jueves, 3 de septiembre de 2009

DULCES Y SORPRESAS Ch.02

Dulces y sorpesas.

Cap. 2

By Saiyi-chan



*******************************************************


Abrió la puerta lentamente, sin hacer apenas ruido, algo totalmente inusual en el cantante de cabellos rosados. Asomó la cabecita mirando al interior de la vivienda, observando que todo estaba oscuro, a excepción de la poca claridad que salía del estudio de Eiri. El cantante suspiró pesadamente, volviéndose a mirar a un Ryuichi con expresión infantil y Kumagoro sobre la cabeza.

-Entremos, pero no hagas mucho ruido, Yuki esta trabajando.- el cantante de N.G. asintió siguiendo a Shuichi.

Ambos se adentraron en el salón, aun a oscuras, antes que nada, debía hablar con Yuki, avisarle que Ryuichi se quedaría unos días a vivir con ellos, y claro, tenia que salir vivo de aquella conversación... así que comenzaría por no hacer demasiado ruido.

-Espérame aquí, tengo que hablar con Yuki, ahora vuelvo.- le habló bajito al cantante de ojos azules que no dejaba de mirar de un lado a otro observándolo todo en la oscuridad.

-No tardes no da.-

Shuichi se dirigió a buscar al escritor, desde la entrada del pasillo podía oírse el teclear de su portátil. Cuando iba a la mitad del camino oyó un ruido procedente del salón, al parecer algo había caído al suelo.

-Sakuma-san...- murmuró volviendo la vista atrás con expresión nerviosa, para seguidamente mirar de nuevo al frente y encontrarse con unos ojos dorados que lo observaban. –bua! Yuki!- retrocedió un par de metros de un sobresalto. –que susto me has dado!.- tomó aire profundamente, gateando hasta llevar a los pies del escritor.

-Que estas haciendo?-

-Quien yo? Nada... por que lo dices?- volvió la vista a un lado al oír otro ruido como el anterior o bastante parecido.

-Que tienes ahí?- El rubio desvió su mirada hacia la entrada del pasillo, tratando de ver algo entre la oscuridad

-Eh? Nada... no tengo nada...- movió las manos con nerviosismo para seguidamente tomar las del escritor y hacer que este se girara dando media vuelta.

-Por ultima vez, que tienes en el salón.- ante las palabras de su amante, Shuichi comenzó a jugar con la tela de su camiseta, llevándosela a la boca para morderla. –no habrás traído algún animal verdad?- Eiri se estaba empezando a cansar de la situación cuando escuchó como del salón procedía una melodía... en concreto el sonido de un móvil. –de quien es ese móvil?-

-Es mío.- respondió instintivamente. Eiri arqueó una ceja, no le parecía muy convincente y menos teniendo en cuenta la actitud de su pequeño amante. -es que le cambie la melodía, si, jeje como la de Shin-chan no te gustaba, le puse la de Doraemon.- se llevó una mano a la cabeza riendo nervioso. El rubio escritor lo miró con desconfianza, dándose media vuelta en dirección al salón.. –espera Yuki!.- se lanzó en plancha al suelo alcanzando a agarrar la pierna de Eiri.

-Suéltame.- sacudió la pierna intentando librarse del “parásito”, optando enseguida por llevarlo a rastras ya que este parecía no querer soltarla bajo ningún concepto.

-Yuki te he dicho que esperes! Tengo que...- Eiri encendió la luz encontrándose en el mismo salón de su casa al cantante de N.G. y a un conejo de peluche rosa. -...hablar contigo...- finalizó el cantante de cabellos rosados suspirando pesadamente, esta vez soltando la pierna del escritor.

-Oh Shu-chan! Ya estas aquí na no da!- el muchacho se acercó a su amigo que estaba de rodillas en el suelo, en un momento ambos se encontraban allí tirados bajo la mirada de incredulidad y sorpresa que mostraba el escritor.

-Sakuma-san, me puedo levantar?- preguntó llevándose la mano a la cabeza, pasándola por el posible chichón que aparecería debido al golpe.

–K me acaba de llamar al móvil, quería saber si ya había llegado a tu casa no da.- seguidamente se acercó a Eiri quien no le quitaba la vista de encima, aun sin entender que hacia allí ese tipo tan extraño. –que bien lo pasaremos estos días viviendo los cuatro juntos na no da!- seguidamente abrazó al escritor quien se quedó petrificado ante las palabras del cantante de N.G.

-Pero que...- la mirada de Eiri se centró amenazante sobre Shuichi, haciéndolo sobresaltar con esta.

******************************************************************

Ryuichi permanecía jugando con Kumagoro en el salón, había sacado de entre las cosas que había cogido de su casa un cuaderno y sus lápices de colores, entre canturreos se dedicaba a dibujar algo sobre el papel, adornándolo con floresitas y corazoncitos de colores.

Mientras en el estudio de Eiri...

-Cuando pensabas decírmelo?-

-Yuki es que no me has dejado tiempo! Te has dado cuenta enseguida!-

-Como que me he dado cuenta enseguida?-

-Bueno, ahora ya lo sabes.- sonrió como si nada ocurriese.

-Pero que clase de baka eres? Como se te ocurre traer a cualquiera a vivir aquí como si nada? Y mas sin consultármelo antes!.-

-Pero... pero... yo también vivo aquí! Además, no es cualquiera, es Sakuma-san! Y solo serán unos días, hasta que pueda volver a su casa.-

-Unos días en los que tendré que soportaros a los dos.- se llevó una mano a la frente en señal de cansancio.

-Vamos Yuki, no es para tanto, nos portaremos bien, además, su casa se ha incendiado, deja que se quede si?.- lo miró con carita inocente, Eiri guardó silencio, a cada segundo que transcurría la cara de Shuichi iba cambiando de expresión cada vez a una mas “angelical”

-De ninguna manera.-

-Yuki! Vamos! Que mas te da? No te molestaremos de verdad, además, haré todo lo que me pidas, te compensare por esto.- el chico juntó sus manos en señal de ruego.

-Todo lo que te pida?- lo miró de reojo con una expresión de interés. El cantante de cabellos rosados afirmó con un movimiento de cabeza. –je, vas a tener que trabajártelo mucho para compensarme esto... y lo de esta tarde.-

-Entonces es que si?-

-Yo no he dicho eso.-

-Pero me lo has dado a entender.- puso una de sus mas amplias sonrisas.

-................-

-Gracias Yuki! Eres el mejor! Muak!- le dio un sonoro beso en la mejilla y salió corriendo en busca del causante “del problema”

-Mejor que hubiera traído un perro...- murmuro entre dientes encendiendo un cigarrillo a la vez que lo seguía hacia el salón.

–Sakuma-san!- se acercó corriendo al cantante que ya estaba preparado para seguir su dibujo sobre el suelo del apartamento.

-Shu-chan! Mira que dibujo mas bonito na no da.- se levantó para enseñárselo.

-Kya! Kawaiiii!- Eiri los observaba apoyado en el quicio de la puerta tratando de calmarse mientras fumaba.

-He dibujado a Yuki-chan no da.-

-Yuki... chan...?- Los ojos dorados se abrieron todo lo que estos daban, en un momento el cigarro estaba en el suelo, había resbalado de los labios del escritor casi sin sentirlo.

Shuichi intentó mantener una sonrisa nerviosa al ver la cara de pocos amigos que se le había quedado a su rubio amante.

-Eto... si, se le parece jeje.- ni siquiera se atrevió a mirarlo, ya podía notar sobre su nuca la mirada punzante que le estaban dedicando los ojos dorados.

-Dibujaras conmigo Shuichi?.- el aludido asintió enérgicamente. -Pero esta vez haz un dibujo que brille no da.- una media sonrisa se dibujó en una expresión que pocas veces mostraba. –vamos a empezar.- tomó a Shuichi de la mano, pero pronto sintió en uno de los dedos de esta un dolor que lo obligó a llevárselo a la boca, recordando el corte que lo había llevado a esa situación.

-Que ocurre Sakuma-san?- sus ojos violetas se fijaron en la mano del cantante.

-Bua! Me corte pelando patatas no na.- los ojitos azules brillaron amenazando con romper a llorar de un momento a otro a la vez que le mostraba el dedo al otro cantante.

-Pero si no esta curado, se puede infectar.- Eiri puso una mueca de desgana y se dio media vuelta cuando algo llamo su atención. –Yuki te lo curará. Yuki!.- el chico de cabellos rosados se acercó corriendo al rubio, sin darle tiempo a huir. –vas a curar a Sakuma-san verdad?- le sonrió mientras tiraba de la tela de la camisa de este como un niño que quiere algo.

-De ninguna manera, no pienso hacer eso.- comenzaba a estrujar el paquete de tabaco con una mano.

-Na Yuki, pero si lo haces muy bien, además tu siempre me curas cuando me corto cocinando, yo creo que podrías...-

-He dicho que no.-

-Vamos no seas malo.- Shuichi puso su mejor cara ante Yuki, seguidamente el escritor miró a Ryuichi que estaba con el dedo en la boca y ojitos llorosos.

5 minutos mas tarde...

-No se como demonios me he dejado convencer.- se recriminaba a si mismo mientras ponía una tirita para cubrir la herida. –Ya esta.-

-Ah! Gracias Yuki-chan.- gritó el cantante mirándose el dedo con su tirita de diseño infantil.

Shuichi miró a Eiri sonriendo, sonrisa que se vio cortada ante la nueva mirada amenazante del rubio, consiguiendo que el cantante se escondiera bajo al mesita del salón haciéndose una bolita convencido de que Yuki no lo vería de esa manera. Un sonido se dejo oír, en concreto procedía del estomago del vocalista de N.G, los otros dos se volvieron a mirarlo.

-Jeje, tengo hambre na no da, al final no pude comer tortilla de patatas.-

-Tortilla de patatas? Yuki cocina muy bien! Seguro que podría hacer una para cenar.- inmediatamente se tapó la boca al darse cuenta de lo que había propuesto, estaba seguro de que esa noche dormiría en el sofá... al no ser que después de todo Eiri quisiera hacer algo mas que dormir aquella noche...

Eiri tomó su chaqueta y las llaves de su coche, decidido se encaminó a la entrada abriendo seguidamente la puerta.

-Yuki donde vas?- asomó la cabecita buscando a su amante.

-A pasear un rato.- esta vez se volvió a mirar a Shuichi. –traeré algo de cena, no quiero que también queméis mi cocina.- cerró la puerta tras de si con un fuerte portazo.

-Jo... creo que después de todo dormiré en el sofá...-

-Shu-chan!- unos brazos le rodearon el cuello. –vamos a montar mi habitación na no da.-

-Es verdad... donde vas a dormir?- Ryuichi se encogió de hombros ante un Shuichi pensativo. –ya lo tengo! Creo que hay un futon en el armario, es el que usa Tatsuha-san cuando se queda a dormir.- salió corriendo hacia la habitación con Ryuichi tras el, el cual se detuvo frente al estudio del escritor.

-Oh! Que habitación mas grande no da. Aquí podría dormir.- sin pensárselo siquiera sacó de quien sabe donde una tienda de campaña bastante grande, plantándola en todo el centro del estudio.

-A ver... estaba por aquí... Sakuma-san me ayudas a...- al volverse descubrió como el cantante de N.G. no estaba por ningún lado.

Dejó lo que estaba haciendo para ir a buscarlo, pasó corriendo delante del estudio del rubio, retrocediendo hasta el mismo cuando le pareció ver algo...

-Kya! Que.... es... esto?- preguntó casi sin habla y con la mano sobre el pecho al ver como la enorme tienda de campaña ocupaba mas de la mitad del estudio.

-Shu-chan! Te gusta? Esta será mi habitación no da.- una sonrisa de oreja a oreja se dibujó en su cara.

-No, no dormiré en el sofá... lo haré en la calle...- resbaló con la espalda en la pared hasta quedar sentado en el suelo con un Ryuichi confundido mirándolo.

*********************************************************************

Las llaves hicieron ruido al entrar en la cerradura, Eiri se descalzó en la entrada para pasar al resto de la casa, una vez en la cocina depositó las bolsas de comida sobre la mesa. Seguidamente encendió un cigarrillo dando una calada de él. Su expresión se volvió interrogante al darse cuenta del silencio que había en todo el lugar.

Casi con una sensación de temor se dedicó a recorrer la casa en busca de los cantantes, sabia que no habían salido, los zapatos de ambos estaban en la entrada, al no ser que lo hubieran hecho descalzos... ya de esos dos nada le extrañaba. Al aproximarse a su estudio pudo apreciar unos murmullos, reconociendo seguidamente las voces de ambos chicos. Con mas rapidez en sus pasos llegó al lugar de donde procedía, se detuvo frente a la puerta cerrada, y con un hondo suspiro para intentar no cometer una locura, abrió la puerta hallando ante sus ojos dorados bien abiertos de impresión como una enorme tienda de campaña tapaba cualquier otra visión en el interior de lo que debía ser su estudio.

-SHUICHI!-

Minutos mas tarde la tienda se encontraba de cualquier manera en mitad del salón, ambos cantantes estaban sentados hechos ovillitos de cara a un rincón, donde con un poco de imaginación podría verse perfectamente las telarañas que cubrían sus cabezas.

******************************************************************

Después de cenar y de que el tenso ambiente se volviera mas agradable, Shuichi dejó a Ryuichi en la caseta de campaña ubicada finalmente en mitad del salón, el cantante de ojos azules había traído incluido en el lote un cómodo colchón de agua “diseñado” para aquella caseta, bastante grande por cierto.

El cantante de cabellos rosados entró en la habitación, encontrando a Eiri fumando tranquilamente sentado en la cama, con la mirada perdida en algún punto de la habitación. El escritor miró al pequeño cuando escuchó el sonido de la puerta cerrarse acompañado de un hondo suspiro por parte del chico, el cual cambio por una sonrisa cuando se percató de la mirada de Eiri sobre él.

-Yuki!- de un salto se subió a la cama, gateando sobre esta hasta quedar cerca del rubio quien volvió a perder su mirada en otra parte.

Una mueca de fastidio se dejo ver en la cara del pequeño, acto seguido se sentó sobre las piernas de su amante, quitándole el cigarro de los labios y apagándolo en el cenicero que había sobre la mesita.

-Que demonios haces?-

-Na Yuki, por que no...- bajó la mirada mientras jugaba con el borde de su camiseta. –por que no seguimos lo de esta tarde?- con un leve sonrojo en sus mejillas le dedicó al escritor una mirada traviesa, a lo que este respondió sujetándolo de la cintura posesivamente.

Shuichi dejó escapar una suave risita, ahogándola enseguida entre los labios de su amante en un profundo beso. Eiri se recriminaba esa actuación por su parte, había accedido demasiado pronto a la petición del cantante, tenia pensado castigarlo un poco, hacerle rogar un poco mas, pero el mismo se vio capaz de hacerlo si no lo sentía enseguida entre sus brazos. Los jadeos de Shuichi empezaron a chocar en su oído a la vez que lo hicieron las palabras de quien en ese momento abrió la puerta de la habitación sin siquiera llamar.

-Tengo miedo no da.- el cantante de N.G. apareció frente a los ojos de la pareja que se volvieron inmediatamente a mirarlo.

Shuichi enrojeció por completo ante la situación, moviéndose con nerviosismo hasta quedar sentado directamente en el suelo, llevándose de paso un buen golpe.

-Ite!-

-Shuichi te has hecho daño na no da?- se acercó al cantante de B.L. tomándose de paso la libertad de “pasearse” por la habitación como si de su casa se tratarse. Eiri suspiró cubriéndose los ojos en un gesto de cansancio.

-Sakuma-san que haces aquí?- dijo mientras se levantaba llevándose una mano al trasero.

-Esta casa es extraña no da, Kumagoro extraña su habitación.- abrazó al peluche como un niño pequeño que acaba de tener una pesadilla. –Kumagoro quiere saber si Shu-chan dormirá con nosotros na no da.- miró al chico de ojos violetas con mirada inocente.

-Lo que faltaba...- murmuró Eiri a la vez que se cubría la cabeza con la almohada.

-Eto yo...- miró a Ryuichi que estaba a punto de llorar para después mirar a su amante. –Yuki te importa si...-

-Vete y dejad de fastidiarme.- el escritor se tapó hasta las orejas con las sabanas.

-No te importa de verdad?-

-..............-

-Uhm?- al no obtener respuesta se acercó a él comprobando como este ya estaba dormido. -hazme caso Yuki! No me ignores! - zarandeó el cuerpo del rubio, pero este no daba señales de estar despierto, ya sabia que cuando su amante se quedaba dormido no había nada que lo despertarse. –vale, te dejare que te duermas, pero solo por que yo quiero.- se cruzó de brazos volviendo la mirada a otro lado.

-Eso quiere decir que dormirás con nosotros na no da?-

-Eh? Si claro.-

-Si! Na no na no na nooooooooo na no na no daaaaaaaaaaaaa.- salió de la habitación dando saltitos seguido de Shuichi, quien dedicó una ultima mirada al rubio antes de cerrar la puerta.

*********************************************************

Ryuichi entró en la caseta lanzándose de cabeza sobre el colchón de agua, provocando que este se moviera como si se tratase de gelatina. Shuichi asomó la cabeza, dedicó una mirada al interior y sin mas remedio que acceder a la petición del otro cantante entró dejándose caer pesadamente sobre el colchón.

-Shuuuuuichi.-

-Uhm?- se volvió a mirarlo encontrándose la cara de Ryuichi bastante cerca de la suya y con una gran sonrisa.

-Gracias por dejar que me quede no da.- seguidamente le dio un beso en la mejilla, consiguiendo que estas se enrojecieran notablemente.

-Sakuma-san!- se sentó de un sobresalto, desviando la mirada con nerviosismo.

–Te ves muy lindo ruborizado.- sonrió mostrando una expresión adulta.

Shuichi trataba de esconder como podía la cara bajo el cuello de la camisa de su pijama. Ryuichi volvió a sonreír ante la reacción de su amigo, volviéndose enseguida a coger a Kumagoro que lo había dejado a un lado sobre el colchón.

-Buenas noches na no da.- se acurrucó entre las sabanas abrazando a su peluche, cerrando los ojos para quedarse dormido al instante.

El chico de cabellos rosados lo miró, observando perfectamente como este dormía tranquilamente a su lado. Dibujó una suave sonrisa y se acostó volviéndose para el otro lado. Estaba cansado por el largo viaje, por todo lo ocurrido aquel día, pero aun así no lograba conciliar el sueño, se sentía nervioso, algo preocupado; ya sabia perfectamente que Eiri estaba bastante molesto con él a cuenta de todo lo ocurrido, aunque se sentía feliz de volver a ver al escritor después de un mes.

Sintió como un calor subía por su cuerpo al recordar lo que estuvo a punto de pasar aquella tarde, antes de ser interrumpidos. Cerró los ojos deseando sentir de nuevo las caricias del rubio sobre él, sus besos; tal y como los había sentido horas antes. Casi sin darse cuenta llevó su mano hasta introducirla bajo sus pantalones, dejando escapar un leve jadeo al sentir la evidente erección bajo la piel de su mano.

-Kumagoro quiere cantar na no da...- alertado por el susurro de la voz adormilada de Ryuichi, sacó la mano de los pantalones sobresaltado, recordando inmediatamente que el cantante estaba a su lado.

Trataria de alejar esos pensamientos de su cabeza, intentaría aislar el calor de su cuerpo y dormir, pero cuanto mas lo intentaba mas difícil le resultaba. Se sentía la cara arder, la agitación de su pecho se volvía mas notable convirtiendo su respiración en una mas entrecortada.

-Yuki...- susurró acariciándose de nuevo esta vez sobre la ropa.

Se volvió un poco dedicando una mirada fugaz a Ryuichi que ocupaba mas de medio colchón para él solo, asegurándose que estaba completamente dormido. Después de dudar en hacerlo, se levantó para salir de la caseta sin hacer ruido. Caminó por el pasillo hasta detenerse ante la puerta del dormitorio.

-Tengo que despertar a Yuki como sea.- abrió la puerta para adentrarse en ella, hallando al rubio dormido, sonrió al ver la calmada expresión que este ponía al dormir.

Se acercó a él, lo movió suavemente intentando despertarle, pero este parecía no percatarse de nada.

-Yuki despierta- susurró cerca de su oído. –Yukiiiii.- lo destapó viendo que el susurro no había surtido efecto.

Eiri se revolvió en la cama, buscando de nuevo las sabanas, encontrándolas enseguida y volviéndose a cubrir con ellas. La cara de Shuichi comenzaba ha mostrar una mueca de enfado, casi de desesperación. No podía gritar demasiado, y si en vez de despertar a Yuki despertaba a Ryuichi?, no, definitivamente no era buena idea. A veces pensaba que su rubio amante lo hacia a posta, que se hacia el dormido cuando no quería hacerle caso.

-Que te despiertes!- esta vez elevó algo mas la voz a la vez que zarandeaba al escritor, consiguiendo que esta vez los ojos dorados mas cerrados que abiertos le dedicaran una mirada de confusión. –ya estas despierto!.- sonrió.

-Que demonios quieres ahora?- murmuró mas dormido que despierto.

-Vamos, ahora podemos hacerlo.- con una sonrisa de satisfacción fue a quitarse el pijama cuando observó como Eiri se daba media vuelta en la cama dándole la espalda y se cubria la cabeza con las sabanas.

-Déjame, quiero dormir.- de nuevo el suave ronquido irrumpió en la habitación dejando a Shuichi con una tonta expresión en la cara y los pantalones a medio bajar.

-Jooooooooooo Yuki...- se lamentó saliendo de allí con cara de enfado cerrando la puerta de un portazo.

En el interior de la tienda de campaña unos grandes ojos azules se abrieron en la oscuridad.

**********************************************************************

Sin mas remedio y muy a su pesar se encerró en el baño, apoyando la espalda sobre la puerta, sentándose en el suelo. Enseguida su expresión de enfado cambio a una totalmente distinta cuando comenzó a masajear su erección con lentitud.

-Ah... Yuki...- se llevó una mano a la boca tratando de acallar sus jadeos mientras trataba de aliviar el deseo de su cuerpo.

Al otro lado de la puerta alguien se habia dejado caer sobre esta, escuchando en silencio los suaves jadeos que procedían de dentro.

-Mmm... Si Yuki...- su mano se deslizaba mas rápidamente sobre la piel palpitante y humedecida. –Ah! mmm...- mordió un par de dedos intentado silenciarse cuando sintió como se derramaba sobre su mano, disminuyendo el ritmo al sentir que todo había acabado. –Yuki...- susurró en un suspiro. Abrió los ojos clavándolos en el techo, esperando a que tanto su cuerpo como su respiración se normalizaran.

Cuando pensó que ya lo estaba, se levantó para seguidamente lavarse las manos y colocarse bien el pijama. Sintió un pequeño golpe sobre la puerta, sus ojos violetas se centraron de inmediato en esta, despacio giró el pomo abriéndola, encontrándose frente a si a un Ryuichi con una expresión bastante seria y unos ojos azules que lo miraban penetrantes.

-Sa... Sakuma-san...- las palabras temblaron en su boca, al igual que todo su cuerpo, enrojeciendo al instante debido a la vergüenza de haber sido descubierto, o eso era lo que pensaba.

Rápidamente rompió el contacto visual, bajando la cabeza, consiguiendo que el rubor de sus mejillas aumentase mas si podía al percatarse de cómo la mano de Ryuichi se hallaba dentro de sus pantalones, evidenciándose a su vez el estado de excitación que mostraba el cuerpo de este.

-Na Shuichi... puedo entrar yo ahora ?- Preguntó con toda tranquilidad, sin intención de colocar la mano en alguna otra parte de su cuerpo.

Shuichi no sabia donde esconderse, deseó que la tierra se lo tragase. Sin decir nada salió de allí a toda prisa sin atreverse a mirarlo, dejando el camino libre al otro cantante quien lo observaba divertido con una sonrisa en sus labios, dedicándole una ultima mirada antes en entrar al baño, decidido a acabar lo que había comenzado gracias a él.

************************************************************************

Después de dudarlo durante un momento se adentró en la caseta, tumbándose sobre el colchón, cubriendo su cara enrojecida con ambas manos.

-Que vergüenza, que vergüenza!.- pataleaba a la vez que se movía de un lado a otro pareciendo enteramente un tomatito.

Al girarse una de las veces tropezó con Kumagoro que estaba allí “dormido” dedicó una mirada al conejito y seguidamente lo tomó entre sus brazos, se volvió al otro lado haciéndose una bolita y abrazando al peluche con fuerza, tratando de esconderse. Al momento sintió como Ryuichi volvía a la caseta y se acostaba a su lado. Cerró los ojos con fuerza, encogiéndose un poco mas, aunque estuviese de espaldas a él, podía sentir perfectamente como los ojos azules estaban puestos en él. El cantante de N.G. esbozó una sonrisa, realmente le parecía encantador ese chiquillo. Lo cubrió con la manta y se acomodó junto a él.

-Esta noche Kumagoro dormirá contigo no da.-


CONTINUARA...

____________________________________________________________

No hay comentarios:

Publicar un comentario