jueves, 3 de septiembre de 2009

DULCES Y SORPRESAS Ch.19

Dulces y sorpresas.

Cap. 19

By Saiyi-chan



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Ryuichi salió corriendo hacia su habitación para buscar algo seco que ponerse, dejando a Tatsuha en el salón con la bolsa de helados en la mano.

-Sakuma-san, donde dejo el helado?- le gritó desde el salón sin saber bien que hacer con ellos.

-Déjalo sobre la mesa del salón!- le respondió el otro en el mismo tono de voz.

Tatsuha se acercó a la mesa, dejando la bolsa a un lado para ir sacando los botes de helados de ella. Una vez los hubo dejado sobre la mesa, se mantuvo de pie delante de esta, golpeando con el pie en el suelo de forma inquieta.

-Ya estamos aquí na no da.- el cantante apareció en el salón con una camiseta blanca de manga corta bastante ancha y larga, la cual le cubría hasta medio muslo, complementando el atuendo por el conejito sobre su cabeza.

El menor de los Uesugi lo miró embobado, volviendo a la realidad en el momento en que Ryuichi le ofreció una toalla para que se secara un poco.

-Deberías quitarte esa ropa no da, vas a resfriarte.- le aconsejó bajo un gesto que bien podía definirse de preocupación.

-Si, bueno, pero no tengo nada que ponerme.-

-Da igual! Quédate desnudo.- sonrió de forma inocente, consiguiendo que Tatsuha se paralizara ante tan efusiva respuesta. -puedo poner la calefacción si tienes frío na no da. Te dejaría una camiseta, pero esta es la única que he encontrado por ahí, las demás están en casa de Shuichi.- se llevó una mano tras la nuca riendo de forma inocente.

-No te preocupes! me quedare desnudo.- una sonrisa encantada se dibujó en los labios del mas joven, accediendo sin problema a quitarse la ropa.

Ryuichi se dirigió con una sonrisa hasta la mesa, sentándose en una de las sillas, jugueteando con Kumagoro mientras esperaba que Tatsuha acabara con lo que estaba haciendo.

-Ya esta.-

-Tatsu-chan, he pensado que podrías ponerte esa toalla alrededor de la cintura na no da.- señaló la toalla que estaba sobre los hombros del mas joven con un gesto algo pensativo. –así Kumagoro no te vera desnudo.- finalizó sonriendo de nuevo a la vez que abrazaba al peluche.

-Jeje, a mi no me importa que me vea.-

-Ya, pero a Kumagoro si le importa verte, verdad Kumagoro?- el conejito asintió. -ves?-

-Si, ya me la pongo.- murmuró con un gesto de desgana que oculto enseguida con una sonrisa para sentarse en la silla contigua a la del cantante.

Después de buscar un par de cucharillas por toda la casa, Ryuichi abrió uno de los botes de helado, introduciendo la misma para comenzar a comer seguido de Tatsuha que hizo lo mismo.

Cuando ya habían comido bastante y el resto del helado estaba algo derretido, el cantante de NG se sentó sobre la mesa, estirándose un poco sobre ella ante la vista del mas joven para alcanzar el bote del helado de fresa.

Los ojos de Tatsuha se abrieron de golpe al comprobar como el cantante parecía no llevar absolutamente nada bajo la camiseta, o al menos eso le pareció; ya que al estirar uno de los brazos, la camiseta se había levantado dejando ver parte del trasero de este.

-Sa... Sakuma-san...- el aludido se giró a mirarlo ya con su bote de helado y aun sentado sobre la mesa. -...no... no llevas nada bajo la camiseta?- se atrevió a preguntar a la vez que tragaba saliva costosamente y un intenso calor comenzaba a azotar su cuerpo.

-Eto... no.- sonrió inocentemente. –es que tengo los pantalones en casa de Shu-chan no da.-

-Ya veo...- volvió a tragar saliva sin poder apartar la mirada de las piernas del cantante, quien estaba enseñando mas de medio muslo. –oye, me das un poco de ese helado?- le preguntó esta vez con una sonrisa, de la forma mas natural que pudo.

-Claro!- Ryuichi le extendió el bote, con tan “mala suerte” que Tatsuha al cocerlo lo tumbó “sin querer”, yendo a parar parte del contenido medio derretido de este sobre los muslos del cantante y parte de la camiseta.

-Vaya! Lo siento mucho! Ha sido sin querer! Pero que torpe soy!- con un dramatismo completamente fingido, se llevó la mano a la frente, mirando de forma avergonzada lo que acababa de hacer.

-No pasa nada no da.- con una sonrisa tranquilizadora, el cantante se llevó un par de dedos hasta donde había caído el helado.

Con ellos recogió parte de él para después llevándoselos a la boca y lamerlos de una forma demasiado sensual para tratare de un acto “totalmente inocente”.

-Deja que te ayude.- comentó al borde de una hemorragia nasal, acercando su rostro a las piernas de Ryuichi.

Dedicando una mirada algo incitadora al cantante, comenzó a lamer el helado que parecía haberse calentado al estar sobre la piel de su ídolo. Bajo la mirada inocente del cantante, colocó ambas manos sobre las caderas de este, pasándolas por debajo de la camiseta, abarcando cada vez mas superficie de piel con su lengua, la cual ascendía sin reparo alguno.

-Seria mejor que te quitaras la camiseta, esta manchada.- elevó la mirada hasta encarar al cantante que parecía tener sus mejillas ruborizadas ante aquella acción por parte del mas joven.

Este obedeció sin decir nada, quitándose la camiseta para quedar completamente desnudo ante la mirada lasciva del menor de los Uesugi. Su respiración comenzó a hacerse algo agitada en el momento en que sintió como Tatsuha deslizaba sus manos hasta sus nalgas, sujetándolas con deseo, atrayéndolo un poco hacia el borde de la mesa, para lamer esta vez la zona interna de los muslos, quedando entre las piernas del cantante quien tenia una apoyada sobre la silla y la otra al otro lado del cuerpo del mas joven.

-Que... que haces Tatsu-chan?- Ryuichi se ruborizó de forma violenta en el momento que sintió como la lengua de Tatsuha se acercaba peligrosamente a su entrada, llegando a rozarla con descaro. –por ahí no hay helado na no da.- comentó de forma inocente, mirando con timidez al mas joven que desvió su mirada hacia él nuevamente.

-No importa, a mi me gusta, y a ti también te va a gustar.- sonrió traviesamente para después deslizar la lengua por la abertura, arrancando un gemido por parte de Ryuichi.

-Tatsu-chan! Deja de hacer eso, me da miedo.- lloriqueó alarmado a la vez que separaba un poco mas sus piernas y ofrecía su cuerpo al otro.

-Y por que separas las piernas?- preguntó dejando por un momento lo que hacia. –no me contestas?- el cantante no dijo nada, tan solo cerró los ojos y buscó a Kumagoro para abrazarlo. –ya estas bastante excitado, seria una pena parar ahora verdad?.- Tatsuha acarició la erección de Ryuichi, haciéndolo gemir en respuesta a la vez que el cantante apoyado sobre un brazo, inclinaba un poco su cuerpo hacia atrás.

Tatsuha continuó lamiendo aquella zona, subiendo esta vez hasta envolver el miembro humedecido de su ídolo con sus labios, prestando especial atención a la punta, donde recogió las gotas del liquido que había comenzado a escapar.

-No hagas eso! No quiero! Ahh!- ante la suplica del cantante, Tatsuha solo se introdujo la palpitante piel en la boca, deslizando sus labios sobre esta con movimientos rápidos y precisos.

Tras saciarse con la deliciosa erección del cantante, volvió a bajar sus labios hasta la entrada de este, lamiendo toda la piel a su paso, ocasionando en Ryuichi un intenso calor que lo obligó a soltar a Kumagoro para alcanzar de forma dificultosa el bote de helado y derramar un poco sobre su pecho, extendiéndolo seguidamente con su mano, mostrando en su rostro una expresión avergonzada e ingenua.

Ante aquella excitante acción por parte de su ídolo, Tatsusa introdujo su lengua todo lo que esta le daba, recorriendo la cavidad y ensalivándola para lo que vendría a continuación. Con suma facilidad, de deshizo de la toalla que lo cubría, dejando al descubierto su miembro completamente erguido y deseoso de entrar en aquel cuerpo. Con una mano lo masajeó, extendiendo sobre este parte de la saliva que había depositado sobre la entrada del cantante. Con su lengua trazó una línea recta en sentido ascendente desde el vientre de Ryuichi hasta el pecho de este, donde se detuvo para lamer los deliciosos pezones cubiertos de helado de fresa.

-Tatsu-chan que vas a hacer?- preguntó el cantante con evidente miedo y las lagrimas asomando a sus ojitos azules.

-Algo que te va a gustar.- pronunciando esas palabras sobre los labios de su ídolo, condujo su erección hasta la entrada de este, rozándola para después colocar ambas manos sobre sus caderas.

Ante la mirada temerosa que le dedicaban los ojos azules, Tatsusa dibujó una sonrisa algo maliciosa, atrayendo las caderas del cantante hacia las suyas, enterrándose en lo mas profundo del cuerpo de Ryuichi a la vez que este dejaba escapar un evidente grito de dolor. El menor de los Uesugi gimió de forma ronca, deleitándose los oídos con aquel grito, sintiendo la estrecha cavidad rodeándole, al igual que lo hizo una de las piernas del cantante sobre su cintura.

-No hagas eso! No quiero!- Ryuichi lloriqueó aferrándose esta vez al cuello del mas joven. –saca eso de ahí!- mordió con fuerza el cuello de este, dejando sus dientes bien marcados en la zona ensangrentada por el mordisco.

-Eso es Ryuichi! Ah! me gusta que te resistas de esa forma.- sin poder esperar mas, comenzó a moverse, saliendo casi totalmente de él para volver a penetrarlo con fuerza.

-Tatsu-chan me duele!- gritó sobre el oído de Tatsuha, ocasionando que este aumentase la velocidad de las embestidas, guiado por la enorme excitación que aquella situación provocaba en su cuerpo.

Tras varias embestidas mas y bajo las suplicas de Ryuichi por que se detuviese, Tatsuha se sentía al limite. Si el haber tenido a su ídolo aquella vez en un estado completamente dominante había resultado de lo mas excitante, esto le parecía aun mas; esta vez era él quien dominaba a su ídolo, y no solo eso, si no que este se resistia perfectamente a la situación, haciendo todo aquello mucho mas placentero.

Se deshizo del abrazo de Ryuichi, haciendo que este quedase apoyado con sus brazos sobre la mesa, quedando su cuerpo erguido casi completamente, aun sentado en el filo de la mesa, con una pierna sobre la silla y la otra rodeando su cintura. Apoyó una de sus manos en la cadera del cantante, llevando la otra a la erección de este.

-Vas a acabar ya Ryuichi?- le preguntó de forma traviesa consiguiendo que el cantante asintiera vergonzosamente. –bien, por que yo también estoy a punto, y no seria justo que solo acabara yo verdad?-

-No... ah!- ante la respuesta de su ídolo, Tatsuha aumento las caricias, mirándolo de una forma que bien podía hacer sentir avergonzado a cualquiera. –Tatsu-chan! Ah! no pa... ah!- sus caderas se movieron involuntariamente ante el intenso orgasmo, salpicando con el cálido liquido todo su vientre y pecho.

El mas joven sintió como parte de aquel liquido resbalaba por su mano, al igual que el interior de Ryuichi parecía haberse hecho mas estrecho sobre su miembro. Soltando la erección satisfecha de su ídolo, llevó esa mano hasta el trasero de este, presionando con sus dedos en la piel para enseguida acabar derramándose en su interior con una profunda embestida y el nombre de Ryuichi en sus labios.

Sus dedos dejaron de presionar sobre la piel marcada del cantante para esta vez dedicar caricias suaves sobre la zona, a la vez que sus labios alcanzaron los de Ryuichi, fundiéndose ambos en un apasionado beso que tan solo consiguió aumentar la excitación y la necesidad de tomar aire.

Ryuichi posó una de sus manos sobre el cabello alborotado del mas joven, enredando sus dedos en las finas hebras para seguidamente tirar de el con algo de brusquedad, rompiendo el beso a su paso. Tatusha se quejó en respuesta, dejando escapar un suave gemido cuando al encarar el rostro de su ídolo, este le dedicaba una mirada intensa.

-Si antes querías limpiar el helado, por que no limpias esto ahora?.- con una mirada desafiante hacia el mas joven, Ryuichi condujo la cabeza del mismo hasta su pecho.

Sin decir nada, Tatsuha comenzó a lamer con devoción el pecho salpicado por el semen del propio cantante, deleitándose con el sabor de este mezclado con el del helado a la vez que comenzaba a recorrer la piel en sentido descendente para llegar al vientre, donde rodeó el ombligo con su lengua de forma incitante, desviando a su vez su mirada hacia el rostro de su ídolo quien lo miraba con una expresión satisfecha.

Ante aquella mirada tan excitante de los ojos azules sobre él, Tatsuha dejó de lamer el vientre, para pasar esta vez su lengua por la superficie del miembro del otro. Ante aquel acto, Ryuichi tiró del cabello oscuro, moviéndose a su vez para bajar de la mesa y quedar de pie frente a Tatsuha quien dejó lo que estaba haciendo para ponerse a la altura del cantante. Con una sonrisa maliciosa, soltó el cabello del mas joven, posando esa misma mano sobre el pecho de este para empujarlo suavemente pero no por ello menos dominante.

Sin perder el contacto visual el uno en el otro y aquella sonrisa prometedora en el rostro de ambos, caminaron unos pasos hasta que la espalda de Tatsuha chocó contra la pared. Ante el inesperado contacto de la misma, el mas joven giró su rostro hacia atrás, separándose un poco de esta. Momento que aprovechó Ryuichi para empujarlo contra ella de forma algo brusca, dejando el cuerpo de este completamente aprisionado entre el suyo y la pared.

-Ahora es mi turno.- sus ojos azules se clavaron penetrantes en los de Tatsuha haciéndole sentir a este un calor interno que lo hizo jadear en forma de suplica, jadeo que fue recogido por los labios del cantante.

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-Tadaima Yuki!- Shuichi había llegado al apartamento.

La lluvia le había pillado por sorpresa, y aunque Hiro lo había acercado en moto antes de que comenzara a llover, no habían podido librarse de esta. Tras descalzarse, se adentró en la vivienda con cuidado de no mojar demasiado el suelo, soltando seguidamente la mochila sobre el sofá, dedicando una fugaz mirada a la mesita donde estaba el libro que Eiri había comenzado a leer aquella tarde acompañado de un par de latas de cerveza y varias colillas de cigarros.

-Yuki? Donde estas?- el cantante atravesó el salón camino al estudio del rubio, deteniéndose frente a la puerta del baño cuando escuchó el agua de la ducha correr. –jeje, te encontré.- sonrió de forma traviesa, para antes de entrar, quitarse toda la ropa dejándola amontonada al lado de la puerta y seguidamente abrir la misma para colarse en el baño.

Una sutil capa de vapor inundaba el interior del baño, dejando ver entre ella la figura del rubio de espaldas a él , con los ojos cerrados y dejando que el agua caliente mojase su cuerpo desnudo.

Sus mejillas se sonrojaron furiosamente al igual que un intenso calor azotó su cuerpo cuando sus ojos violetas recorrieron la perfecta anatomía del rubio, no pudiendo evitar que su cuerpo se excitase ante tal visión.

Al sentirse observado por alguien, Eiri ladeó la cabeza, consiguiendo que Shuichi esquivase su mirada y tratara de cubrir su cuerpo con las manos de forma vergonzosa.

-Que haces aquí?- se giró completamente para caminar unos pasos hasta su pequeño amante.

-Bueno yo... pensé que podría ducharme contigo, por eso...- sus ojos violetas esquivaban los dorados, sintiendo a su vez como estos le quemaban la piel con cada mirada que el escritor le dedicaba a su cuerpo.

-Seguro que es solo eso?- preguntó de forma un tanto traviesa, acercándose mas al cantante, quien no pudo evitar perderse en su mirada cuando Eiri le elevó el rostro para que lo encarase.

-Si bueno... es que ha comenzado a llover y he llegado bastante mojado, y como tu estabas en la ducha, se me ocurrió que...-

-Te dejaría ducharte conmigo, es eso?- Shuichi solo asintió tímidamente, tratando de que no fuera demasiado obvia la verdadera razón por la que se había colado en la ducha... -me estas mintiendo demasiado últimamente.-

-No Yuki, yo de verdad que...-

-Solo querías ducharte...- el cantante volvió a asentir en respuesta. -Entonces por que estas así?- sin apartar su mirada de la de Shuichi, llevó una mano hasta acariciar la entre pierna de este, notando perfectamente como su miembro estaba completamente erecto.

-Ah! Yuki...- cerró los ojos instintivamente a la vez que inclinaba un poco la cabeza hacia atrás y su cuerpo se sobresaltaba ante la caricia.

Eiri no dijo nada, tan solo sonrió de forma divertida y atrajo el cuerpo del pequeño hacia el suyo, pasando sus brazos alrededor de la fina cintura del cantante. Con ansias comenzó a besar aquello labios que se abrieron de inmediato para él, encontrando enseguida la lengua del pequeño que había comenzado a buscar la suya con necesidad.

El escritor se separó sin previo aviso, dando por finalizado aquel beso, dejando a Shuichi con un gesto de confusión y la respiración agitada.

-Yuki, por que has parado?-

-No querías solo ducharte?-

-Eto... yo...- sus ojos violetas se centraron en los dorados de Eiri, cambiando una mirada tímida por otra mas atrevida.

Sin perder mas tiempo, acortó la distancia entre ambos cuerpo, rodeando con fuerza el cuello del escritor para besar sus labios con necesidad. Tras un corto pero profundo beso, Shuichi se separó jadeante, sintiendo la agitación de su pecho.

-Yuki... yo... quiero que..- Lo miró tímidamente esta vez, con las mejillas furiosamente sonrojadas.

-Quieres que te lo haga aquí?- preguntó de forma intencionada con los labios prácticamente pegados a los del cantante.

Shuichi asintió en respuesta, dejando escapar a su vez un leve jadeo que fue a parar a la boca del rubio cuando este volvió a besarlo con deseo.

El escritor recorrió con sus manos el cuerpo ahora mojado del cantante, aferrándose con una mano a la espalda de este, mientras que la otra la deslizaba hasta llegar a acariciar sus nalgas, ocasionando un sobresalto por parte de Shuichi, quien seguidamente arqueó su cuerpo en busca de un mayor contacto, sintiendo su erección atrapada entre su cuerpo y el del rubio.

El cantante de cabellos rosados rompió el beso para enterrar su rostro en el cuello de Eiri, dejando escapar un gemido necesitado seguido de un leve lloriqueo cuando sintió como uno de los dedos de su amante había comenzado a presionar sobre su entrada para seguidamente colarse en su interior. Su cuerpo se movió de forma involuntaria contra el del rubio, a la vez que abrazaba con fuerza su cuello, inclinando la cabeza un poco hacia atrás para coger algo mas de aire.

Los jadeos del cantante chocaban en el oído del escritor, produciéndole a este una agradable sensación, un cosquilleo que recorría todo su cuerpo cada vez que Shuichi parecía suplicarle sin decir una sola palabra. Después de jugar un poco en aquel interior tan estrecho, Eiri sacó el dedo de allí, dejando que Shuichi normalizara un poco su respiración.

Encaró el rostro sofocado del cantante, observando esos ojos violetas entreabiertos y algo llorosos, al igual que los labios separados de este dejando que un fino hilo de saliva resbalara hasta su barbilla, la cual Eiri lamió hasta llegar a los labios donde depositó un suave beso.

-Date la vuelta.- le indicó sin separar aun sus labios de los del chico de cabellos rosados, quien obedeció para enseguida quedar de espaldas a él.

El cantante gimió al sentir el roce de la erección del rubio sobre sus nalgas, pegándose inmediatamente mas al cuerpo de este para moverse contra el de forma incitante e impaciente a la vez que giraba el rostro buscando los labios de su amante.

-No quieras ir tan rápido Shuichi.- le susurró al oído para después separarlo un poco de el de forma que pudiera acceder nuevamente con sus dedos a la entrada del chico.

-Ah! Yu... umm...- lloriqueó al sentir de nuevo el roce suave de los dedos sobre su entrada.

Esta vez, fueron dos los dedos que entraron en el, haciéndolo gemir mas abiertamente a la vez que sus caderas comenzaron a moverse en busca del cuerpo de Eiri en señal de suplica. El escritor tomó la erección del cantante con la otra mano, comenzando a masajearla con movimientos rápidos, ocasionando que el pequeño posara una de sus manos sobre la de el y la otra se la llevase a la boca para mordisquear un par de dedos entre sonoros gemidos.

-Yuki! Ahh! Yo...- su voz sonó entrecortada, jadeante, a la vez que su cuerpo comenzaba a moverse de forma inquieta.

-No iras a decir que estas a punto verdad?- Eiri sacó los dedos sin previo aviso, pera inmediatamente, volver a introducirlos lo mas profundo que la longitud de estos le dieron.

-Ahh!- sus ojos violetas se abrieron ante aquel movimiento intencionado. –no... no pares ahora! Yo...- gritó de forma suplicante, sintiendo como los dedos de Eiri se movían esta vez de forma circular, acariciando cada hueco de su interior. -yo... ya no puedo aguantar mucho ah!- ante la violenta agitación del cantante y la evidente aproximación del final del mismo , Eiri relajó el movimiento.

Shuichi lloriqueó en señal de queja, sintiéndose terriblemente excitado y necesitado cuando el escritor sacó sus dedos de su interior, al igual que disminuyó notablemente las caricias hasta detenerse sobre su miembro palpitante y a punto de derramarse. Eiri posó con suavidad sus manos sobre las caderas de Shuichi, besando su cuello que había quedado expuesto ante él en el momento en que el cantante lo inclinó para tomar aire.

Al sentir que las caricias del rubio habían cesado, apretó los dientes con fuerza, llevando ambas manos hasta alcanzar con intención de alcanzar su propia erección, dispuesto a masajearla para acabar con aquella tortura. Antes de que pudiera ejercer caricia alguna, el escritor apartó sus manos de las caderas del pequeño para atrapar las manos de este y apartarlas de su objetivo.

-No voy a dejar que hagas eso, hoy no.- le susurró al oído a la vez que llevaba las manos del chico hasta dejarlas tras el cuerpo de este, sujetándolas de las muñecas por una de sus manos. –aun es pronto para eso.- le volvió a susurrar llevando nuevamente su mano libre hasta su cadera, dejando que esta se deslizase intencionadamente hasta llegar cerca de la erección pero sin llegar a rozarla.

-Por favor... Yuki, me duele mucho.- lloriqueó moviéndose de forma inquieta tratando de liberarse de aquella mano que le impedía el movimiento de las suyas.

Eiri sonrió para si mismo, le encantaba torturarlo de aquella manera. Le encantaba observar aquel rostro sonrojado y bañado en lagrimas, esos ojos violetas suplicantes de mas placer consiguiendo mantener perfectamente un toque de timidez en su mirada, los jadeos necesitados de ese chiquillo que movía su cuerpo de forma incitante, buscando el desahogo de su propia excitación.

Un quejido que se asemejó mas a un gemido placentero, escapó de la boca de Shuichi en el momento en que sintió como la erección de Eiri comenzó a rozar su entrada buscando penetrar en él.

El rubio le indicó con un movimiento que se inclinase hacia delante, dejando libres sus brazos. Shuichi obedeció de inmediato, apoyando las manos sobre las lozas resbaladizas del baño, las cuales dificultaban un poco su estabilidad, al igual que lo hicieron las lozas del suelo cuando separó un poco las piernas para dejarse penetrar.

Con una embestida suave, Eiri introdujo su erección en el interior de Shuichi, consiguiendo que este lloriquease ante la invasión y su cuerpo se tensase notablemente ante la misma. Eiri se mantuvo quieto en aquel momento, dejando que el cantante de cabellos rosados se acostumbrara a la invasión, sintiendo a su vez la estreches de aquel interior rodeando su miembro. Se inclinó un poco sobre el pequeño. Besó con delicadeza su espalda a la vez que deslizaba sus manos de arriba hacia abajo y viceversa, por los costados de aquel cuerpo expuesto a él, sintiendo como este temblaba sutilmente acompasándose con la respiración agitada del mismo.

Deslizó una mano sobre el vientre de Shuichi para ayudarle a mantener la postura, consiguiendo que este sintiera un escalofrío al contacto debido al suave cosquilleo sobre aquella zona. Cuando lo sintió mas relajado, comenzó a moverse despacio, dejando que las embestidas tomaran velocidad por si solas cuando el estrecho interior del pequeño así se lo permitió.

Shuichi alzó la cabeza dejando escapar varios gemidos entrecortados, sintiéndose lleno con la presencia de su amante dentro de él, sintiéndose tremendamente excitado cuando sintió nuevamente las caricias del rubio sobre su erección.

-Yuki no...no te detengas... ahora no!- con los ojos entre abiertos y una mirada suplicante, giró su rostro hasta encarar el de Eiri, quien lo miró con un gesto algo divertido a la vez que disminuya sus caricias para volver a aumentarlas de golpe.

Sintiendo una oleada de calor que recorrió todo su cuerpo, pronunció el nombre del escritor en un evidente grito, dejando que su cuerpo se arqueara con violencia contra el de Eiri cuando ya no pudo mas y comenzó a derramarse en la mano del escritor, salpicando de paso su propio vientre y parte de su pecho al igual que pequeñas gotas quedaron sobre las lozas del baño.

Ante la evidente agitación en el cuerpo del pequeño, Eiri se detuvo un momento, sujetándolo mas insistentemente. Las lozas algo resbaladizas dificultaban aquella postura, y el temblor en las piernas de Shuichi no ayudaba en absoluto. Con cuidado salió de su interior, ocasionando un quejido por parte del cantante, para después indicarle que volviera a erguirse y conducir el cuerpo del chico hasta que ambos quedaron de rodillas.

Eiri rodeó el cuerpo del pequeño con sus brazos, sintiéndolo bien pegado a él, rozando su mejilla contra el cabello mojado de este. Deslizó una mano hasta el pecho del cantante, rozando a su paso sus pezones ya endurecidos, recibiendo un suave gemido en respuesta. La otra mano la llevó hasta la cintura, haciendo que Shuichi girase un poco su rostro hasta encontrar los labios de Eiri para besarlos con algo de torpeza, pero consiguiendo igualmente un beso satisfactorio.

Tras romper el beso, apartó la mano de la cintura del pequeño para conducir de nuevo su miembro hasta la entrada de este, colocando sus piernas entre medio de las del cantante, separando estas algo mas a consecuencia de haberse sentado con las rodillas encogidas. Dejo el pecho del pequeño para llevar esa mano a la cadera de este, posicionando la otra en el mismo lugar. Ayudado de sus manos las cuales movieron el pequeño cuerpo hacia abajo, lo penetró nuevamente en una embestida algo brusca que consiguió hacer temblar a Shuichi bajo un gemido de necesidad, sintiéndose nuevamente invadido por su amante a la vez que quedaba sentado sobre el regazo del mismo.

Antes de que comenzara a moverse, el cantante dejó caer su espalda sobre el pecho del escritor, respirando agitadamente a la vez que sentía como su miembro se había vuelto a erguir con tan solo aquella profunda penetración.

Eiri llevó sus dedos a la boca de Shuichi, dejando que este, después de sujetar esa mano por la muñeca, los lamiera con devoción, mientras que la otra mano se había aferrado a la cadera del escritor, clavando sus uñas en la suave piel.

Tras unos movimientos algo dificultosos por parte del pequeño cuerpo sobre el suyo ayudado por si mismo, se movió haciendo entender a Shuichi que se inclinase un poco hacia delante, para el poder hacer lo mismo. El cantante apoyó sus manos esta vez en la loza del suelo, quedando aun sentado sobre Eiri, pero dejándole a este mas movilidad.

Con mas capacidad de movimiento, Eiri comenzó a deslizarse en el interior de aquel cuerpo con suma facilidad y suavidad, pero sin llegar a perder la perfecta estreches presionando sobre su erección. Se inclinó un poco sobre la espalda semi erguida del cantante, a la vez que sus dedos abandonaban la boca de este para llevarlos nuevamente a su miembro y acariciar la punta, ocasionando un fuerte gemido por parte de Shuichi, quien se movió sobre Eiri con inquietud.

Entre mudos gemidos por parte del escritor, este comenzó a masajear la erección que sostenía su mano al ritmo de sus embestidas que se hacían mas intensas al sentir que su orgasmo ya estaba cerca, consiguiendo que Shuichi volviera a estar a punto de derramarse debido tanto al agitado movimiento en su interior como a las caricias sobre su miembro.

Un par de embestidas mas y Eiri apretó con fuerza la cadera de Shuichi con una mano, enterrándose en su interior lo mas profundamente que podía, moviendo la otra mano sobre la erección del chico a la vez que la presionaba con algo de brusquedad, ocasionando que este también acabara con una serie de sonoros gemido que se mezclaron con los roncos jadeos del escritor.

Sintiendo ambas respiraciones agitadas, atrajo el cuerpo de Shuichi contra el suyo, dejando que el chico apoyara la cabeza sobre su hombro, pudiendo observar de esa forma el rostro sofocado del pequeño, para después depositar un suave beso en el cuello de este.

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Los insistentes jadeos y gemidos de ambos seguían inundando la vivienda del cantante de NG, sin dejar lugar al sonido de la fuerte lluvia en el interior de la misma.

Tatsuha permanecía tumbado en el sofá, sujetando con fuerza un cojín entre sus manos, el cual de vez en cuando se llevaba a la boca para morderlo o bien cubrirla con inquietud, consiguiendo de esa forma que disminuyera el tono de sus gemidos y suplicas, para cuando lo apartaba, dejarlos escapar a un volumen mas elevado.

El cuerpo sudoroso de Ryuichi se movía con fuerza contra el mas joven, sujetando las piernas de este por los muslos a la vez que las mismas quedaban sobre sus hombros, consiguiendo de esta forma una perfecta penetración y unas profundas embestidas que en los últimos minutos se habían tornado a unas mas salvajes y necesitadas.

-Oh Ryuichi! No vayas a detenerte! ahh!- la voz de Tatusha sonó entrecortada, dejando escapar un sonoro gemido que resonó en aquel lugar.

Ante la suplica del mas joven, la cual evidenciaba su cercanía al final, Ryuichi embistió con mas fuerza una vez mas, para seguidamente retirarse completamente de él saliendo de su cuerpo. Observó con una sonrisa como el mas joven se revolvía nervioso sobre el sofá ante aquella acción, como este volvía a llevarse el cojín a la boca para morderlo de forma necesitada, como si aquello fuera a acabar con su “tortura”.

Antes de que el mas joven pudiera alzar la voz para protestar, sintió como Ryuichi se agachaba entre sus pierna para de una vez, introducir su miembro completamente húmedo y necesitado en su boca.

-Si! Eso también me gusta! Ummm...- su rostro pareció relajarse un momento ante las suaves lamidas.

Adoptó inmediatamente una expresión desesperada al igual que sus gemidos aumentaron cuando Ryuichi comenzó a succionar con fuerza, dejando que su lengua jugase atrevida con la erección dentro de su boca. Tatsuha comenzó a mover sus caderas de forma inquieta cuando el cantante introdujo tres dedos en su interior, moviéndolos de forma experta, llegando a rozar con insistencia aquel punto dentro de su cuerpo.

-Si! Si! No pares! Ah Ryuichi!- se arqueó sobre el sofá, moviendo sus caderas con descontrol, sintiéndose explotar en la boca de su ídolo, quien sin apartar sus labios de la erección, recogió y tragó todo lo que pudo. -Oh! Eso ha sido... genial.- murmuró de forma entrecortada, esbozando una ligera sonrisa.

-Me alegra que te haya gustado, pero...- el cantante se volvió a posicionar erguido entre las piernas de Tatsuha, volviendo a sujetar los muslos de este. -...yo aun no he acabado.- de un movimiento algo brusco volvió a estar dentro, arrancando un grito de sorpresa al mas joven, a la vez que de sus labios escapó un gemido placentero.

Con fuerza clavó sus dedos esta vez sobre las caderas del menor de los Uesugi, quien respondió enredando sus piernas en la cintura del cantante. Movió sus caderas con necesidad, el limite se sentía llegar. Cerró los ojos con fuerza, profundizando todo lo que podía en aquel cuerpo, para con un evidente gemido, llenar el interior del mas joven quien también gimió satisfecho.

-Ah... si que ha estado bien.- sonrió entre jadeos a la vez que soltaba las caderas del otro para inclinarse un poco hacia delante, apoyando sus manos sobre el sofá, dejando un brazo a cada lado del cuerpo de Tatsuha.

-Lo repetimos?- los ojos azules del cantante mostraron una mirada interesada ante las palabras del mas joven, esbozando una ligera sonrisa que fue acompañada por la que se dibujó en los labios de Tatsuha.

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Eiri permanecía sentado en el sofá, se había puesto unos pantalones cómodos, la camisa la llevaba desabotonada, dejando caer una toalla sobre sus hombros y el cabello aun humedecido y algo revuelto. Estaba esperando a que Shuichi acabase de hacer palomitas de maiz. No sabia por que razón pero se había dejado convencer por su pequeño amante para ver una película juntos. Suponiendo que Shuichi ya había puesto la cinta de video, comenzó a rebobinar la que ya había dentro.

-No se por que razón la gente no rebobina las cintas cuando las lleva al video club.- protestó a la vez que pulsaba el play una vez que la cinta quedó rebobinada. –a saber que ha traído para ver...- se llevó la lata de cerveza a los labios, tomando un trago de esta de forma desinteresada.

La cinta comenzó a reproducirse, consiguiendo que los ojos dorados del escritor se abrieran como platos cuando apareció en la pantalla un primer plano de su habitación.

-Pero que...- comenzó a pasar la cinta, viendo a “cámara rápida” como en esta aparecían su hermano y el cantante de NG.

Creyó atragantarse con un nuevo sorbo del dorado liquido cuando apareció en la pantalla varias escenas sexuales totalmente explicitas de ambos, los cuales estaban cómodamente sobre su cama...

La lata de cerveza se volcó sobre la mesa cuando Eiri la soltó allí sin poder apartar la vista de la pantalla. Aquello no podía ser posible... tratando de mantener la calma le dio al botón de stop, rebobinando esta vez hacia el final para enseguida volver a pulsar play y comprobar que la grabación seguía siendo lo mismo. Realizó esta acción varias veces, hasta que algo por encima de todo, llamo su atención.

-Shuichi?- en un acto reflejo se levantó del sofá, centrando su mirada sorprendida en la pantalla cuando en la misma grabación, apareció su amante.

Eiri observó con sorpresa lo que allí se mostró a continuación; como la cámara había enfocado perfectamente al cantante de cabellos rosados en la entrada de la habitación con una expresión de completa confusión. A continuación vio como su hermano se levantaba de la cama para acercarse a Shuichi y colocar una mano claramente sobre la entrepierna de este, escuchando de paso toda las propuestas de su hermano y la clara respuesta de su amante; un jadeo ahogado.

Después de aquello tan solo se vieron algunas rallas y la grabación finalizó. Sus ojos se quedaron clavados en la pantalla, saliendo de su asombro en el momento en que el video hizo el ruido propio de cuando se acaba una cinta.

-Ahora lo entiendo todo... por eso me ha mentido...- su mirada se centró fría en algún punto del salón, mostrando una clara inexpresividad en su rostro.

-Yuki! vemos la peli?- Shuichi apareció sonriente y dando saltitos con el vol de palomitas recién hechas. –eto... pasa algo Yuki?- su expresión cambio a una de preocupación cuando los ojos dorados de su amante se clavaron fríos en los suyos.

Un momento después...

-Yukiiiiiiiiiiiiiiiii! Pero por que me echas de casa? Si no he hecho nada!- gritó Shuichi aporreando la puerta principal a la vez que lloraba escandalosamente.

El cantante mantenía sobre su cabeza el vol de las palomitas de maíz a modo de sombrero, dándole un aspecto bastante cómico, el cual era rematado por las palomitas esparcidas a su alrededor y sobre su cabello.

–Yuki! tan mal he estado en la ducha? YUKI! contéstame!- su expresión cambió a una de enfado ante la indiferencia del rubio, procediendo a levantarse y patear la puerta sin resultado alguno. –buaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!- el cantante se sentó en el suelo, llorando a lagrima viva y con un griterío propio de un niño de cuatro años.

En ese momento se abrió la puerta del ascensor, saliendo del mismo el cantante de NG y el menor de los Uesugi, quien venia con una gran sonrisa.

-Uy, que ocurre Shu-chan?- preguntó Ryuichi tras descubrir a su amigo rodeado de un montón de bultos que parecían ser sus cosas, divisando en mitad del pasillo del edificio la tienda de campaña.

La puerta del apartamento volvió a abrirse, dejando ver esta vez solamente el brazo del escritor quien sostenía una cinta de video, la cual lanzó fuera para volver a cerrar la puerta en un portazo que hizo llorar a Shuichi aun mas fuerte.

-Es mi cinta!- Tatsuha reconoció la cinta en el momento en que su hermano la lanzó fuera de la vivienda, lanzándose enseguida en plancha para cogerla y que esta no cayera al suelo. –mi pequeñina! Estas bien?- preguntó preocupado, rozando la cinta con su mejilla después de haber quedado tirado sobre todos los bultos, pero eso si, con la cinta sana y salva.

-Que ha pasado na no da?- Kumagoro apareció ante el cantante de cabellos rosados, consiguiendo que este dejase su llanto por un momento.

-Yuki... snif, Yuki me ha echado de casa buaaaaaaaaaaaa! Y no se por que! Buaaaaaaaaaaaaaa!-

-No pasa nada no da, seguro que se enfado por alguna tontería.- esta vez fue Ryuichi quien prefirió hablar con el otro cantante, en vez de que lo hiciera Kumagoro. -mañana ya estará bien.- sonrió de forma tranquilizadora, secando las lagrimas de Shuichi, quien asintió con la cabeza.

-Oye cuñadito, dices que te ha echado de casa... crees que a mi también?- preguntó Tatsuha de la forma mas natural del mundo, recibiendo una mirada amenazante por parte del cantante de BL. –eto.. creo que si jeje.-

-Donde iremos na no da?-

-Al único sitio donde podemos ir..- suspiró Shuichi pesadamente marcando un numero de teléfono en su móvil. -...a casa de Hiro.-


Continuara...

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