación que él y en la misma cama a una distancia bastante cercana.

-Eh... yo... veras...- de un salto se sentó en la cama con nerviosismo ante la mirada tranquila del joven de ojos azules.

-Gracias Tatsuha.-

-Que? Gra.. gracias?- Tatsuha lo miró confundido, encontrándose con una mirada infantil y cálida en los ojos azules que se mostraban grandes y brillantes.

-Si, por cuidar de Kumagoro no da.- sonriendo tomó al conejito entre sus brazos para apretarlo contra su pecho.

-De... de nada.- una sonrisa de felicidad se dibujó en su rostro ante las palabras del sultan, quizás podrían llegar a ser buenos amigos, y quien sabe, quizás algo mas que eso. –por cierto... donde esta mi hermano? Ya consiguió ver a Shuichi?- preguntó con naturalidad, sin saber anda de lo ocurrido.

-Shu-chan ya se fue.- comentó en un hilo de voz con el cual consiguió sorprender a Tatsuha.

-Como que se fue?- preguntó con una mirada curiosa dirigida al hombre que con una expresión algo triste, abrazaba al peluche.

-Se ha ido para ser feliz junto al príncipe Eiri, por que esta enamorado de él no da.- bajó la cabeza perdiendo la mirada en la carita de Kumagoro a la vez que sonreía de forma melancólica. –y se que tu hermano también lo esta de Shuichi.- oculta tras su actitud infantil, Ryuichi dejó que una lagrima solitaria resbalara por su mejilla.

Sorprendido ante la actitud del joven sultan, Tatsuha acercó una mano al rostro de este hasta acariciar su mejilla, secando de paso la lagrima que la recorría. Ante aquel gesto, Ryuichi levantó la mirada hasta encarar al menor de los príncipes, quien le sonreía de forma comprensiva, como si quiera consolarse con aquel gesto.

-Tu también te vas a ir ya na no da?- preguntó con algo de temor a la vez que Kumagoro se volvía a ver aprisionado contra su pecho.

-No, claro que no, si tu quieres me quedare contigo.- sus palabras arrancaron una sonrisa al de ojos azules haciéndolo sentir mejor. –al parecer mi querido hermanito me ha abandonado aquí...- su rostro adoptó una mueca algo molesta, la cual cambio enseguida a una de felicidad al recordar que estaría con su adorado Ryuichi.-... de todas formas, pensaba quedarme un tiempo contigo.- sonrió tomando las manos de Ryuichi entre las suyas.

-Lo dices en serio?- Tatsuha asintió en respuesta. –eso es estupendo! A Kumagoro le encanta la idea na no da!-

-Y a ti te también te gusta?- preguntó picaramente, obteniendo un asentimiento enérgico en respuesta. –entonces nos haremos grandes amigos!-

-Amigos na no da!- con energía elevó al peluche en el aire.

Al parecer Tatusha podría darle el apoyo que necesitaba en aquel momento, y por que negarlo? El chico le había llamado la atención desde el día que lo vio en aquella fiesta. Podría ser él la persona que ocupase el vacío de su corazón? Quizás si. Aunque seguramente no lo llenaría como podría haberlo hecho Shuichi.

Con una sonrisa sincera y un pensamiento en su mente se mostro recorfortado ante Tatsuha; “los sentimientos pueden cambian y el tiempo es el único que lo hace posible.”


Continuara...


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Notas de Saiyi:

Bueno pues... *saiyi supira, esta melancolica a causa de este cap.) pk no se puede kedar shuichi con ryuichi??? Pk??? >_< no me mireis asi es mi pareja favorita, k le hago??? XDDDD bueno, pues nada, parece k las cosas se van solucionando verdad??? ^_^ eso es bueno, por fin Shuichi esta con su kerido Yuki y Yuki esta con su niño ^_^ k monada ^_^ y ryuichi otra vez se kede sin Shuichi *saiyi llora* en fin.. k le vamos a hacer... “ya tocara Ryu-chan” *saiyi da unas palmaditas de animo en la espalda de Ryu mientras este la mira con cara de “que hace esta loca na no da?”*

Bueno, keria recalcar en mis notas de este cap. algo sobre Ryuichi: a pesar de k no lo aparente, es un personaje k tiene las ideas muy claras y sabe muy bien lo k hace y como conseguirlo ^_^ y claro, el no iba a ser el malo del fic verdad?? ^_^ tan solo estaba ekivocado en esta ocasión... pero al final se ha portado ^_^ mira k podia haberse acostado con Shuichi y el noooo (pero seras tonto tio??? K el niño se te pone en bandeja y tu pasas! Con las ganas de le tienes...) eto.. pues eso, k Ryuichi nunca se aprovecharia en una situación como esa para conseguir acostarse con Shuichi ^_^ (al no ser k se trate de un remix claro XDDDDDDD lo cual aun espero k alguna vez en este vida, Maki Murakami dibuje un remix de ellos dos ) algo mas tenia k decir yo... a si, bueno, Shuichi se nos ha puesto muy “valiente” con eso de ofrecerse a Ryuichi con la intención de liberar a Yuki (si es k haria lo k fuera por el... ^_^) kyaaaaaaaaaa como adoro a mi niño chikitin!!!!!

He llorado escribiendo este cap. ^_^u si, de verdad, cuando Shuichi se despide de Ryuichi antes de irse ^_^u (k pasa??? Es k soy muy sensible ^_^u) y encima la canciuoncita ke estaba escuchando... ^_^u creo k respecto al cap. no tengo k añadir nada mas (me da k algo se me olvida, pero bueno...ya esta nota esta muy larga y van a pensar k soy una pesada ^_^u)

Bueno, ya os habreis dado cuenta k el fic esta a punto de acabar, aunke aun kedan varias cositas ^_^ pero bueno, alguna vez se tendra k acabar no?? La verdad es k da hasta pena pensar eso -_- pero tb kiero ver como keda el fic completamente acabado ^_^ asi k nada, aun kedan varios cap. asi k a seguir leyendo hasta el final ^_^

Muchas gracias por todos los comentarios recibidos por el cap. anterior y el bonus ^_^ k han sido un monton, y a ver si este cap. tb tiene esa aceptación ^_^ un beso a todo el mundo! nos vemos en el cap. siguiente!

Bye bye na no da! ^_^
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Notas de Ainoah: Holaaaa k tal el kap? Os ha gustado? Dejadnos reviews pleaseeee eso nos inspira y nos motiva para escribir esos lemons k tanto os gustan XD asi k si kereis mas lemon ya sabeis ^^ dejad review :D y sii saiyi ya nos hemos dado cuenta k el fic se va a acabar ._. me da penita ya llevamos un año kon el fic k haremos kuando akabemos este? Empezaremos otro neee?? A k si?? No se puede dejar k mi talento kede desaprovechado XD jajajajja no en serio tendremos k hacer otro a k si Cathh Saiyi? *-* bueno estoy divalgando ^^U k eso k espero k os haya gustado el cap y ya sabeis dentro de poko mass ^^
Nos vemos muakaaaaaaaa ^^


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Notas de Cathain:

Bueno nuevamente muchas gracias por los reviews y sus comentarios, nos hacen esforzarnos cada vez mas y nos alegran el dia, aunque me da cierto cargo de conciencia con una chica q dijo q habia perdido demasiada sangre leyendo los lemons o.o y anyway todos los creditos de este fic son para saiyi-chan y ai-chan yo estoy pasando por un severo blokeo mental *sigh* (regresa! ---> *musa*) bueno no es que no se me ocurrio nada, pero no estaba en mis cinco sentidos cuando se me ocurrio "algo" y todo resulto ser absurdo @.@, asi q aporte un par de parrafos e hize de beta reader... pero bueno no se preocupen ya me estoy recuperando, asi q el fic va a continuar como va..

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