jueves, 13 de agosto de 2009

IN THE MOONLIGHT Ch. 06

Fan Fic Basado en Gravitation
Yuki x Shuichi
By Itzukiai

ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª

Capitulo 6:

La canción sin letra.



Ya llevaba un día desde que había regresado a la casa cuando el timbre de la puerta sonó despertándolo. Con pereza se puso de pie para abrir. Todavía se sentía agotado, estaba constantemente en una estado de somnolencia. Los medicamentos lo adormecían un poco y, además, tenia que arreglárselas con un solo brazo para todo, por lo que requería de un esfuerzo doble para cada cosa que tenia que hacer.

Estar así no era algo que Yuki hubiera querido, el no solía depender de nadie y tenia que reconocer que ahora si necesitaba bastante ayuda. Hasta un simple acto como bañarse era complicado, no podía hacerlo solo por el yeso y los vendajes que cruzaban su pecho.
Vestido con un cómodo Yukata negro, abrió la puerta para encontrarse con aquella sonrisa que tanto le gustaba, esa que solo tenia su ex amante.

El pequeño lo miro alegremente mientras de sus labios brotaba un feliz "La Hi Ho" acompañado de un movimiento en las manos a manera de saludo. Shuichi lo miro sonrojándose un poco, realmente casi podía ver a aquel joven exultante del cual se había enamorado mucho tiempo antes.


- Buen día Yuki... - Saludo por fin

- Buen día - Le contesto haciéndose a un lado para dejarlo entrar


El rubio cerro la puerta y camino hasta tumbarse en el sillón, los medicamentos lo tenían algo mareado en verdad, justo enfrente habia ubicado la PC, sabia que desde allí podría verlo a sus anchas mientras el pequeño tecleara dándole la espalda. Shuichi se acomodo rápidamente y se sentó para poder comenzar...


- ¿Empezamos a trabajar? - Pregunto expectante


Yuki asintió con la cabeza. Se puso de pie trabajosamente y al abrir un archivo le pidió la contraseña. Se agacho sobre el teclado quedando apenas apoyado sobre el cuerpo del pequeño y le dijo con suavidad...


- La contraseña es tu nombre - Explico indiferente. Los ojos violáceos se volvieron a el sorprendidos ¿Usaba su nombre como contraseña? ¿Desde cuando?

- Ne, Yuki... No hubieras cambiado tu contraseña por mí

- No la cambie...


Sin mas se volvió al sillón, Shuichi quedo petrificado... no sabia como tendría que tomar aquello... Realmente no creía ser tan importante como para que él lo considerara para aquello. Trago duro y se volvió a la pequeña pantalla que tenia ahora un texto tipeado en perfecto orden. Entonces sintió la voz de Yuki que le pedía que leyera la ultima frase para empezar a dictarle.

Al principio fue un problema, ambos tenían que adecuarse al otro. A decir verdad Shuichi como escritor era un muy buen cantante. Era algo lento, protestaba a cada rato porque se equivocaba llamándose a sí mismo Baka, tantas veces, que el escritor empezó a pensar si en realidad se llamaba Baka en vez de Shuichi... Lloraba porque no iba lo suficientemente rápido o porque no entendía siquiera lo que estaba escribiendo... Ante tanto berrinche y queja el rubio lucia serio, pero en el fondo estaba muerto de la risa... Aishhhh...
¡Hacia tanto tiempo que no veía a su pequeño berrinchando de esa forma!...
Por suerte la perseverancia del pequeño estaba a prueba de todo y lo vio empezar a tomar un ritmo algo más rápido y constante que mejoro notablemente.

A Yuki le fascinaba verlo, allí, sentado, concentrado a lo que él le dictaba, con su cabellera rosada revuelta por los nervios, lloriqueando emocionado cuando era una escena dura. No podía verse mas dulce y angelical...

Uno tras otro los días fueron pasando con la misma escena una y otra y otra vez, era como una rutina verlo allí frente a su teclado con la enorme vitalidad que lo avasallaba... Y siempre almorzaban juntos, riendo como antes...
No supo nunca porque no lo había entendido aquella vez, ahora le encantaba escucharle, hasta había empezado a entender a su hermano, Shuichi siempre le contaba anécdotas de el y de Ryuichi que lo divertían mucho...

Uno de esos días surgió una conversación entre ellos que seria determinante.
Era el medio día cuando un ruido peculiar sonó en aquel lugar retumbando y quebrando el sonido parejo del repiqueteo de teclas.


- Ya esta bien Shuichi, guarda el texto y apaga la maquina - Ordeno poniéndose de pie y tomando el teléfono

- P-pero aun no terminamos

- Hazme caso Baka, no podemos seguir con ese ruido

- Uhhhhh... ¿Qué Ruido?

- El de tu estomago protestando por hambre - Gruño marcando un numero en el teléfono con la mano que tenia sana

Shuichi se sintió avergonzado, el solo quería ayudar y ya estaba causando problemas. Apago la Lapton y se encamino a la cocina a buscar los vasos y los cubiertos para comer.

La cocina parecía zona de desastre, era evidente que el rubio con una sola mano no podía ordenar como se debía... Suspiro sonriendo y se coloco un primoroso delantal de voladitos blancos antes de comenzar a lavar. Automáticamente empezó a tararear una bella melodía suave y agradable.
El rubio a todo esto estaba apoyado en el marco de la puerta observándolo de arriba abajo, verlo así, tan endemoniadamente sexy, le provocaba apretarlo y besarlo... Se moría de ganas de sentir aquellos labios contra los suyos... pero no era buen momento aun para hacerlo.

- ¿Es nueva? - Pregunto Yuki de pronto sobresaltando al pequeño. Shuichi asustado, soltó el plato que traía entre los dedos el cual se estrello en el suelo quebrándose en muchos pedacitos

- Gomennnnn

- ¡Baka!... - Se burlo ayudándolo a recoger los vidrios - No me importa el plato, no me contestaste... ¿Es nueva?

- ¿Uh?

- La canción... la que estabas tarareando

- ¿Eh?... ¡Ah sí!... Lo siento si fui muy ruidoso, no cantare mas... no quisiera molestarte...

- No me molestas, deja ya de decir eso Baka, cuentame de la canción

- Si es nueva... hace días que Hiro y yo compusimos la melodía... pero aun no he conseguido escribirle la letra

- Como siempre... - Aclaro el rubio

- Ajap... hay cosas que nunca cambian - Rió Shuichi dándose un menudo golpecito en la cabeza a modo de reprimenda...

- No creas... yo pienso que las cosas han cambiado bastante - Dijo el rubio de pronto sorprendiendo una vez mas al pequeño - De todas formas es una bonita canción... deberías seguirla, quizás se convierta en un éxito - El timbre de la puerta los interrumpió - Es la comida, voy a abrir

- Deja, voy yo - Expreso solicito Shuichi corriendo hacia la puerta. Pago al repartidor y se sentaron a almorzar

Realmente no sabia que Yuki entendía sus canciones. Pensó que no le importaban, nunca había demostrado interés alguno por su música... ¿Qué significaba aquello? Las cosas estaban cambiando dentro de su corazón y él lo sabia...

Otra cosa que molestaba a Yuki profundamente, era que cada tarde cuando llegaban las seis, el tenia que irse... casi como un ritual, lo veía alejarse desde su ventana, cruzar la calle corriendo hasta la cafetería de enfrente para colgarse al cuello de el modelo que lo esperaba siempre... No importaba si hacia frío, calor o si llovía... El siempre estaba allí. Hasta podía jurar que lo había visto mirarlo a los ojos cuando el pequeño lo abrazaba... Los ojos azules lo miraban fríos, burlones y hasta podía decirse que vengativos. Yuki realmente odiaba eso... odiaba dejarlo ir cada noche, odiaba no poder besarlo apasionadamente, odiaba simplemente tenerlo que compartir con ese extraño que quizás nunca supiera la joya que estaba a su lado

La vida con Shuichi se había vuelto una droga deliciosa que se alimentaba con la compañía diaria... pero el rubio no era ajeno a que pronto esto se terminaría y él volvería a quedarse solo, a perderlo una vez mas... Se mordía los labios de impotencia cada vez que pensaba en aquello... Tenia que resolver las cosas lo antes posible si quería recuperarlo.

Una tarde como tantas lo vio alejarse y se dio cuenta que había dejado olvidada una chaqueta castaña con cuello de piel, evidente en el apuro se la había dejado. Espero un rato imaginando que volvería, pero después de una hora se dio cuenta que quizás regresaría por ella el día siguiente, además ¿Para qué volver si al otro día la recuperaría?

La tomo con la mano sana y la acerco hasta su rostro. Estaba impregnada de su aroma y era sencillamente exquisito sentirlo, además, le parecía extraño que Shuichi aun usara el perfume que el mismo le había regalado...
¿Estaría conciente de lo bien que olía en su piel o se lo pondría solo para él?
Eso solo el cantante lo sabia...

Iba a volver la chaqueta a donde estaba cuando un papel se deslizo de ella cayendo a sus pies. Al principio le resto importancia y a saber porque sintió la necesidad de levantarlo y abrirlo.
Ante sus ojos tenia una hoja de papel arrancada desprolijamente de una libreta, con un montón de signos y kanjis que formaban entre sí la letra de una aparente canción... ¿Qué mas podría garabatear su pequeño?

Reconoció la letra grande, abierta, como el carácter de Shuichi... Hacia tanto que no leía algo en puro japonés que le sorprendió el solo hecho de verlo.
Enfocó sus ojos en el papel y con celeridad recorrió cada una de las estrofas... esto no podía ser verdad... era una canción... ahora estaba seguro. La canción sin letra que siempre tarareaba Shuichi y que bajo sus ojos empezaba a tomar forma.

La cálida luz de la mañana
penetra por la estrecha ventana,
Abro los ojos y ahí estas otra vez,
durmiendo a mi lado como antes

¿Debería perdonarte?
¿Debería olvidar lo que paso entre los dos?

Tus cabellos dorados se revuelven en la almohada,
tus felinos ojos reposan en paz
Todo tu ser se estremece a mi lado,
irradias paz, felicidad, Satisfacción

¿Otra vez será un juego?
¿Otra vez caeré en tus redes?


Pienso y solo pienso...
y en mi mente una sola frase
Debo darte una nueva oportunidad
una nueva oportunidad para el amor


Siento que mis fuerzas fallan...
Ya no puedo mentirme mas
Sucumbo ante tus besos
Te amo, esa es mi realidad

¿Podré...



La canción terminaba allí, no había mas... solo palabras sueltas, borroneadas con desprolijidad... El sabia que esa era su canción... la misma que le escuchaba tatarear montones de veces desde que estaba ayudándolo, pero si lo que decía la letra era verdad, entonces el pequeño estaba dudando de sus sentimientos.

Era la primera vez en mucho tiempo que tenia la seguridad de que el aun lo amaba. Él quería escucharlo de sus labios, pero sabia que eso seria muy difícil. Shuichi aun estaba herido y eso no podía arreglarse de la noche a la mañana, ahora quedaba en sus manos convencerlo de que él si lo amaba. Cerro el papel con sumo cariño y volvió a deslizarlo en el bolsillo de aquella chaqueta desde donde se había caído, no podía decirle que lo habia leído, él pensaría que reviso su ropa y eso no estaba bien

Se recostó en su cama intentando no pensar en eso... Pero ¿Cómo?.... era imposible evitarlo... las palabras garabateadas por el pequeño calaron muy dentro de su corazón. Prendió un cigarrillo perdiendo sus ojos dorados en la pantalla de la TV No la estaba mirando en realidad, que más le daba lo que estuvieran pasando, el solo pensaba en Shuichi... Una sonrisa apareció en su rostro, entonces casi para sí mismo suspiro una frase que le permitió por fin conciliar el sueño

- Zero talento... el realmente tienes zero talento Shuichi... - Se sonrió una vez mas - Y por eso te quiero...

ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª

J.K tampoco la estaba pasando bien. Consciente que si le prohibía a Shuichi el ver a Yuki seria para peor, pensó en resignarse a compartirlo con el escritor...

Esto le generaba dos problemas, el primero era que debía confiar ciegamente en Shuichi... Tenia que aceptar que él quería ayudar al escritor y que entre ellos no iba a pasar nada... cosa por demás difícil si tenemos en cuenta que entre ellos había habido un volcán de pasión descontrolada... El no era ajeno a toda la pasión que encerraba el pequeño de cabellos rosados, sabia lo buen amante en que se había convertido Shuichi... es mas, el mismo le había quitado muchas de las inhibiciones que tenia con el escritor. Hasta Shuichi le había confesado que como amaba mucho a Yuki, temía hacerlo enojar así que se contenía muchas veces de hacer cosas... Pobre tonto de Yuki Eiri, no tenia idea de la fiera que se ocultaba tras la fachada alegre y suave de Shuichi, era la persona mas apasionada que había conocido en su vida

Su segundo gran problema era lo mucho que odiaba a Yuki Eiri...
Si, ese tipo le había robado lo único que amaba en la vida, nunca había odiado a nadie tanto y en verdad nadie generaba en el tantos oscuros deseos de venganza. Saber que el ahora podía estar cerca de Shuichi lo predisponía peor para con él.

Su gran error quizá había sido enamorarse locamente de Shuichi... en verdad él había empezado con el pequeño con el solo fin de quitárselo a Eiri Yuki, pero se había enamorado de el... ¡¡¡Gran Error!!!... ¡Enorme gran error!
Ahí estaba él, como perrito faldero tras ese loco cantante de ojos violetas que lo volvía simplemente Loco.

Estar con Shuichi le había enseñado otra cara de la vida, cuando creyó que ya nada podría hacerlo feliz, cuando la venganza ocupaba su corazón, el tierno sentimientos que hacia brotar Shuichi con sus cosas ablando su corazón endurecido por el odio.

Amarlo era tan fácil como abrazarlo. Siempre feliz, dispuesto a dejarse querer, a sonreír, a ser feliz... ¿Cómo alguien podría no quererle?
Estaba perdido... Enamorado como loco y cegado por la sed de venganza.

Para colmo de males desde el accidente del escritor había notado un sutil cambio en Shuichi. No era tonto y sospechaba que ellos habían estado juntos, pero no tenia pruebas, y reclamarle a Shuichi seria quizás perderlo para siempre, así que no le quedo otra alternativa que intentar sacar adelante las cosas rogando que no se desbanden.

El no le decía nada y esperaba que al volver a Japón todo volviera a ser como antes... Porque le quedaba claro que no faltaba mucho tiempo. Shuichi, Hiro y Fujisaki tendrían que volver pronto para empezar la grabación del nuevo CD y entonces él tendría lo que quería.
A Shuichi con el y su venganza para con el rubio escritor.



ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª


El tiempo paso más rápido de lo que ambos hubieran querido. Shuichi estaba consciente de que la palabra Fin estaba cerca... muy cerca. ¿Qué hacer después? ¿Un adiós y hasta luego? Se negaba a pensarlo, hacerse cargo de aquella situación era enfrentar cosas que no estaba preparado a plantearse...

Esa mañana despertó mas temprano que de costumbre, simplemente no podía dormir más. Volteo su mirada a su compañero de cama. El cabello renegrido de J.K se desparramaba sobre la almohada, él yacía boca abajo con ambos brazos por debajo de la almohada, las largas y sedosas pestañas negras contrastaban contra su piel... era un hombre en verdad atractivo, pero... ¿Lo amaba realmente?

Sus sentimientos solo eran una mata de confusión. El día anterior habían discutido. J.K estaba muy celoso y a pesar de que era muy paciente con él, ya estaba empezando a perder la paciencia y lo peor de todo era que Shuichi lo entendía, tenia todo el derecho de enojarse... después de todo pasaba mas horas con el rubio que con él.

Se restregó los ojos una vez mas... Su mirada volvió a perderse en su amante... J.K había llegado a su vida en el momento ideal. Separado de Yuki y con su corazón lentamente cicatrizando, era hora de volver a empezar
¿Por qué no hacerlo con aquel joven modelo que se desvivía por atenderlo y arrancarse una sonrisa siempre que podía?

Pero... ¿Era amor realmente? Cuantas veces se lo había cuestionado en el tiempo que llevaban juntos... y cada vez obtenía la misma respuesta, Quizás.
La cercanía con Yuki solo incrementaba sus dudas. J.K no se lo merecía... pero tenia que admitir que seguía perdidamente enamorado del rubio, a pesar de todo. Él lo sabia por mucho que quisiera mentirse... era una realidad que se evidenciaba día con día

Volteo la mirada y el reloj marcaba las siete ¿Habría alguien levantado? Después del tormentoso desayuno donde había visto aquella escenita tan intima entre Tatsuha y Ryuichi el simplemente ya no se levantaba tan temprano... pero bueno, ese día ya no podía dormir más.

Se cambio rápidamente evitando el ruido para no despertar a su compañero. Se coloco una polera blanca que se asía a su cuerpo y unos pantalones de Jean azul algo gastados con unas botas oscuras, por arriba llevaba un sweater de escote en V color azul lavanda que hacia juego con sus ojos realzándolos.

Después la rutina... Un taxi que lo llevaba hasta casa de Yuki, el ascensor y por fin la puerta de su departamento. El corazón latiéndole desesperado y su sonrojo al verlo frente a frente... cada día lo mismo... como una especie de ritual al cual se estaba acostumbrando

El rubio abrió la puerta esa mañana sintiendo que no iba a ser un día mas... ciertamente no era así... había cierto ambiente que lo hacia distinto a los demás...


- Buen día Yuki...

- Buen día - Respondió haciéndose a un lado para dejarlo entrar


Shuichi se quito el nuevo abrigo y se alisto para trabajar. El rubio atravesó la habitación hasta tomar su lugar habitual en el sillón. Y como cada día le dictaba a medida que los dedos del pequeño se deslizaban por el teclado. Ciertamente, con el trabajo continuo, había adquirido cierta rapidez, prácticamente escribía a la par de lo que él le dictaba... Convengamos que no tenia la destreza de una secretaria pero se las apañaba bastante bien.

El trabajo comenzó arduamente y casi toda la mañana funciono bien, pero llego un momento cuando la concentración del cantante comenzó a fallar...


- ¿Pasa algo? - Pregunto el rubio al verlo restregarse furiosamente los ojos

- ¿Uh?... Gomen na Yuki... - Explico sonriente - No dormí bien anoche, estoy un poco cansado... uuuuuaaaaaa - Dijo bostezando


Yuki trago duro. ¿No había dormido? ¿Qué significaba eso?... Uhhhh... nadie tenia que hacerle un diagrama, entendía perfectamente que significaban esas palabras... o por lo menos creía entenderlo.
Hizo una mueca de desagrado que dejaba advertir sus celos. La furia le traspasaba su cuerpo volviendo sus mejillas rojas como manzanas...
¿Desde cuando se había vuelto tan celoso?
Quiso levantarse rápidamente de allí, huir de ese lugar con la mayor velocidad que podía, pero cuando intento alejarse la voz suave de Shuichi lo detuvo.


- Yuki... ¿Falta mucho?

- ¿Eh?

- Para terminar el libro - Explico. Los ojos violáceos reflejaron cierta tristeza que el rubio no entendió.

- ¿Ya te aburriste de ayudarme? - Pregunto con cierto tono receloso

- No, no es eso... Solo preguntaba


El escritor logro ponerse de pie sin ayuda de forma rápida. Shuichi lo miro sin entender. Lo siguió con la mirada hasta que desapareció tras la puerta de la cocina, no había dicho nada más. ¿Acaso se había enojado?

¡Que tipo complicado!... odiaba cuando hacia esas cosas porque no podía comprenderlas... Dos minutos mas tarde regreso con una taza humeante en las manos.


- Toma - Le dijo secamente - Bébelo así podemos seguir trabajando

- Gracias - Le contesto Shuichi soplando la taza y levantando el aroma del café recién hecho. Removió con la cuchara por un rato para que se enfriara un poco y se volvió hacia él - Gracias por el café... pero no deberías hacer estas cosas... - Shuichi hablo de corazón, aunque desconcertado por esta actitud extraña que tenia el rubio para con él, le gusto el gesto de que lo tuviera en cuenta

- No es nada Baka - Rezongo Yuki fríamente - El café lo hace la cafetera y to solo puse la taza en el microondas para calentarlo.


La voz monótona y fría lo devolvió a la realidad ¿Por qué Yuki parecía tan molesto? ¿Acaso por algo que él le había dicho?
El cantante bebió un buen sorbo de café y se sobo los ojos para desprenderse un poco de cansancio. Realmente no parecía buena idea confesarle a Yuki que no había podido dormir por pasarse la noche entera pensando en él... No... No era para nada una buena idea.
Se dio vuelta una vez mas para quedar enfrentado con el monitor de la Lapton y el texto que estaba tipeando.


- No, no falta mucho... - Hablo Yuki por fin - Hoy lo terminamos...


Shuichi simplemente asintió con la cabeza incapaz de decir o hacer algo mas... Aquellas palabras calaron fuerte en su mente "Hoy"... "Hoy"... "Hoy"... el tan temido día había llegado. Él terminaría su trabajo y ya no tendría ninguna excusa para venir a verle.

Su alma atormentada rugió como león enjaulado, se alegro de estar de espaldas, así evitaría que él lo viera llorar. Invariablemente llegaron a sus ojos las lagrimas traicioneras sin su permiso, es mas una resbalo por su piel dejando a su paso la evidencia húmeda de su malestar.

Poco después de almorzar sucedió, sus manos tipearon la tan temida palabra, el cantante se sentía bastante mal, todo el tiempo había trabajado con un nudo en el estomago. Ya no había mas que hacer. Se había terminado, no le quedaban excusas, ni palabras, ni frases por decirle. El destino mostraba ahora su cara fría. De nada servia patalear o negar lo evidente, el frágil hilo que los unía momentáneamente acababa de romperse.
Suspiro cuando el trabajo termino, protegió los archivos y apago la maquina con un claro gesto de agotamiento.


- ¿Estas cansado? - Pregunto Yuki de forma curiosa

- Un poco...

- Siéntate un rato en el sillón, voy por algo para beber... -Expreso - Tenemos que festejar el haber terminado a tiempo ¿No?

- Uhmmmmummm... - Contesto sin ganas. Yuki parecía animado y él en cambio se sentía pésimo, era toda una tortura, quizás al rubio le alegrara saber que iba a quitárselo de encima.

- Pon algo de música - Le grito desde la cocina con un tono de voz algo exaltado.


Shuichi se desperezo al ponerse en pie, tomo un CD cualquiera y al abrir la bandeja del equipo, menuda fue su sorpresa cuando encontró que dentro había un CD de Bad Luck. Los ojos violetas se abrieron en confusión y aun cuando estaba titubeando Yuki regreso con una botella en la mano y dos copas sostenidas entre el brazo enyesado y su cuerpo.

- ¿Qué pasa Shu-chan? - Pregunto al verle estático con el CD en la mano

- No sabia que escucharas Bad Luck - Dijo mostrándole el CD

- Errrrr, seeee - Explico intentando de cambiar de tema - Shuichi, abre tú la botella, yo no puedo

- Pensé que odiabas mis canciones - Insistió peleando con la botella

- No sé quien te dijo eso... en verdad me gusta como cantas... He ido a verte muchas veces cuando cantabas en vivo ¿No?

- Siempre creí que ibas obligado... - Dejo caer mientras el ultimo seguro dejaba su paso a abrir el champagne... Pero la fuerza excesiva que Shuichi hizo, provocó que saltara el ultimo seguro y con el metal se hizo un pequeño corte en el dedo - Auuuuuucccchhhhhh... Itaiiii - Gimió sosteniéndose el dedo con los ojos cerrados por la impresión... Pero el rubio ya estaba a su lado tomándole la mano. El calor de Yuki le hizo estremecer

- No tienes nada baka... tienes que ser un poco más delicado cuando haces esas cosas... ¿Mira si te hubiera saltado el tapón derecho al ojo? ¡Baka!


Shuichi soltó su mano lo más rápido que pudo, a decir verdad esa cercanía lo estaba perturbando demasiado... En el tiempo que había estado ayudándolo había evitado acercarse demasiado a el, la intimidad lo hacia estremecer y no quería volver a engañar a J.K...

Sirvió las copas y el pequeño sostuvo la suya concentrado y pensativo, ni siquiera se dio cuenta que su compañero lo miraba insistentemente por entre medio del liquido ambarino y burbujeante de su propia copa..

Luego de una charla intrascendente y varias copas mas de champagne, la conversación se volvió un poco intima, algo que Shuichi realmente quería evitar...


- ¿Vas a quedarte mucho más en Nueva York?

- Creo que no... tengo que regresar a Japón. Tenemos que grabar un nuevo CD en un par de semanas...

- ¿Grabaras esa canción?

- ¿Nani? ¿Cuál canción?

- La que tarareabas el otro día Baka

- Ah, si... quizás... según si termino la letra

- ¿Él volverá contigo?

- ¿....?

- El modelo

- Sí...

- ¿Qué le viste? ¿Qué te atrajo de el?

- ¿Qué clase de pregunta es esa Yuki?

- Una muy clara

- Una que definitivamente no debería contestar

- Cobarde... - Lo reto sonriéndole provocativamente

- No lo soy... Bien... ¿Quieres saberlo? Es muy guapo... Bah... no sé que le vi... simplemente me gusto... ¿Por qué tengo que hablar de esto contigo? - Gruño bebiéndose el resto de la copa de un solo sorbo... - Demonios... estoy bien mareado

- ¿Lo amas?

- ....................

- Contéstame Shuichi... ¿Tu en verdad amas a ese tipo?


El efecto del champagne estaba llegando ya a su cabeza, el cuerpo le ardía invariablemente. Las mejillas quemaban y hacia unos minutos que ya no podía coordinar como debía. Yuki solo estaba allí, sentado, mirándolo en espera de una respuesta... Era fácil... "¿Lo amas?" El sabia perfectamente la respuesta, ahora solo quedaba pensar que decir... ¿Mentirle?... Bien él podría hacer eso y cortar la tensa situación con ello... pero no... Yuki no iba a creer su mentira... es mas, ni el mismo se la creía


- Lo quiero mucho

- No es eso lo que te pregunte... ¿Lo amas sí o no?

- No... no lo amo - Hablo por fin... Los ojos dorados de Yuki brillaron con tranquilidad, ni siquiera se dio cuenta en que momento el se había acercado tanto.

- ¿Y a mí? - Pregunto ubicando su rostro a escasos centímetros de suyo

- Errrr... Definitivamente no quiero habar de esto - Expreso volteando su rostro una vez mas, pero entonces unos dedos que lo tomaban por la barbilla lo volvieron hacia él

- Estas temblando... - Le dijo suavemente - Sé que no me puedes mentir... Mírame a los ojos Shu-chan, ¿Me amas?...

Esta vez no hubo palabras... Shuichi también conocía la respuesta a esa pregunta y la conocía mas que bien. Se perdió en sus ojos, en la profunda mirada dorada que lo quemaba por dentro, simplemente asintió con la cabeza, nada mas... nada menos... un simple movimiento aceptando que las cosas eran así... no había vuelta atrás.
De súbito sintió aquella boca tibia que tanto conocía juguetear sobre su piel, pequeños mordiscos que lo incitaban a besar...

La sensación de culpa fue desapareciendo con cada suave roce en la piel encendida... Otra vez estaba ardiendo... una simple caricia de Yuki lo volvía completamente loco...
El aliento cálido del escritor se hundió en sus cabellos, rozando el lóbulo de su oreja, sintió un pequeño mordisco que lo estremeció... ¿Cuánto hacia que una caricia despertaba de esa forma sus más íntimos deseos?

Yuki busco sus labios, hurgo en su boca en busca de su lengua hasta que la encontró, un jadeo fuerte le dijo que el pequeño se estaba relajando. Lo beso y lo beso y lo beso... disfrutando cada momento, cada jadeo, cada temblor... El solo pensar en hacerle de nuevo el amor era una sensación demasiado placentera para su cuerpo y su corazón.
Enterró sus manos en la cabellera rosada donde con un ligero jalón la volvió hacia arriba, hurgo por su cuello con los labios en busca de ese gemido que conocía... Había visto personas gemir de placer, pero ninguna lo hacia tan deliciosamente como Shuichi. Todo lo que Yuki recordaba de su amante estaba allí. La piel estremecida y sensible temblando de emoción, el cuerpo jadeante y excitado que serpenteaba hacia él y el coro de suaves sonidos que emitía cuando hacían el amor...

Probó el sabor de su cuello, su oreja, encontrando el carnoso y rosado lóbulo entonces mordisqueo, con pasión, con deseo llevándose el sabor de la piel bronceada en sus labios. Lo había logrado, el pequeño estaba entregado a sus deseos, Labios rojos y palpitantes, mejillas como manzanas, la respiración jadeante y entrecortada, y el deseo dibujado en cada línea de su cuerpo. Ese era su pequeño... Si, Su pequeño, porque nunca debió dejarlo ir, nunca debió descuidarlo tanto.

Dejo entonces que sus labios vagaran por aquella piel, tomo sus cabellos y jalo nuevamente, de manera suave, hasta volver a tener a disposición su cuello. Dejo vagar sus labios en busca del pulso, el lugar exacto donde se percibía el latir violento de aquel corazón, jugueteo con los labios consiguiendo que Shuichi temblara, lo sabia, siempre lo había sabido... el pequeño no podía evitarlo, se estremecía en sus brazos.

El aroma del shampoo de Shuichi inundo su nariz y entonces fue cuando se dio cuenta que las manos de su ex amante ya no estaban quietas sino que la izquierda se apretaba a su cintura a cada mordisco y apretón, mientras la otra se enlazaba en su nuca enredándose entre su cabellera dorada

- Yuki... - Gimió en un ruego. Su necesidad era tan plena como antes, como siempre...


El escritor busco de nuevo sus labios, deseaba sentir nuevamente esa boca dulce sobre la suya y Shuichi no se hizo rogar, respondió con ganas, con la fogosidad que lo caracterizaba y por la que se había sentido atraído siempre.

Quizá hasta con mas deseo, o pasión, o simple necesidad ¿Importaba realmente? Había algo que los unía, algo invisible, ese lazo que nunca se pudo cortar del todo y que se había afianzado en las ultimas semanas otra vez...

Como pudo subió la polera de Shuichi convirtiéndola en una masa informe y molesta, quería tomar esa piel con sus labios, recorrer aquel cuerpo pequeño con avidez... Mordió, lamió y torturo los pobres pezones hasta que estaban mas duros que dos piedras. El roce con su pequeño lo había excitado tanto que le dolía, era increíble, después de todo aquel tiempo Shuichi podía hacerle tener una erección solo con un beso apasionado.

El estrecho sillón crujió ante el movimiento... El joven de cabello rosado ya había perdido la polera y tenia abierto los pantalones dejando ver el sensual bóxer negro de guardas egipcias que lo cubría. Las manos de Yuki juguetearon con el elástico hasta llegar a su piel. El contacto con sus manos hizo que el cantante serpenteara violentamente, pero seguido de esto un crujido mas fuerte termino quebrando el sillón...

Ambos cayeron al piso en el mismo instante que la pata cedió quebrándose. Para colmo el pequeño, al querer sostenerse de la mesita, la había volteado también y las cosas salieron volando por los aires, una copa se quebró y la otra volcó su frío contenido sobre la piel ardiente de Shuichi quien de súbito protesto al contacto. Entonces se dio cuenta que Yuki había caído con él... encima de el... Yuki y su brazo quebrado... Se aterrorizo
¿Acaso estaba lastimado?

El intenso silencio lo asusto, tampoco percibía movimiento del escritor...


- Gomen Nasai... Yuki, Gomen... ¿Daijobu? - El rubio seguía sin responder, realmente se estaba asustando pero de pronto una carcajada ahogada resonó haciendo eco en el lugar. Los ojos violetas se abrieron en expresión confundida ¿Se estaba riendo?

- Muy bueno Shu-chan... Nunca habíamos roto la cama o el sillón... fue muy divertido Hahahahahaha!

- ¿Ahhh? - Estaba demasiado shockeado para entender y, además, tan enredado con sus piernas que temía levantarse y caerse tontamente. El rubio se puso trabajosamente de pie y en silencio le tendió la mano... Lo guió hasta la habitación... hasta la cama. Shuichi simplemente lo siguió...


Yuki se sentó en el borde de la cama y atrajo a Shuichi con él, hundió su cabeza en el estomago desnudo del pequeño, se sentía tan bien tenerlo así de cerca. Con la mano que tenia sana consiguió bajarle el pantalón junto con el bóxer, dejándolo completamente desnudo... Como amaba verlo así... tan frágil y a la vez tan exquisitamente provocador...
Apretó su mano libre contra aquella nalga suave y blanca atrayéndolo mas hacia sí...

El cantante sonrojado se fue agachando lentamente hasta llegar a el. Busco con sus dedos el nudo que mantenía aun cerrado el Yukata negro de Yuki y jalo de el quitándoselo con cuidado al pasarlo por el brazo enyesado. Las vendas aun le vedaban parte de su piel pero no le importo, deslizo sus dedos con absoluta suavidad acariciando la parte aun sensible y escaldada por el accidente
Con su mano lo empujo sobre la cama, los ojos violáceos brillaban como gemas y Yuki nuevamente vio en sus ojos ese deseo que había visto la anterior vez.

Shuichi recorrió con sus manos los muslos de escritor, beso sus labios con furia, antes de atrapar con sus dedos el sexo de rubio, masturbándolo con movimientos firmes y total seguridad. Los gemidos del escritor no se dejaron de oír. Adoraba que el pequeño tomara la iniciativa, pero él quería participar, amago a levantarse y Shuichi se lo impidió.


- Déjame a mí... - Ronroneo en su oído - Aun no puedes hacer esfuerzos... - Los ojos dorados se volvieron a el estudiándolo con una sonrisa. Echo la cabeza para atrás cuando sintió la boca del pequeño bajando y masturbando su sexo hasta que una electricidad fuerte recorrió su propia espina

- Shuuuuu... - Gimió ferozmente - Shuichi ai shiteru... - El pequeño se detuvo y trepo nuevamente hasta su rostro

- No me digas eso por conformarme - Le dijo con absoluta sinceridad, temblando por los nervios

- No lo digo por conformarte... - Explico Yuki volteando la barbilla del pequeño para que pudiera verle a los ojos - Yo realmente te amo


Los ojos violáceos se llenaron de lagrimas... esta vez había decidido creerle, la mirada sincera de su ex amante le había convencido de que no le mentía
Se besaron una vez mas, apasionadamente, como si todo lo que había pasado se hubiera desdibujado ante aquello.
Ahora sabia que se amaban y solo le quedaba disfrutarlo. Luego se ocuparía de todo lo demás... ahora solo quería disfrutar.

Se detuvo por un momento para acariciarlo una vez más. El rubio se veía increíblemente excitado... Las manos fuertes del escritor apretaban su piel ante cada caricia, ambos sabían que no podían seguir esperando. Shuichi se subió a hocardas sobre él, con una pierna a cada lado de su cuerpo. Lentamente bajo hasta que Yuki quedo completamente dentro de el..

Se estremeció y espero hasta que el leve dolor por la irrupción se pasara...
No había usado nada para esto y prácticamente era una penetración seca. Yuki apretó su mano contra aquella nalga, con desesperación... Nunca antes detesto tanto el yeso como en ese momento, realmente tenia la movilidad limitada y era Shuichi quien se movía y hacia todo.

El pequeño estaba sostenido por su estomago y se iba moviendo lentamente, como una deliciosa tortura placentera, llenando su boca de gemidos y suspiros... pero aun más de pequeños te amo entrecortado que sus labios dejaban salir con los movimientos... Llevo su mano sana al sexo erguido del cantante moviéndolo al compás de las caderas de Shuichi...
No paso mucho... el juego los había excitado demasiado, Yuki sintió que su cuerpo expulsaba su liquido tibio dentro de Shuichi y al mismo momento este acababa sobre el...

Con la respiración entrecortada, jadeos y la hermosa sensación de sentirse uno nuevamente, se sentían felices y satisfechos... al final de cuentas era lo único que les importaba. Tomo por la cintura a Shuichi y lo tumbo sobre él... Delicioso, tenerlo así era delicioso. Tan cerca, tan suyo... por fin.
Ya no mas mentiras, ya no mas palabras a medias... él lo había rescatado de su soledad y esta vez no iba a dejar que se fuera.

Percibió que Shuichi estaba quedándose semi dormido, simplemente lo acomodo a un costado apoyándolo sobre su pecho, en el único lugar donde las vendas no cubrían. Extendió la sabana como pudo y se acomodo para dormir el también... Ni sabia que hora era... ¿Acaso importaba?

Le beso en la frente, separando los mechones rosados que la cubrían y antes de que estuviera por completo dormido le dijo una vez mas que lo amaba. Ahora que había podido decirlo no iba a evitar hacérselo saber a cada momento del día...





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Una pareja estaba sentada a orillas del río, en una cafetería de la zona. Él llamaba ligeramente la atención por su cabello rubio casi blanquecino y una extraña vestimenta que lo hacia ver algo extravagante. Su pareja no parecía menos bonita, de hecho lo era. La larga cabellera castaña brillaba resplandeciente por el dorado sol de la tarde. Parecían estar muy ensimismados en sus cosas, hasta que el sonido estrepitoso del celular corto la charla...


- Moshi- Moshi...

- ¿Señor Seguchi? - Pregunto una voz grabe al teléfono

- El habla, ¿quién es?

- Que tal, le habla el detective Mac Kinson, respecto del caso que usted me pidió que investigara - Explico sereno. El rubio cambio el teléfono de oreja y volvió la mirada un poco mas apagada intentando escuchar mejor.

- Sí, claro, ¿Tiene alguna novedad de esto?

- Si... creo que si... Dígame ¿Qué tan lejos se encuentra ahora de la zona de Manhatan?

- Bastante lejos, una hora de viaje mas o menos... ¿Por qué pasa algo?

- Mmmm creo que si... el hombre que me pido que investigara, el tal J.K... creo que debería a verme de inmediato

- No me asuste... ¿Por qué? ¿Descubrió algo importante? - Pregunto con un tono tan preocupado que hizo que su esposa lo mirara asustada

- ¿Pasa algo, Tohma? - Quiso saber bajándose los lentes para mirarle a los ojos. El rubio simplemente le sonrió tratando de minimizar la situación haciéndole un gesto con las manos.

- Algo que me pueda adelantar por teléfono... - Insistió Seguchi Tohma

- Creo que debería verme personalmente, pero le adelanto que ese tipo, el que me pidió que investigara, estuvo internado dos años en una clínica para problemas mentales, un caso grave de Paranoia provocada por una perdida importante... Créame... seria bueno que viniera por aquí para cotejar información... si es realmente quien creo que es, su cuñado podría estar en grabe peligro - Afirmo con voz decidida. El rubio sintió que el teléfono temblaba en sus manos...

- Espéreme en su oficina, ya mismo salgo para allá...

- No, creo que seria más provechoso encontrarnos en la puerta del hotel "Plaza", quiero llevarlo a un lugar a conozca a alguien...

- De acuerdo, salgo para allá... Nos vemos.


El rubio apago el teléfono y lo deslizo en su bolsillo. Su cara reflejaba cierto temor, pero no podía involucrar a su esposa hasta tener por lo menos una referencia segura. A decir verdad no podía no lucir preocupado, por el tono de voz del investigador por lo menos parecía algo grabe


- ¿Pasa algo? ¿Quién era? - Curioseo con femenina intriga. El rubio volvió su mirada a ella y invento algo rápidamente

- Es nuevo negocio... es que es algo urgente, lo siento no quería arruinar la velada - Mika lo miro a los ojos antes de agitar con ambas manos la copa de aperitivo. Tomo una bocanada de aire antes de responderle.

- Mientes... sé que me estas mintiendo... - Dijo sin rodeos - Pero sé que debe ser por algo muy importante

- Creo que lo es...

- ¿No me lo dirás?

- No hasta que sepa que fue lo que en realidad pasa... Hazme un favor, Te dejo en casa de Tatsuha... ¿Podrás sobrevivir sin pelearte con él? - Bromeo haciéndola enojar

- ¿Qué clase de persona crees que soy? Claro que puedo evitar problemas, además... ¿Es mi hermano no?

- Por eso lo digo... en verdad sé que no te llevas muy bien con él

- ......... Prefiero no contestar a eso

- Esta bien... no te enojes... entiendo... De acuerdo, vámonos, te dejare en su casa mientras me encuentro con ese tipo...


Mika se puso de pie y se encamino hacia el auto, estaba segura de que se trataba de algo grabe, su esposo lucia muy preocupado. No sabia que le habían dicho... pero esa llamada acaba de cambiar las cosas.

Solo restaba esperar

Continuara...


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N de A:
¿Intrigados? Hehehehehe, ¿Creo que mucho verdad? Lo siento pero tendrán que esperar hasta la próxima, en el capitulo siguiente se van a enterar quien es el novio de Shuichi, créanme que no se lo imaginan >___<>

Este capitulo va dedicado a mi amiga Haima a la que no creí nunca que le iba a gustar una historia como esta, besitos de corazón...
Y para mi dulce Kitten que siempre me recuerda en cada bello capitulo de su historia y a la cual agradezco muchísimo su amistad incondicional ^^

Besitos de corazón y tratare de seguirlo pronto

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