jueves, 3 de septiembre de 2009

DULCES Y SORPRESAS Ch.15

Dulces y sorpresas.

Cap. 15

By Saiyi-chan



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Ryuichi había salido de la habitación lo mas deprisa que pudo, aquella situación se tornó bastante incomoda, excepto para Tatsuha, quien seguía actuando de forma totalmente natural a pesar de seguir desnudo.

-Ocurre algo?- preguntó el menor de los Uesugi observando como su ídolo se había detenido frente a la puerta del estudio de su hermano.

-Voy a por Kumagoro no da.- le contestó abriendo la puerta.

Tatsuha dibujó una mueca de confusión, es que ya se le había pasado a aquel hombre su “momento adulto”? se asomó a la habitación donde este había entrado, hallándolo con Kumagoro sobre la cabeza mientras manoseaba una caja que estaba sobre el escritorio.

-Que es eso?- señaló la caja con un dedo a la vez que se acercaba a él, consiguiendo que el cantante se girase a mirarlo con una sonrisa inocente.

-Esto es de Kumagoro na no da, lo encargamos el día que Shu-chan se compró esa ropa tan bonita.- tomó el gracioso trajecito de cuero entre sus manos, mostrándoselo al mas joven.

Tatsuha dejó escapar una risita, seguramente el conejito de peluche se vería totalmente adorable con aquella ropita de cuero llena de detallitos, solo le acechaba una pregunta... seria igual que su dueño?; Un ser de apariencia inocente, pero que podía llegar a ser muy pero que muy excitante... Salió de sus pensamientos cuando Ryuichi después de guardar la ropita, le extendió a Kumagoro para que lo sujetara.

-Cuidas a Kumagoro mientras me ducho no da?-

-Eh? Si, si claro...- no le quedó mas remedio que tomar al peluche manteniendo una sonrisa de circunstancia.

Pensaba que después de lo ocurrido, Ryuichi querría ducharse con él, pero en cambio lo que quería era que cuidase al peluche mientras tanto. No se pudo negar, nunca se negaría a algo que su ídolo le pidiera. Al menos ya había conseguido lo que quería, y eso estaba bien, por el momento...

-Tatsu-chan, vas a pillar un resfriado si no te vistes na no da.- Tras las advertencia, el cantante salió del estudio, dejando al mas joven aun allí dentro, con la mirada perdida y con el conejito en las manos.

-Me ha llamado... Tatsu-chan...- una sonrisa de oreja a oreja apreció en su rostro tras asimilar toda la información. –eso quiere decir que somos mas íntimos ahora!-

Lanzó al conejito de peluche al aire, tomándolo seguidamente con una sola mano, girándose después hasta completar una vuelta sobre si mismo, sosteniendo esta vez a Kumagoro de las dos patitas delanteras, para finalmente acabar por restregar su mejilla sobre la tela del peluche.

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Suspiró una vez que hubo entrado al baño, dejando caer su cuerpo de espaldas sobre la fría loza. Sus ojos azules se perdieron en aquel espacio, dirigiendo seguidamente una mirada sin interés al grifo de la ducha para después acercarse y abrirlo.

Un intenso escalofrío recorrió todo su cuerpo a la vez que apretó los dientes con fuerza tras haber sentido el primer golpe de agua fría sobre su cuerpo que aun conservaba el calor de momentos antes.

La verdad es que habían perdido la noción del tiempo, sin ni siquiera acordarse de que Shuichi llegaría de un momento a otro y podría encontrarlos allí. Ni siquiera sabia cuanto tiempo había estado el cantante de BL parado en la puerta, aunque al juzgar por su actitud dedujo que fue en ese mismo instante, en el que se oyó el golpe del dicman en el suelo, cuando este entro, o al menos eso era lo que quería creer.

Sabia que aquella situación había resultado demasiado violenta para Shuichi, incluso lo había sido para él mismo. Rara vez había reaccionado de forma avergonzada referente a algo, pero el que hubiera sido precisamente Shuichi quien lo descubriera en aquella situación con Tatsuha, lo había conseguido.

Se preocupó al pensar que quizás Shuichi no lo viera de igual modo después de lo ocurrido, que ya no fuera para él el chico inocente que jugaba con un conejo de peluche y que “cambiaba” cada vez que se subía a un escenario por el simple hecho de sentir la música como parte de él. Lo que menos quería era perder la amistad de Shuichi debido a aquello.

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Después de encender las luces de la habitación, Shuichi se detuvo a los pies de la cama con las manos puestas en la cintura y una mirada examinante. Con un suspiro se encogió de hombros resignado, mejor seria recoger ya si quería dormir.

Caminó de un extremo al otro de la cama, pensando por donde podía comenzar con aquello, hasta que su mirada divisó entre las sabanas blancas algo que parecía ser oscuro, oculto entre ellas. Con gesto acechador se acercó a paso lento, alargando con algo de miedo un brazo, sosteniendo la sabana con la puntita de los dedos. Cuando tiró suavemente de ella no pudo hacer mas que soltarla inmediatamente con un pequeño grito y retroceder un par de metros debido al sobresalto que se había llevado.

-Pero que demonios es esto?- se preguntó con un leve tic en el ojo y la respiración agitada tras descubrir entre las sabanas los juguetes que habían sido utilizados para la especial ocasión. –Aaaaaaarrrrrrrggggg! Los voy a matar! Como han podido hacer algo así!- lloriqueó resbalando con la espalda en la pared hasta acabar sentado en el suelo.

Unos pasos se oyeron en la habitación, sus ojos violetas dedicaron una mirada al recién llegado. Se puso en pie de un salto, y con gesto acusador y señalándolo con su dedo índice, se acercó a su cuñado, ya cubierto por unos pantalones anchos, quien estaba distraído recogiendo la cámara de video con una sonrisa.

-Te voy a matar Tatsuha-san! Como has podido hacer algo asi?-

-Buaaaaaaaa! Que haces?- el menor de los Uesugi creyó morirse del susto cuando algo se le subió encima y empezó a morderle la cabeza con algo que parecía ser dientes de cocodrilo y no de persona. –pero que estas haciendo? Deja de hacer eso! Si quieres morderme hazlo en otro sitio!- con los brazos alzados consiguió separar a su cuñado de su cabeza, consiguiendo que este pataleara y manoteara en el aire con movimientos graciosos.

Tatsuha lo dejó en el suelo, como si fuera un cachorrito de alguna especie de fiera, y con cuidado de que este no le mordiera la mano, le acarició la cabeza intentando tranquilizando. Los gruñidos del cantante se fueron quedando en otros mas leves, tornando su rostro a una mueca algo mas relajada.

-Lo ves? Así esta mejor, tienes que ser una fierecilla buena y obediente.- una vez que creyó que su cuñado estaba calmado apartó la mano de la cabeza de este. –ahora dime, por que me querías matar?-

-Como que por que? Mira todo eso!- señaló a la cama con las sabanas revueltas y los juguetes entre ellas.

-Si lo veo, pasa algo?- preguntó tranquilamente a la vez que dedicaba una sonrisa a su cuñado tras haber mirado lo que este le indicaba de forma tan alterada.

-Como que si pasa algo? Yuki me ha dejado a cargo de la casa hasta que él vuelva, vengo cansado de trabajar y me encuentro con... con esto!- insistió en señalar el “desastre” ocasionado. - Si queríais hacer esas cosas pervertidas haberos ido a un hotel! No en mi cama! Ahora tengo que cambiar las sabanas.- volvió a lloriquear ante una risita divertida por parte de su cuñado.

-Eres un tonto, tenias que haberte unido, te hubieras divertido mucho, de eso estoy seguro. Es mas, no creo que a Sakuma-san le desagrade la idea en absoluto- Tatsuha miró de forma divertida a Shuichi, quien habia bajado la cabeza tratando de cubrir el leve rubor de sus mejillas ocasionado por las palabras de su cuñado. –jeje, vamos, Shuichi, no me diras que nunca has imaginado como seria Sakuma-san en la cama?- le golpeó con el codo a lo que el cantante trató de esconder la cabeza bajo el cuello de su camiseta. –eso es un siiiiii?-

-Deja ya de decir tonterías! Yo no soy un pervertido como tu!-

-Esta bien, pero piénsatelo, seria muy divertido. Además, tienes que probar cosas nuevas.- ante las palabras de Tatsuha, Shuichi le dedicó una mirada de pocos amigos, consiguiendo que este girase la cara a un lado para cambiar de tema. –eto... quieres que te ayude a recoger? “si, si a recoger”- ante el extraño tono en las palabras de su cuñado, el cantante lo observó de forma desconfiada, retrocediendo unos pasos a la vez que este se le acercaba.

-Mejor no... ya lo hago yo solo, no te preocupes.- sonrió de forma nerviosa, dada la situación prefería hacerlo solo, a ver si iba a ser peor el remedio que la enfermedad.

-Bueno, tu te lo pierdes.- se encogió de hombros para girarse a buscar nuevamente la cámara de video. –tu y yo tenemos algo que hacer...- dedicó unas cuentas caricias a la cámara, la cual se llevó en un abrazo seguramente para ver lo que había grabado.

Shuichi lloriqueó nuevamente, que había hecho para merecer todo aquello? Yuki lo dejaba al cargo de la casa y aun no había acabado el día y ya se había encontrado con aquello, que seria lo siguiente? Mejor no pensar en eso.

Se volvió a acercar a la cama, y con los dedos índice y pulgar de la mano derecha, tomó uno de los extremos de la sabana de forma escrupulosa, llevándola hasta el centro de la cama, haciendo lo mismo con los tres extremos restantes, dejando en medio los juguetes que no pensaba tocar por nada del mundo.

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Tatsuha había preparado en un momento la cinta de la grabación para poder verla en video, y por supuesto para tener a mano siempre que le hiciera falta. Claro que esta no iría en los estantes que tenia con todas sus grabaciones, esta tendría un lugar especial; quizás le haría una especie de altar en la cabecera de su cama. No todos los días podías acostarte con Sakuma Ryuichi... Apagó la luz, y pulsando en el mando a distancia el play, comenzó a ver la grabación.

-Esto es demasiado fuerte!- le dio al botón de stop antes de comenzar a verse algo en el video para seguidamente patalear y revolverse sobre el sofá de forma exageradamente nerviosa. –ya esta, tengo que tranquilizarme, me voy a pasar toda la noche viendo esta cinta, la veré una y otra vez! Quien sabe.. quizás Sakuma-san la vea también y quiera repetir... jijijijijiji- esta vez algo mas tranquilo aunque con el corazón bastante acelerado, volvió a reproducir el video.

Se quedó completamente embobado y al borde de una importante hemorragia nasal cuando el plano que salió en la pantalla fue la zona trasera del cuerpo de Ryuichi con aquella ropa de cuero, abarcando la imagen desde los hombros de este hasta algo mas abajo del trasero.


Enseguida se fueron mostrando secuencias que recordaba perfectamente, consiguiendo estremecerse con cada imagen en la pantalla. Se alegró de haber cogido un perfecto ángulo para la grabación, el cual permitía ver perfectamente cada uno de los movimientos y acciones realizadas en aquella habitación.

Tras unos minutos de video, Tatsuha estaba totalmente metido en la “película”, tenia los ojos bien abiertos, la boca entre abierta, dejando escapar un hilo de babilla que comenzaba a gotear resbalando por su barbilla.

No se percató de la presencia de Ryuichi; el cantante acababa de salir de la ducha con una toalla rodeando su cintura y el cabello mojado rozando sutilmente sus hombros a la vez que goteaba sobre ellos. Ryuichi se detuvo al lado del sofá al ver al menor de los Uesugi tan ensimismado en lo que estaba viendo, tanto que ni siquiera existía algo mas para él en aquel momento. Al menos eso pudo apreciar cuando pasó la mano un par de veces delante de sus ojos y ni siquiera se inmutó. El cantante sonrió divertido, moviendo la cabeza de un lado a otro en señal de resignación.

La verdad es que Tatsuha le gustaba bastante, no como para llegar a enamorarse de él, pero si como para encariñarse bastante del chico. Además, a parte de divertirse bastante con él, resultaba que había encontrado un buen amante, alguien que sabia disfrutar del sexo y lo hacia totalmente placentero. Lo que Tatsuha no sabia eran las intenciones que Ryuichi tenia con respecto a él, ya que aquella no seria la única vez que compartirían una experiencia tan intima y morbosa como lo había sido aquella.

Manteniendo una sonrisa, se dirigió a la tienda de campaña para ponerse algo de ropa. Opto por una camiseta ancha de manga corta y unos cómodos pantalones también cortos. Cuando se hubo vestido, volvió a acercarse al menor de los Uesugi quien seguía en las mismas; anonadado ante las imágenes y el sonido de aquélla grabación.

-Creo que Kumagoro es muy pequeño para ver esto.- murmuró para si mismo a la vez que tomaba al conejito de al lado de Tatsuha.

Después de tomar al peluche y dedicar una mirada curiosa a la pantalla, Ryuichi abandonó el salón para entrar en la cocina a comer cualquier cosa.

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Ya había cambiado las sabanas, esta vez había cambiado las blancas por unas de color burdeos. Habia buscado otras de color blanco para que Eiri no se diera cuenta del cambio, pero al no hallarlas, tuvo que poner esas, ya vería que se le ocurría para contarle a su amante cuando este le preguntase el por que de cambiar unas sabanas puestas de dos días antes. Shuichi dejó las sucias en la puerta de la habitación, colocando encima de estas un cartelito que decaí “Tatsuha recoge esas cosas y después mete las sabanas en la lavadora.”

Sentándose en la cama se desperezó de forma cansada, procediendo a desnudarse para colocarse la camisa que Eiri le había regalado, la cual guardaba perfectamente en el armario. Una vez se hubo cambiado, se metió entre las sabanas, tomando entre sus manos el dicman.

Suspiro resignado, dejando ver en su rostro un gesto compungido cuando al encender el aparato este no daba señales de vida. Lo dejó sobre la mesita de noche y apagó la luz, dejándose caer seguidamente en la cama, girándose hacia el lado donde dormía el escritor para quedarse mirando el vacío del mismo.

Sonrió sutilmente, cubriéndose con las sabanas. Tan solo tenia que esperar a mañana y podría volver a dormir con su amante como tanto le gustaba hacer. Un sonido le hizo girarse hasta encarar la puerta, observando como esta se abría lentamente, mostrando la cabecita de Kumagoro a través de la abertura.

-Kumagoro?- el conejito levantó las orejitas en respuesta. –que haces ahí?- le preguntó algo confundido a la vez que se sentaba en la cama nuevamente y encendía la luz de la lamparita.

-Kumagoro quiere estar con Shu-chan na no da. Puedo pasar no da?- Shuichi dejó escapar un “si” en un bajo tono de voz, accediendo a la petición del conejito.

Kumagoro entró en la habitación, siendo sostenido por Ryuichi quien entró tímidamente, deteniéndose frente a la cama, casi sin atreverse a mirar al cantante de cabellos rosados. Por su parte, Shuichi desvió la mirada a un lado, sintiendo como sus mejillas se sonrojaban ante la tímida mirada de los ojos azules.

-Eto.. se ha roto na no da?- preguntó Ryuichi desviando levemente la mirada hacia el dicman.

-Creo que si.- murmuró en respuesta tras percatarse de a que era debida esa pregunta.

Cambiando su expresión a una sonrisa algo mas confiada, Ryuichi se acercó a su amigo, sentándose en la cama a su lado, provocando que Shuichi le rehuyera un poco y girada la cara levemente al lado contrario.

-Me gusta mucho Tatsuha-kun no da. Por eso quería jugar con él.- abrazando al peluche trató de esconder la cabecita tras la de este, apreciándose perfectamente un sutil tono rojizo en sus mejillas.

Shuichi se sobresaltó ante la declaración del cantante de ojos azules. …l ni siquiera pensaba preguntarle el por que de haberlos encontrado asi, no era asunto suyo, aunque a causa de eso hubiera estado a punto de sufrir un paro cardiaco. La verdad es que jamás pensó que podría llegar a encontrarse al que un día fue su ídolo en aquella situación. Claro que tampoco se le había pasado por la cabeza el que Ryuichi tuviera esas necesidades al juzgar por su comportamiento infantil... todo aquello lo había dejado algo desconcertado, pero a su vez había aclarado algunas dudas que no habían surgido hasta ese mismo instante.

-Estas enfadado con nosotros no da?- con una mano giró el rostro del de cabellos rosados, sujetándolo de la barbilla para encontrarse con la expresión vergonzosa de este.

Shuichi tembló ante el contacto. Con algo de miedo a encontrarse con una expresión adulta en el rostro del cantante de NG, dirigió la mirada hasta hallar la de este, sorprendiéndose al evidenciar un gesto totalmente infantil y unos ojitos azules que lo miraban como si hubiera hecho algo malo y estuviera arrepentido.

-Yo... claro que no estoy enfadado.- sonrió sutilmente, sintiéndose mas relajado ante esa expresión que tanto conocía. –no podría enfadarme con Kumagoro y... tampoco contigo.- comentó en voz baja, centrando su mirada en Ryuichi después de haber mirado al conejito de peluche.

Ante las palabras de Shuichi, Ryuichi se relajó, mostrando esta vez una sonrisa calmada en una expresión que bien podía juzgarse entre infantil y adulta. Con suavidad apartó la mano de la barbilla de Shuichi, rozando sutilmente con la yema de los dedo la fina piel, haciendo que el cantante de BL no pudiera evitar sentir un escalofrío al contacto.

Sus miradas se clavaron durante escasos segundos, provocando un ligero silencio que fue acompañado de un acercamiento por parte de Ryuichi, quien inclinó levemente la cabeza con intención de alcanzar los labios de Shuichi con los suyos.

-Ha... habéis tenido suerte de que Yuki no este aquí, si no, os habríais metido en un buen lió jeje.- comentó notablemente nervioso por aquel silencio, a pesar de no haber notado la intención del otro cantante por besarlo.

Ryuichi no dijo nada, tan solo lo observaba. Shuichi se percató de la mirada esta vez intensa que los ojos azules le dedicaban, una mirada como las que ya le había dedicado en otras ocasiones y que conseguía ponerlo tan nervioso. Estaba acostumbrado a ver esa expresión tan intensa, pero solo en las actuaciones del cantante, y no dedicadas a él como llevaba haciendo desde hacia un tiempo, en especial desde que se alojaba en su casa.

Se sonrojó al sentir la cercanía de Ryuichi cuando este se inclinó hacia él apoyando la frente sobre la suya, pudiendo observar sus propios ojos violetas reflejados en los azules del otro, sintiendo la respiración de este cada vez mas cerca de sus labios, quedando a escasos centímetros.

Dudó en hacerlo, Shuichi parecía algo asustado y evidentemente estaba confundido ante aquella acción por su parte. Pensó que no hacia nada malo si le robaba un beso a aquel chiquillo, Eiri no se enfadaría si él se quedaba con uno de esos besos que seguramente el escritor debía probar tan a menudo, es mas, Eiri ni siquiera tenia por que enterarse.

-Sakuma-san que... mmm...- Shuichi sujetó instintivamente los brazos de Ryuichi con fuerza cuando los labios de este se posaron suaves sobre los suyos, acariciándolos en un beso dulce y calmado, casi podía tacharse de inocente.

El cantante de BL ni siquiera tuvo tiempo de asimilarlo cuando se encontró devolviendo el beso, sintiendo los labios de Ryuichi acariciando los suyos con delicadeza en un beso totalmente entregado por parte de este, al igual que las manos del cantante de NG se aferraba en su cintura con necesidad de acariciarlo.

A pesar de todo, Shuichi se sintió bien con aquello, asustándose inevitablemente ante aquel repentino pensamiento. Con nerviosismo se separó de Ryuichi rápidamente, dedicándole una mirada confundida a la vez que se llevaba un par de dedos sobre sus labios completamente ruborizado.

Ryuichi se sintió culpable en aquel momento. Ni siquiera sabia por que razón se había dejado llevar esta vez, cuando tantas veces podía haberlo hecho y desistió de ello. Al parecer aquel día estaba destinado a meter la pata; primero Shuichi lo había pillado en aquella situación con Tatsuha, y ahora ese beso... lo que menos quería era que Shuichi pensara mal de él, por esa razón había ido con su actitud infantil a tratar de “tranquilizar” la situación, pero al parecer la estaba tensando mas.

Suspiró tratando de relajarse ante la situación, volviendo a mostrar una sonrisa inocente en su rostro, dejando a Shuichi con un gesto de desconcierto ante aquella actitud tan extraña que Ryuichi estaba mostrando últimamente con él.

-Tu también me gustas mucho na no da.- comentó sin darle mayor importancia a la vez que movía las patitas de Kumagoro de forma animada. –solo quería darte un beso para que no estuvieras celoso.-

-Celoso? Pero si yo no...-

-Oh! Ya se me olvidaba! Tengo algo que enseñarte no da!- el cantante de NG salió corriendo de la habitación con Kumagoro en brazos.

Shuichi observó como Ryuichi desaparecía tras la puerta de la habitación, adoptando a continuación una mueca de confusión. Con Ryuichi nunca se sabia lo que podía pasar. Cerró los ojos a la vez que suspirada, sintiéndose mas relajado ante la explicación del por que de ese beso, esbozando una sonrisa divertida ante esta.

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Ryuichi entró nuevamente en el estudio de Eiri. Se dejó caer sobre la puerta tras haberla cerrado, esbozando una sonrisa que no quiso reprimir debida al beso que le había dado a Shuichi. Con la yema de los dedos rozó sus labios, sintiéndose satisfecho por lo ocurrido.

En un momento decidió salir de esos pensamientos para hacer lo que había venido a hacer al estudio del rubio. Con decisión, se acercó a coger la caja donde estaba guardada la ropita especial de Kumagoro. Con una sonrisa divertida comenzó a vestir al peluche.

-Que bien te sienta Kumagoro, seguro k a Shuichi le gusta no da.- movió la cabeza de forma afirmativa a la vez que observaba entusiasmado al conejito de peluche.

Kumagoro a pesar de parecer un “ser” inocente, se había convertido en un conejito bastante morboso gracias al chalequito y los pantaloncitos de cuero negro, similares a los suyos pero en “talla mini” que le había comprado al conejito.

Tomó al peluche entre sus brazos, con cuidado de no desarmar el atuendo de este. Cerró la puerta tras salir del estudio y avanzó unos pasos en dirección a la habitación cuando notó el silencio procedente del salón.

Con un gesto de curiosidad caminó hasta este, hallando como primera visión la pantalla plana de televisión encendida, mostrando un color azul que parpadeaba de vez en cuando mostrando un tono negro. Al parecer la grabación ya había acabado. Curioso desvió la mirada hasta el sofá, encontrando a Tatsuha sentado en él, con la cabeza hacia atrás apoyada en el respaldo de este.

Con una suave sonrisa se acercó al mas joven, observando de cerca la expresión de felicidad de este mientras dormía, y como en su mano aun sostenía el mando de la televisión, el cual estaba a punto de caerse al suelo. Con cuidado le quitó el aparato de la mano, dejándolo sobre la mesita, haciendo lo mismo con Kumagoro.

Con cuidado de no despertarlo, movió un poco a Tatsuha con la intención de acostarlo sobre el sofá para que descansara mejor. Le haría falta dormir bien después de la tarde tan movida que había tenido...

-Si... Ryuichi...- murmuró el menor de los Uesugi completamente dormido y con una sonrisa de satisfacción.

Ryuichi soltó una risita divertida, al parecer Tatsuha estaba soñando algo bastante agradable. Cuando lo hubo recostado sobre el sofá, buscó una manta dentro de la caseta para cubrirlo, consiguiendo que Tatusha se acurrucara sobre el sofá buscando la mejor postura para dormir cómodamente.

-Buenas noches Tatsu-chan.- murmuró mientras le acariciaba el cabello.

Después de apagar el televisor y coger a Kumagoro, salió del salón en dirección a la habitación donde Shuichi llevaba ya rato esperándolo.

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-Ya estamos aquí na no da!- la carita de Ryuichi apareció sonriente a través de la puerta, asustando de paso a un Shuichi medio dormido. –jeje, te he asustado Shu-chan?- se adentró en la habitación escondiendo a Kumagoro tras de si.

-Eto... si, me estaba quedando dormido.- con un gesto algo nervioso se llevó la mano a la nuca, jugando con su cabello de forma inquieta.

-Mira, Kumagoro quiere enseñarte algo no da.- sin mas aviso que ese, Ryuichi dejó al peluche vestido de cuero a la vista de Shuichi, quien acabó cayéndose de la cama del susto de ver a un conejito tan adorable vestido de esta forma. –uy, estas bien?-

-Eh... no lo se, esto es muy fuerte...- aun sentado en el suelo dedicó otra mirada de forma precavida al conejito que parecía mirarlo como si quisiera hacerle cosas pervertidas. –pero.. como es que Kumagoro se ha vestido así?- preguntó con una sonrisa algo fingida, aun no se recuperaba de la impresión, es que todos estaban sacando su “lado oscuro”?.

-Jeje, es que le gustó mucho la ropa que te compraste en la tienda de cosas raras no da. Por eso Kumagoro también quiso comprarse uno.- sonrió de forma inocente dedicando una mirada al peluche. -esto es lo que contenía el paquete que Kumagoro recibió el otro día, a que esta guapo na no da?-

-Si... claro que si... pero resulta raro ver a Kumagoro asi vestido.- Shuichi cruzó los brazos apoyándolos sobre la cama, quedando se rodillas en el suelo mientras miraba de forma examinante al peluche para después romper en una carcajada. –jajajajajaja pues si que esta mono.- alargó un brazo para tocar con el dedo índice la nariz del peluche en un gesto cariñoso hacia este, arrancando una sonrisa satisfecha por parte de Ryuichi quien se alegraba de haber acertado con el atuendo de su conejito.

-Uhm... Shu-chan, tienes sueño no da?-

-Si, hoy a sido un día agotador, casi mato a Hiro.- suspiró pesadamente a la vez que dejaba caer la cabeza sobre sus brazos nuevamente cruzados.

-De veras? Que ha pasado?- preguntó Ryuichi con bastante interés, adoptando una posición en la cama sentado con las piernas cruzadas y Kumagoro entre estas.

Shuichi se levantó del suelo, tomando al misma posición que el cantante de NG, dispuesto a contarle todo lo ocurrido aquel día en NG...

Una hora mas tarde...

-Jajajajajajaja pobre Hiro.-

-Si pobre Hiro... pobre de mi! En serio que creí que lo había matado.- acompañado de una mirada inocente, el cantante curvó sus labios en un puchero. –pero Hiro no esta enfadado conmigo.- esta vez sus labios dibujaron una sonrisa ante la mirada interesada de Ryuichi.

-Algo parecido me pasó una vez no da.- comento con gesto pensativo, como si tratase de recordar.

-En serio? Que pasó?-

-Eto... fue en una de mis primeras actuaciones en un programa de televisión no da. Estaba tan contento cantando en el escenario que se me escapó el micrófono y le di al presentador de lleno en la cabeza.- Ryuichi hizo un gesto con los brazos a modo de explicación de donde y como había sido el golpe, ocasionando con esto que ambos cantantes rompieran en una sonora carcajada.

-Tengo todas tus actuaciones y conciertos! Y eso no lo tengo!-

-Jeje, eso no es nada raro na no da. Es que como el programa no era en directo, cortaron esa grabación para volver a repetirla no da.- explicó a la vez que se cruzaba de brazos dándose un aire mas intelectual. –pero lo mas gracioso fue que después de nuestra actuación el presentador apareció con una venda en la cabeza jajajajajajajaja.-

-Jajajajajajaja Entones si tengo esa actuación! Recuerdo que me sorprendí al ver aparecer al presentador con la venda cuando antes de que cantara NG no la llevaba.-

-Jeje, me regalaron el video de ”el micro volador” como recuerdo no da, ya que no les hacia falta.-

-En serio? Tienes que enseñármelo algún día!-

-Cuando quieras.- asintió de forma efusiva ante la petición de su amigo que lo miraba con los ojitos brillantes.

-Kyaaaaaaaaaaaaa! Sakuma-san eres genial!- ante tal sentimiento de felicidad, el cantante de cabellos rosados abrazó a Ryuichi con fuerza, consiguiendo sorprender a este y a si mismo ante la repentina acción. –eh... lo siento yo...- se separó rápidamente, bajando la cabeza para tratar de ocultar un leve sonrojo.

-Puedes abrazarme cuando quieras Shu-chan, los amigos se abrazan.- sonrió de forma tranquilizadora, consiguiendo una tímida sonrisa por parte de Shuichi. –vamos a dormir, ya es muy tarde no da.-

-Que? Vaya es verdad, es taradísimo! Y yo mañana tengo que ir a trabajar de nuevo!- se llevó una mano a la frente en señal de cansancio, se les había pasado el tiempo volando con aquella conversación tan divertida, pero ya era hora de dormir.

–Me puedo quedar contigo esta noche no da?-

-Quieres quedarte a dormir aquí?- Ryuichi asintió en respuesta. –claro! puedes quedarte.- sonrió consiguiendo que la sonrisa del otro cantante aumentase notablemente.

-Que bien esta noche dormiremos con Shu-chan Kumagoro! Te gusta la idea na no da? A mi también.- después de un fuerte apretón al peluche, Ryuichi se metió entre las sabanas, girándose hacia el lado de Shuichi para observar como este también se acostaba. –buenas noches Shuichi.-

-Buenas noches Sakuma-san.- antes de apagar la luz, Shuichi se mantuvo un momento mirando el rostro calmado del otro cantante quien ya tenia los ojos cerrados. -*para mi siempre serás el mismo*- pensó con una sonrisa para seguidamente apagar la luz e intentar dormir.

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Eiri permanecía sentado en la cama de aquella habitación de hotel, en su cabeza no dejaba de dar vueltas una pregunta; por que razón Shuichi no había vuelto a llamarle al móvil? La verdad le parecía algo extraño conociendo a su escandaloso amante. Por su mente pasó la idea de que el cantante estuviera pasándoselo “demasiado bien” con aquellos dos y que por esa razón no había tenido tiempo para molestarlo.

-Que tontería, ese baka nunca haría algo así.- sonrió confiado de sus palabras. –aunque de todas formas... es libre, puede hacer lo que quiera.- sin darle mas importancia de la que creía tener, se volteó hasta la mesita de noche para alcanzar el paquete de tabaco.

Tras acabar el que pretendía ser el ultimo cigarrillo de la noche, apagó la luz acomodándose en la cama. Mañana le esperaba un día algo duro ya que tendría que escuchar a su editora y a varias personas mas hablando de cosas que le aburrían terriblemente. El solo debía limitarse a entregar sus novelas y acordar los títulos y demás. Por que tenia que acudir en esta ocasión a una reunión con varias personas? Mejor que aquello acabara pronto.

En realidad deseaba llegar a casa y estar con Shuichi, y que por supuesto los dos “invitados” se marcharan de una vez, cosas que según sus cálculos, ocurriría muy pronto.


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Un nuevo día daba comienzo acompañado del canto de los pajarillos y los tenues rallos del sol entrando por la ventana de la habitación donde ambos cantantes dormían placidamente.

Ryuichi abrió los ojos lentamente, sintiéndose parcialmente invadido por los rayos del sol sobre su rostro, dándole un bonito brillo a sus ojos azules, al igual que su cabello alborotado sobre la almohada tomaba matices mas claros y brillantes.

Sintió un suave cosquilleo sobre su pecho y parte de su cuello, al igual que sentía algo de pesadez al respirar. Dedicó una mirada fugaz a la persona que descansaba su cabeza tranquilamente sobre su pecho, consiguiendo que el corazón se le acelerase notablemente al encontrar a Shuichi tranquilamente dormido con la cabeza y uno de sus brazos apoyados sobre su pecho.

Enseguida se percató de que él mismo rodeaba la cintura de Shuichi con uno de sus brazos, manteniendo el cuerpo del pequeño bien pegado al suyo. Con cuidado se movió un poco sobre la cama, quedando un poco de costado sobre esta, pudiendo encarar mejor el rostro de Shuichi sin necesidad de deshacer aquella agradable posición en la que se encontraban.

-Como puedes ser tan lindo Shu-chan?- murmuró para si mismo con una sonrisa, a la vez que comenzaba a acariciar con su mano libre los cabellos rosados, sintiéndolos suaves entre sus dedos.

Ante la agradable sensación de lo que parecían ser caricias sobre sus cabello, Shuichi se movió aun adormilado, acurrucándose mas contra el cuerpo de Ryuichi, pasando una pierna por encima de este, consiguiendo que el cantante de NG se sobresaltara al sentir como el muslo del pequeño rozaba su entrepierna sutilmente.

Ryuichi reprimió un suave gemido ante la in intencionada caricia del cantante de BL, siguiendo con su tarea de acariciar los suaves cabellos, a la vez que movía sus piernas de forma que estas quedaron entrelazadas con las de Shuichi, siento la piel desnuda de estas sobre la suya.

El movimiento ocasionó varios roces mas, los cuales estaban consiguiendo que el cantante de NG comenzara a sentir un inevitable calor recorrer su cuerpo. Comenzó a sentirse notablemente nervioso cuando los roces parecían ser intencionados por parte de Shuichi, consiguiendo de inmediato una erección con ellos. Dejó de acariciar el cabello rosado, buscando la forma de zafarse de aquel abrazo que estaba comenzando a resultar bastante embarazoso.

-Mmmm... por que no sigues con eso?- murmuró Shuichi con voz adormilada y los ojos cerrados buscando nuevamente las suaves caricias en su cabello como si fuera un gatito.

Ryuichi no dijo nada, tan solo reanudó las caricias, consiguiendo que escapara un suave gemido de los labios del pequeño quien seguía rozando su muslo contra su entrepierna esta vez de forma totalmente intencionada.

-Jeje, creo que tienes ganas de jugar, verdad Yu...- un violento rubor cubrió sus mejillas a la vez que sus ojos violetas se abrieron sorprendido cuando al levantar la vista y encarar a su “amante” encontró a Ryuichi en lugar de a Yuki.

Sin darse tiempo para gritar o reaccionar de alguna manera, ya se encontraba bajo el cuerpo del cantante de NG quien se había girado con un movimiento rápido e instintivo hasta conseguir atrapar el cuerpo de Shuichi bajo el suyo.

Sus ojos azules se abrieron sorprendidos de su propia acción cuando encontró los violetas que lo miraban con temor e inseguridad. Ryuichi sintió el movimiento del pequeño cuerpo respirar agitado bajo el suyo, notando como su propio pecho se agitaba ante aquella situación.

-Sa... Sakuma-san, yo... lo siento, no quería...- Shuichi se disculpó totalmente avergonzado ante el cantante de NG.

Al parecer había creado sin darse cuenta una situación bastante “intima” entre los dos al juzgar por el estado en que se encontraba el cuerpo de Ryuichi quien le dedicó una mirada comprensiva acompañada de una sonrisa calmada, cambiando su expresión enseguida a una mas inocente donde se apreciaba como la mirada penetrante del cantante se había tornado a una infantil de grandes ojitos azules y sonrisa traviesa.

-Buenos días na no da!- saludó efusivamente a la vez que se incorporaba un poco de forma que Shuichi siguiera atrapado entre sus brazos y piernas pero sin apenas rozarlo su cuerpo. –dormiste bien Shu-chan?- le preguntó a la vez que se echaba a un lado de la cama, sentándose sobre esta para mirar a su amigo y ocultar a su vez el estado de su cuerpo.

Shuichi asintió en respuesta a la vez que se incorporaba. Sonrió aliviado, ya que al parecer Ryuichi no parecía haberle dado importancia alguna a lo ocurrido. Desviando la mirada de los ojitos brillantes del cantante de NG, miró de forma divertida a Kumagoro que estaba a un lado de la cama, aun vestido con la ropita de la noche anterior. Pero su expresión calmada cambio en el mismo instante en que sus ojos divisaron el despertador sobre la mesita de noche...

-No puede ser!- gritó alarmado a la vez que se movió sobre la cama en dirección al despertador para tomarlo entre sus manos, dejando al cantante de ojos azules lloriqueando después de que Shuichi le pasara por encima para llegar a su objetivo. –que tarde es! K-san me matara!- de un salto bajó de la cama dejando a Ryuichi mordiendo la orejita de Kumagoro.

Con nerviosismo comenzó a buscar su ropa, aquella mañana no tenia tiempo ni siquiera de ducharse, ya lo haría mas tarde, ahora lo importante era llegar antes de que K fuera a buscarle...


Continuara....

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