jueves, 13 de agosto de 2009

IN THE MOONLIGHT Ch. 08

Fan Fic Basado en Gravitation
Yuki x Shuichi
By Itzukiai

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Capitulo 8:

Una vieja historia de amor...


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Nota de la autora: Medio que no me van a hacer caso, pero léanlo hasta el final, no se valen las quejas despues ¬_¬ y no se salteen nada, tramposos, la historia termina en este capitulo así que espero que lo disfruten

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Yuki había quedado completamente bloqueado. La sola mención de aquel nombre le había helado el alma. Casi como una eterna pesadilla sin final, si... porque eso era, una pesadilla, un viaje al pasado que no deseaba volver a vivir... volver a sufrir... volver a sentir
Los ojos dorados fijos en el cañón de aquella arma le trajeron poco a poco reminiscencias, pequeños flashes de su pasado, que volvían sin permiso llevándolo a recordar una vez mas...
Como una vieja película volvió a repetir la espantosa escena en su mente.

Él... solo con dieciséis años, lleno de vida, de esperanzas, de inocencia en su estado más puro, con fe en la vida, en las personas, en él... Su maestro, aquella figura que idolatraba por encima de todo, por el que hubiera dado todo sin pensar... y entonces la oscuridad...
El departamento de Yuki a media luz, sus ojos entrecerrados como los de una fiera salvaje antes de atacar, alguien sin sentimientos, alguien que parecía odiarlo mas que a nadie... y por primera vez sintió terror...

Dos hombres desconocidos... una violación y el detestable sentimiento de haber sido ultrajado por dos sucias bestias. Aun podía percibir la sangre de su cuerpo vejado, corriendo pegajosa por sus piernas, testigo de un horror que jamás olvidaría, y un dolor que iba mas allá de lo físico. Un dolor que quemaba su corazón y el saber a ciencia cierta que esa noche le robaron algo mas que su inocencia, le robaron toda la razón que tenia para vivir... Aun podía recordar el asco que había sentido cuando esas manos lo manosearon y lo tocaron a su gusto, sintió nauseas al recordar las palabras suciamente dichas por aquel que amaba a su oído...

Ese día la vida perdió todo sentido para él... Nunca supo de quien era el arma o como había llegado a sus manos, le daba lo mismo... ¿De Yuki quizás? ¿De alguno de esos tipos?... ¿Importaba?
No realmente, solo recordaba el ruido del disparo y el brillo metálico reflejado por la única lámpara encendida. El arma cayo de sus dedos cuando comprendió lo que había hecho, las lagrimas lo cegaban, el dolor punzaba de el volviéndose insoportable, solo hizo falta un disparo para que su vida cambiara para siempre...

La sangre roja que salía a borbotones de aquella figura que yacía, se colaba por las rendijas del suelo, esparciéndose como si fuera una red de infinitos caminos, llegando a través de las maderas hasta sus pies... entonces lloro... desesperado, impotente, casi sin moverse de aquel lugar... y después vacío... un vacío profundo donde la soledad reinaba como parte de su vida, esa única sensación de angustia que lo había llevado a tomar aquel nombre como el suyo propio, como una manera de reivindicar la locura que había hecho...
Se sentía agobiado por la pena cuando apenas escucho una voz en la lejanía lo llamaba. Una voz cálida, suave, que lo envolvía con su dulzura protegiéndolo... ¿Quién era? Sus ojos llenos de lagrimas le impedían ver realmente que era lo que estaba pasando... solo alguien llamándolo en la oscuridad y él... decidió ir hasta esa voz...

Una silueta era la que se recortaba en contraluz, con los brazos extendidos de manera amistosa, el escritor no podía verle el rostro, pero algo en aquella figura le infundía confianza... Trabajosamente camino hasta él, rogándole a sus piernas que le respondieran, que le dejaran llegar hasta aquella voz que le pedía que se acercara. Entonces unos brazos le rodearon apretándolo contra un pecho tibio que latía aceleradamente. Descansó su cabeza en él, mientras sus lagrimas rebalsaban de sus sesgados ojos dorados. Sintió entonces que una mano pequeña se enterraba en su cabellera masajeándola para infundirle cariño, necesitaba ese sentimiento que generaba su corazón estando allí, ese sosiego que solo esos brazos le daban... Se relajo por fin, aspirando la mezcla de aromas que provenían de aquella piel deliciosa, ese aroma a jabón, a perfume, a algo dulce, mientras que las manos que lo sostenían ahora lo acariciaban de manera tierna.

- Todo va a estar bien... - Le dijo. - Yo siempre estaré contigo

Esa voz... tan apacible... tan suave que le traía tranquilidad. Estaba seguro que la conocía pero... ¿Quién era?...
Alzo por fin su cabeza para poder verle, buscando esa persona que llevaba paz a su alma atormentada. Ojos grandes, expresivos, de un extraño tono violáceo, facciones suaves, aun más que las de una mujer, piel bronceada, tibia, labios sensuales, carnosos, partidos en una sonrisa sincera...

- ¿Shuichi? - Lo llamo intentando tocarle. Él le devolvió la sonrisa y repitió las mismas palabras que el tanto anhelaba escuchar del cantante. Esas MISMAS que decía una y otra vez y que para él significaban todo o más...

- Ai Shiteru... Yuki...

¿Yuki?.... Otra vez ese nombre... ¿Yuki?... Yuki no era él, no, él era Eiri... Eiri Uesugi...
Un fuerte apretón en el brazo lo devolvió a la realidad, ahí estaba, en su departamento de Nueva York, con el pequeño cantante por delante de él a modo de barrera, protegiéndolo con su cuerpo del loco que los estaba apuntando, el cañón del arma directamente apuntado a su corazón mientras el cantante intentaba en vano razonar con él...

- ¡J.K!... ¡Por favor!... baja el arma - Le rogaba Shuichi a punto de quebrarse - Disparándole a Yuki no harás que tu hermano regrese a la vida

- ¿Te crees que no lo sé?... pero debo hacerlo... ese es mi destino...

- ¿Porque, ah?... De esa forma solo conseguirás hacerte mas daño

- Te amaba... - Dijo de pronto cambiando el hilo de la conversación - Hubiera dado todo por ti con tan de verte feliz, pero no... tu aun estabas enamorado de el... tenias que volver con él...

- ¿Vas a culparme por eso también? ¿Crees que alguien puede amar tan intensamente y olvidarse porque sí de la noche a la mañana?...

- Supongo que no...

- Por favor J.K... te lo ruego, reacciona... ¡No puedes hacer esto!

- ¿¡¿NO PUEDO HACERLO?!?... ¿No puedo? ¿TU sabes que fue de mi vida por culpa de este cretino? - Gruño despectivamente con los ojos rojos de cólera - Apenas tenia quince años... ¡Quince!, Un adolescente... Mi hermano era todo para mí... mis padres se separaron cuando apenas era un niño y yo vivía con una tía, a ninguno de los dos les importo un comino de mí o de Yuki... nos abandonaron, Yuki era el único que venia a verme... Y yo lo admiraba... quería ser como el, quería tener la mitad de su inteligencia, la mitrad de ese encanto que todos admiraban en el, esa sonrisa suave que se formaba de forma natural en su rostro... pero no... - Estallo en lagrimas - No... de un día para el otro el ya no vino, desapareció como si se lo hubiera tragado la tierra... pase días de angustia pensando que el también me había abandonado... cuando mi tía me dijo la verdad Me sentí morir... ¡Este maldito lo mato sin razón!... Mi hermano era un sol... mi sol

Yuki no se había movido ni medio centímetro, sus ojos dorados estaban fijos en el arma y toda su mente divagaba en una profunda confusión, el presente y el pasado se mezclaban en su cabeza en un cóctel infernal, aquello no era mas que la factura que le pasaba la vida por hacer matado a un hombre...
Las palabras de J K rezumbaban en sus oídos mientras que las manos tibias de Shuichi se apretaban nerviosamente contra sus brazos. Podía sentir el temblor en el cantante, la angustia reflejada en sus ojos violetas, en realidad Shuichi lo sorprendía a cada momento, en las peores situaciones siempre se mantenía fuerte, incluso no entendía de donde sacaba esa fuerza...

- Tu hermano esta muerto J K... el no querría verte en esta situación - Intentaba convencerlo el pelirrosa, pero a decir verdad ya no sabia que más decirle. Pero la voz clara y fuerte del escritor sonó por fin, ambos se volvieron a verle mientras los ojos del rubio se achicaban enfocándose en los ojos azules de su oponente

- Tu hermano era un maldito pervertido - Los ojos dorados se inyectaron de rojo, la furia ser apodero de Yuki y le echo una mirada seca al modelo que lo congelo al instante... - Ese maldito me vendió... - Siguió el rubio con un dejo de furia - Se burlo de mi... de mi corazón... de mis sentimientos... de mi cuerpo... ¡¡¡Regalo mi inocencia en diez mugrosos dólares!!!... me vendió a dos sucios borrachos que me violaron hasta el hartazgo, que me usaron como más les convenía... Y porque, ¿Solo porque lo amaba? ¿Solo porque lo deseaba?... Era un niño al igual que tu... y no le importo - Le grito el rubio al borde de un ataque de nervios. Shuichi trago duro, el sabia algo de aquello pero Yuki nunca le había contado demasiados detalles y como ese tema le hacia mal, el siempre prefería no revolver en su pasado... El rubio no parecía el mismo de hacia rato, los ojos dorados se habían ensombrecidos por el odio mientras que su cuerpo se notaba visiblemente tenso...

- ¡NO MIENTAS!... ¡No te creo! - Grito J K completamente sacado - ¡Mi hermano jamás hubiera hecho una cosa así! - Lo defendió incrédulo

- Pero lo hizo... no importa que lo creas, no importa lo que imagines..., eso paso, fue cierto... te lo ocultaron quizás por tu edad... por eso lo mate, en un mismo arranque de furia como el que tienes tú en este momento... - Explico Yuki tan tranquilamente como pudo.

- ¡N-no!... Eso no puede ser verdad... No... el no hubiera hecho algo así -repitió temblando de pies a cabeza, las palabras agujerearon sus oídos, no podía ser cierto, no podía de ninguna manera ser verdad, el nunca había querido saber cuales habían sido las razones de aquel hombre para dispararle a su hermano, ahora las tenia ahí, tangibles y demasiado cerca como para ignorarlas.

- Si... si pudo hacer aquello, el que estuvo engañado toda la vida has sido tu... tu hermano no era trigo limpio no importa lo que insistas en creer, él me vendió como un sucio Proxeneta, esa es la verdad

- No... no... el no... no...

- ¿Y tu que? ¿Ah?... No eres mucho mejor que él, conquistaste a Shuichi solo para vengarte de mí... ¿Qué tanto mejor que el te crees?

Shuichi escuchaba aquello sin animarse a intervenir. ¿Era verdad? ¿Solo había sido un juguete para J.K?
No... no podía ser verdad, no otra vez. ¿Acaso su destino era ser siempre manipulado por los demás? Un fuego dentro de su estomago crecía a cada momento, no sabia que hacer, estar enojado, estar contento... o simplemente estar... Además estaba congelado, en ningún momento la pistola había dejado de apuntar a Yuki y eso simplemente le preocupaba...

- ¡NO!... - Grito fijamente - No intentes embaucarme con tus palabras escritor de cuarta... Nunca imagine que podría pasarme algo así... - Explico J.K tragando duro - Al principio solo pensaba herirte, pase cada año de encierro imaginando la mejor forma de vengarme, quería que sufrieras, quería hacerte sentir un poco del dolor en el que me sumiste, pensé en matarte... pero esa no era la solución, tu dolor terminaría pronto y yo quería que sufrieras para siempre... Entonces me entere de tu romance por la TV, el escritor famoso con el cantante de cabellos rosados... Imagine que lastimar a Shuichi seria herirte en lo que mas te dolía... pero para cuando pude salir del encierro ustedes dos ya habían roto... - Suspiro fuertemente, los ojos dorados del escritos se fijaban en el, mientras el cantante estaba cada vez mas confundido, ese extraño que hablaba no se parecía en nada al J.K que él conocía - Fue fácil llegar a Shuichi luego que tú lo dejaste, sabia que lo seguías queriendo, podía leerlo en cada libro de entonces, no importa lo que hubiera pasado entre ustedes, te habías enamorado del chiquillo aun más de lo que podías confesarte a ti mismo... Entonces lo conocí, lo seduje y lo conquiste, sabia que por ese lado podía hacerte sufrir... esa era mi venganza quedarme con lo que tu mas querías, sabia que lo amabas, que aun lo amas y que lo amaras siempre...

- ¡Qué perceptivo!... - Ironizo Yuki llevándose una mano al rostro para retirar un mechón molesto que no lo dejaba ver bien

- ¿M-me usaste? - Logro decir Shuichi en medio de sus temblequeos - ¿Todo fue mentira? Tu amor... tu pasión... todas las veces que me decías que me amabas... - Los ojos violáceos se volvieron cristalinos, el corazón del cantante se sentía manoseado ¿Por qué todos hacían de su deporte el lastimarlo? ¿Es que acaso toda su vida tendría que sufrir porque la gente que lo amaba solo lo hería?

La blanca piel de Shuichi palidecía aun más bajo las luces de tungsteno, las lagrimas cavaban ahora surcos en su piel que quebraban la belleza serena de ese rostro aniñado
J.K entendía perfectamente aquellas lagrimas, le dolía profundamente el verlo llorar, Shuichi era su debilidad, lo sabia pero había llegado el momento de vengarse y no podía echarse atrás... No podía permitirse flaquear... amaba a Shuichi mas que a su vida, y porque lo amaba estaba allí con el corazón en la mano y la verdad quemándole los labios.

Yuki en cambio se sentía confundido... Mas de una vez deseo despertar como si pudiera deshacerse de la sensación de haber matado a alguien con sus propias manos, de haber deshecho una familia... sabia que se había equivocado, por más bastardo e inconsciente que hubiera sido Yuki Kitazawa con el no se merecía que le hubiera arrancado la vida así. Nadie era Dios para tomar semejante decisión, la vida y la muerte no estaba en manos de ningún mortal y Eiri viviría para siempre con el cargo de conciencia...

- ¡¡¡CONTESTA J.K!!! - Gimió Shuichi llorando desesperado interrumpiendo sus pensamientos - ¿Me usaste?

- No Shuichi... - Contesto enérgicamente - Pensé hacerlo, pensé hacer sufrir a ese bastardo que ahora proteges... pero entonces paso... lo inesperado, lo fuera de mis planes, lo que nunca imagine... Me enamore de ti, en algún punto de mi plan me gano la debilidad... olvide todo, la venganza paso a segundo plano, solo me importaba estar contigo, me enamore de ti como loco, de tus labios, de la forma que hacías el amor, de ese pequeño que necesitaba cariño y que despertaba enroscado a mi cada mañana, a escucharte cantar en la ducha... te amo... esa es la verdad, hubiera dejado todo solo por estar contigo... pero no... ¡Maldito viaje que te reencontró con el!... ¡Tenias que volver a caer en sus redes!... a creerle, a amarlo... - Ahora las lagrimas caían también por los ojos azules del modelo, mientras su expresión se volvía mas sombría - En vez de ser fuerte... En vez de salir adelante flaqueaste volviendo a sus brazos... pensé que con lo que habías sufrido por este maldito tendrías por lo menos una pizca de dignidad, ¡Que pronto olvidaste todo lo que el te hizo! ¿Acaso no tienes orgullo?

- Si lo tengo... pero lo amo... y en el amor hay que resignar cosas, ¿De qué sirve un orgullo falso si solo deseo estar a su lado? - Contesto el cantante con la simplicidad de una verdad dicha por sus labios e intentado por primera vez dar un paso hacia él - Sé razonable J.K dame el arma, es peligroso

- ¡NO TE ACERQUES SHUICHI!


El modelo temblaba como una hoja, solo miraba a Shuichi con los ojos rojos producto de las copiosas lagrimas, pero el arma seguía inmóvil, apuntando directamente al corazón de Yuki Eiri... Esto estaba durando demasiado.

- ¡Por favor J.K! Te lo ruego... ¿No te importa dañarme?

- No quiero dañarte a ti, solo a el

- ¿Y así no me dañas a mí? ¿Acaso tienes idea de lo que puede ser cargar una muerte en tu conciencia?

Las palabras de Shuichi lo estaban haciendo dudar, siempre tenían un efecto sedante en él. Por un momento se quedo estático, como si su mente se hubiera ido, entonces bajo lánguidamente las manos, como en cámara lenta, en aquel momento lo miro por ultima vez, con una mirada perdida, vacía, y una sonrisa forzada y con la mente alejada completamente de allí.
Mojo sus labios para poder hablar una vez mas

- Te amo Shuichi, siempre te he amado y siempre te amare... nunca quise lastimarte - De pronto hizo lo inimaginable, subió el arma hasta su cabeza ubicándola al lado de su sien, asustando a los otros dos hasta los huesos, entonces los ojos azules se cerraron por ultima ves antes de murmurar la frase más tétrica que se había oído hasta el momento - Pronto estaré contigo en el infierno, Hermano...

- ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡NOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!! - Shuichi se abalanzo sobre él a una velocidad inimaginable y forcejeo con el modelo por el arma. El rubio estaba en estado de Shock y ni siquiera se había dado cuenta de lo que pasaba hasta que en ese momento los golpes frenéticos en la puerta lo distrajeron. Las voces desesperadas se dejaban reconocer fácilmente, un alterado Tatsuha y un muy nervioso Tohma sonaban haciendo eco en el pozo del ascensor...

- ¡Eiri! Por favor... abre, es importante...

- Hermano, por dios, abre la puerta

Cuando estaba por dar el primer paso para dejarlos entrar en ruido estrepitoso y seco de un disparo se dejo oír en el loft... El rubio se congelo nuevamente en el lugar...
Volteo la mirada solo para descubrir como un hilo de sangre roja rodaba por las rendijas de los tablones hasta llegar a sus pies...
Sus ojos perdieron brillo, aun más cuando vio que el cuerpo inerte del cantante resbalaba por los asombrados brazos de J.K hasta caer en el suelo azotando contra las maderas.

El arma se había disparado sola...

J.K estaba ahora en estado de shock, se había quedado viendo como el cuerpo de Shuichi había resbalado de sus manos mientras la sangre que brotaba de el mojaba sus manos, su pantalón y sus zapatos. El liquido vital estaba formando un charco ahora bajo el pequeño cuerpo, la respiración parecía pesada y arrítmica... el arma cayo de sus dedos al mismo momento que sintió un fuerte empujón alejándolo de Shuichi...

Yuki había logrado llegar hasta el cantante. Su piel estaba caliente, encontró el orificio por donde la sangre escapaba y apretó firmemente en un intento desesperado por detenerla, Shuichi estaba inconsciente. Los golpes en la puerta sonaban cada vez más fuertes, pero el no pensaba dejar al pequeño por nada del mundo, no... Lo apretó contra su piel hamacándolo mientras sostenía el lugar de donde salía el liquido caliente deteniéndolo levemente. Las lagrimas mojaban ahora sus ojos, era incapaz de moverse mas que para apretar al pequeño contra sí, por primera vez en la vida temió sinceramente perderlo... La vida de Shuichi parecía escaparse lentamente de sus manos...

Lo siguiente que sintió fue la puerta rompiéndose y su hermano jadeando de cansancio, era evidente que había hecho un esfuerzo sobrehumano para romper la cerradura y cuando ambos entraron el cuadro no podía ser más caótico...
Shuichi en brazos de Yuki, sangrando profusamente, mientras J.K se hamacaba en un rincón los ojos fijos en el pelirrosa y la mente completamente ida...
Tatsuha corrió al teléfono sin preguntar nada y pidió una ambulancia urgente mientras Tohma se acerco lentamente a J.K hasta llegar hasta él... Lo examino un momento y comprendió que ya no era peligroso para ellos, estaba completamente ido, mientras de sus labios solo brotaba el nombre del cantante por momentos.

Yuki enterró su cabeza en el pecho tibio del pequeño que sostenía, apretando la herida lo mas que podía para evitar que la sangre continuara escapando de su cuerpo, volvió a llorar, con violencia, con dolor, con la sensación de que no volvería a verle, el amor no parecía estar echo para él... dolía... demasiado

- Shu-chan... no me dejes... Shu... no, ahora que te recupere... por favor... no te vallas otra vez de mi lado... no seré capaz de seguir sin ti... Shuichi...


No se movió de esa postura, solo beso quedamente sus labios en busca de su calor... hasta que en un momento sintió unas manos que lo apartaban y solo vio alguien de blanco, ¿Un doctor?... ¿Un enfermero quizás?... y no supo mas... en ese mismo momento se desmayo...


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Un joven de largos cabellos castaño rojizos se encamino hasta la fría puerta de aquel lugar. Nunca imagino que el seria quien terminara de ocuparse de aquel que el algún momento odio tanto, ahora simplemente le generaba compasión... Aquella imagen del hombre fuerte y decidido era ahora parte del pasado, no quedaba rastros en el de orgullo o deseo de venganza, solo un simple retroceso a un pasado lejano, un ser completamente alejado de la sociedad...

Camino hasta el lugar donde lo esperaban, llevaba en las manos un paquete dorado con moños rojos... Suspiro por ultima vez, no era un lugar muy agradable después de todo. Había mucha gente deambulando, algunos perdidos, otros simplemente parecían perdidos en sus pensamientos, pero en cada uno una señal inconfundible en los ojos... Dolor...

Otro joven que no tenia mas que unos años mas que él le salió al paso, este tenia puesto un delantal blanco y definitivamente parecía conocerle. Se acerco hasta él mientras el pelilargo se quitaba las gafas oscuras tras estrecharle amistosamente la mano

- Señor Nakano, que bueno verle por aquí... - Saludo el joven de blanco

- Doctos Swims, ¿Cómo esta usted?...

- Bien, sinceramente pensé ya no verlo por aquí, usted me había dicho que viajaba nuevamente a Japón

- Bueno, es que suspendí un poco el viaje, de todas formas no puedo hacer mucho por allá ahora, como sabrá estoy virtualmente sin trabajo...

- Si lo sé, lo siento mucho...

- No mas que yo se lo aseguro... - Afirmo con una sonrisa algo forzada - ¿Cómo esta él?...

- Igual... Temo que no he podido avanzar nada con él

- ¿Aun no recuerda nada?

- No... es un caso bastante peculiar... Tiene una regresión, el shock causo que volviera a tener 15 años, lo que no es del todo malo considerando que tiene un nivel ínfimo de agresión, no es para nada peligroso, ni para sí mismo ni para los demás... Es mas, lo estaos medicando con dosis muy bajas... Es una ventaja que la denuncia fuera retirada, nada peor que hacerlo pasar por interrogatorios que no podría llevar

- No tenia sentido hacerla, el no esta bien de la cabeza, de todas formas lo hubieran considerado inimputable, no creo que este en condiciones y recordar todo aquello solo puede hacerle peor... No debe ser fácil aceptar que le disparo a la persona que amaba

- No sé por cuanto tiempo estará pasando por esto, hay pacientes que reprimen todo de por vida con tal de no pasar por el mismo infierno dos veces... - Asevero él doctor con la vista perdida en el jardín de la clínica

- ¿Y que hace todo el día?

- Lee, camina, pasea, mira TV... nada del otro mundo, últimamente parece demostrar cierta habilidad en el dibujo, así que nos ha pedido materiales para dibujar... El señor Tohma ha sido muy generoso y nos dio carta blanca para complacer al paciente así que decidimos compárale unos blocks con hojas y unos lápices especiales

- ¿Puedo verlo?

- No va a conocerle

- Lo sé, no importa...

- Venga, acompáñeme... - Explico él doctor abriéndose paso por los pasillos.

Caminaron hasta el jardín donde la escena de gente deambulando perdida en su propio mundo se repetía. Hiro dominaba bastante bien el ingles, no le era difícil hablar con aquel doctor. Mas allá de la fuente de agua, un joven estaba sentado apoyado en un árbol frondoso, tenia en sus manos un tablero con hojas y parecía esta dibujando un matorral de plantas cercanas. Cuando ellos se acercaron lo suficiente el volteo a verles. Los ojos azules que alguna vez a Hiro le parecieron fríos ahora lo miraban con intriga, se veía más cristalinos que antes. Todo su rostro demostraba un dejo de serenidad...

- Hola Jun, tienes visita... - Hablo el doctor poniéndose en medio de los dos. Los ojos azules brillaron de satisfacción mientras el doctor se daba vuelta enfrentando a Hiro y hablándole muy bajo - Por favor no lo canses mucho...

- Hola J.K - Saludo Hiro acercándose

- ¿J.K?... Uhhhh... Mmmm... no me gusta ese nombre, no me digas así, me haces sentir viejo... me llamo Jun - Contesto con una sonrisa

- Jun...

- Oye... te he visto varias veces por aquí, pero nunca me habías hablado ¿Me conoces?

- Podría decirse

- Pero yo no, ni siquiera se como te llamas... Dime

- Oh! Lo siento, Hiroshi Nakano, pero puedes decirme Hiro - Hablo el pelilargo sonriéndole. Pero más se asombro cuando una mano se extendió ante sus ojos a manera de saludo

- Jun Kitazawa... mucho gusto... ¿Sabes? Tienes mas o menos la misma edad de mi hermano... Él esta de viaje, pero espero que venga a visitarme pronto

- ¿Tu hermano?

- Si, tengo un hermano mayor, yo solo tengo 15 años...

Hiro sonrió de manera forzada, en verdad no recordaba para nada lo que le había pasado ¿Acaso no era mejor así?... Suspiro quedamente, quizás así podría conocer un poco ese lado amable que Shuichi siempre decía que el modelo tenia...
Que cosas tenia el destino... ¿Quién hubiera dicho que aquel viaje modificaría tanto las cosas?

J.K lucia sereno. Tenia el cabello suelto, como pocas veces había tenido oportunidad de ver, vestia de manera sencilla y sus ojos azules reflejaban una calidez que jamás había visto en él. Estaba observándolo cuidadosamente tan ensimismado en sus cosas que no vio que los ojos azules se fijaban directamente en el

- ¿Qué? - Pregunto el morocho un tanto incomodo - ¿Tengo algo? Me estas viendo raro...

- No, lo siento... no es nada... dime - Dijo cambiando la expresión... - Me dijeron que dibujas, y bastante bien, ¿Es cierto?

- Bueno, dibujo, no sé si bien o sí mal...

- ¿Que dibujas? ¿Me dejas ver?

- Claro... - Le dijo extendiéndole el block

Hiro paso una a una las paginas donde estudios de manos, rostros, flores y paisajes se pasaban uno a uno, con cada vez mejor calidad... los últimos eran una seguidilla de retratos de diversas enfermeras y algunos pacientes con los que se había cruzado, tenia que admitir que muy buenos... y en cada uno podía percibirse un dejo de tristeza en las miradas...

- Son muy buenos - Le felicito devolviéndoselo

- ¿En verdad? Bueno gracias... - Le contesto sonriendo avergonzado

- Ah! Toma, es para ti - Le dijo extendiéndole la caja dorado de forma amistosa - Son chocolates y dulces con mentas, se que son tus favoritos

- Es cierto -
Rio... - Oye... me gustaría dibujarte... si quieres claro, es una manera de pagarte por los dulces

- Porque no - Dijo encogiéndose de hombros

- Siéntate allí - Le indico mientras preparaba una nueva hoja y empezaba a trazar líneas - Hiro... agradezco tu amabilidad, me sentía un poco solo en verdad, pero... no me dijiste porque me estas visitando a mí ¿Me conoces?

La pregunta lo tomo por sorpresa, no quería que lo recordara, de hacerlo tendría que recordar a Shuichi, a Yuki y a todos lo que paso en aquel departamento... le parecía que no era conveniente decirle mucho... además en verdad no lo conocía, nunca lo conoció... Hablar con una persona de trivialidades nunca te muestra su verdadero corazón... Recién ahora podía decir que lo estaba conociendo

- No... en verdad creo que no - Contesto Hiro sonriéndole sinceramente

- ¿Y porque estas aquí?

- Un amigo me lo encargo... se lo prometí a el

- ¿Alguien importante? ¿Lo querías mucho?

- Muchísimo...

La sonrisa suave de Hiro y su ultima respuesta calmaron las ansiedades del ex modelo. Volvió su mirada azul a la hoja mientras trazaba los rasgos de Hiro. Con la mano a un costado del rostro se acomodo con la mirada vuelta hacia el... ¿En que momento había dejado de odiarlo? A pesar de todo, a pesar de haber actuado cegado por los celos, ahora le parecía un perrito asustado al que había que cuidar y querer... El guitarrista entendía que todo era mejor así, quizás el no recordaría nunca y tal vez seria lo mejor... para todos

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La primavera en Japón era deliciosa... Nunca supo porque había abandonado su hogar después de todo, amaba los cerezos en flor, sinceramente era algo que no se veía en ningún otro lado
Los pétalos rosados cubrían el camino del parque como si lo tapizaran.
Le encantaba volver por allí, algo en él había cambiado desde el ultimo viaje a Nueva York. Había reivindicado su oportunidad, una nueva oportunidad para vivir, desde ese momento veía la vida con otros ojos... con otra expectativa. En sus manos tenia su ultima novela, la que más rápido había escrito y en la que más había puesto de sí, una historia de amor que rompía con lo convencional, donde la pareja era por primera vez del mismo sexo, nadie creyó que se atreviera y sin embargo lo hizo, reflejo por primera vez sin tapujos lo que sentían dos personas del mismo sexo al amarse y aunque su editora le aconsejo que no lo publicara, ese fue el libro que mas se había vendido en toda su carrera, se convirtió en Best Séller demasiado antes que los otros...

Venia de firmar libros, pero al contrario de lo que muchos se esperaban, ante el gentío de admiradores decidió ir caminando, prefirió dejar el auto en la casa, quería respirar aire puro, quería disfrutar de todo como nunca antes lo había hecho de su libertad...
Montones de periodistas trataban de llegar un poco mas allá de aquella historia, intentando bucear en su vida personal otra vez, pero esta vez, Yuki puso demasiado celo en aquello, no permitió que lo sucedido en Nueva York interrumpiera su nueva vida, estaba completamente seguro de lo que quería y no pensaba dejar que nadie se metiera en sus cosas...

Paso por la pastelería que estaba en la esquina de su casa y compro una chesse cake de frutillas. Con el libro bajo sus brazos y la torta en el otro, camino hasta la casa más lujosa de la calle. Giro la puerta y entro...
El departamento lucia limpio, es mas parecía un espejo, nada fuera de su lugar... Dejo la torta en la cocina, las llaves en la mesa junto con el libro y se quito la chaqueta y la corbata...

Con una mueca de desagrado recorrió el lugar pensando que estaba demasiado ordenado, eso no parecía significar algo bueno... esperaba encontrar algo del desorden característico al que ya estaba acostumbrado... Entonces una voz suave y cálida resonó en sus oídos...
Música, si... una música suave, de la que él amaba, de la que le fascinaba escuchar a cada momento, una melodía que llegaba al corazón...

Sus pies lo llevaron hasta donde venían los suaves gorgojeos. Atravesó el living hasta llegar al balcón terraza, donde montones de plantas de flores se ahogaban bajo la lluvia de alguien quien las regaba al compás de su propia canción...

Un joven figura se contorneaba sensualmente al ritmo de la canción. El cabello rosado un poco mas largo que de costumbre, estaba sostenido descuidadamente por un pañuelo que podía fácilmente reconocerse como de Sakuma San, una remera corta, ajustada, color negra que marcaba la piel suave y blanquecina por falta de sol, un short azul oscuro de vivos naranjas que parecía quedarle algo grande... había adelgazado, su apetito había decaído un poco debido a la batería de medicamentos que ahora tomaba, pero se recuperaba cada día, a cada momento, ganando fuerza y volviendo a ser el mismo de antes...
Yuki sonrió, se acomodo en el marco de la puerta recostándose y cruzando los brazos en actitud desafiante

- No sabia que los "jardineros" cantaran y bailaran... - Ironizo asustándolo

- ¡Eiri!... - Gimió resbalando y pinchándose con una espina - Itaiiiiiiiiiiiii... ¡Me asustaste!

- ¡BAKA! - Lo reto llegando hasta él y tomando la mano pequeña entre las suyas para revidarla y besar delicadamente la herida... - ¿Qué hacías bailando y cantando de todos modos? ¡Él doctor te ordeno reposo... R_E_P_O_S_O... No se porque no le obedeces...

- ¿Así saludas a tu pequeño Koibito? - Le refunfuño el pequeño mirándolo a los ojos - ¿Con un gruñido?

Los ojos dorados se aflojaron ante aquello era evidente que no podía enojarse con él... Lo amaba demasiado. Sostuvo su mentón hacia arriba y lo beso súbitamente con hambre contenida, devoro sus labios como si fueran el más exquisito chocolate. Beso una y otra vez aquella boca, jugueteando todo lo que podía con su lengua mientras el pequeño gemía quedamente en sus labios entregándose al placer, antes de separarse por fin de Shuichi, mordisqueo sus labio inferior trayéndolo suavemente con él y soltándolo de forma sensual.

- Hola Shuichi... ¿Cómo esta mi Koibito hoy? - Susurro cerca de sus oído provocándole un estremecimiento tal, que remeció cada fibra de su cuerpo.

- B-bien... - Balbuceo

El rubio sonrió un poco y lo levanto en brazos sin previo aviso metiendolo dentro y acomodándolo en el sillón. Shuichi se sintió molesto, él podía caminar después de todo...
Cuando estaba a punto de decirle algo el escritor camino hasta la cocina y volvió con un plato pequeño que tenia una porción de torta en el. Los ojos violetas se iluminaron de placer abriéndose grandes como los de un cachorrito complacido con su dueño.

- ¿Para mí?

- Aja... la compre en la pastelería de la equina...

- ¡¡¡Yuki, Yuki!!!... Ups, perdón... Eiri

- Ta bien, no importa, tu puedes decirme como quieras, pero preferiría me digas Eiri, ese es mi nombre - Le dijo sonriendo, desde lo de Nueva York había empezado a usar su verdadero nombre y su seudónimo era ahora una anécdota del pasado, con lo que había pasado con J.K creía que su deuda con Yuki Kitazawa estaba mas que saldada...

- Gracias... esta deliciosa

- Aunque no te la mereces... ¿Qué hacías cantando y bailando en la terraza?... No recuerdo que él doctor te dijera que ya podías hacerlo...

- No te enojes... - Le dijo trepando por sus piernas y dándole un bocado de la torta con sus labios... - Es que estaba aburrido... me muero de ganas de volver a cantar

- ¿Otra vez volvemos a lo mismo? Shuichi, el doctor te dijo que como perdiste tanta sangre y además la bala rompió parte del tejido del pulmón debes esperar por lo menos un año antes de volver a cantar... no tienes que esforzar a los pulmones por nada del mundo...

- UFA... - Berreo enojado dejando caer su rostro en el hueco que formaba el largo cuello del escritor - Yo quiero cantar, es mi vida, no puedo vivir sin cantar

- Creí que yo era tu vida...

- Claro que sí

- Entonces canta para mí...

- Kawaiiiiiiiiiiiiiiiiii... Yuki se volvió dulceeeeee... - Rió el pequeño con una sonrisa de oreja a oreja, pero el rubio cambio de expresión y puso una mas seria...

- Baka... ya tenias que arruinar el momento... - Le dijo dándole un pelliscon en los cachetes... - ¿Y esto? - Pregunto de repente quitándole el pañuelo de la cabeza

- ¿Te gusta? Me lo regalo Ryuichi, paso por aquí con Tatsuha a saludar antes de ir al templo a ver a tu padre... espero que les vaya bien...

- Mika estuvo intercediendo por ellos, no te preocupes... Supongo que a mi padre no le hace gracia que sus dos hijos varones tengamos parejas del mismo sexo, pero bueno, es lo que hay, tiene que acostumbrarse, Tatsuha jamás va a dejar a Ryuichi, por algún motivo ese tipo ejerce un poder misterioso sobre el tonto de mi hermano

- ¿Y tu? - Pregunto Shuichi temeroso, enredando sus brazos por detrás de la nuca del rubio - ¿Tu serias capaz de dejarme? - Los ojos violetas buscaron la mirada del escritor, buceando en ella tratando de encontrar una duda pero por el contrario, los ojos dorados le devolvieron una mirada franca y suave

- J-A-M-A-S... tu y yo no nos separaremos mas... ni dejare que nadie te quite de mi lado

La respuesta era todo lo que Shuichi necesitaba, estaba seguro que no se había equivocado...
Había estado al borde de la muerte en el hospital pero algo en el se negaba a alejarse, Yuki no se había movido jamás de su lado, los ojos dorados de su amante habían sido lo primero que había visto al despertar y estaba seguro que era lo ultimo que quería ver antes de morir
Si bien ahora no podía hacer una vida completamente normal, sabia que con ejercicio, paciencia y voluntad pronto volvería a estar arriba de los escenarios con su otra gran pasión. El canto... por ahora solo podría disfrutar de la otra, Eiri Uesugi.

Se acurruco contra su cuello y con la voz mas dulce que pudo empezó a susurrarle las estrofas de una canción al oído. La piel del rubio se estremeció con el simple sonido de su voz, cuando las estrofas de la canción que tanto amaba hicieron eco en su corazón
Hundió sus manos en la cálida piel de su pequeño, bajando por el pecho rodeando la cicatriz producto de la herida de bala, como si quiera borrarla con el toque de sus manos...

Sintió como las manitos más pequeñas desabotonaban su camisa hasta hacerla caer por sus brazos, de manera que quedara colgando de su espalda mientras la boca del cantante hurgaba por la curva de sus hombros mordisqueando su piel... Amaba ese toque, ese cálido beso que calentaba algo mas que su alma...
Con un geto decidido le quito a Shuichi casi toda la ropa que traía puesta, caminando torpemente con él hasta llegar al sillón.
Los gemidos sonaron suavemente... eran los quejidos que más adoraba oír... Aunque su pequeño estaba cada día mejor... y más atrevido.
Las manos que conocía se enterraron en su pantalón acariciándolo con dulzura, volviéndolo loco hasta ponerlo al borde de la excitación...

Shuichi hundió su cabeza en las caderas de rubio, jugueteando con su sexo y acariciándole de la mejor manera posible... Entonces la mano de Shuichi fue esta vez un poco mas allá y un dedo se interno en él

- ¿Shuichi? - Llamo el rubio asustado con el rostro arrebatado de rojo. Pero el cantante no se inmuto y levanto su mirada violeta hacia él... Por primera vez Yuki se dio cuenta que su pequeño tenia una mirada... ¿Ardiente?

- ¿No crees que de una vez es mi turno? - Susurro en su pecho... El rostro del rubio paso del rojo al morado intenso

- ¿Qué dices? - Gruño alarmado. Pero la mirada del pequeño decía todo menos que se detendría, no dijo nada mas, solo sintió los dedos de Shuichi haciéndose paso dentro de él y su boca que rodeaba su sexo de manera sexy... Cerró los ojos y se relajo mientras él hacia esta vez el trabajo. Podía sentir el calor creciendo dentro de el, su cuerpo deseando a Shuichi con locura ciega... Era la primera vez que invertían los roles y esto no le desagradaba demasiado... lo siguiente que su boca murmuró entre gemidos secos fue solo su nombre...

- Shuichiiiiiiiiiiiii... - Y se dedico a gemir en brazos del cantante...



FIN


ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª ª

N de A:
Lo termine ^#____#^ ¡Yeap!
¿No creían que podía matar a Shuichi, ne? Jamás, jamás, jamás... en principio no me gustan los death fics y en segundo, adoro a mi cantante como para hacerle una cosita así >_<...
Uh? Que esperaban? Mas lemon? Ya les hice bastante lemon en este fic así que dejo lo demás a su imaginación ^^ siempre es bueno
Ahhhh! antes que nada, el personaje de J K como les conté es mío, pero les cuento que tengo el tomo 10 del manga de Gravitation (en puro japonés, no se crean) y aparece una especie de Hermana mayor de Yuki Kitazawa, pero como les conté, no se japonés y no se que onda con esta historia mas que lo que les digo, habrá que esperar a que algún fansub traduzca ese capitulo, si alguien sabe algo avísenme, me gustaría saber mas... por ahora me conformo con mirarlo... ^____^ *Shuuuu....*
A ver... Tengo que agradecer a todos, todos, todos, los que me han escrito por este fic, son muchísimos, realmente no me imagine nunca que pudiera gustar tanto esta historia... lamento no haber podido terminarla antes pero con lo que me paso el mes pasado cuando me borraron los archivos de la pagina, fue IMPOSIBLE... Espero que les haya gustado el final y que hayan quedado conformes ^_^ Cualquier cosa me dicen
De todas formas voy a volver, en algún momento, a escribir de Gravi porque es una de las parejas que más amo ^^ lo que pasa es que aun no se me ocurrió ninguna idea fresca, lo que sí estoy escribiendo es un minific, un One Shot bastante picantito y cómico entre Shuichi y Ryuichi, así que espero que el próximo les guste también ^_____^

No quiero nombrar a nadie en especial porque me olvidaría de alguno así que un beso enorme a los que siguieron esta historia hasta el final

Gracias por estar siempre ahí ^___________^

Besitos desde la calurosa Argentina en pleno verano


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