jueves, 3 de septiembre de 2009

DULCES Y SORPRESAS Ch.09

Dulces y sorpresas.

Cap. 9

By Saiyi-chan





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En la madrugada, casi rozando el amanecer, dos figuras se escabullían en el interior del apartamento intentando no hacer demasiado ruido.

Tatsuha cerró la puerta después de que él y Ryuichi entraran entre risas e intentos por mantenerse lo mas silenciosos posible. El menor de los Uesugi se dejó resbalar sobre la puerta hasta quedar sentado en el suelo. Ryuichi se descalzó para sentarse seguidamente en el escalón de la entradita, observando como Tatsuha no podía dejar esa risa tonta debido a la cantidad de sake que había ingerido aquella noche.

-Mmmm creo que bebiste mucho Tatsuha-kun.- comentó el cantante con un gesto serio que se asemejaba al de alguien cuando regaña a un niño por una travesura.

-Uhm? Tu crees?- el menor de los Uesugi le siguió con el mismo gesto, el cual se rompió gracias a una nueva carcajada por parte de ambos.

Aquella noche había sido bastante divertida. Después de haber dejado a Shuichi en el apartamento del escritor con su imponente atuendo y con Kumagoro en brazos, Tatsuha se llevó a Ryuichi a un lugar que seguramente le encantaría; a una de las salas mas famosas de Karaoke que se ubicaba en el centro de Tokio. Allí habían pasado toda la noche entre canciones populares y otras mas modernas; entre risas y algún que otro trago de sake; y no faltaron las miradas, roces y acercamientos un tanto descarados e insinuantes por parte de ambos.

El cantante de NG miraba divertido al mas joven, quien seguía con un suave risoteo intercalado con cortos intervalos de silencio. Ryuichi se llevó una mano a la frente, apartándose el pelo de la cara con un gesto provocativo, mostrando en sus ojos azules un brillo extraño, lujurioso podría decirse, al igual que la seductora sonrisa que adornaba sus labios. La verdad era que Tatsuha le caía muy bien, le parecía bastante divertido y también interesante. Le divertía la manera en la que se comportaba con él, como si realmente pensase que era un niño al cual tenia que complacer en todo. Y por supuesto que no se le habían pasado desapercibidas las intenciones del joven Uesugi con él.

-Sakuma-san, sabes de lo que tengo ganas?- comentó elevando la voz a lo que Ryuichi enseguida se acercó a él para taparle la boca con ambas manos.

-No querrás despertar a Shuichi y a Yuki verdad?- le susurró acercándose bastante a su rostro.

Los ojos oscuros de Tatsuha se abrieron sorprendidos ante la intensa mirada del cantante, quien le sonreía nuevamente de esa manera, tal y como lo había hecho durante toda la noche. El menor de los Uesugi asintió costosamente ante la pregunta del otro, consiguiendo con esto que Ryuichi apartara las manos de su boca.

-Así me gusta.- esta vez apoyó uno de sus brazos contra la puerta, dejándolo a la altura de la cabeza del mas joven. –de que tenias ganas?-

-Yo... quería...- la presencia de su ídolo tan cerca no le dejaba apenas articular palabra, podía sentir perfectamente la respiración de este mezclándose con la suya que había pasado a ser bastante irregular.

En aquel momento no era capaz de reaccionar, estaba prácticamente acorralado por aquel hombre al que tanto deseaba, aquel con el que estaba dispuesto a pasar mas de una noche de pasión desenfrenada, solo eso necesitaba. Se conformaba con una noche loca de sexo con su ídolo, no pedía tanto después de todo.

Pensó en moverse, en conseguir que sus labios por fin se rozaran. Era el momento perfecto; los dos tan cerca, después de los roces y miradas intencionadas de aquella noche mientras estuvieron en aquella sala de Karaoke, después de haber bebido mas de lo que debieron, un beso lo desencadenaría todo.

-Tatsuha-kun.-

-Eh?- la voz de Ryuichi lo sacó de sus pensamientos, observando embobado el movimiento de aquellos labios que se veían perfectamente definidos y húmedos.

-Tengo que hacer algo un momento, por que no me esperas... en la caseta? Podríamos probar el colchón de agua y... quizás algo mas.- acercó sus labios a los del muchacho sin llegar a rozarlos, a la vez que pasó un dedo recorriendo el pecho agitado de este.

Tatsuha solo asintió sin ni siquiera saber lo que estaba ocurriendo. Estaba soñando, aquello no era mas que otro maravilloso sueño en el que esta vez parecía que por fin conseguiría lo que tanto anhelaba. Con la mirada perdida en el cuerpo del cantante, observó como este se ponía en pie para adentrarse en el apartamento tras dedicarle una mirada incitante y prometedora.

En cuando Ryuichi desapareció tras la esquina, sus ojos se atrevieron a parpadear un par de veces. De inmediato se levantó del suelo costosamente, tambaleándose debido a la acción del alcohol en su cuerpo. Sujetándose donde podía y manteniéndose en pie a duras penas, consiguió llegar al salón tras tropezar con mas de un mueble por el camino y maldecirlo de paso.

Una sonrisa se dibujó en su rostro al hallar por fin la caseta en medio del salón. Observó el interior de esta, un hilo de sangre amenazó con escapar de su nariz al imaginar parte de lo que estaba a punto de ocurrir allí dentro. Sin pensarlo mas se lanzó encima del colchón como si de una piscina se tratase, y tras deshacerse de su camisa y desabrocharse los pantalones costosamente y de manera nerviosa, se tendió boca arriba, mirando el techillo distraídamente con una expresión tonta y ausente en su rostro. Solo quedaba esperar a que Sakuma apareciera y acabara de desnudarlo.

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Ryuichi caminó a través del pasillo tratando de no hacer demasiado ruido. Antes que nada había algo que debía hacer, no en vano había decidido marcharse aquella noche con Tatsuha.

Cuando llegó a aquella habitación, abrió la puerta con cuidado, asomándose en la semi oscuridad de esta. La primera visión que destacó en el interior fue el suave resplandor de la luna llena a través de los cristales de la ventana. Desvió su mirada hasta hallar lo que buscaba.

Una suave sonrisa algo melancólica y a la vez satisfecha se dibujó en sus labios al observar como el cuerpo de Shuichi descansaba relajado y cubierto parcialmente con las sabanas entre los brazos del escritor.

-Parece que la idea de Tatsuha dio resultado.- murmuró al observar como las prendas seguían esparcidas en el suelo de cualquier manera.

Dedicó una mirada examinando el interior, hasta que divisó a Kumagoro sobre el mueble que Shuichi lo había dejado aquella noche. Sigilosamente entró en la habitación para tomar al conejito entre sus brazos dedicándole una sonrisa esta vez infantil al animalito de peluche.

-Ya no le haces falta a Shu-chan no da.- movió las patitas de Kumagoro como si estuviera jugando con ellas. –Yuki-chan lo cuida bien.- de nuevo se acercó a la puerta para salir de la habitación antes de que por alguna razón la pareja despertara y lo encontrara allí. –pero.. no me marcharé hasta estar seguro del todo.- murmuró en tono serio pero calmado a la vez que su mirada se clavara en Eiri.

Salió de la habitación abrazando a Kumagoro contra su pecho con un brazo, mientras que con la mano libre alcanzó el pomo de la puerta con intención de cerrarla. Antes de hacerlo se giró hacia la cama de nuevo, dedicándole una mirada penetrante al pequeño cantante, quien pareció reaccionar con un débil escalofrío.

Ryuichi volvió a sonreír esta vez de una manera mas dulce a la vez que fue cerrando la puerta sin apartar su mirada de la piel del pequeño cantante la cual se veía brillante bañada por la luz de la luna, hasta que la visión de la puerta ocultó lo que acogía aquella habitación en su interior.

Siempre estaría allí para él, protegiéndole en todo momento, guiándole y ayudándole en cuanto necesitara. Después de todo, él siempre seria el primer hombre en la vida de Shuichi, a pesar de que nunca lo seria en su corazón. Suspiró con resignación a la vez que dedicaba una suave sonrisa al peluche entre sus brazos.

-Vamos Kumagoro, tenemos algo que hacer.-

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Unos brillantes ojos negros se hicieron presentes en la oscuridad. Kumagoro asomó su cabecita en el interior de la caseta de campaña, moviéndola de un lado a otro hasta hallar a Tatsuha en su interior.

-Tatsuha-kun estas ahí? Kumagoro quiere jugar contigo na no da.- al no obtener respuesta del moreno, Kumagoro desapareció, dejando que esta vez los ojos azules del cantante fueran los que brillaran en la oscuridad.

Ryuichi se asomó al interior de la caseta, entrando en ella seguidamente. Con una sonrisa un tanto traviesa dejó al peluche en un rinconcito de esta, y gateó hasta acercarse al menor de los Uesugi quien estaba boca abajo sobre el colchón y semi desnudo.

Una mueca de confusión se dibujó en el rostro del cantante cuando al acercarse mas, descubrió como el muchacho tenia los ojos cerrados y un suave ronquido escapaba de su boca entre abierta.

-Se ha dormido?- se preguntó algo sorprendido, cambiando seguidamente su expresión a una nueva sonrisa. –has bebido demasiado, es una pena que te hayas quedado dormido tan pronto.- con suavidad deslizó sus dedos por el rostro del chico, apartando varios mechones de cabellos los cuales enredó en sus dedos de forma juguetona. –tenia pensado darte esta noche lo que tanto deseas, pero me temo que no podrá ser, Tatsuha-kun...- la yema de sus dedos esta vez rozaron sutilmente los labios entre abiertos del mas joven, consiguiendo que este gimiera instintivamente.

-My... honey... Ryuichi...- murmuró Tatsuha en sueños a la vez que se giraba colocándose boca arriba, mostrando ante el cantante su abdomen, el cual se dejaba ver perfectamente debido a sus pantalones desabrochados y su torso denudo.

Ryuichi sonrió con un gesto divertido. No podía negar que le excitaba la idea de darle a ese muchacho de 16 años una buena lección sobre el sexo. Tatsuha parecía la persona perfecta para llevar a cabo ciertos juegos sexuales que resultaban ser muy divertidos a su parecer.

-Nos vamos a divertir.- tras dedicar una ultima mirada al cuerpo y el rostro del joven, el cantante se giró buscando a Kumagoro. –es hora de dormir no da.- sosteniéndolo entre sus brazos se acomodó al lado de Tatsuha dispuesto a dormir.


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El pequeño cuerpo del cantante se desperezó costosamente entre los brazos de Eiri, consiguiendo que este gruñera suavemente ante el movimiento.

Shuichi abrió los ojos lentamente, sonriendo a la vez que se acomodaba de nuevo entre aquellos brazos que lo envolvían, sintiendo el pecho del rubio contra su espalda al igual que la respiración de este sobre su cuello. Hacia demasiado tiempo que no lo sentía así. Cada vez que tenían que separarse por alguna de sus giras, le costaba conciliar el sueño al no tener el calor de ese cuerpo a su lado. Incluso había veces en las que acudía a la habitación de Hiro preguntándole si podía dormir con él. A lo cual su amigo siempre suspiraba resignado y le hacia sitio en la cama para seguidamente tratar de dormirse de nuevo pese a los constantes codazos y patadas del cantante.

Le encantaba despertar así, sintiéndose protegido al lado de su amante, disfrutando de la agradable cercanía y del tacto de sus cuerpos desnudos. Se giró costosamente, encarando al escritor que aun permanecía dormido.

-Jeje, parece un angelito.- sonrió al ver el rostro tranquilo de Eiri.

Con intención de despertarlo depositó un suave beso sobre los labios entre abiertos del rubio, consiguiendo que este se moviera un poco sobre la cama. Un nuevo beso se deposito sobre esos labios, los cuales acabaron por abrirse un poco mas y responder a los labios que lo buscaban traviesos.

-Por fin te has despertado Yuki.- murmuró entre los labios del escritor quien lo miró entre abriendo los ojos aun adormilado.

-Por que me has despertado?- Los labios de Eiri comenzaron a recorrer suavemente el cuello del cantante.

-Por que...- Shuichi suspiró cuando los brazos de su amante rodearon posesivamente su cintura. –Yuki...-

-Mmmm creo que se para que me has despertado...- Eiri le dedicó una expresión burlona al sentir como algo comenzaba a endurecerse presionando contra su cadera.

-Eto... yo... Yuki!- un suave grito escapó de sus labios cuando el escritor lo giró para posicionarse sobre él.

-No tuviste suficiente con lo de anoche?- el cantante se sonrojó en respuesta, apartando su mirada de la de Eiri. –me sorprendiste mucho, debo reconocerlo.-

-De... de verdad?- el escritor asintió ante la mirada de asombro y algo avergonzada del pequeño.

-Esa ropa era... bastante incitante.-

-Bueno, la verdad es que fue idea de Tatsuha-san.-

-Debí imaginármelo... al menos ha hecho algo útil.- sonrió irónicamente. -el tatuaje también fue idea suya?-

-No, eso no. Se le ocurrió a Sakuma-san.- la expresión de Eiri cambio a una algo mas seria por un momento. –en realidad la idea era hacérmelo de verdad pero... me daba pánico Yuki! lo pase fatal cuando me vi ahí sentado y esa aguja acercándose a mi amenazando con pincharme! Después de eso solo recuerdo haberme despertado en el sillón con la chica abanicándome con una hoja.- sonrió algo avergonzado. -entonces me lo tatuó con unos rotuladores especiales jeje.-

-No te costaría demasiado caro verdad?-

En realidad era Tatsuha el que lo había pagado todo. El menor de los Uesugi le había comentado al salir de la tienda que de esa forma conseguiría mas puntos para algún regalo, claro que después tendrían que ajustar cuentas. Cosa que estaba temiendo el cantante, ya que sabia de ante mano cual seria el “precio” que le impondría su cuñado.

-Eh? Por que me preguntas eso Yuki?- preguntó algo confundido ante la mirada curiosa de los ojos dorados.

-Por que te ha durado bien poco.- dedicó una mirada a la piel de aquella zona en la cual podía observarse mas bien unas sombras negras que un dibujo bien delineado.

-Jo! Tenia que haber durado mas tiempo! Con lo chulo que era!-

-Lo que me extraña es que aun lo tengas marcado. Quizás...- dirigió una mirada a los ojos violetas que se centraron el los dorados. -...deberías hacértelo de verdad.-

-Lo dices en serio?- Shuichi estaba sorprendido, no imaginaba que a Eiri fuera a gustarle algo así.

-Me ves cara de chiste?.-

-Jeje, bueno, la verdad es que no estaba seguro de si te gustaría todo esto...-

-Me gustó todo lo que hiciste anoche, en especial algo que no habías hecho nunca... y que por supuesto vas a repetir mas de una vez...- con sus dedos acarició intencionadamente la mano de Shuichi, quien sintió como un escalofrío recorrió todo su cuerpo al recordar lo que tuvo que hacer la noche anterior.

-Kyaaaaaaaaaa Yuki no me lo recuerdes! No sabes la vergüenza que pasé!- completamente ruborizado, se cubrió el rostro con ambas manos, moviendo la cabeza de un lado a otro.

-Pues parecía que te gustaba.- la voz del escritor sonó divertida en el oído del cantante, consiguiendo que este lo mirase entre los dedos de sus manos.

-No me hace gracia Yuki.-

-Tenias que haber visto tu cara...-

-Yuki cállate.!- con gesto enfadado y adornado por el rubor de sus mejillas, se incorporó para coger la almohada y estamparla en la cara del rubio.

La almohada “resbaló” por el rostro de Eiri, dejando ver un gesto molesto y vengativo en él. Shuichi se reía divertido, al parecer aquélla mañana Yuki se había despertado de buen humor, y eso había que aprovecharlo. De inmediato su risa se cortó al notar la almohada pegar esta vez contra su cara.

-Eso te enseñara a no jugar conmigo, Shuichi.- comentó triunfante. –ya sabes como me tomo las venganzas.-

Shuichi se apartó la almohada para sacar la lengua haciéndole burlas al rubio. En un momento la expresión del cantante cambio a una de confusión cuando sus ojos violetas se percataron de algo.

-Uy, no esta.-

-Que es lo que no esta?- Eiri también dedico una mirada al lugar donde se centraba la mirada de su amante.

-Kumagoro, no esta.- Shuichi se puso en pie acercándose al mueble, mirando por todos lados, incluso debajo de este. -pero... pero si anoche estaba aquí! Ha desaparecido!-

-Te lo dije, tiene vida propia.-

-Yuki en serio! Ah! Ya lo se!- gritó con cara de susto alertando al escritor quien pensaba que ya era hora de fumar el primer cigarro del dia. –Sakuma-san! Ha debido entrar a buscarlo! Yuki! y si entró mientras que estábamos...-

-Shuichi no lo hagas...-

-Yuki! y si él y Tatsuha-san estaban escondidos y lo vieron todo? No! No puede ser! Me moriría de la vergüenza!- se acercó de forma histérica a la cama, apoyando ambas manos sobre esta, consiguiendo que a Eiri se la cayera el cigarro de las manos antes de llegar a encenderlo. -Yuki! como puedes estar tan tranquilo en un momento como este!- con ojos llorosos, acercó su cara a la del escritor, quien lo miró seriamente.

-Deja de montarte historias.- la mirada en los ojos dorados se tornó algo amenazante.

-Pero Yuki!- enseguida los labios del rubio se posaron sobre los suyos consiguiendo que saliera de aquel estúpido estado de nerviosismo y entrara en otro de atontamiento.

-Por que no preparas el baño? Iré en cuanto consiga fumar.- indicó sosteniendo el cigarro en su mano y mostrándoselo al cantante.

Shuichi solo asintió algo sonrojado, encaminándose a la puerta. Rara vez se tomaban un relajante baño juntos, y mucho menos por petición del escritor. Siempre era el cantante quien tenia que insistir una y otra vez hasta que el rubio accedía y este lo hacia por tal de que dejara de molestarlo. Claro que después se lo cobraba a su manera...

-Oye.- la voz de Eiri hizo que Shuichi se detuviera frente a la puerta y se volviera a mirarlo. –piensas ir desnudo por toda la casa.?-

-Eh?- el cantante se dedicó una mirada rápida, comprobando como efectivamente no llevaba nada, procediendo inmediatamente a enrojecer y a cubrirse como podía con las manos.

-Baka... toma esto.- Eiri le lanzó su camisa.

Shuichi la cogió al vuelo y después de mirarla algo confundido, se la puso abotonándola en la zona baja, dejando prácticamente todo el pecho al descubierto. Sonrió encantado y a la vez algo avergonzado al verse con la camisa color blanca del escritor. Le quedaba bastante grande, pero era perfecta para que le cubriera bien. Además, eso no le importaba, su Yuki le había dejado su camisa! Sin darse cuenta se llevó las dos manos a la cara, cerrando los ojos a la vez que disfrutaba del suave tacto de la tela sobre su piel mientras se perdía en su propio mundo de fantasía ante la mirada algo nerviosa ya de su amante.

-Lárgate de una vez o me baño yo solo.-

-Que?- las palabras del escritor le hicieron salir de ese extraño trance. –si, si, claro, ya me voy!- salió de la habitación dando saltitos bajó la mirada resignada del rubio.

-Baka...- con una sutil sonrisa encendió el cigarro llevándoselo a la boca.

Aquella visión de su pequeño amante ruborizado de forma inocente y con su camisa mal abotonada, le había gustado bastante. Se veía muy bien así. Quizás le dejaría que se la pusiera mas veces.

Eiri se sentó a los pies de la cama, dedicó una mirada perdida al despertador, centrando sus ojos bien abiertos en este al darse cuenta de lo tarde que era. Ya era casi la hora del almuerzo y él con tanto trabajo por hacer. Claro que después de lo tarde que se durmió la noche anterior era de esperar. Y aun podía haber seguido durmiendo un par de horas mas si no hubiera sido por que su revoltoso amante lo había despertado.

Se encogió de hombros y con un gesto de indiferencia comenzó a ponerse los pantalones. Que mas daba si aquel día no comenzaba a escribir hasta la tarde? Si seguramente tendría que quedarse parte de la noche en su tarea. En ese momento se le apetecía un relajante baño, ya tendría tiempo de escribir tras el almuerzo, aunque eso significara tener que atar y amordazar a esos tres revoltosos que tenia en casa para poder escribir algo mas tranquilo y con un poco mas de silencio.

Caminó por el pasillo deteniéndose un momento frente al baño, allí dentro escuchó a Shuichi canturreando. No pudo evitar sonreír ante la voz alegre del pequeño, recordando como la noche anterior había entonado una canción muy distinta a esa. Con ese pensamiento siguió caminando hasta llegar al salón.

Eiri pasó por al lado de la caseta de campaña casi sin mirarla, no tenia ganas de ponerse de mal humor después de lo tranquilo y extrañamente contento que se había levantado aquella mañana.

De inmediato algo captó su atención. Con rapidez se acercó a la puerta, hallando en el suelo una llave que no parecía ser la de Shuichi y por supuesto tampoco era la suya.

-Tatsuha...- Eiri apretó la llave en su mano.

Sabia de sobra que se trataba de su querido hermano, si no, como entraba en su casa cada vez que quería? No se le había pasado desapercibido el hechos de que su hermano menor tuviera una copia de la llave, pero ahora lo tenia pillado.

-Veremos que excusa me pones.- sonrió de forma insolente observando la llave frete a sus ojos.

-Yuki! el baño esta lis... to...- Shuichi entró corriendo en el salón, deteniéndose al percatarse de que Ryuichi y Tatsuha aun dormian a pierna suelta en la caseta.

-Que miras?- el rubio se acercó al cantante respondiendo él mismo a su pregunta. –aun están...-

-Dormidos...- finalizó el cantante sonriendo.

-Uhm... pensé que se habían largado.- se llevó una mano a la frente en señal de derrota.

–Eh? Pero como...- su sonrisa cambio a una expresión de sorpresa al comprobar como Ryuichi dormía tranquilamente abrazando a Kumagoro. –kyaaaaaa! Lo sabia Yuki!-

-Sorpréndeme.-

-Nos han visto! nos han visto!- gritó señalando a los dos chicos y al peluche. –seguro que anoche lo vieron todo!- Eiri suspiró pesadamente a la vez que pasaba por el lado de Shuichi tomándolo del cuello de la camisa y arrastrándolo con él. –Yuki es en serio! Kumagoro no sabe andar! Han entrado en nuestra habitación! Yuki que no me ignores!-

Una vez llegaron al baño, Eiri cerró la puerta mientras seguía escuchando las palabras sin sentido que escapaban de la boca de su amante. Se giró hacia el cantante, acorralándolo contra las lozas del baño, consiguiendo que Shuichi quedara en silencio con solo ese gesto y una mirada.

-Ahora te vas a callar, vas a desnudarte y te vas a meter en la bañera. O eso, o te largas de aquí.- finalizó el escritor consiguiendo que Shuichi asintiera en respuesta. –Bien, ya puedes empezar.-

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-Kumagoro come un helado mas na no da.- Ryuichi se giró aun dormido sobre el colchón, dándole un manotazo a Tatsuha en la cara.

El menor de los Uesugi abrió los ojos debido al golpe, intentó mirar lo que impedía que pudiera respirar en condiciones, descubriendo que era la mano del cantante sobre parte de su boca y nariz.

Una fugaz visión de Ryuichi relativamente cerca de él cruzó por su cabeza, sintiendo seguidamente un fuerte dolor en ella. Abrió los ojos sobresaltado, incorporándose de inmediato. Al hacerlo se llevó ambas manos a la cabeza, recordando todo lo que había bebido la noche anterior. Una sonrisa se dibujó en su rostro al recordar el “sueño” que había tenido con su ídolo, como este se le había insinuado de forma descarada. Pero como todos sus sueños, no había llegado a ocurrir nada...

Suspiró resignado mirando como el cantante dormía completamente estirado ocupando bastante espacio. Bajó la mirada recorriéndose a si mismo, dándose cuenta que estaba casi desnudo.

-No puede ser!- de un salto se puso de pie, comenzando a temer que todo hubiera sido verdad. –entonces quiere decir que...- sus ojos se llenaron de lagrimas. –buaaaaaa soy un idiota! Como me pude quedar dormido!- con rabia comenzó a golpear el colchón, consiguiendo que Ryuichi despertara en aquel momento.

-Uhm? Un terremoto no da?- miró de un lado a otro observando como Tatsuha estaba a punto de enterrar el puño en el colchón. –Tatsuha-kun, que pasa?- preguntó restregándose los ojos a la vez que se sentaba.

-Eh? Sakuma-san!- sin pensarlo se lanzó sobre el cantante abrazándolo mientras lloraba de forma desesperada. –soy un desgraciado! Por que?! por que?! por que?!-

-No te ha gustado dormir en el colchón de agua na no da?-

-No me lo perdonare! Como pude dormirme!-

-Ah! Es eso! Anoche me dijo Kumagoro que te habías quedado dormido antes de jugar con él no da- Ryuichi alzó al conejito cruzándose de brazos seguidamente en un gesto enfadado.

-No me volveré a quedar dormido!- Tatsuha soltó al cantante para hacer una reverencia a modo de “perdón” delante de él.

–No estuvo nada bien que te durmieras Tatsuha-kun...- la voz de Ryuichi sonó seria.

Tatsuha lo miró, encontrándose de nuevo con esa mirada penetrante de la noche anterior. Observó absorto como Ryuichi se ponía en pie y se dirigía a salir de la caseta no sin antes dedicarle una ultima mirada aun mas intensa que la anterior.

-Veré cuando Kumagoro tiene ganas de jugar de nuevo.- con una sonrisa dominante salió de allí dejando el chico completamente atontado.

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El agua se mecía suavemente entre los dos cuerpos, inundando el interior del baño con el suave sonido del movimiento y el leve vapor del agua caliente.

Shuichi se había sentado entre las piernas del escritor, descansando su espalda en el pecho de este, disfrutando de las suaves caricias que los dedos de Eiri le proporcionaban al pasearse por sus brazos. Tenia los ojos cerrados, sintiendo como la respiración de su amante le hacia cosquillas sobre su cuello mojado, consiguiendo que mas de un escalofrío recorriera su cuerpo.

De vez en cuando, Eiri depositaba pequeños besos sobre los hombros del cantante, sintiéndolo estremecer con sus escasos roces, y como el cuerpo del pequeño a veces se movía buscando un contacto mayor con él.

-Yuki...- Shuichi susurró temeroso de romper aquel silencio que inundaba el ambiente.

-Dime.- un beso mas, esta vez en el cuello del cantante, siguió a la voz del rubio.

-Me gusta bañarme contigo, es tan relajante...- Se movió acomodándose un poco mas contra el pecho del escritor. -... no piensas lo mismo?- giró la cara buscando la mirada del rubio.

-No esta mal.- Eiri rodeó la cintura del pequeño, acariciando sutilmente el costado de este con la yema de los dedos.

-Eto... Yuki, hoy no tienes que trabajar? Ya acabaste tu novela?-

-No, no la he acabado aun me queda algo mas de un capitulo.-

-Cuando tienes que acabarla?-

-Debo entregarla en tres días.-

-Que? Dentro de tres días?- el cantante se giró colocándose de frente ante el escritor. –pero deberías estar escribiendo!-

-Ahora no me apetece.- protestó desviando la mirada de los ojos violetas que parecían regañarle.

-Pero...-

-Es que no quieres que este contigo?- le preguntó esta vez sujetándolo de la barbilla, acercando su rostro al del cantante para acariciar sutilmente los labios de este con los suyos.

Shuichi asintió algo ruborizado. Ya sabia de sobra como acaban los baños que se daban juntos y que era lo que les llevaba a acabar así; justamente lo que el escritor estaba haciendo en ese momento.

Un grito se escuchó en el exterior el baño. El grito fue acompañado de un sonido que se asemejaba a algo derramándose y a este le siguió una carrera y voces que hablaban sin que se entendiera bien lo que decían, como si fueran voces lejanas.

-Que ha ocurrido?- Shuichi se sobresaltó volviéndose a mirar la puerta, seguido de la mirada del rubio.

-Prefiero no saberlo.- Eiri volvió a atrapar la atención del cantante y centrándose solo en él, lo besó a la vez que rodeaba su cintura atrayéndolo mas contra su cuerpo.

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-Me mata! Mi hermano me mata!- Tatsuha daba vueltas por todo el salón tirandose de los pelos.

-Cálmate Tatsuha-kun, no es tan grave no da.- Ryuichi lo observaba desde el sofá con Kumagoro entre sus piernas.

-Que no es tan grave? Pero mira!- señaló exasperado lo ocurrido.

-Pero solo es un poquito de agua na no da.-

-Un poquito de... pero si se ha salido todo el agua del colchón!- Tatsuha dedicó una mirada de horror a aquel desastre.

Todo el salón estaba lleno de agua, al igual que el interior de la caseta. El colchón se había quedado como si fuera una simple colchoneta de playa vacía y arrugada.

-Eso lo recogemos enseguida.- comentó Ryuichi con una sonrisa tranquila.

-No entiendo como ha podido ocurrir algo así! Estaba ahí dentro, asimilando lo que me habías dicho y de pronto PLAF! Estaba todo mojado!-

-Uhm...- Ryuichi se puso en pie para acercarse al colchón andando de puntillitas para no mojarse demasiado.

Después de observar bajo la atenta mirada de Tatsuha, durante un rato el colchón por todas partes, el cantante creía saber el por que de lo ocurrido.

-Ya lo tengo! Ves esto?- señaló el taponcito que estaba ahí para evitar que el agua saliera, el cual curiosamente no estaba donde debía. –se ha salido el tapón no da.- sonrió ante un Tatsuha que comenzaba a sufrir un tic nervioso en un ojo.

-Eso es obvio... pero por que razón? Por que!-

-Uhm... creo que el colchón se enfadó contigo por haberle pegado.- con un gesto de enfado se cruzó de brazos.

-Quieres decir que el tapón a acabado saliéndose por haber dado un par de puñetazos a un estúpido colchón?-

-Tu que crees Kumagoro?- dedicó una mirada al conejito. –si, Kumagoro dice que si na no da.-

-Arg! Por que he tenido que levantarme hoy!- Tatsuha se puso de rodillas en el suelo, mojándose aun mas los pantalones de paso. –tengo que recoger todo esto antes de que mi hermano se entere o me matará!-

-Deberíamos dejarlo así no da. Lo podríamos usar como una piscina.- Ryuichi sonrió encantado con la idea que se le acababa de ocurrir.

-Si! Y podríamos nadar desnudos no crees?- entusiasmado con la idea de su ídolo, tomo las manos de este entrelazándolas con las suyas.

-A nadar na no da!- levantó un brazo enérgicamente a la vez que sonreía.

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Tras salir del baño, se dirigieron a la habitación. Extrañamente no se habían percatado de lo ocurrido en el salón gracias al silencio que aquella mañana parecía gobernar en el apartamento, a pesar de aquel extraño ruido que solo había quedado en eso. O eso creían, ya que atravesaron el pasillo mas pendientes de sus besos que de alguna otra cosa.

Shuichi se vistió con unos cómodos pantalones cortos y una camiseta de manga corta algo ancha. El cantante observaba con una sonrisa a su amante mientras que este se vestía con un atuendo informal aunque sin dejar de verse elegante.

-Eh Yuki, me volverás a dejar tu camisa?- se sentó en la cama de un saltito, moviendo las piernas de manera inquieta a la vez que no dejaba de observar la camisa entre sus manos.

-Puedes quedártela.- le contestó de manera algo indiferente. Era la ocasión perfecta para “regalársela” sin que saliera de él mismo la idea.

-De verdad? Me dejas quedármela?- de un nuevo salto, esta vez se puso en pie acercándose a su amante quien asintió en respuesta. –eres genial Yuki! la usare para dormir!- volvió a mirar la camisa. -Kyaaaaaaaaaaaaa! Tengo una camisa de Yuki!- Shuichi comenzó a dar vueltas alrededor del escritor con la camisa aun sostenida con sus manos.

-Ya vale.- el rubio le dio un golpecito en la cabeza que lo hizo estarse quieto y sacar la lengua en un gesto inocente. –como esos dos siguen dormidos... saldremos a almorzar fuera.-

-Kyaaaaaaaaaaaaaaaa! Voy a almorzar con Yuki!- sin mas se lanzó a los brazos del escritor dedicándole una mirada brillante y llena de felicidad.

-Deja de hacer eso o te quedas aquí.- Eiri desvió la mirada de los ojitos violetas, intentando ocultar la sonrisa que quería dibujarse en sus labios ante la felicidad de su revoltoso amante.

Shuichi lo soltó a la vez que asentía, e inmediatamente dobló la camisa que ahora era suya, colocándola sobre la cama con una sonrisa.

-Ya podemos marcharnos Yuki.-



Continuara....

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