jueves, 3 de septiembre de 2009

DULCES Y SORPRESAS Ch.13

Dulces y sorpresas.

Cap. 13

By Saiyi-chan




*************************************************************************

Los tenues rayos del sol que entraban por la ventada rozaban su rostro de expresión tranquila, al igual que su cabello rosado, el cual se veía aun mas brillante ante ellos.

La expresión de Shuichi fue cambiando de una apacible y una algo desconcertada, abriendo los ojos para visualizar seguidamente a aquel que tenia a su lado. Un claro gesto de sorpresa se dibujó esta vez en su rostro cuando sus ojos violetas esta vez bien abiertos hallaron los dorados de Eiri mirándolo con una suave sonrisa en sus labios.

-Por fin despiertas, pensé que tendría que sacarte de la cama a la fuerza.- pronunció el escritor con tono divertido ante la mirada de incredulidad del cantante.

-Yuki, cuanto tiempo llevas mirándome?- le preguntó algo sonrojado, cubriéndose con la sabana hasta las mejillas.

-Eso da lo mismo.- Eiri desvió la mirada, centrándola de forma distraída en algún punto de la habitación. –ahora ve a prepararte, te acercaré a NG.-

-Que? De verdad? me lo dices en serio!?- Shuichi se sentó de un salto, manteniendo una amplia sonrisa a la vez que miraba a su amante con unos grandes ojos brillantes.

-Me pilla de camino, solo eso.- tras mirar de reojo al revoltoso cantante, volvió a centrar su mirada en aquel punto inconcreto de la habitación.

-Kyaaaaaaaaaaaaaaaa! Eres el mejor Yuki!- de un fuerte abrazo consiguió que Eiri cayera de espaldas en la cama, a la vez que le daba varios besos por toda la cara al escritor.

-Deja ya de hacer eso!- con una mano apartó la cara de Shuichi de la suya, tratando de impedir aquellos besos que le resultaban agobiantes. -No empieces con tonterías o te vas andando.-

-Jeje, lo siento Yuki, es la emoción del momento.- Shuichi sonrió a la vez que sacaba la lengua de forma inocente.

-Deberías canalizar esa emoción de otro modo no crees?- la mirada del rubio se tornó un tanto incitante sobre el cantante, quien respondió con un inmediato sonrojo.

-Yuki! pero...- comentó jugando a chocar entre si los dedos indice de sus manos de forma nerviosa a la vez que miraba de forma esquiva a su amante mientras este se quitaba a camisa del pijama. -no hay tiempo para eso...-

-Contigo? tenemos tiempo de sobra.- comentó en tono burlón obteniendo una expresión malhumorada por parte del cantante, la cual se borró con un beso por parte del rubio.

*******************************************************************

La que parecía ser la melodía de un móvil sonó en el interior de la caseta de campaña, consiguiendo que el cantante de NG despertara de un salto para volverse a mirar con nerviosismo de un lado a otro en busca del ruido.

-Oh, es el móvil no da.- se llevó una mano a la nuca a la vez que lo alcanzaba dispuesto a contestar. –moshi moshi na no da?.................... si, soy yo. ....................... mmmm... si! Ya me acuerdo. Eto... quieren que les pase con Kumagoro no da?............... no? Ah, quiere hablar conmigo....................-

-Mmmmm?- Tatsuha levantó la cabeza costosamente, enfocando la figura del cantante ante sus ojos entre abiertos a causa del sueño.

-Ire dentro de un rato, bye bye na no da.- Ryuichi colgó el teléfono, encontrando la mirada curiosa de Tatsuha sobre él en el momento en que se giró hacia este. –Tatsuha-Kun! Estas despierto no da!-

-Eso parece...- sonrió nervioso al percatarse que aun estaba atado tal y como lo habían dejado la noche anterior. –podrías desatarme ya?- le preguntó con su mayor sonrisa, provocando un leve sonrojo en el cantante quien abrazaba a Kumagoro.

-No me atacaras otra vez?- la voz de Ryuichi sonó como un susurro a consecuencia de que la cabeza del peluche le cubría la boca.

-No, claro que no... además, no te ataqué, solo te enseñaba cosas... pero esperare hasta que quieras saber algo mas.-

Ryuichi sonrió confiado, acercándose al menor de los Uesugi para desatarlo. Cuando se deshizo de la cuerda, Tatsuha estiró los brazos, al parecer se le habían entumecido un poco al haberlos tenido prácticamente inmóviles durante toda la noche.

-Tatsuha-kun...- ante la voz de su ídolo, el aludido dejó lo que estaba haciendo, prestándole mayor atención al cantante. –quieres venir conmigo a un sitio no da?-

-Eh? Si! Claro que si! Ire contigo a donde tu quieras!- sonrió esperanzado, tomando las manos de Ryuichi entre las suyas.

-Entonces... es hora de levantarse na no da.- Tatsuha asintió en respuesta.

En el exterior de la caseta...

-Yuki, estas seguro que lo llevas todo? No se te olvida nada? Llevas tu novela? El cepillo de dientes? Ropa interior limpia?-

-Cuantas veces te queda por preguntarme lo mismo?- Eiri suspiró con pesadez, soltando el humo de su cigarro a la vez que sostenía en su otra mano una pequeña maleta la cual era toqueteada por el cantante tratando de averiguar una vez mas si estaba todo.

Ante la interesante conversación, Tatsuha y Ryuichi asomaron la cabeza por la puerta de la caseta, encontrando en medio del salón al escritor con el paso cortado por Shuichi, quien llevaba su mochila color naranja sobre su espalda y aprecia estar listo para marcharse.

-Yuki, no voy a verte hasta mañana por la noche, te extrañare mucho.- el cantante se tiró al suelo de rodillas frente a Eiri, abrazándolo por la zona de las rodillas a la vez que rozaba su mejilla de forma mimosa contra la pierna del rubio.

-Deja de hacer eso... y mas vale que cuando vuelva este todo en condiciones.- sus ojos dorados miraron con una clara expresión de advertencia a las dos cabecitas que salían de la caseta de campaña.

Shuichi dedicó una mirada en la misma dirección en que lo había hecho el escritor, hallando a Tatsuha con una sonrisa vencedora al encontrarse desatado, y a Ryuichi moviendo el conejito en el aire antes de salir de la caseta.

-Shu-chan! Te vas a trabajar na no da?- le preguntó a la vez que se acercaba con un gesto curioso.

-Eh... si, Yuki me llevara en su coche!- unos ojitos brillantes de felicidad se centraron en el rubio quien apartó la mirada con evidente desinterés.

-Y tu que haces con esa maleta hermanito?- el menor de los Uesugi se acercó a su hermano, señalando la maleta que este llevaba en una mano.

-Tengo que marcharme a Osaka.- contestó con un suspiro que evidenció cansancio. –volveré mañana por la noche.-

-Eso quiere decir que nos quedamos los tres solos en casa?- una sonrisa que parecía ser mas bien un gesto esperanzado con un toque incitante, se dibujó en el rostro de Tatsuha, consiguiendo que un extraño escalofrío recorriera de arriba abajo el cuerpo de su cuñado al mirarlo.

-Eto Yuki... sigues sin dejarme ir contigo verdad?- Eiri tan solo miró de forma cortante a su pequeño amante, haciéndole saber con ello la evidente respuesta. –ya me lo imaginaba...-

-Marchémonos ya o se me hará tarde.- el escritor se encaminó a la puerta, seguido de Shuichi que iba dando saltitos tras él, feliz de poder compartir el camino al trabajo con su amante.

-Un momento Yuki...- deteniéndose en seco y ocasionando que el rubio hiciera lo mismo antes de abrir la puerta, se giró hasta encarar a Ryuichi. –Sakuma-san, hoy no vienes a NG.?- le preguntó algo extrañado de que no estuviera ya listo y dispuesto a acompañarle como el dia anterior, aunque después acabara yéndose con Tatsuha...

-No, hoy no.- contestó el menor de los Uesugi antes de darle tiempo al cantante a hacerlo. -Sakuma-san y yo tenemos una cita.- se acercó a Ryuichi pasando un brazo por su hombro, consiguiendo una sonrisa afirmativa de este.

-Tambien puedes venir tu Shuichi.- comentó Ryuichi provocando una mueca de desgana por parte de Tatsuha.

-No puedo, tengo que ir a trabajar recuerdas?- se llevó una mano a la nuca sonriendo. –os acompañare otro dia.- el cantante de NG asintió en respuesta, a la vez que Tatsuha sonreía feliz de la vida. –bueno, nos vamos ya Yuki?- Shuichi se giró hacia donde estaba el escritor, o hacia donde debia estar.. ya que en lugar de este solo estaba la puerta de la entrada abierta de par en par. –Yuki! espérame!- sin mas salió corriendo, después de haber corrido el riesgo de doblarse un tobillo debido a la forma en que se puso los zapatos.

-Que os vaya bien na no da!- Kumagoro movió su patita despidiendo a la pareja.

Al girarse, su sonrisa cambio a una mueca de confusión y curiosidad al encontrarse a Tatsuha parado frente a él con una sonrisa un tanto boba cruzando su rostro.


***************************************************************

-Yuki! se puede saber... por que... no me has... esperado?- preguntó el cantante con voz entrecortada después de haberse pegado una carrera desde el apartamento hasta el lugar donde estaba aparcado el coche del rubio. –por tu culpa casi me parto una pierna al ponerme los zapatos en la entrada! Casi ruedo las escaleras, y casi me trago a las dos viejas del 3ª!.- Eiri lo miraba sin decir nada, tan solo manteniendo una mueca congelada, sorprendiéndose ante la capacidad pulmonar del chico y las cosas sin sentido que decía, quien cada vez lograba sorprenderlo mas. -...si Yuki no me mires así! Me refiero a las dos señoras a las que invitaste tan amablemente en una ocasión a nuestra casa! Me miraron con cara rara sabes? Deben creer que soy un loco o algo parecido!- respirando agitadamente perdió su mirada nerviosa en sus manos, las cuales habían gesticulado en todo momento.

-Y no lo eres?- le preguntó cambiando la expresión anterior a una algo mas burlona.

-Yuki! nunca tomas en serio lo que te digo.- con algo de molestia ante las palabras de su amante, entró al coche, dejándose caer en el asiento con desgana a la vez que se cruzaba de brazos.

Eiri arrancó el motor, sin hacer caso aparente a la bolita de pelo rosa que tenia a su lado, pero sin poder evitar el sonreír de forma divertida para si mismo.

-Piensas ir de esa forma todo el camino?- Shuichi respondió encogiéndose de hombros en un gesto indiferente. –tu mismo...-

-Yuki!- de un salto abrazó al escritor, consiguiendo que este perdiera el control del coche momentáneamente.

-Que demonios haces? No ves que nos podemos matar?- ante el grito del rubio, Shuichi se arrinconó al lado de su puerta, mirándolo con los ojitos llorosos y un dedo metido en la boca. –Eres un baka...- Eiri estiró un brazo, revolviendo el cabello rosado del cantante, quien acogió la caricia como si fuera un cachorrito necesitado.

-Eto.. Yuki...-

-Que quieres ahora.- suspiró volviendo a sujetar el volante con ambas manos.

-Me traerás algo de Osaka?-

-Voy por trabajo, no de vacaciones.- comentó con la mirada fija en la carretera obstaculizada por los vehículos.

-Pero podrás comprarme algo verdad? Anda di que si!- en un gesto mimoso sujetó el brazo del escritor, dedicándole a este una mirada de niño bueno.

-No te prometo nada.- Shuichi sonrió en respuesta, volviendo a sentarse en el sillon como era debido, colocándose el cinturón de seguridad que hasta entonces llevaba quitado.

Después de un buen rato de carretera y un atasco en uno de los cruces, el coche se detuvo en la entrada de NG.

-A que esperas para bajarte?- preguntó Eiri algo confuso al ver como Shuichi seguía sentado a su lado, mirándolo algo compungido.

-No puedo?- susurró de forma inocente.

-Shuichi por ultima vez, no puedes venir conmigo. Así que bájate ya.-

-...................-

Debido al caso omiso que el cantante le estaba haciendo, Eiri se bajó del coche, rodeándolo para abrir la puerta de este desde fuera. Una vez lo hubo hecho, lo sacó de allí, sosteniéndolo de la mochila, dejando el cuerpo de este colgando hasta que lo soltó haciendo que cayera al suelo, quedando curiosamente de pie.

-Yu...- antes de poder decir algo mas, sintió como el escritor lo atraía hacia él para darle un beso en los labios. –Yu... Yuki... que haces? Y si nos han visto!- comentó con nerviosismo llevándose una mano a la boca a la vez que mirada de un lado a otro.

Cuando sus ojos violetas dedicaron una de esas miradas a la entrada de NG, apreció inmediatamente a Hiro en aquel lugar, al parecer disimulando que los había visto, dirigiendo una mirada distraída al interior del edificio.

-Tengo que marcharme o perderé el tren.- comentó el rubio volviéndose a subir al coche.

-Eh? Ya te vas?- después del susto, la atención de Shuichi volvió a centrarse en el escritor quien ya había arrancado el coche. -Que tengas un buen viaje Yuki! llámame cuando llegues vale?- como respuesta, el rubio hizo un gesto con la mano a modo de despedida y se alejó de alli mientras Shuichi seguía agitando la mano.

-Estarás contento verdad?- Hiro se acercó a su amigo, dándole una palmada en la espalda atrayendo la atención de este.

-Hiro...- tras descubrir a su amigo, se sonrojó mirando al suelo. –es que Yuki no vuelve hasta mañana por la noche...-

-Ya veo... bueno, tienes a esos dos en tu casa para no aburrirte.- comentó el guitarrista con algo de burla.

-Si... miedo es lo que tengo...-

*************************************************************************

-Pero donde vamos Sakuma-san?- Tatsuha miraba de un lado a otro, aquellas calles no le eran para nada conocidas.

-Ya hemos llegado no da.- se detuvo frente a un edificio señalando al mismo.

El menor de los Uesugi dibujó una mueca de confusión, y sin decir nada se dedicó a seguir al cantante quien había entrado en el edificio y se disponía a subir las escaleras.

Ambos muchachos se detuvieron frente a la entrada de uno de los apartamento que curiosamente tenia la puerta abierta, la cual parecía completamente nueva. Ryuichi entró sin pensárselo, hallando en el interior de la vivienda, en concreto en la cocina, a un par de trabajadores, los cuales aun parecían estar muy atrasados con su tarea de pintar el interior de aquella cocina sin muebles.

-Kumagoro ha llegado na no da!- anunció el cantante captando la atención de los dos hombres quienes lo miraron con una sonrisa nerviosa.

En ese momento Tatsuha lo entendió todo, aquel debia se el apartamento de Ryuichi, no cabía duda alguna. Por fin sabia el lugar donde vivía su dios, y no estaba dispuesto a olvidarlo en la vida. Aprovechando la distracción de los trabajadores y del propio cantante, se escabullo al resto de la vivienda, dispuesto a inspeccionar el lugar.

-Mmmm una no esta listo no da?- preguntó Ryuichi mirando el interior de aquella cocina completamente vacía.

-Oh... de eso quería hablarle...- comenzó a hablar uno de los hombres con una mirada algo seria. - ... vera, hemos tenido que comenzar a pintar mas tarde de lo acordado, asi que tardaremos un poco en acabar el trabajo.- comentó algo nervioso ante la mirada esta vez seria de Ryuichi. –ya hemos avisado al establecimiento para que aun no traigan los nuevos muebles.-

-Cuanto tiempo tardara en estar todo listo?-

-Pues... quizás unos cinco dias mas, ya le avisaríamos cuando todo estuviera listo.-

-Bien, será perfecto.- una sonrisa se dibujó en sus labios, consiguiendo desconcertar algo a los trabajadores.

Por lógica era de esperar que los clientes desearan un trabajo bien hecho en el menor tiempo posible, pero al parecer aquel no era el caso. A Ryuichi no le importaba tener que quedarse un par de dias mas de lo acordado en casa de Shuichi como si tenia que quedarse toda una semana.

-Lo dejo todo en sus manos.- dándose media vuelta dejó a los hombres con su trabajo.

Sonrió de forma divertida al percatarse que Tatsuha no estaba con él, ya se imaginaba que el muchacho había descubierto que aquel lugar esa su apartamento y seguramente estaría inspeccionándolo todo. Con ese pensamiento, se adentró por el pasillo, llegando a su habitación, encontrando la puerta que K hubo derribado totalmente arreglada, hallando a Tatsuha en aquel lugar, percibiendo el aroma de todo lo que encontraba a su paso.

-Te gusta mi apartamento?- la voz del cantante sonó de forma sensual, consiguiendo que el mas joven se girase hacia él con evidente nerviosismo.

-Eh? Yo solo estaba mirando jeje...- escondió tras de si una foto de Ryuichi con Kumagoro que había cogido de una estantería.

-Ya veo...- con pasos lentos y la mirada fija en el mas joven, se acercó a él.

Tatsuha tragó con dificultad, sintiendo como cada vez aquel hombre se aproximaba mas a él, sintiendo seguidamente como el brazo de este lo rodeaba hasta posar la mano sobre su nuca, haciéndole estremecer al contacto.

Ryuichi sonrió de forma divertida, dejando que su respiración rozara los labios del chico, consiguiendo que este quedase paralizado ante tanta tensión. Rompiendo el contacto visual, Ryuichi acercó sus labios a la oreja de Tatsuha, dejando que su voz inundase el oído de este, consiguiendo que un escalofrío lo recorriese entero.

-No me gusta que cojan mis cosas sin mi permiso...- pasando la otra mano tras el cuerpo del mas joven, le quitó de las manos la foto que este sostenía, rozándole intencionadamente el trasero, provocando que gimiera ahogadamente. –...otro dia te enseñare mi habitación privada.- con lentitud se apartó de él, observando divertido la expresión de sorpresa y deseo en el rostro de Tatsuha.

Dándole la espalda salió de la habitación tras dejar la foto sobre una mesita de la misma. Tatsuha movió la cabeza de un lado a otro, como intentando adivinar si aquello había sido algo real. Una sonrisa de felicidad se dibujó en su rostro, procediendo a salir seguidamente de allí para acompañar esta vez a un Ryuichi algo mas infantil hasta la entradita.

***********************************************

Después de comprobar como iba el trabajo en el apartamento del cantante, ambos chicos entraron en una hamburguesería situada al doblar la esquina de esa misma calle, la cual siempre estaba llena de clientes gracias a su deliciosa comida a pesar de que esta fuera “comida basura”

-Vaya, no conocía este lugar... vives algo alejado del centro.- Tatsuha le dio un mordisco a la hamburguesa doble de queso que tenia entre las manos.

-Eso es por que aquí es todo mas tranquilo no da.- comentó a la vez que abría el juguete que le había tocado en el menú infantil que había pedido. –Oh Kumagoro! Es un puzzle! Sera divertido hacerlo.-

Tatsuha miraba embobado como su ídolo mantenía aquella conversación con el peluche. Por un momento se perdió en sus propios pensamientos recordando lo ocurrido la noche anterior; la manera en la que había acariciado a aquel hombre que se mostraba inocente ante todos, pero que a veces dejaba ver su lado adulto, consiguiendo que su deseo por él aumentase al instante.

Observaba como el cantante se llevaba la hamburguesa a la boca una y otra vez, como la mordia y saboreaba; por un momento deseó ser aquella hamburguesa entre sus manos; ser acariciado por él, sentir como esos labios recorrían tímidamente su piel, llegando a una parte de su cuerpo especialmente.

Su expresión cambió a una de desconcierto a la vez que salía de sus pensamientos, al ver como Ryuichi se había manchado de mayonesa muy cerca de la boca. Sin decir nada se levantó de su sitio, inclinándose hacia el cantante quien había comenzado a mirarlo bastante extrañado por aquella reacción.

-Ocurre algo na no da?- en ese momento sintió como la lengua de Tatsuha se deslizaba cerca de sus labios, limpiando aquella mancha.

Tras su acción, se apartó del cantante sin decir nada, solo saboreando aquella mayonesa que había rozado la piel de su ídolo. Ryuichi se llevó inmediatamente una mano al lugar ahora limpio, observando al mas joven con un leve sonrojo en sus mejillas que contrastaba con una mirada tímida en sus ojos azules.

-Te.. tenias una mancha y...- trató de explicarle con una sonrisa, como si aquello fuera algo totalmente normal.

-Gracias na no da.- sonrió en un gesto agradecido.

**********************************************************************

Eiri entró en aquella habitación de hotel que ocuparía por una noche. Soltó la maleta sobre la cama para enseguida sacar un cigarro. Ni siquiera se molestaría en deshacerla; al fin y al cabo solo estaría allí aquella noche y no llevaba demasiadas cosas.

En ese momento su móvil comenzó a sonar. Le dedicó una mirada indiferente, dejándolo sonar hasta que el ruido cesó. Suspiró pesadamente cuando el sonido se reanudó, ni siquiera la hacia falta mirar quien lo estaba llamando, ya lo sabia de sobra. Sin prisas apagó el cigarro una vez estuvo acabado, de nuevo miró el aparato otra vez silencioso, hasta que este comenzó a sonar una vez mas.

-Eres un autentico incordio.- tomó el móvil en las manos, descolgándolo y separándoselo del oído antes de siquiera decir algo.

-Yuki! por que no me has llamado aun? Seguro que ya has llegado! Además llevo un rato llamándote! Te he mandado mensajes y tu no me haces caso!- gritó Shuichi a través de la línea del teléfono.

-Ya he llegado, contento?-

-Yuki! menos mal que has llegado bien! Ya me tenias preocupado por que no me llamabas!?-

-................-

-Tengo mucho trabajo hoy! creo que cenare de camino a casa, con Hiro. Que estas haciendo Hiro! Déjalo ya!- Eiri miró algo extrañado el aparato ante las ultimas palabras del cantante las cuales iban claramente dirigidas al guitarrista de BL. –jeje, lo siento Yuki, pero es que Hiro esta haciendo el idiota, me esta distrayendo de mi conversación contigo!-

-Querrás decir de tu conversación contigo mismo.- puntualizó el escritor con un tono ironico.

-Hiro que me dejes ya!- el escritor escuchó un golpe al otro lado de la línea telefónica. –eto.. perdona otra vez Yuki, es que he tenido que tirarle a Hiro con el micrófono.- el escritor suspiró resignado una vez mas, pasándose una mano por el cabello rubio.

En ese mismo momento un nuevo ruido el cual se asemejaba bastante al de alguien derribando una puerta, se hizo audible a través del auricular. Seguidamente un par de disparos, gritos y la voz de Sakano desesperado pidiendo una ambulancia.

-Yu... Yuki! tengo que colgar! Creo que me he cargado a Hiro de un golpe en la cabeza! Esta sangrando! Y K-san esta muy enfadado, creo que esta a punto de dispararme.- el sonido del gatillo preparado para disparar fue captado por el oído del escritor. –te quiero mucho Yuki! llámame mañana para contarme como te fue todo adiós!-

Tras cortar la llamada, Eiri dejó el móvil en la mesita, sonriendo sutilmente para si mismo. Algun dia tendría que ver como era un día de trabajo para su pequeño amante.

Mientras tanto en NG...

-Hiro! Hiro! Dios mío! Te he matado Hiro!- Shuichi lloraba a lagrima viva hecho una bolita sobre el cuerpo de su amigo mientras a este se lo llevaban en una camilla para la ambulancia que lo esperaba fuera.

Entre ataques de nervios, Sakano había conseguido llamar a una ambulancia para auxiliar al guitarrista herido con una brecha en la cabeza.

-Pero que te he hecho Hiro! Yo no quería de verdad! Fue sin querer! No te mueras por mi culpa por favor!- unos grandes ojos violetas miraron a su amigo, quien podría decirse que estaba completamente mojado en las lagrimas del cantante.

-Deja ya de hacer el idiota Shuichi, no me voy a morir!- Hiro le dio un golpecito en la cabeza con la intención de espabilarlo, haciendo que le cantante se cayese de la camilla en la cual se había acomodado perfectamente para llorar la “muerte” del guitarrista.

Ante la acción de su amigo, Shuichi se quedó de rodillas en medio de la entrada de NG observando con cara de confusión como se lo llevaban a regañadientes del propio Hiro que insistía en que estaba bien y no había falta ninguna ambulancia.

-No te he matado?- se preguntó a la vez que un sentimiento de tranquilidad recorría su cuerpo. –entonces... todo esta bien.- con una sonrisa se levanto del suelo, elevando a su vez un brazo para despedir a su amigo. –vuelve pronto Hiro!-

Enseguida la ambulancia con el guitarrista malhumorado desapareció de la mirada curiosa de toda la gente que allí se había detenido para comprobar que era lo que había ocurrido.

-Se acabó el Show.- anunció K elevando su mágnum para disparar al cielo con ella y ahuyentar a todos los curiosos.

*****************************************************************

-He llegado antes que tu no da.- comentó Ryuichi con una sonrisa triunfante al ver aparecer a Tatsuha algo cansado tras subir el ultimo peldaño de las escaleras.

-Por que no hemos podido subir por el ascensor.?- protestó con voz jadeante, dejándose caer sobre la pared justamente al lado del portón del apartamento de su hermano.

-Por que estábamos echando una carrera.- con un par de golpecitos sobre el hombro de Tatsuha intentó animarlo, mostrándole una gran sonrisa cuando este se volvió a mirarlo.

-Uhm... Sakuma-san, por que hemos vuelto tan pronto? Yo quería seguir paseando contigo.- miró inocentemente al cantante, comenzando a golpear el suelo con la punta del zapato, presentando una imagen un tanto divertida y diferente de si mismo.

-Pero Kumagoro quiere jugar na no da.- Ryuichi hizo un gesto señalando al conejito sobre su cabeza, mostrando ante Tatsuha una expresión un tanto caprichosa.

-Kumagoro quie... quiere jugar?- el cantante respondió con una amplia sonrisa.

Tatsuha parpadeó un par de veces, cambiando su expresión inmediatamente a una que no se sabia muy bien si calificarla de incredulidad, alegría o confusión. Quizás ya había llegado el momento de convertir su sueño en realidad... con sumo nerviosismo, se metió la mano en el bolsillo del pantalón, buscando urgentemente algo en él.

Ryuichi lo miraba aun manteniendo esa sonrisa, observando divertido todas las expresiones que pasaban por la cara del menor de los Uesugi, hasta que una mueca congelada hizo acto de presencia.

-Que ocurre na no da?-

-Las llaves...- el cantante lo miró sin entender, obteniendo seguidamente una mirada de pánico por su parte. -joder! Eiri me quito las llaves! Ahora como vamos a entrar! AAAAAAAAAAHHHHHHH! LO ODIO, LO ODIO, LO ODIO!- Tatsuha cayó de rodillas al suelo, sujetándose la cabeza en un claro gesto de nerviosismo, mas bien al borde de un ataque de nervios.

-Oh es eso? No pasa nada no da.- comentó Ryuichi palmeando de forma anímica la espalda del mas joven. –Kumagoro tiene la solución!-

****************************************************************

En una de las salas de ensayos de NG, podía oírse perfectamente la música de BL acompañada de la voz del cantante. El cual estaba curiosamente sentado en el suelo apoyando su espalda en la pared y con las piernas algo separadas, tamborileando con los dedos al son de la música mientras mantenía la mirada perdida en el techo sin dejar de suspirar.

Por su parte, K y Sakano permanecían tomando sin prisas una taza de te en aquella misma sala. El manager había decidido que como uno de los componentes de BL. no estaba presente, lo esperarían sin hacer nada de momento.

Suguru se levantó de donde estaba sentado intentando hacer algunos arreglos, ya cansado de observar al cantante y al resto del equipo de esa forma tan penosa mientras que la música que debía estar sonando en directo no era mas que una grabación puesta en la tabla de mezclas. Con decisión se acercó al aparato para detener la música, consiguiendo que con ese gesto el resto de los presentes se voltearan a mirarlo.

-Que estas haciendo?- protesto Shuichi con un tono de desgana.

Al mas joven de BL no le dio tiempo a decir una sola palabra cuando un sonido en la puerta llamó la atención de todos, incluso la suya. Cuando esta se abrió dejo ver al guitarrista quien saludaba con una mano manteniendo un gesto de “estoy perfectamente, nada puede conmigo” dejando ver a través de los cabellos rojizos una venda que cubría la herida.

-Hiro! Ya estas aquí!- Shuichi se acercó corriendo a su amigo enganchándose a él antes de que este pudiera ni siquiera ver lo que se le venia encima. –que susto me has dado Hiro!-

-Ya, ya esta bien Shuichi, me vas a llenar de mocos.- con una sonrisa nerviosa le dio unos golpecitos en la espalda hasta que consiguió que el cantante lo mirase con los ojitos llorosos para volver a esconder la cabeza en su pecho y seguir berreando.

-Nakano-kun, que tal te encuentras?- preguntó Sakano acercándose a él.

-Bien, me duele un poco la cabeza, pero bien... solo me han echado doce puntos.- con algo de esfuerzo tras recordar lo que tenia en la cabeza, intentó mantener la sonrisa.

El sonido de un móvil comenzó a sonar en aquella sala. Los presentes miraron a K, no les fue difícil saber de quien era aquella melodía con sonidos de disparos... el rubio americano tomó el móvil, dirigiéndose hacia la puerta bajo la atenta mirada de los demás.

-Puede ser un asunto privado.- con una sonrisa interesante, abandonó la sala para contestar al aparato.

-Shuichi... ya puedes descolgarte si quieres...- propuso Hiro a la especie de koala que aun seguía fuertemente sujeto a él.

************************************************************************

-Sakuma-san, estas seguro que dará resultado?- preguntó Tatsuha con una expresión desconfiada hacia la idea del cantante, la cual no sabia muy bien en que consistía.

Ryuichi asintió sin prestar demasiada atención, ahora su mirada estaba fija en el cielo. Ambos muchachos habían salido del edificio, deteniéndose en la calle, algo retirados de la entrada del mismo. El menor de los Uesugi siguió el gesto de su ídolo y también miró al cielo, sin saber bien que era lo que debía mirar.

-Ah! Allí esta no da!- con energía alzó un brazo señalando a algo que se veía demasiado lejano en el cielo despejado de aquella tarde.

-Eh? Pero si aquello es...-

-Es el helicóptero de K-san.- con una sonrisa miró al mas joven quien estaba perplejo ante la situación. –estamos aquí na no da!- le hizo señas a lo que el aparato en el cielo pareció entenderlas.

Tatsuha corrió a esconderse en la entrada del edificio, mirando asustado como el helicóptero cada vez se aproximaba mas al lugar, provocando un ruido cada vez mas fuerte y que la intensidad del viento despeinara los cabellos del cantante.

El helicóptero se detuvo en mitad de la calle, despertando miradas incrédulas y sorprendidas por parte de algunas personas que se asomaban a ver que ocurría. En ese momento, K se asomó desde el interior del aparato, haciendo un gesto que Ryuichi entendió perfectamente.

-Tatsuha-kun! Vamos no da!- después de sacarlo de su escondite, Ryuichi arrastró a Tatsuha hacia el interior del helicóptero.

Cuando los dos se hubieron subido, y cuando Ryuichi le hubo explicado a su antiguo manager lo ocurrido, el aparato se elevó despacio, llegando a detenerse esta vez frente al balcón del apartamento del escritor.

Ryuichi abrió la puertecita, saltando valientemente hasta el interior del balcón, extendiéndole la mano a Tatsuha que no dejaba de mirar al suelo con el pensamiento en su cabeza de “si me caído desde aquí no podré jugar con mi Ryuichi, pero si no salto tampoco.” Mostrando total valentía, y con ganas de hacer su sueño realidad, saltó del interior del helicóptero. El susto vino cuando al poner el pie en el filo del balcón se resbaló y quedo colgado de este, teniendo que ser rescatado por su ídolo.

-Arigato na no da!- Ryuichi agitó la mano con energía despidiendo de esa forma al rubio americano que se marchaba con su helicóptero. –estas bien Tatsuha-kun?- le preguntó girándose a mirarlo con algo de preocupación al verlo con la mano sobre el pecho y respirando agitadamente. –mmmmm... quizás esto te haga sentir mejor no da.- sin que Tatsuha lo esperase, el cantante depositó un beso inocente sobre sus labios.

El beso se rompió enseguida, provocando un evidente sonrojo en el rostro con expresión infantil de Ryuichi, dejando a Tatsuha completamente embobado mirándolo, asimilando lo que su ídolo acababa de hacer.

Sin darse mas tiempo a asimilarlo, reaccionó sujetándolo de ambos brazos, consiguiendo que Kumagoro cayera al suelo por el brusco movimiento, y que los ojos azules lo mirasen con algo de temor. Sin pensarlo mas besó con deseo aquellos labios, sintiendo como el cantante se resistía a dejar entrar su lengua en su boca.

En un momento sintió como la boca de Ryuichi se abría para el, respondiendo al beso de una forma que podía tacharse de experta. Con el pensamiento de que se acabaría ahogando en esa boca, Tatsuha rompió el beso. Dedicó una mirada incitante al cantante, la cual cambió a una de desconcierto cuando se encontró con los ojos azules de este mirándolo de forma penetrante, invitándolo al placer con tan solo esa mirada.

El menor de los Uesugi tragó saliva con dificultad, sintiendo como una excitación descontrolada comenzaba a apoderarse de él a la vez que la mano de Ryuichi se colaba por debajo de su camiseta para acariciar su pecho agitado. El cantante sonrió divertido ante la reacción de aquel chico, procediendo a llevar la otra mano a la entrepierna de Tatsuha, acariciando la evidente erección sobre la tela de los pantalones, consiguiendo que este gimiera sonoramente al contacto.

-Estas dispuesto a jugar?- le susurró Ryuichi con voz sensual sobre sus labios antes de mordisquearlos suavemente.

Tatsuha tan solo asintió, llevando una mano hasta la barbilla del cantante para apartar el rostro de este del suyo y mirar aquellos intentos ojos azules.

-Vamos a la habitación de mi hermano, allí estaremos mas cómodos.- como respuesta obtuvo una sonrisa traviesa por parte del cantante, la cual le devolvió de la misma manera.

-Espérame allí.- fue lo único que dijo antes de levantarse sin romper el contacto visual con el mas joven, tomando a Kumagoro del suelo.

Tatsuha abrió los ojos sorprendido, aun incrédulo de lo que estaba ocurriendo. Por fin ese momento iba a llegar, conseguiría lo que estaba deseando desde hacia tanto tiempo. Con nerviosismo se levantó del suelo, mirando de un lado a otro hasta encontrar el camino hacia la habitación del escritor.

************************************************************************

De nuevo en NG...

-K-san! pero donde te habías metido? Te hemos buscado por todo el edificio! Y no sabes lo que cansa eso!- le reprochó Shuichi con un gesto malhumorado, incluso había pensado en usar la mágnum contra su propio dueño, lastima que este siempre la llevase encima.

-Calma, calma, vengo de tu casa.- contestó con una sonrisa después de varios intentos por que el chico no le mordiera en un brazo.

-Eh? De mi casa?- preguntó algo confundido, obteniendo como respuesta un asentimiento por parte del rubio.

K se dispuso a contarle al cantante y al resto de los allí presentes lo ocurrido; como Ryuichi era quien lo había llamado al móvil para que fuera en su ayuda por que no podían entrar en el apartamento debido a que no tenían llaves. Cuando acabó su explicación, Shuichi lo miró aun mas confundido que antes, con una clara duda en su cabeza...

-Y por que no se os ha ocurrido que yo tenia mi llave y la podíais haber usado?-

-Vaya, has pensado de forma inteligente Shuichi.- comentó Hiro de forma divertida a la vez que revolvía el cabello de su amigo con cuidado de no enfadarlo demasiado...

-Oh! A mi no me mires, Ryuichi me pidió que llevase mi helicóptero para una misión especial, después supe cual era esa misión...- su mano tembló compulsivamente a la vez que acariciaba su querida mágnum.

-Solo espero que cuando esta noche vuelva a casa, este todo en condiciones...-

***********************************************************************

Ryuichi había entrado en el estudio de Eiri cerrando la puerta tras de si, tal y como estaba. Con una sonrisa divertida sacó de detrás de los libros de uno de los estantes el paquete que Kumagoro había recibido. Lo colocó sobre el escritorio, al igual que había hecho anteriormente con el peluche, procediendo a abrirlo de inmediato.

-Esto va a ser muy interesante...- sonrió al mirar el contenido del paquete.

Mientras tanto en la habitación continua, Tatsuha se dedicaba a prepararlo todo con sumo nerviosismo ante la situación que se le presentaba, esta seria la definitiva, lo sabia. Después de recorrer el pasillo que distaba la habitación del salón lo menos cuatro veces, consiguió llevar a esta todo lo que el pensaba que le haría falta.

-Creo que ya esta todo.- murmuró observando las velas que había colocado sobre las mesitas de noche y sobre el suelo, esparcidas de ninguna manera en especial. –oh! No! No se me puede olvidar algo asi! Jamás me lo perdonaría!- con rapidez buscó entre las cosas que había traído, sacando de esa forma su cámara de video.

Una sonrisa malévola se dibujó en su rostro cuando la tuvo en sus manos. No podía permitir que aquel momento no quedase para la posteridad... con la mirada buscó un lugar para colocarla, intentando averiguar cual seria el mejor ángulo para ello.

-Aquí estará bien.- la dejó encima de un mueble frente a la cama, situándola en uno de los extremos de este girándola un poco hacia la entrada de la habitación.

Cuando pensó que aquel era el ángulo perfecto, la puso a grabar tras comprobar que tenia una cinta nueva y la batería bien cargada. No podía permitirse fallo alguno. Asintió con la cabeza tras pensar que estaba todo listo, y con decisión y sobre todo ganas, echó las cortinas de la ventana, dejando la habitación bien alumbrada por las velas para desnudarse de forma rápida y algo torpe y posicionarse sobre la cama. Ahora tan solo tenia que esperar.

Su corazón comenzó a acelerarse cada vez mas cuando escuchó la puerta abrirse, divisando una silueta que se escabullía en el interior. Sus ojos se abrieron totalmente sorprendidos cuando ante si apareció Ryuichi de una manera un tanto especial.

El cantante sonrió satisfecho y de forma insinuante cuando se percató de la reacción del mas joven ante su atuendo, el cual había encargado aquel día en el sexshop junto al de Kumagoro; lo había hecho durante una de sus desapariciones en aquella interesante tienda.

Se acercó a la cama, deteniéndose a los pies de esta, dejando que la cámara tomara una perfecta toma de toda la parte trasera de su cuerpo, el cual se marcaba perfectamente con aquella ropa de cuero negro.

Una especie de chaleco sin mangas cubría su torso, dejando ver buena parte de su pecho y abdomen gracias a que este quedaba totalmente desabrochado. Unos pantalones largos bastante ajustados caían desde las caderas hasta los tobillos, cubriendo parte de sus pies descalzos. Una correa negra no demasiado gruesa y con detalles plateados, rodeaba la cadera, al igual que lo hacia una fina cadena plateada la cual se cerraba enganchando uno de los extremos a alguno de los eslabones, dejando caer el extremo restante hasta casi llegar a la rodilla.

Sus manos estaban cubiertas por guantes de cuero que dejaban los dedos al descubierto, acabando cada guante en mitad de los antebrazos, sujetos con unas finas correas de habillas plateadas. Una correa mas se ajustaba en la parte superior del brazo derecho, apretando sutilmente la piel de esa zona. Rodeando su cuello descansaba otra fina cadena tambien plateada, cerrada con el mismo sistema que la de la cadera, dejando igualmente caer uno de los extremos hasta casi llegar al pecho.

Todo aquello se complementaba con sus intentos ojos azules manteniendo una mirada provocativa, dejando que el cabello algo alborotado cayera sobre su frente cubriendo su ojo izquierdo casi totalmente.

Tatsuha dio gracias al cielo por aquella increíble visión, deseando no despertar jamás de aquel sueño. Por un momento se perdió en sus pensamientos, hasta que la voz del cantante lo hizo salir de ellos.

-Y bien, Tatsuha-kun...- Ryuichi comenzó a deshacerse de la cadena que llevaba en la cadera, apartándola totalmente de aquella zona para jugar con ella de forma incitante entre sus manos y seguidamente tirar de ella con ambas manos y tensarla. -...es hora de empezar a jugar.-


Continuara...

************************************************

No hay comentarios:

Publicar un comentario