lunes, 17 de agosto de 2009

DREAM WITHIN Ch.20

By Chekie Girls



Cap. 20





ºººººººººººººººººººººº



El majestuoso sol de aquella mañana bañaba con sus rayos todo el oasis, reflejándose a si mismo en el lago que parecía distinto al de la noche anterior.

Hiro se desperezó pesadamente tras abrir los ojos, adoptando una expresión adormilada pero descansada. Aquella noche se había quedado dormido enseguida y lo mejor es que había dormido sin despertarse para nada, o eso le parecía a el hasta el momento en que recordó vagamente como Shuichi trataba de hacer que se levantara para quien sabia que cosa.

-Shuichi... ya hasta sueño contigo.- se dijo de forma burlona acabando la frase con un bostezo.

Partirían aquella misma mañana; eso era lo malo de los viajes tan largos, que el tiempo apremiaba. Sin pensarlo mas, se levantó de aquella cama, dispuesto a darse un relajante baño en aquel pequeño lago que había visto el día anterior.. Seguramente tendría tiempo de sobra hasta que el príncipe Eiri y Shuichi despertaran.

-Debieron dormirse tarde anoche.- murmuró de forma divertida mientras salía de la tienda en busca del lugar donde podría tomar el baño.

Se adentró entre las palmeras, estas daban una sombra mas que perfecta al lugar, haciéndolo parecer menos caluroso de lo que era. El lugar parecía tranquilo, no había demasiada gente por el alrededor, los que al igual que él iban a tomar un relajante baño en la mañana.

Con una sonrisa nerviosa se llevó una mano tras la nuca, desviando la mirada de aquellas personas. Decidió buscar algún lugar algo mas escondido, hallando de esa manera un montón de palmeras no demasiado altas, las cuales estaban bastante juntas. Con una sonrisa satisfecha, se encaminó a aquella zona, adentrándose entre la vegetación, hallando un pequeño claro donde podría disfrutar tranquilamente de su baño. Se dispuso a acercarse al lago cuando tropezó con algo en se enredó en sus pies casi haciéndolo caer.

-Pero quien se deja la ropa por aquí tirada?- se preguntó a la vez que con un gesto malhumorado observaba una prenda que parecía ser una especie de cinto color azul claro. -pero... ese no es el cinto que le regale a Shuichi?- comentó recogiendo la prenda del suelo para después de observarla, dar por seguro que pertenecía al pequeño esclavo. -lo voy a matar... así trata mis regalos.- miro un momento por los alrededores de aquel rinconcito, quizás su amigo estuviese por allí, pero ni rastro del. -no esta, entonces eso quiere decir que anoche...- una sonrisa burlona se dibujó en su rostro. -jeje, después lo molestare hasta que se ponga como un tomate jajajaja- acompañado por aquella sonora carcajada, se quitó la ropa para adentrarse al lago.


*************************************

Sus grandes ojos violetas se fueron abriendo despacio, tratando de descubrir ante estos el lugar donde se hallaba.

Aquel pensamiento desapareció en el mismo momento en que se sintió envuelto por el calor de otro cuerpo, el cual estaba prácticamente envolviendo el suyo.

Con algo de dificultad en sus movimiento se giró hasta encarar al príncipe, quien seguía completamente dormido. Sus mejillas se ruborizaron ligeramente cuando al moverse notó la desnudez de ambos cuerpos entre las sabanas, las cuales enseñaban mas de lo que cubrían.

Dibujó una sonrisa en sus labios ante la perfecta expresión de aquel rostro de piel pálida y facciones bien definidas. Sin romper aquella sonrisa, deposito un suave beso sobre la frente del rubio, jugueteando después de forma mimosa con la punta de su nariz entre las finas hebras doradas del cabello que caía despeinadas sobre el rostro de Eiri.

El príncipe se movió al contacto, sintiendo un agradable cosquilleo. Dejó escapar un suave gruñido de su boca, a la vez que aprisionaba mas el cuerpo del esclavo entre sus brazos. Ante la reacción de su amo, Shuichi rió divertido, pasando esta vez la punta de su nariz sobre los labios entre abiertos del otro.

Un nuevo gruñido por parte del rubio, quien acabó por morder suavemente sus propios labios tratando de calmar el suave cosquilleo para después tratar de enterrar su rostro en la almohada, tarea que se hizo difícil al mantenerse aun de costado sobre la cama sujetando el cuerpo de Shuichi.

El joven esclavo dedicó una mirada cariñosa a su amo, sintiéndose completamente feliz de poder estar de nuevo a su lado y disfrutar de él. Moviéndose con cuidado de no despertarlo, se deslizó de entre los brazos del rubio, sentándose en la cama para seguidamente dedicar una mirada alrededor.

-Pero... si anoche Yuki y yo...- un nuevo rubor cubrió sus mejillas al recordar lo ocurrido la noche anterior en el lago. -...lo ultimo que recuerdo es que estaba en los brazos de Yuki, y ahora estoy aquí.- algo confundido se rascó la cabeza.

Se encogió de hombros de forma despreocupada, dispuesto a levantarse cuando unos brazos volvieron a rodear su cintura haciéndolo caer nuevamente sobre la cama.

-Yu... Yuki!- gritó sorprendido cuando los ojos dorados de su amo aparecieron ante los suyos.

Había quedado boca arriba sobre las sabanas, mirando fijamente el rostro que tenia ante si, sintiendo como el cuerpo de su amo estaba a su lado, y como este lo sostenía posesivamente de la cintura con un brazo, mientras que con el otro se apoyaba sobre la cama para sostener su peso.

-Pensando tan temprano?- le preguntó de forma divertida, llevando en su tono de voz la clara intención de molestarlo.
-No vas a hacerme enfadar Yuki, me he levantado de muy buen humor por eso no...-
-Te quedaste dormido.- le interrumpió.
-Que?-
-Anoche, en el lago, te quedaste dormido. Yo te traje hasta aquí.-
-Ohhhhhhhhhhhh Yukiiiiiii! Pero que mono!- con una sonrisa traviesa pellizcó las mejillas del rubio, quien trató de adoptar una expresión algo molesta ante aquel acto.
-Deja de hacer eso.- protestó tratando de ocultar la suave sonrisa que comenzaba a aparecer en sus labios.

Aun no comprendía como un chiquillo como Shuichi había conseguido hacerle sonreír, y no solo eso; si no que le era casi imposible ocultarlo. Se llevó una mano para acariciar su propia mejilla de forma molesta cuando el esclavo dejó de pellizcarlas.

Shuichi se rió ante aquel gesto tan encantador a su parecer por parte del rubio, una risa que se tornó a una carcajada cuando Eiri sin saber ni siquiera por que lo estaba haciendo, comenzó a hacer cosquillas sobre el costado del pequeño.

-Yuki! para jajajajaja por favor! Me haces cosquillas jajajajajaja!-
-No querías reírte?-
-Si, pero jajajaja no de esta forma!- su cuerpo se revolvió en la cama, moviendo las piernas con inquietud hasta deshacerse de las sabanas por completo.

Eiri se detuvo de inmediato, sus manos temblaron sobre el cuerpo del esclavo, su mirada se centró en aquel rostro sonrojado cuyos ojos estaban cerrados con fuerza y aquella boca que tanto le gustaba besar se hallaba bien abierta debido a las risas, las cuales comenzaron a disminuir. El rubio no pudo evitar asustarse frente a aquella situación, frente a aquel muchacho que había despertado algo en su interior, algo que ni siquiera él comprendía del todo.

-Eto... Yuki, pasa algo?- preguntó Shuichi cambiando las risas por una expresión algo preocupada, sentándose a su vez sobre la cama y llevando una mano hasta posarla sobre la mejilla del rubio.
-No, no pasa nada.- ante la voz del pequeño, Eiri le dedicó una expresión tranquilizadora, consiguiendo una sonrisa por parte del esclavo. -quiero dormir un rato mas.-
-Esta bien. Yo iré a comer algo, que estoy hambriento.- comentó de forma divertida a la vez que llevaba una mano sobre la piel desnuda a la altura de su estomago.
-Vístete antes que eres capaz de salir desnudo.- le comentó de forma burlona.
-Yuki! no soy tan baka!-
-A no?-
-Claro que no!-

Ante el silencio y la expresión algo pensativa de su amo, Shuichi le dedicó una mirada confundida.

-Ey Yuki, que miras?- giró su rostro un momento tratando de adivinar a donde estaba enfocada la mirada de su amo.
-Oye Shuichi, levántate un momento de la cama.- le pidió dedicándole esta vez una mirada calmada al pequeño.

Sin decir nada aunque algo extrañado, Shuichi se puso en pie al lado de la cama, quedando frente a su amo.

-Perfecto.- ante aquella palabra de boca del rubio, Shuichi se mostró desconcertado.
-Que es perfecto?-
-Tu cuerpo desnudo.- sin poder evitarlo soltó una suave risita al final de la frase.
-Yuki!- un fuerte rubor cubrió las mejillas del pequeño, procediendo inmediatamente a cubrirse con las manos bajo la mirada divertida de su amo.
-Baka.-
-Mira que eres malo.- sacó la lengua en un gesto burlón hacia el rubio, quien sonrió satisfecho con la reacción de su esclavo.

***************************************

-Que bien me he quedado.- Hiro estiró sus brazos en señal de relajación, tomando una profunda bocanada de aire. -espero que Shuichi y el príncipe Eiri estén despiertos ya, no debemos salir muy tarde.- comentó para si mismo a la vez que volvía a atravesar las palmeras esta vez para volver al lugar donde estaba ubicada su tienda.

Sintió un suave golpe en su espalda, el cual se asemejaba a alguien chocando contra él. Se giró hasta encarar a un chico sentado en el suelo.

-Estas bien?- le extendió la mano para ayudarlo a levantarse. -vaya, si que tenias prisa.-
-Eh... lo siento, no miraba por donde iba.- se disculpó a la vez que elevaba el rostro, cambiando su expresión a una de sorpresa. -ah, eres tu.- tomando la mano de Hiro, se levantó para sacudirse un poco la ropa recientemente puesta.
-Vaya, el chiquillo de ayer.-
-No soy ningún chiquillo.- refunfuñó entre dientes.
-Te marchas ya?- preguntó el pelirrojo consiguiendo que la expresión de Suguru fuera mas relajada.
-Si, no tengo tiempo que perder, mi familia me espera.-
-Es extraño que un chico tan joven como tu viaje solo.-
-Estoy acostumbrado.- murmuró con una sonrisa en la que pudo ver un deje de tristeza.
-Ya veo... Oye, has desayunado?- ante las palabras de Hiro, el joven le dedico una mirada algo desconfiada. -podríamos desayunar juntos- finalizó con una sonrisa la cual fue respondida con otra por parte del mas joven.

***********************************************************

-Kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! Pero que feliz soy! Si es que no se puede tener tanta suerte! Lalalalalalalalalalaaaaaaaaaaaaaa mi Yuki es el mejor! Kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaa...!- el joven esclavo se dedicaba a canturrear mientras que daba vueltas y saltitos alrededor de la mesa ubicaba entre su tienda y la de Hiro. -me voy a comer todo estooooooooo por que tengo hambreeeeeeeeeeee kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!- volvió a canturrear a la vez que tomaba entre sus manos numerosas piezas de fruta.

Shuichi había salido de la tienda tras vestirse, dejando al rubio aun dormir un poco mas. Estaba extremadamente contento, por fin estaba con Yuki y aquello si que era un buen motivo de felicidad. Además, aquella mañana había tenido un buen despertar junto a su amo.

Algo retirados de él, Hiro y Suguru caminaban hacia el lugar donde se encontraba el joven esclavo. El mas joven se detuvo en seco con un leve tic nervioso en uno de sus ojos cuando divisó una especie de bolita rodando sobre la mesa. Pero lo mas extraño de todo, es que dicha bolita parecía un ser humano.

-Que es eso?- preguntó señalando al joven esclavo.
-Ah "eso..." jeje, es mi amigo Shuichi.-
-"Eso" es tu amigo??- Preguntó Suguru con asombro.
-Jeje... no se lo tengas en cuenta.- Hiro trató de mantener una sonrisa tranquila, pero solo pudo conservar la sonrisa forzada que había adquirido al ver a su amigo.

Ambos se acercaron al joven esclavo, atrayendo la atención de este quien quedó en una postura bastante graciosa boca arriba sobre la mesa con las piernas algo levantadas; asemejándose a un perrito que busca que le rasquen la tripa.

-Hirooooooooooooooo!- de un saltó acabó por colgarse al cuello de su amigo bajo la mirada esta vez asustada de Suguru. -soy tan feliz...- de forma melosa frotó su mejilla con la de su amigo, quien intentaba parecer tranquilo. -anoche estuve con Yuki en el lago y... jijijijiji no puedo decírtelo! Kyaaaaaaaaaaaaaaaa! Fue maravilloso! Yuki es mío! JAJAJAJAJA!- con una expresión confiada elevó un brazo, haciendo con la mano la señal de la victoria, soltando el cuello de su amigo para quedar de pie en el suelo.
-Shuichi podrías...- la voz del pelirrojo consiguió que el esclavo lo mirase con algo de confusión. -... podrías dejar de pisarme el pie?- concluyó con una sonrisa nerviosa.
-Jeje, lo siento Hiro, es que estoy muy emocionado!- con un leve rubor en sus mejillas, se llevó ambas manos al rostro, colocándolas sobre este a la vez que cerraba los ojos con fuerza y sonreía de forma casi eufórica.

Suguru lo seguía mirando asustado, si que era raro ese chico... pero su temor aumento cuando Shuichi tras dar unas vueltas sobre si mismo, se detuvo en seco frente a él, mirándolo de forma examinante.

-Y tu quien eres?- preguntó con una sonrisa.
-El es Suguru, lo conocí ayer cuando llegamos y hoy lo he vuelto a encontrar, le he invitado a desayunar con nosotros.- explicó Hiro a la vez que pasaba un brazo sobre los hombros del mas joven, quien lo miró con un poco de recelo.
-Ah, pues mucho gusto, yo soy Shuichi.- con una sonrisa le tendió la mano, a lo cual Suguru la estrechó algo asustado.
-Ey Shuichi, donde este el príncipe Eiri?.- preguntó Hiro mirando de un lado a otro. -no se ha levantado aun?- ante la pregunta, Shuichi negó con la cabeza.
-Quería dormir un poco mas, creo que estaba cansado.-
-Jeje, y tu no estas cansado?- la voz de Hiro sonó algo burlona, dedicándole una mirada traviesa al joven esclavo.
-Eto... a que te refieres?- con nerviosismo desvió la mirada a un lado, rascándose la mejilla con el dedo índice.
-No te hagas el tonto, he encontrado esto.- Hiro le mostró el cinto, consiguiendo que Shuichi se sobresaltara ante aquella prenda. -crees que esa es forma de tratar el regalo de un amigo Shuichi?-
-Eh.. yo.. lo siento Hiro! Es que... yo... me quede dormido y no me di cuenta que me dejaba eso, fue Yuki quien me trajo aquí después de hacer el amor en el lago, por eso yo...-
-Jijijijijijijiji lo sabia...- sonrió el pelirrojo, mostrando en su rostro cierto grado de picardía hacia su amigo.

Ante aquella expresión por parte de Hiro, Shuichi cayó en la cuenta de lo que acababa de "confesar" procediendo inmediatamente a ruborizarse mas de lo que ya estaba, a la vez que agachaba la cabeza completamente avergonzado tratando de esconderla en su pecho. Por su parte, la reacción de Suguru fue prácticamente la misma; el chico había adquirido un violento sonrojo en sus mejillas a la vez que se sintió incomodo ante aquella situación.

-Vaya... ahora entiendo por que te lo olvidaste allí, estabas muy distraído con otra cosa verdad?-
-Hiro eres malo! Devuélveme eso!- de un salto consiguió quitarle el cinto de la mano, o mas bien fue Hiro quien dejo que se lo quitara.

En aquel momento, un extraño de tez morena, vestido con una túnica verde bosque con bordes en verde oliva, se acercó a ellos. Saludó al pelirrojo y a Suguru con una inclinación mientras que a Shuichi lo miró con gesto inquisitivo.

-Mi nombre es Kerath y soy el encargado de los esclavos en el oasis -se presentó con gesto cordial.- Es necesario que el esclavo me acompañe, debo concederle nuevas ropas y alimento.-

Hiro estaban realmente impresionado, los del reino de Sindhar si que tenían métodos totalmente opuestos a los suyos para tratar con los esclavos, en especial con los esclavos destinados a animar a sus amos. Los vestían siempre apropiadamente, y casi siempre estaban en buen estado, nunca se observaban maltratados, y siempre se alimentaban sanamente. Eran posesiones valiosas en ese lado del mundo. Pero igualmente eran posesiones, no eran tratados como seres humanos propiamente dicho. Si, eran seres humanos como cualquier otro, con las mismas necesidades, pero habían nacido para servir sin contradecir.

Sonaba de cierto modo repugnante, pero se alegraba de haber encontrado a alguien como su amigo, porque a pesar de ser un esclavo este iba en contra de todo lo establecido, en cierta forma era un pésimo esclavo. Sonrió ante ese pensamiento.

-Entonces nos veremos mas tarde Shuichi.- comento algo absorto el pelirrojo, observando divertido el rostro de Shuichi que no dejaba de ver algo nervioso y medio paranoico al jefe de los esclavos.
-Vamos.- le indicó aquel hombre moreno con una mirada severa.

Shuichi se rehusó un poco a obedecer, pero tras dedicar una mirada a Hiro y que este asintiera con la cabeza manteniendo una sonrisa aprobatoria,
le hizo adquirir un poco de confianza en aquel hombre. Con un suspiro a modo de animo, se encaminó tras Kerath.

-Vaya, para ser un esclavo tenéis mucha confianza...- puntualizó Suguru con algo de sorpresa.
-Shuichi es un encanto, no es como los demás esclavos, es una pena que no tengas la oportunidad de conocerlo mejor.-
-Ya...- pronunció en un leve tono de ironía.
-Ey, hacia donde te diriges?- preguntó Hiro con algo de curiosidad.
-Hacia la ciudad de Lejeune-
-Umh... nosotros vamos en esa dirección, podríamos ir juntos.- sonrió encantado con la idea.
-Eh...-
-No te parece estupendo? así conocerás a Shuichi mejor.-
-Si.. estupendo.- suspiró resignado.

*********************

La expresion preocupada marcada en el severo rostro del rey de Ilion se acentuo aun mas al ver entrar a las habitaciones reales a Tohma. Llegando a pensar lo peor bajo ante aquella inesperada visita.

-Buenos días majestad -saludo Tohma, sonriendo con suavidad tratando de infundir un sentimiento de tranquilidad en su suegro.
-Buenos días, tienes noticias sobre Eiri y Tatsuha? -preguntó ansioso.
-Si.- murmuro reservado el rubio. -Es algo delicado, seria mejor tratarlo en privado.- pidió observando a algunos consejeros reales que estaban atentos a cada una de sus palabras.

El rey los miro a su vez, asintiendo con un movimiento de cabeza, indicándoles que obedecieran.

-¿Que es lo que sucede Tohma?- volvió a preguntar cuando ambos se quedaron solos en la habitación.
-Eiri esta en el reino de Sindhar.– la voz del rubio sonó extrañamente fría.

Los ojos oscuros del hombre ante si parecieron carecer de brillo por fracciones de segundos. Su hijo mayor había huido, había dado muestras de que algo realmente le preocupaba, de que podía luchar por algo. Siempre había deseado que su hijo mostrase ese mismo carácter fuerte con el que alzaba esa muralla impenetrable para hacerse cargo de Ilion, pero había sido todo lo contrario; solo había visto esa muestra de vitalidad para ir en busca de un esclavo.


-Voy a partir de inmediato en su búsqueda, me preocupa un poco. La situación de Sindhar es aun algo inestable debido a la nueva sucesión al trono por parte del príncipe Ryuichi. Nunca se sabe que podría ocurrir.- Tohma mostró una mirada seria ante el rey de Ilion, prosiguiendo a seguir cuando el gesto en el rostro de este se lo indicó. –además, según mis fuentes me he enterado de que el nuevo Sultán tiene un extraño interés en el esclavo de Eiri, quizás eso podría provocar algún imprevisto.- finalizó mostrándose visiblemente preocupado.
-Al parecer... esto cada vez se complica mas.- afirmo el rey de Ilion bajo un suspiro pesado.- Muchas gracias por tu preocupación Tohma. Pero quizás no deberías alejarte de tu reino, quizás seria mejor que yo hiciese ese viaje.-
-Insisto.- su mirada seguía siendo de preocupación, haciéndole saber al rey que no pensaba dejar a Eiri a cargo de otras personas.- Permítame hacerlo, además ya tengo listo todos los preparativos para el viaje.-

El rey observo con insistencia el rostro de su yerno. Intento preguntarle algo, pero la pregunta murió en su boca. Solo afirmo con un movimiento de cabeza.

-Quiero que me mantengas informado de todo, en especial si tienes algún imprevisto. Enviare una carta a los enviados que tengo en Sindhar para que estén al pendiente de mis hijos, y se preparen por si ocurre algún inconveniente.-
-Por supuesto. Le mantendré informado, solo me gustaría decirle que Mika esta al cargo de todo, si pudiese... -
-Estaré al pendiente de todo Tohma, no es necesario que lo digas.- corto el rey, sonriéndole con amabilidad al rubio.

Tohma sonrió con suficiencia. Ahora todo estaba realmente controlado, solo le quedaba esperar que Eiri no cometiese alguna locura. Se despidió con una leve inclinación, antes de partir en su viaje que lo llevaría hasta su propósito.


*********************

Shuichi estaba de pie en medio de la tienda, siendo observado por el jefe de los esclavos. Se sentía incomodo, no le gustaba que lo examinasen de esa forma. Intentó distraerse observando el resto de la tienda, estaba ocupada por otros esclavos y esclavas, algunas reían intercambiando ropa o pinturas, mientras que otros esclavos dormían placidamente sobre algunos almohadones.

-Creo que es hora de un baño.- comento Kerath con seriedad, provocando que el pelirrosa se sonrojara algo avergonzado. -Toma esto y cámbiate.- dijo el moreno entregándole una fina y sencilla túnica blanca al pequeño. -Shanduray consigue algo de jabón, aceites y ropa nueva para el esclavo del príncipe extranjero.- cortó mirando a una joven esclava que permanecía cerca de él.

Indicado por la joven antes de que esta se marcharse a por su encargo, el pelirrosa se colocó detrás de uno de los biombos donde se desvistió con lentitud. Tomo la túnica de algodón y se la puso encima, le quedaba bastante holgada, se veía mas pequeño.

Con algo de vergüenza, salió de detrás de los biombos, ocasionando que varias miradas se centraran en él, a pesar de que aquella prenda no fuese de su talla, se veía completamente adorable. Aquel color blanco hacia resaltar el violeta de sus ojos, al igual que sus finos cabellos rosados. La anchura de la prenda escondía el fino cuerpo del pequeño, dándole un toque aun mas excitante al imaginar como seria aquel cuerpo delineado bajo al fina tela.

Shuichi se sintió algo incomodo. Desvió la mirada a otro lado, hallando de esa manera como un par de mujeres sostenían la ropa que había traído puesta.

-Que van a hacer con mi ropa?- preguntó a la vez que se acercaba a las mujeres, las cuales tan solo lo miraron sin decir nada.
-No te preocupes por eso, te daremos ropa nueva.- le explicó con algo de seriedad el jefe de los esclavos. -estas ya no te hacen falta.-
-Como que no? Devuélvame mi ropa!- ante la actitud desafiante del esclavo, Kerath abrió los ojos con sorpresa.
-Llevaos al chico de aquí.- le indicó a un par de esclavos. -mandare a Shanduray con él cuando vuelva.-
-No! Yo no me voy de aquí sin mi ropa! Es mia! además, el cinto es un regalo!- con un gesto caprichoso, se cruzó de brazos frente a la mirada seria del hombre de piel morena.
-Llevadlo mientras al lago.-
-Que no! Que no me voy de aquí sin mi cinto!- volvió a gritar desafiante, consiguiendo que varias de los esclavos allí presentes murmuraran algo entre ellos.
-Denle el cinto y que se largue, este crió es insoportable.- indicó con un gesto un tanto insolente a las mujeres.

Shuichi tomó el cinto mostrandose algo prepotente, colocándoselo alrededor de la cintura para darle un par de vueltas y atarlo con un nudo mal hecho.

-Ahora si me voy al lago.- con orgullo de haber conseguido su propósito, se dio media vuelta encaminándose al lago bajo la mirada perpleja de los allí presentes.

**************************************************************

Se estiró perezosamente sobre la cama, revolviendo las sabanas aun mas de lo que ya lo estaban. Un bostezo despreocupado escapó de su boca, llevándose una mano a la misma a la vez que se sentaba sobre la cama.

Tras conseguir abrir bien los ojos y enfocar el interior de aquella tienda, Eiri se puso en pie, dejando caer a su paso la sabana al suelo.

-Es hora de comenzar el día.- esbozando una sutil sonrisa, se dirigió a tomar ropa limpia para vestirse.

Cuando acabó de vestirse, salió de la tienda, observando a su alrededor las verdes y frondosas palmeras, las cuales acompañaban al cálido sol de aquella mañana. Su mirada se centró en la mesa que se ubicaba entre su tienda y la de Hiro, en una de las cuales, divisó al susodicho acompañado de un chico aparentemente algo menor que él.

Comprobó como estos comían algo de fruta, la cual acompañaba la conversación que ambos mantenían. Una expresión de desconcierto se dibujó en su rostro al no hallar a su pequeño esclavo junto a su amigo. A decir verdad, era raro que Shuichi no hubiera ido ya a despertarlo.

Con una expresión seria y paso decidido, se acercó a ambos muchachos, consiguiendo que estos lo mirasen y cesasen su conversación al descubrir su presencia.

-Príncipe Eiri, buenos días.- Hiro se levantó para hacer una reverencia hacia el rubio.

Suguru lo siguió haciendo lo mismo. Con suma amabilidad, aunque algo nervioso por el hecho de estar frente a un futuro rey, se inclinó ante el príncipe heredero de Ilion, quien tan solo procedió a mirar nuevamente de un lado a otro con algo de indiferencia hacia los dos jóvenes.

-Donde esta?- preguntó clavando esta vez sus ojos dorados en los oscuros de Hiro.
-Quien, ¿Shuichi?- ante la pregunta, Eiri asintió. -pues... el jefe de los esclavos de este lugar se lo ha llevado.- le explicó con seguridad en sus palabras.
-Donde se lo ha llevado?- la voz del rubio se dejo oír algo alterada ante tal respuesta, mostrando ante el pelirrojo un claro gesto de preocupación.
-No se preocupe, ese hombre es el encargado de que los esclavos estén bien atendidos en este lugar- volvió a explicarle esta vez con una sonrisa tranquilizadora hacia el rubio. -lo traerán dentro de un rato.-
-Eso me da lo mismo, por que has dejado que se lo llevaran?- sus ojos dorados se clavaron fríos en los de Hiro, manteniendo una mirada intimidante ante estos.
-Por que no va a pasarle nada.- respondió con una expresión seria, mostrando una mirada igualmente intensa que la del príncipe.

Ambos guardaron silencio por un momento, hasta que Eiri apartó la mirada del pelirrojo para con un gesto prepotente, darle la espalda antes de comenzar a caminar.

-Voy a buscarle, ten todo preparado, en cuanto vuelva, nos marcharemos de aquí.-
-Como ordene.- comento en un tono claramente desafiante, el cual Eiri prefirió pasar por alto, tan solo le dedico una mirada de advertencia.

El príncipe de Ilion se encaminó en busca de su esclavo, no sabia por que razón tenían que llevárselo, y menos aun sin su permiso. Si era su esclavo, se suponía que el mandaba sobre Shuichi, y no cualquiera que se le acercase por muy jefe de los esclavos que fuera.

-Vaya... no tiene un buen despertar...- murmuró Suguru en voz baja, temiendo que el rubio se girase y le dedicase una de esas miradas tan intimidantes como las que le había dedicado a Hiro hacia un momento.
-Eso debe ser.- comentó mirando seriamente como el rubio se alejaba de allí.

***************************************************************

Escucho un grito de una voz conocida provenir de una tienda amplia color vinotinto, en la cual se oían algunos murmullos amortiguados. Se acercó y con un gesto impropio de su carente paciencia, levanto la tela haciendo espacio y adentrándose en la misma.

Lo primero que observo le impresiono; esa tienda estaba repleta de esclavos, cada uno mas exótico que el otro. Todos descansaban o bien charlaban animadamente, se decoraban con extrañas pinturas y piedras preciosas, o simplemente disfrutaban de un refrigerio. El olor, mezcla de incienso y aromas de aceites, tuvo un fuerte impacto en sus sentidos, recordándole vagamente una noche en que su esclavo había danzado para él.

Al notar su presencia, algunas esclavas se sonrojaron, evitando su mirada dorada. Otros esclavos simplemente se mantuvieron en silencio.


Shuichi se sonrojo al ver como la chica se agachaba y comenzaba a frotar sus piernas delicadamente, esparciendo el aceite de sándalo sobre la suave piel. Ante las “caricias” de aquellas manos desconocidas sintió como un escalofrió recorría su cuerpo, sintiéndose incomodo ante la situación.

Si no fuese porque ella iba a pagar las consecuencias si él se negaba, no estarían haciéndole eso. Se sentía avergonzado; hacia mucho tiempo que no le preparaban, exactamente desde que se había marchado de Sindhar por primera vez. Desde entonces no le habían vuelto a bañar ni a poner aceites en su cuerpo, ni a vestirle, ni nada de eso. Claro que el no dejaba que le pusiesen esos aceites en sus partes mas privadas... le daba mucha vergüenza. sentía ganas de gritar, pero el "jefe de los esclavos" le había advertido cuando llego de su baño que si no se dejaba hacer, le iban a castigar a él y a la chica, así que decidió desistir en su intento por negarse.

Quería volver con Yuki, ojala estuviese extrañándole. Sonrió con cariño al recordar como habían despertado, sonrojándose tímidamente ante ese pensamiento seguido del de la noche anterior en el lago. Suspiro pensando en su amo, girando el rostro hacia un lado para abrir los ojos con sorpresa cuando observó como Eiri se acercaba hacia él con una expresión no muy amigable.

-Yu... Yuki! que haces aquí?- Shuichi corrió hasta acercarse a su amo, abrazando la cintura de este con efusividad a la vez que mantenía una sonrisa en su rostro.

Eiri tan solo desvió un momento la mirada hacia aquel chico que ya estaba colgado de él, posando una mano sobre la espalda de este en un gesto cariñoso. Enseguida volteó a mirar a la muchacha, la cual parecía totalmente intimidada ante la presencia del rubio, mostrando una mirada esquiva y vergonzosa en sus grandes ojos almendrados.

-Donde esta ese hombre, el jefe de los esclavos- preguntó con evidente ironía hacia el cargo de aquel hombre de piel morena.

La muchacha no dijo nada, tan solo le indico a Eiri el lugar donde se encontraba su amo. Dispuesto a seguir la dirección que le había indicado esta, el joven príncipe acabó por desviar la mirada del rostro de esta, manteniendo una sonrisa algo divertida frente a su actitud tímida.

El rubio caminó seguido de su esclavo, quien curiosamente no decía nada, tan solo lo observaba algo extrañado por su actitud. Al llegar al lugar indicado, ambos se detuvieron frente a la entrada de aquella tienda.

-Eto... Yuki, para que...-
-Quien es el que te ha traído aquí?- preguntó seriamente, sin siquiera mirar a Shuichi, tan solo con sus ojos dorados clavados en las personas que estaban dentro de la tienda.
-Pues.. es aquel que va de verde.- con una sonrisa señaló de forma totalmente descarada a uno de los hombre. -Espera Yuki voy contigo!- gritó cuando Eiri se adentro en el lugar, atrayendo la mirada de las personas que estaban allí.

Ante la presencia del rubio, Kerath desvió la mirada hasta este, ofreciéndole una perfecta reverencia al recién llegado, mirando seguidamente a Shuichi de forma indiferente.

-Se le ofrece algo, su majestad?.-
-Si, no quiero que vuelva a llevarse a mi esclavo sin mi permiso entendido?-
-Disculpe, son las normas del oasis el que atendamos a los esclavos de los viajeros.-
-No me importan esas normas, el chico es mi esclavo, y nadie mas puede tocarlo entendido?-
-Yu... Yuki...- murmuró Shuichi con ojitos llorosos y una sonrisa boba ante las palabras de Eiri.
-Esta bien, disculpe las molestias.- el moreno volvió a inclinarse ante el príncipe, quien sonrió satisfecho ante aquella disculpa, la cual no servia de mucho cuando ya el "daño" estaba hecho.

Sin decir una palabra mas, Eiri se dio media vuelta marchándose del lugar bajo la atenta mirada de los presentes. Tras él, Shuichi lo seguía con una amplia sonrisa en su rostro, a la vez que caminaba dando pequeños saltitos.

-Envíenle sus ropas al esclavo. Solo pónganla en las habitaciones del príncipe.- ordeno Kerath a uno de los sirvientes tras observar como el príncipe de Ilion se marchaba.

***************************************************************

-Oye Yuki, por que has hecho eso?-
-Por que hice el que?- preguntó indiferente, manteniendo su mirada al frente.
-Pues eso, que por que te has enfadado tanto con ese hombre- el rubio solo continuo caminando en silencio, ignorando aquella pregunta. -Yuki? Yuki por que no me contestas!?- con nerviosismo comenzó a dar vueltas alrededor de su amo. -ya lo se!- de inmediato se detuvo frente a este, provocando que Eiri también se detuviera con una expresión algo sorprendida. -Tu estas celoso verdad?- una sonrisa traviesa se dibujó en su rostro, a la vez que comenzaba a reír entre dientes.
-Deja de decir estupideces.- sorprendiéndose ante las palabras de su esclavo, giró la cara a un lado, tratando de ocultar el evidente rubor en sus mejillas.
-Jajajajaja lo sabia! Yuki esta celoso! Que mono! Jajajajajajaja.- ante la risa de su esclavo, Eiri clavó la mirada en este.

En un momento, tomó a Shuichi de un brazo de forma algo brusca, ocasionando que este se asustara ante tal repentina acción y cambiara su risa por una mirada incrédula.

-Yuki que... ah!- en un momento se halló de espaldas contra una palmera, con el cuerpo de Eiri a escasos centímetros de él. -Yuki...- suspiró con la respiración algo agitada.
-No quiero que nadie mas que yo te toque, eres solo mío Shuichi, ten eso bien claro.- su mano apretó el brazo del chico, arrancando un leve quejido de los labios de este, los cuales fueron violentamente besados.

Tras un leve forcejeo por parte de Shuichi, el agarre del rubio aflojó, al igual que sus besos se volvieron mas calmados, aunque no por ello menos intensos. La mano libre de Eiri recorrió el cuerpo del esclavo, colándose bajo aquella túnica blanca que cubría a aquel cuerpo estremecido, llegando a alcanzar la piel desnuda de las piernas de Shuichi, ocasionando que un leve jadeo escapara de los labios del pequeño.

-Yuki... para, pueden vernos!- con nerviosismo miró de un lado a otro, tratando de ignorar las caricias de su amo sobre la piel de sus muslos.
-No hay nadie por aquí, además, será algo rápido.- murmuró sobre sus labios, besándolos con ganas a la vez que su mano alcanzaba la reciente erección del joven de cabellos rosados.

Sus ojos violetas se abrieron sorprendido ante aquella caricia. Un gemido se ahogó en su garganta, llegando a rendirse ante las perfectas caricias que Eiri le ofrecía.

El príncipe esbozó una sonrisa satisfecha sobre los labios de su esclavo, recibiendo en su boca los gemidos entrecortados de este. Retiró un poco su rostro del de Shuichi, enfocando con sus ojos dorados aquellas mejillas sonrojadas, al igual que aquellos ojos fuertemente cerrados, los cuales delataban el estado de excitación en el cual se encontraba el joven esclavo.

Guiado por las reacciones de su esclavo, Eiri aumento el ritmo de las caricias, consiguiendo que Shuichi arqueara su cuerpo contra el de él, siendo esta vez el pequeño quien se aferraba con fuerza a los brazos del rubio.

-Yu... Yuki! ah! ya no.. uhmmm Yuki!- ante la evidente cercanía del final, Eiri besó con fuerza los labios del pequeño, ahogando los gemidos de este en un beso profundo.

Pese al beso, abrió la boca intentando tomar algo de aire, lo cual Eiri aprovechó para deslizar su lengua en el interior de esta, a la vez que su mano presionaba con algo mas de fuerza el miembro completamente húmedo del esclavo, dedicando esta vez unas carias algo mas pausadas, las cuales acabaron por conseguir que Shuichi se derramara sobre su mano.

Inclinó su cabeza hacia atrás, dejándola reposar sobre la palmera, respirando agitadamente tras haberse librado de la boca del rubio. Sus manos resbalaron desde los brazos de su amo hasta quedar paralelos a su cuerpo, sosteniendo el peso de su cuerpo sobre unas piernas temblorosas, sintiendo como entre ellas resbalaba parte del liquido precedente de su orgasmo.

Eiri soltó el miembro del chico, pasando seguidamente las yemas de los dedos sobre la sensible piel, ocasionando un leve jadeo en su esclavo. Sacó la mano del interior de aquella túnica, llevándose la misma hasta la boca, lamiendo sus dedos para limpiar él liquido que había quedado en ellos.

-Yuki... nos... nos podían haber visto.-
-Pero no ha sido así, además, como ya te dije, ha sido algo rápido.- comentó con ironía, ocasionando que las mejillas del pequeño enrojecieran aun más, al igual que una expresión algo molesta se dibujó en su rostro.
-Mira que eres malo!- en un gesto gracioso, golpeó el pecho del príncipe con sus puños, ocasionando una leve sonrisa en los labios de este.

El joven esclavo se detuvo en el momento en que el sonido de varias voces comenzó a escucharse en el lugar. Giró su rostro de forma curiosa, consiguiendo que Eiri hiciera lo mismo.

Tras unas palmeras, asomaron un par de muchachos, uno de ellos con una larga melena rojiza, el cual conversaba animadamente con otro muchacho de rostro aniñado.

-Hiro!- con una sonrisa corrió hacia su amigo, llamando la atención de este y de su acompañante.
-Vaya Shuichi, que haces tu por aquí? Y... vestido de esa forma.- una sonrisa burlona se dibujo en su rostro tras ver el gracioso atuendo de su amigo.

Shuichi se dedicó una mirada a si mismo, observando como efectivamente, se veía bastante ridículo con aquella túnica que le quedaba bastante grande, añadiendo a eso el "nuevo loock" de atarse un cinto a la cintura...

-Jeje, es que querían que me deshiciera del cinto, y no me daba la gana!- protestó cruzándose de brazos.
-Esta bien, no la vayas a tomar conmigo.- lo calmo dándole un par de golpecitos cariñosos en la cabeza.
-Has preparado todo?- intervino Eiri, captando la mirada del pequeño, quien de inmediato se agarro a su brazo posesivamente.
-Si, esta todo listo para marcharnos, le estábamos buscando.- explicó Hiro de forma segura ante la intensa mirada de los ojos dorados.

El príncipe desvió la mirada del pelirrojo, para centrarle un momento en el chico que lo acompañaba, quien hizo una pequeña reverencia mostrando una mirada confiada ante el rubio.

-Ah, el es Suguru, si no tiene inconveniente, viajara con nosotros parte del trayecto.-
-Por mi no hay problema.-
-De verdad? Kyaaaaaaaaaaaaa vendrás con nosotros?-gritó Shuichi acercándose al joven, quien tan solo asintió. -sera mas divertido si vamos todos juntos!- ante aquellas palabras, Suguru esbozó una sonrisa forzada. -bien entonces, pongámonos en marcha.!-
-Si, si, pero antes sera mejor que te cambies de ropa.- le indicó el pelirrojo con una sonrisa nerviosa.
-Eto... creo que si... jajajajajajaja-
-Sera un viaje muy largo...- murmuró Eiri a la vez que se llevaba una mano a la frente de forma cansada.

******************************************************

-De nuevo leyéndola?-
-No te he oído llegar.- ante la presencia de K a su espalda, Ryuichi guardó la hoja de papel que tenia entre sus manos, la cual estaba ya algo estropeada por el uso.
-El muchacho se marcho hace ya varios días, incluso ya han debido atravesar todo el desierto. Y cada vez que vengo a buscarte para algo te encuentro leyendo esa carta.- el rubio se llevó una mano a la cabeza, enterrando sus dedos en el sedoso cabello bien recogido.

Ryuichi no contestó. Tan solo se limitó a ponerse en pie tras haber cogido a Kumagoro de la hierba donde el conejito había estado descansando.

-Han preparado ya mi caballo?- preguntó sin ni siquiera mirar al rubio, comenzando a caminar seguido por este.
-Je, ese chico es la primera persona a parte de ti a la que Blanquito deja que se le acerque sin ponerle “mala cara”- comentó bajo una mueca divertida, recordando como el menor de los príncipes de Ilion había establecido una buena amistad con el animalito.

Ante el certero comentario por parte del rubio, el joven sultán esbozo una sonrisa sincera, guardando silencio hasta que una nueva pregunta por parte de aquel hombre le hizo romperlo.

-Por cuanto tiempo se quedara?-
-Todo el que él quiera, además... Tatsuha es muy divertido.- adoptando una expresión mas aniñada, encaró a K, consiguiendo que este sonriera con satisfacción.
-Entiendo, al parecer no solo el caballo se ha encariñado con el chico verdad?- preguntó con un gesto algo burlón, consiguiendo tan solo que no desapareciera aquella sonrisa infantil del rostro de Ryuichi.

Tras el corto trayecto que distaba desde el jardín donde ambos se encontraron hasta el establo, el joven sultán se había dedicado a jugar con Kumagoro, a lo que K había respondido siguiéndole el juego al animalito de peluche.

Ante la mirada de aquellos ojos azules que se expresaban aniñados, se hallaba Tatsuha, quien parecía estar esperándolo con impaciencia junto a blanquito y a su propio caballo bien preparados para ser montados.

-Oh! Tatsuha estas listo?- Ryuichi corrió hacia el menor de los príncipes, deteniéndose frente a este con una sonrisa jovial, ocasionando que el moreno lo mirase ensimismado. –Kumagoro tiene muchas ganas de ir a montar a caballo!- el conejito apareció ante el rostro del moreno, saludándole a su vez con al patita. -Uy?- se preguntó algo extrañado ante la falta de respuesta.
-Te ha hecho una pregunta.- la mágnum de K apareció repentinamente pegada a la sien del mas joven, haciéndolo cambiar aquella tonta expresión por una de puro pánico ante el arma.
-Eh... yo.. si, claro que estoy listo.- esbozo una sonrisa nerviosa, notando las gotas de sudor resbalar por su frente.

Ante la contestación del príncipe de Ilion, el rubio guardo su arma, esbozando una sonrisa satisfecha ante la eficacia de la misma.

-Entonces marchémonos na no da!- ante la vitalidad del joven sultán, Tatsuha asintió con la cabeza, acercándose hasta su caballo para montarlo.

Ryuichi se acercó a blanquito, observando asombrado lo limpio que el joven príncipe lo había dejado después de haber insistido hasta la saciedad en que el quería ocuparse de bañarlo, poniendo como excusa, que todos los amigos de Ryuichi eran amigos suyos.. al parecer con el caballo si lo había logrado.

Aquel día, el joven sultán lo había invitado a que salieran juntos a montar a caballo, a lo que el moreno había aceptado sin dudarlo, es mas; sus ojos se habían iluminado totalmente esperanzados. Se sentía bastante feliz de poder estar junto a la persona a la que tanto admiraba, feliz de saber que no era para nada indiferente para esa persona.

********************************************************


-¿Falta mucho?- preguntó Shuichi por enésima vez, agotando la paciencia de Eiri.
-Shuichi me vuelves a preguntar lo mismo y te juro que te bajo del caballo y caminas el resto del viaje.- le advirtió el rubio a la vez que
apretaba con fuerza las riendas del caballo.
-Pero Yuki...- lloriqueó mostrando una expresión un tanto dolida. -Es que me duelen las piernas ya.-

Eiri suspiro de forma cansada, él también resentía en su cuerpo las horas que llevaban sobre el caballo, pero no iba a ser él quien pidiese que parasen. Al parecer Hiro y Suguru eran incansables, ya que estos no habían propuesto una parada desde la hora del almuerzo en un pueblecito de paso.

Shuichi cambió su expresión impaciente por una mueca que denotaba el escalofrío que acababa de recorrer su cuerpo, llegando a acurrucarse entre los brazos del rubio.

Eiri bajó la mirada al sentir el leve temblor en el cuerpo de su esclavo. Al parecer aquel cambio de clima se había hecho notar demasiado. Y es que pasar de un desierto a una zona de bosque donde el clima era mucho mas frío en aquella época del año, no era como para permanecer indiferente.

Soltando por un momento una de sus manos de las riendas, alcanzó la abertura de su propia capa, cubriendo con parte de la misma lo que alcanzara del cuerpo del pequeño, envolviendo su fina cintura seguidamente para atraerlo mas pegado a él.

Ante aquel gesto, Shuichi miró a su amo, quien seguía con la mirada fija en el camino y esta vez con ambas manos sujetando las riendas. Ante la aparente indiferencia del rubio, el joven esclavo esbozó una sutil sonrisa, apoyando su cabeza sobre el pecho de este pasa sentir el calor de su cuerpo bajo la tela de aquella capa.

-Esa ciudad de allí abajo...- Suguru señaló a la bonita vista que allí se divisaba. –es Lejeune.- explicó deteniendo su caballo, provocando que Eiri se sobresaltara ante la información. –allí será donde yo me quede.- informó el joven adoptando una sonrisa.
-Y nosotros Hiro? Cuando vamos a descansar? -preguntó Shuichi haciendo un leve puchero.

Suguru observó algo absorto la expresión del esclavo, sorprendiéndose de que este no hubiera formado ya otros de sus berrinches como venia haciendo durante esa casi semana de viaje. Aun no terminaba de encajar la
personalidad del chico.

-Pues ya que estamos en Lejeune, descansaremos aquí esta noche.- aquellas palabras por parte del pelirrojo arrancaron una sonrisa satisfecha de labios del esclavo, quien asintió encantado con aquella idea. –en unos tres días mas, estaremos en Ilion.-
-Podríais quedaos a pasar la noche en mi casa.- intervino Suguru atrayendo las miradas de los demás. –esta es una ciudad pequeña, y os costara trabajo encontrar alguna posada libre en esta época del año, así que lo mas aconsejable seria que os acomodarais en mi casa.- les invitó mostrando una cordial sonrisa.
-A mi me parece genial, tu que dices Yuki?- preguntó a la vez que se giraba a mirar a su amo, quien tenia la mirada clavaba en el horizonte. –Yuki?- ante la nueva pregunta, el príncipe salió de sus pensamientos, mirando enseguida a su esclavo algo desconcertado. –oye, te encuentras bien? no tienes buena cara.- ante la pregunta, Eiri tan solo volvió a clavar su ojos dorados en la ciudad, dejando a Shuichi algo preocupado.
-Esta bien, pasaremos la noche en casa de Suguru.- afirmó Hiro observando con recelo al príncipe Eiri.

Siguieron el camino, llegando a adentrarse en aquella pequeña ciudad.

-Mira las casitas!- comentó Shuichi señalando las mismas, haciendo sonreír al pelirrojo ante aquella actitud tan encantadoramente infantil.

Eiri observó de forma lejana aquella sonrisa; una sonrisa viva y juguetona, igual a la que había conocido alguna vez hacia bastante tiempo; una sonrisa que se había vuelto fría, fría como aquella noche.



Continuara...

***********************************


Notas de Saiyi:

POR FIN!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Madre mia!!! Lo k hemos sudado por culpa de este cap.!!! (al menos yo) con mas de medio cap. escrito desde antes de subir el anterior y la cosa k no avanzaba... uf, menos mal k ya esta listo, pk de verdad k estaba sufriendo ^_^u k me da cosita cuando tardamos tantísimo en actualizar. Bueno, pues este cap. como habreis visto, parece un poco de relleno, pero era necesario para seguir con lo k keda del fic ^_^u asi k no nos pegueis por haberos tenido tanto tiempo sin nada, para daos algo en lo k aparentemente no ocurre gran cosa, solo estamos preparando terreno XDD solo kiero decir una cosita... XDDD la parte cuando Yuki le mete mano a Shuichi.. pues eso no estaba en los planes del cap. pero es k cuando estaba escribiendo y lo vi tan mono con la tunica esa k le habia puesto cath, me entraron ganas de hacerle de todo, pero como yo no podia... pues Yuki lo hizo por mi ^_^u y eso salio XDDD bueno k mas.. en este cap. aparece algo de Ryuichi, pero mas adelante saldra algo mas, la cosa no keda asi ^_^u y ya en su tiempo, explicare una cosita sobre eso ^_^ pues por mi parte nada mas, solo k gracias por ser tan pacientes y leer este fic y espero k nos dejeis comentarios!!! Bye bye na no da!!! ^_^

__________________________________________________

Notas de cath:

Pues mas q nada mil disculpas por la tardanza ~.~ de veras q si, y pues tambien porque no hay bonus para este cap. si no mas bien para el otro, aunque con la emocion q mostraron pues... errr... no se quejen ^^;; y pues me eh quedado impresionada con algunas chicas q se han leido el fic de una vez, venga son 19 capitulos con 4 bonus, eso es una odisea o.ô tambien quiero dedicarle este cap. a Anna q es una monada y a Ayaka-chan q me ah mandado unos preciosos dibujos, entre ellos uno basado en DW y pues gracias por sus comentarios, mails y reviews sobre nuestro fic ^^


___________________________________________________


Notas de Ai:


ayshh ._. *sniff* otro capitulo mass ._. cada vez keda menos pa k llegue el final, solo kedan ....... caps mas y se acabo, a ver si hacemos otro fic… kiero hacer uno de shu de striper y el yuki de chulo putas pero me da k ni saiyi ni cath estan por la labor tendre k hacer algo al respecto ^^ ?---cara made in seguichi tahoma, bueno k tal el cap? Os ha gustado¿ pos ya sabeis dejad un review y decidlo ^^ vengaa hasta el siguiente cap! muakaaaaa /notita de saiyi: ^_^u esta como una cabra/

No hay comentarios:

Publicar un comentario