jueves, 3 de septiembre de 2009

DULCES Y SORPRESAS Ch.27

Dulces y sorpresas.

Cap. 27

By Saiyi-chan



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-Esto es lo ultimo.- ante la mirada algo nerviosa del escritor, la cabecita de Shuichi surgió entre todas sus cosas, las cuales había dejado justo en la entrada del apartamento.

Hiro le devolvió la mirada a Eiri dedicándole una sonrisa nerviosa, encogiéndose de hombros ante la situación y la actitud de su amigo.

-Yuki! no te quedes ahí parado! ayúdame a meterlo todo para adentro! Vamos, corre.- ordenó dando varias palmaditas, recibiendo una mirada amenazante por parte del rubio antes de que este se diera media vuelta y se marchara. –vale! Pues no me ayudes, no me hace falta.- visiblemente molesto, se cruzó de brazos, dedicando una mirada resentida a su amante.

-Vamos, deja de quejarte y ayúdame tu a mi.- Hiro pasó a su lado, provocando que Shuichi estirase los brazos para coger la caja que le ofrecía.

Después de conseguir adentrar todas sus cosas y colocarlas mas o menos en su respectivo lugar, ambos amigos se encontraban tomando un refresco sentados en el sofá, donde Eiri trataba de leer el periódico de aquella mañana pese al continuo ruido de la conversación.

Ante una de las risotadas del cantante, el rubio cerró el periódico, levantándose con un gesto malhumorado para encender un cigarrillo con la intención de dirigirse a la cocina.

-Eh? Donde vas Yuki?-

-Donde haya menos ruido y pueda leer tranquilo.- respondió secamente ante la pregunta de su escandaloso amante.

-De todas formas... tenemos que marcharnos ya.- mirando su reloj de muñeca, Hiro se levantó del sofá, dejando la lata varia de refresco sobre la mesita junto a la de Shuichi.

-Si, es verdad, ya no me acordaba que habíamos quedado con Tatsuha-san y Sakuma-san en su casa para ayudarlo con la cocina.- en un gesto aniñado sacó la lengua para enseguida levantarse el también y correr hacia el escritor hasta abrazarlo. –Yuuuuuukiiiiii! Ahora me tengo que ir, pero que sepas que esta noche duermo contigo eh? Así que...- sus mejillas tomaron un color rojizo, mostrando una expresión vergonzosa ante el rubio. -...podemos hacer cositas...-

-Baka, deja de decir esas cosas, no estamos solos.- comentó dirigiendo una mirada a Hiro, quien no había podido hacer mas que girar el rostro a un lado visiblemente incomodo.

-Uy, es verdad jeje.- dejando escapar una risita nerviosa se apartó de su amante, dándole un beso en la mejilla antes de correr hacia la puerta, evitando de esa forma que Eiri le propinara un buen coscorrón.

Hiro hizo una reverencia ante el escritor a modo de despedida, a lo que este respondió algo indiferente, sentándose de nuevo en el sofá para seguir leyendo.

-Nos vemos esta tarde Yuki!- le dijo adiós con la mano, obteniendo un gesto a modo de “lárgate ya” por parte del rubio.

Con una sonrisa satisfecha acabo cerrando la puerta, encaminándose con su amigo hacia el apartamento de Ryuichi donde este y Tatsuha les estarían esperando.

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-Y ahora... esto na no da.- el cantante de NG acabó colocando como ultimo detalle en su nueva cocina el libro que Shuichi le había regalado.

Ante aquel gesto por parte de Ryuichi, el resto aplaudió con entusiasmo, observando como por fin había quedado arreglada aquella cocina que esa misma mañana presentaba un estado revuelto e imposible de ordenar.

Todo permanecía perfectamente arreglado en el interior de los muebles y cajones, resaltando sobre la encimera, aquel libro de cocina hecho a mano, el cual descansaba sobre una especie de pie dispuesto para lo mismo.

Ya estaba bien entrada la tarde, tan solo se habían detenido a almorzar cuando Hiro trajo la comida preparada que el mismo se había ofrecido ir a buscar al restaurante de la esquina; zafándose por un rato del trabajo. Habían pasado el dia entre risas y trabajo, un trabajo que se había visto recompensado con la satisfacción de ellos mismo al ver los resultados.

-Aquí hay refrescos para todos.- Hiro repartió las latas de refresco, las cuales había comprado en el mismo momento en que había ido por el almuerzo.

El guitarrista se había detenido en una maquina de refrescos situada cerca del restaurante, comprando varios para así “estrenar” la nueva nevera del cantante de NG,

-Ahora podremos comprar helado de nuevo verdad Kumagoro?- el conejito de peluche asintió en respuesta, afirmando a la pregunta del cantante.

-Si quieres... yo mismo comprare los helados.- Tatsuha trato de mostrar una sonrisa inocente, la cual no consiguió ocultar demasiado bien el gesto sádico en su rostro.

Algo asustado ante aquel gesto por parte del menor de los Uesugi, Ryuichi abrazó a Kumagoro con fuerza, acongojándose “entre los brazos” de su conejito de peluche.

Shuichi bebió un sorbo de su refresco, para detenerse repentinamente ante la mirada curiosa de los demás, quedándose bastante pensativo y callado.

-Eh, que te pasa Shu...-

-Ssssssssssshhhh! Calla Hiro!- le ordenó con una mirada amenazante, volviendo a adoptar aquella actitud de perro cazador.

Shuichi se puso en pie, caminando muy despacito y en silencio hacia una de las ventanas del apartamento, sin siquiera percatarse de que estaba siendo seguido por los demás, todos ellos curiosos ante el extraño comportamiento del cantante de BL.

-KYAAAAAAAAAAAAAAAAAA! Lo sabia!- aquel grito hizo sobresaltar al resto, quienes se miraron entre si con cara de no entender nada. –Yukiiiiiiiiiiii!- grito asomando mas de medio cuerpo a la ventana. –Yuki estoy aquí arriba!- volvió a gritar esta vez haciendo señas con un brazo.

-Ahora lo entiendo.- murmuró Hiro llevándose una mano a la frente a la vez que negaba con la cabeza.

-Entender que no da?- Ryuichi miro confundido a Kumagoro, quien pareció no responderle a aquella pregunta, consiguiendo que el cantante esbozara una mueca algo molesta.

-Yuki esta aquí! Ahora mismo subo con él!- Shuichi se retiro de la ventana, corriendo a toda prisa hacia la puerta, habiéndola derribado si la misma no llega a estar abierta...

-Uno mas para la fiesta jeje.- Tatsuha se frotó las manos, mostrando en su rostro cierto aire de picardía, recibiendo por parte de Hiro una mirada de reojo.

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-Yukiiiiiiiiiiiiiiiii! No te atrevas a largarte!- gritó a la vez que corría a toda velocidad hacia el rubio, evitando con aquel grito que este se montara nuevamente en el coche y lo mirase con cara de pánico. -...por que te juro que como arranques ese coche, lo alcanzo y me pongo delante! Y tu sabes que soy muy rápido!- concluyó con una mirada tozuda sobre el rubio, deteniéndose frente a él con la respiración bastante agitada debido a la carrera.

-Si, se de sobra como andas de “velocidad”, no hace falta que lo jures.- se burló el rubio, adoptando una sonrisita divertida al ver el gesto enfadado en el rostro de su amante debido al comentario.

-Yu... yu... YUKIIIIIIIII!- de un salto se engancho al cuello del escritor, abrazándolo posesivamente a la vez que enterraba su rostro ahora sonriente en el cuello del rubio.

-Quieres dejar de hacer esas cosas?- Eiri trató de deshacerse sin resultado alguno de la “cosa” que le colgaba del cuello, no quedándole otra que darse por vencido.

-Ehhhhh! Parejita!- gritó una voz desde las alturas, atrayendo la atención de la pareja, quienes elevaron la cabeza para encontrarse con Tatsuha en “primera fila” y los otros dos mas conejito tras él.

Ante el comentario y la “agradable” visión de su hermano, Eiri se deshizo del cantante con un movimiento algo brusco, haciéndolo caer al suelo aprovechando que este estaba distraído peleándose con el menor de los Uesugi.

-Ite! Por que me has soltado así Yuki?- protestó cuando se encontró sentado en el suelo.

-Si has acabado ya marchémonos, si no, te vas mas tarde andando.- Eiri sacó tranquilamente un cigarro del paquete, encendiéndolo ante el gesto malhumorado del cantante, el cual acabó adoptando una sonrisa.

-Na, espera Yuki tengo algo que enseñarte!- manteniendo aquella sonrisa, sujetó al escritor de la mano, tirando de él en dirección al apartamento del cantante de NG.

-Que estas haciendo? Suéltame ahora mismo.- Eiri sujeto el cigarro tan solo con sus labios fruncidos en una mueca de disgusto, tratando con su mano libre de soltar el agarre que le tenia impuesta el de cabellos rosados.

-Será un momentito Yuki, solo quiero que veas una cosa vale?-

-Te he dicho que me..- una mirada casi diabólica por parte del cantante le hizo desistir en su intento por soltarse, mostrando un claro gesto desaprobatorio ante lo que este le estaba imponiendo. –solo por un momento...- acabó dándose por vencido, girando la cabeza resignado.

Lo que tenia claro a esas alturas, era que el cantante de cabellos rosados era la persona mas terca y persuasiva que podía echarse a la cara, y que como tal, siempre acababa saliéndose con al suya. Lo único que le preocupaba es que últimamente se estaba dejando “dominar” demasiado, y aquello no era del todo bueno...

Una vez subieron hasta la planta donde se ubicaba el amplio apartamento del cantante de NG, Shuichi soltó a su amante, conduciéndolo hacia la cocina.

Eiri dedicó una mirada prácticamente desinteresada al interior del apartamento, sorprendiéndose al no encontrarlo decorado con conejitos de peluche y similares, claro que lo que el escritor no sabia era que una de las habitación del apartamento este dedicada completamente a la contención de peluches y juguetes, al igual que la infantil decoración la complementaba las paredes pintadas con monigotes de colores.

-Mira Yuki! mira que bonita ha quedado la cocina!- le indico al escritor manteniendo una sonrisa orgullosa del trabajo que habían hecho.

-No esta mal...- comentó con la mirada fija en el libro de cocina.

Un sentimiento parecido a la rabia contenida lo invadió al mirar el regalo que su amante le había fabricado a aquel cantante. Cuando se quiso dar cuenta, se encontraba apretando sus puños, mirando de una forma recriminarte el mismo libro en cuestión.

Resopló cerrando los ojos, relajando su cuerpo para enseguida desviar sus ojos dorados hacia su amante, quien recorría toda la cocina enseñándoselo todo.

-Yuki-chan! Estas aquí na no da!- Kumagoro se posó sobre la cabeza del escritor, consiguiendo que este esbozara una mueca incomoda, girando la cabeza lentamente hasta encarar al cantante de NG quien le sonreía como si nada.

-Menudos numeritos que os montáis en medio de la calle, eh hermanito?- intervino Tatsuha manteniendo una mirada divertida, apoyándose sobre el marco de la puerta de la cocina. –no sabia que te fuera el exhibicionismo.- esta vez ni la intimidante mirada de su hermano mayor le hizo desistir en su intento de burla.

-Oye Shuichi, yo me marcho ya.- comento el guitarrista siendo el ultimo en aparecer por la puerta de la cocina.

-Vale Hiro yo me voy con Yuki.- comento con una sonrisa satisfecha, recibiendo una mirada recelosa por parte de su amante.

-No te olvides que mañana tienes que madrugar para ir al trabajo, no vayas a trasnochar demasiado.- con una sonrisita traviesa salió se encamino hacia la entrada dedicando una mirada de reojo al cantante, quien mantenía una graciosa expresión de molestia en la cual resaltaban sus mejillas sonrojadas.

-Eto... mejor que vaya a recoger mis cosas...- comentó manteniendo aquella expresión la cual lo dejaba ver algo avergonzado, dirigiéndose a la habitación donde había dejado su mochila. –Sakuma-san tu ven conmigo.- sin siquiera mirarlo, tomó al cantante de NG de la muñeca, arrastrándolo tras el, dejando libre al escritor de la tortura de tener a un conejito de peluche rondando por su cabeza.

Eiri les dedico una mirada, observando como su amante tiraba de una persona que parecía ser completamente un crío; alguien ajeno a todo que vivía en un mundo donde todo eran juegos y conejitos de peluche... alguien tan distinto a la persona que aunque no quisiera reconocerlo, le había dado el empujón para ir a buscar a Shuichi aquella mañana a NG y arreglar las cosas.

-Celoso?- pregunto Tatsuha con burla en sus palabras, recibiendo por ellas un coscorrón por parte del rubio. –vale.. pero tu estas celoso.- volvió a murmura esta vez por lo bajo mientras se llevaba las manos a la cabeza.

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Allí se encontraban, en aquella habitación con decoración infantil, la cual había sido impuesta por el mismo dueño del apartamento.

-Uy, para que me has traído contigo Shu-chan? No conoces el camino no da?- se pregunto Ryuichi con un gracioso gesto que complementaba su dedico cerca de la boca y Kumagoro sobre su cabeza.

-Eh... si... pero quería pedirte algo.- murmuro muy bajito, agachando la cabeza a la vez que jugueteaba con el borde de su camisa.

Ryuichi lo miró confundido, esperando a que el cantante de BL le dijera aquello que por lo visto le provocaba tanta vergüenza decirle.

-Otra vez te duele el estomago na no da?-

-Eh? No, no, no es eso jeje.- nervioso, negó con un movimiento de manos, llevando una de ellas a su nuca.

-Kumagoro no entiende nada no da.- ante la confusión de Ryuichi, el cantante de cabellos rosados miro de un lado a otro, sintiendo como un sudor frío caía por su espalda.

Sin querer pensarlo mas y armándose de valor, cerro los ojos para tomar aire, soltándolo pausadamente para enfocar el rostro del otro con una mirada decidida.

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Sus ojos dorados estaban fijos en los oscuros de su hermanos, al igual que estos lo estaban en los suyos.

Sentados en el sofá de aquel espaciosos salón, uno frente al otro, se encontraban los hermanos Uesugi sin mencionar una sola palabra. Tan solo una casi imperceptible mueca divertida en el rostro del menor, y un sudor frió recorriendo la espalda del otro.

-Y bien, no vas a decirme nada hermanito?- aquella pregunta por parte del moreno fue la que consiguió romper el hielo, no consiguiendo con ella que la expresión de Eiri cambiara ni un ápice.

-No tengo nada que decirte.- respondió en un tono seco, aprovechando para sacar un cigarro y encenderlo.

-Vaya, pero que ha quedado de nuestra maravillosa relación de hermanos?- con una mirada acechadora, Tatsuha se acercó a su hermano, sentándose bastante cerca de este. –no te da pena hermanito? Con la de cosas que podríamos hacer...-

-Soy capaz de matarte como te me acerques mas.-

-Vamos, aun estas enfadado?- ante la pregunta entonada de forma burlona, Eiri se mantuvo en silencio. –no me digas que si? Pero si no es para tanto! Además, yo no tengo la culpa de que me pillaras mi querida cinta de video, que por cierto.. no me la habrás quitado tu verdad?- le dedico una mirada desconfiada, a lo que el rubio lo miro sorprendido.

-Te ha desaparecido esa cinta?- ante la pregunta, Tatsuha asintió en respuesta con las lagrimitas asomando en sus ojitos oscuros.

-Je, creo que de repente ya no estoy enfadado contigo.- comento con ironía mientras observaba de reojo como su hermano mostraba una expresión infantil, incluso merecedora de lastima.

-Entonces ya no estas enfadado?- preguntó adoptando esta vez una mueca inocente.

-Dejare de estarlo del todo si... haces algo por mi.- sus ojos dorados dedicaron una divertida mirada de superioridad a su hermano menor.

-Lo que tu quieras hermanito jijiji.- el acercamiento que siguió a sus palabras, tan solo obtuvo un nuevo coscorrón por parte del rubio.

-Deja de hacer el idiota!-

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-Claro que si na no da!- el cantante de NG asintió efusivamente a lo que el otro le acababa de decir.

-En.. en serio?-

-Umh! a Kumagoro no le importa verdad?- el conejito afirmó aquellas palabras con un movimiento de cabeza provocado por el mismo cantante.

-Muchas gracias Sakuma-san.- Shuichi hizo una reverencia ante Ryuichi, adoptando enseguida una sonrisa mas tranquila.

-No. Gracias a ti Shu-chan.- la expresión infantil del cantante de NG se torno a una algo mas adulta, en la cual se dibujo aun una sonrisa aniñada. –gracias por haberte portado tan bien conmigo y... Kumagoro...- completó mirando al conejito adoptando por un momento un gesto mas infantil.

Ante la expresión adulta pero calmada del cantante de NG, Shuichi asintió en respuesta. Aquella era la expresión con la que siempre se había encontrado cada vez que este había intentado ayudarlo; una expresión adulta pero igual de dulce que la de una niño. Nada que ver con aquellas miradas intimidantes e incitantes que este la había estado ofreciendo días atrás.

Se sintió confiado ante aquella mirada, volviendo a sentir una vez mas aquel cariño tan especial que le tenia al hombre que guió sus pasos, a la persona que había despertado en el aquel primer amor; su amor por la música.

-Creo que es hora de marcharme Yuki me esta esperando.- comento colocándose la mochila, acariciando seguidamente la cabecita de Kumagoro a la vez que le ofrecía una sonrisa al conejito en brazos de Ryuichi. –mañana cuando salga de NG vendré para... eso.- finalizó la frase con un susurro, mostrándose algo tímido ante el comentario.

Ryuichi tan solo le sonrió, sosteniendo aun a Kumagoro entre sus brazos y observando como Shuichi se daba media vuelta.

-Espera Shuichi!- le grito reteniendo al cantante de cabellos rosados quien se giro de nuevo hacia el algo confundido.

-Quiero hacer algo antes de que te vayas.- con la misma expresión que había mantenido momentos antes, se acerco a Shuichi quien parecía mirarlo bastante confundido.

Acercó una mano al rostro del chico, despejando la frente de los cabellos rosados que permanecían revueltos sobre ella, depositando un suave beso sobre la misma para enseguida apartarse y sonreír.

-Ese libro de cocina... es le mejor regalo que me han hecho no da.- ante el comentario, Shuichi esbozó una sonrisita algo vergonzosa, alegrándose de aquellas palabras que sonaban tan sinceras. –ahora vete, Yuki-chan se va a enfadar na no da.- comento de forma graciosa llevándose una mano tras la nuca, rompiendo en risas junto al otro cantante.


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Un par de horas mas tardes, y en el interior del apartamento de Ryuichi tan solo se podía oír el agua de la ducha correr.

En el salón, Tatsuha permanecía sentado en el sofá sin emitir sonido alguno, tan solo abrazando a Kumagoro como si fuera un niño pequeño que necesita protección. Sus ojos oscuros parecían algo llorosos, clavados en aquella televisión de pantalla plana y de gran tamaño; la cual estaba “empotrada” en la misma pared del salón.

Un suspiro desolado escapó de sus labios, recordando aquella maravillosa cinta que no sabia como, había llegado a perder.

-Uy, te pasa algo tatsu-chan?- Ryuichi apareció en el salón, llevando puesta una toalla alrededor de su cintura, a la vez que con otra mas pequeña secaba su cabello alborotándolo aun mas.

El menor de los Uesugi desvió la mirada hacia su ídolo, encontrando frente a si aquel cuerpo bien formado y aun húmedo por las gotas de agua, el cual resaltaba ante aquella expresión infantil en su rostro.

Sin saber por que razón, su mente no llegó a procesar toda aquella información, desviando la mirada enseguida nuevamente hacia la pantalla de televisión.

-Mi cinta de video...- suspiró pesadamente.

Ante aquellas palabras, el cantante de NG se mostró confundido, cambiando ese gesto enseguida por una sonrisa esperanzada para salir corriendo hacia su habitación “de juegos.”

Un par de minutos mas tarde, Ryuichi volvió a aparecer en el salón, llevando algo en sus manos las cuales escondía tras de si.

Se acercó a la televisión, introduciendo una cinta en el video que estaba ubicado bajo la misma. Tomó el mando a distancia de este tras encender la tele, acercándose a Tatsuha para detenerse frente a él.

El mas joven lo miró desconcertado, pudiendo destacar enseguida un leve gesto incitante en aquella misteriosa sonrisa que se había dibujado en el rostro de Ryuichi.

-Quieres que la veamos juntos?- preguntó el cantante de forma incitante, dándole al play para comenzar a reproducir la grabación.

Sus ojos oscuros se abrieron de par en par cuando enfocaron perfectamente aquella imagen en la pantalla, reconociendo inmediatamente aquella grabación. Sin decir nada, su mirada se centró acechadora sobre el cantante, quien seguía manteniendo aquella sonrisa incitante en su rostro.

Sin mas, se abalanzó sobre su ídolo, empujándolo bruscamente hasta hacerlo chocar de espaldas contra la pantalla de televisión donde comenzaban a verse varias imágenes que daban lugar a unos sonidos bastante elevados debido al volumen de la tele.

-Se me ocurre algo mejor que ver el video.- comento Tatsuha con sus labios cerca de los de Ryuichi, sintiendo al cantante de NG acorralado por su cuerpo.

Como respuesta, obtuvo una mirada aprobatoria, la cual fue acompañada por una leve risita antes de que los labios de ambos se encontraran en un beso salvaje, luchando ambos por obtener el control.

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Varias hojas garabateadas pasaron ante sus ojos dorados, los cuales mostraban una mirada bastante molesta ante la “obra de arte” en la cual resaltaba la palabra baka y similares junto a su nombre.

Shuichi bajó la cabeza bastante arrepentido, acabando de mostrarle aquel cuaderno pintarrajeado al escritor, obteniendo de este un suspiro resignado.

-Me alegro de que el cuaderno al menos te haya servido para desahogarte de esa forma, y no te diera por lanzármelo a la cabeza.- comento soltando una risita algo irónica.

-Yuki! que es en serio!- sus ojos violetas se clavaron desafiantes y llorosos en los del rubio. -estoy muy arrepentido, de verdad.- volvió a bajar la cabeza en un gracioso gesto infantil, abrazando el cuaderno contra su pecho.

Eiri tan solo se limitó a esbozar una suave sonrisa, llevando su mano hasta revolver cariñosamente el cabello rosado. Shuichi lo miró de reojo, sintiéndose algo mas tranquilo por la actitud de su amante, pero igualmente se seguía sintiendo mal por haber estropeado aquel preciado regalo.

-Pero Yuki yo.. este regalo...-

-Te comprare otro.- ante las palabras del escritor, el cantante dejo caer accidentalmente el cuaderno al suelo, agachándose enseguida para recogerlo.

-No, no hace falta de verdad, yo... no necesito que...-

-He dicho que te lo comprare. Además, en realidad la culpa de que le hicieras eso al pobre cuaderno...- dedico una mirada fugaz al cuaderno, arrancando una leve sonrisa por parte de Shuichi. -... fue mia, así que déjate de tonterías, que se que estas deseando que te compre otro.- con una expresión divertida en su rostro, se sentó en el sofá.

-Yukiiiiiiiii!- Shuichi acabó sentado sobre sus piernas, abrazando efusivamente el cuello del escritor, quien comenzaba a cambiar esa expresión “amigable” por una un tanto molesta. –Ah! pero mira, no te lo he enseñado antes.- sacó de uno de sus bolsillos una hoja de papel, una perteneciente a ese mismo cuaderno.

Eiri centro su mirada en aquella hoja de papel, observando con algo de curiosidad como el cantante procedía a desdoblarla.

-Mira! Lo escribí anoche, en la ultima hoja que quedaba limpia.- comento mostrando una sonrisita algo apenada.

Tomo la hoja sosteniéndola en una mano, mientras que con la otra encendía el cigarro que acababa de sacar. Sus ojos dorados se abrieron con algo de sorpresa, esbozando enseguida una sonrisa algo burlona.

Ante aquel gesto por parte de su amante, Shuichi se mantuvo serio, esperando impaciente a que el rubio acabase de leerlo.

-Y? Vamos Yuki dime que te parece!- insistió dando varios saltitos sobre las piernas del escritor.

Una mirada sin apenas expresividad por parte de los ojos dorados se centraron en la mirada curiosa del cantante, dando una calada de su cigarro antes de comenzar a hablar.

-Pues... que te has cargado el cuaderno del todo.-

-QUE?! Como que me he cargado el cuaderno? Eso es mentira Yuki! pero si es una canción muy bonita!- con un movimiento rápido, le quito la hoja de las manos, clavando sus ojos violetas en las letras que componía aquella canción. –pero Yuki, si me ha salido muy bi...en...- esta vez su mirada se centro en los ojos dorados, sintiendo como el escritor envolvía su cintura y lo atraía hacia él.

-Olvídate ahora de eso, creo que tenemos algo pendiente verdad?-

-Eh? Si! Claro que si! No te creas que se me ha olvidado como me dejaste el otro dia!- ante aquellas palabras y la actitud infantilmente reprochante de Shuichi, Eiri sonrió divertido, atrapando los finos labios de su amante entre los suyos.

Shuichi paso sus brazos alrededor del cuello de Eiri, sin llegar a soltar la hoja con la canción. Sus piernas se enredaron en la cintura de este, presionando su cuerpo hacia un mayor contacto con el del escritor.

-Uhm.. Yuki...- murmuró cuando Eiri dejo libre su boca para pasar a besar su cuello hasta llegar a la oreja.

El sonido del teléfono comenzó a oírse en el salón, consiguiendo que ambos mostraran cierto grado de molestia ante el sonido.

-Espérame en la cama, ahora mismo voy.- comentó Eiri de forma entrecortada, repartiendo suaves besos sobre la piel del cuello.

-Déjalo Yuki, no lo cojas.-

-Estoy esperando una llamada importante.- su intención de contestar al teléfono pareció flaquear, deteniéndose el sonido segundo después para enseguida volver a interrumpir.

Ante la nueva intervención del aparato, ambos se miraron. Eiri suspiro pesadamente, mientras que Shuichi mostró una sonrisita resignada.

-Te espero en la cama.- le susurro al oído para enseguida levantarse del regazo del rubio con dirección a la habitación.

Eiri se levantó del sofá, contestando al teléfono secamente, mostrando su molestia a aquel que estaba tras el otro lado de la línea, curiosamente; su editora.



-KYAAAAAAAAAAAAA! Voy a hacer cosas pervertidas con Yukiiiiiiiiiiiiiii!- el cantante de BL entro corriendo en la habitación, dando una voltereta sobre la cama para acabar cayendo al suelo por el lado contrario. –ite...- sus cabellos rosados se dejaron ver sobre la cama, apareciendo a través de estos la mano que acariciaba la zona del golpe. -No tengo tiempo que perder! Yuki vendrá enseguida!- olvidando el golpe, volvió a subirse en la cama, quitándose la camiseta seguidamente.

Una vez en la misma, revolvió las sabanas con las piernas a la vez que luchaba por quitarse los pantalones y la ropa interior sin volver a caerse al suelo.

Cuando se hubo quitado toda la ropa dejándola desparramada de mala manera por el suelo de la habitación, se cubrió parcialmente con las sabanas, enterrando sus dedos entre su cabello para así acomodarlo un poco; cosa que no le sirvió de nada cuando enseguida se tendio en la cama tratando de adoptar una postura adecuada para esperar impaciente a su amante.

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Los elevados gemidos procedentes de la grabación comenzaban a mezclarse con los de ellos mismos en aquel momento, manteniendo sus lenguas una lucha constante cada vez mas placentera.

Ryuichi había acabado por perder la toalla en aquel arrebato de lujuria, encontrándose desnudo y aprisionado entre el cuerpo de Tatsuha y la pantalla de televisión, sintiéndose completamente excitado al saberse sometido aun después de estar luchando por obtener el control.

El menor de los Uesugi consiguió sujetar con fuerza las muñecas del cantante sobre la cabeza de este, provocando que la piel de la zona se enrojeciera ante la presión de sus dedos. Su cuerpo se movió contra el de su ídolo, arrancando varios gemidos de este, los cuales se mezclaban con la saliva procedente del juego que mantenían sus lenguas.

Sintiendo la terrible necesidad de volver a penetrar aquel cuerpo, Tatsuha apartó una de sus manos del agarre, sujetando ambas muñecas con dificultad tan solo un una mano, tratando de que el forcejeo del cantante no se viera recompensado.

Su mano libre alcanzó el cierre de su pantalón, el cual desabrocho con impaciencia tratando de liberar su erección.

Un gemido incitante escapó de los labios de Ryuichi en el momento que el mimbro del mas joven rozo contra el suyo, sintiendo un escalofrío recorrer su cuerpo al igual que otro recorrió el de Tatsuha ante aquel gemido provocado por tan placentero contacto entre ambos.

Su ojos oscuros se desviaron por un momento hacia la pantalla, pudiendo ver en la misma la figura de Ryuichi sobre él, siguiendo con su mirada aquel movimiento tan perfecto que el cuerpo del cantante ejercía sobre el suyo.

-Ah! Ryuichi!- un grito ahogado escapó de su garganta cuando debido a un movimiento incitante por parte del cantante, sus miembros volvieron a rozar uno contra el otro, esta vez con una mayor necesidad.

Ryuichi aprovecho aquel descuido para soltar uno de sus brazos del agarre, enterrando sus dedos entre el cabello oscuro del menor de los Uesugi, tirando de él para atrapar el labio inferior de este son sus dientes en un mordisco que resultó ser bastante violento.

Un grito de dolor fue a parar a los labios de Ryuichi, los cuales fueron levemente salpicados por varias gotas de sangre. El cantante de NG sonrió satisfecho, pasando seguidamente su lengua por sus propios labios, lamiendo después el fino hilo de sangre que resbalaba por la barbilla del mas joven.

Ante aquella tentadora visión y el placer que había sentido ante el mordisco, volteó bruscamente al cuerpo del cantante hasta hacerlo quedar de cara a la pantalla, sujetando el cabello alborotado de este para obligarle a mirarla.

Ryuichi se inclinó hacia delante, moviendo sus caderas de forma sugerente hacia el cuerpo del mas joven, ofreciéndose a este son total descaro.

-No es lo que quieres, a que esperas para hacerlo?- su voz sonó desafiante, al igual que la mirada en su rostro cuando giro la cabeza hasta encarar a Tatsuha.

Ante aquella palabras, el menor de los Uesugi sintió un intenso calor recorrer todo su cuerpo, el cual provoco que varias gotas de aquel liquido humedecieran la punta de su miembro bien erguido, llevando una mano al mismo después de haberla ensalivado para masajearlo con necesidad y extender el escaso liquido sobre la longitud, mezclando el mismo con su propia saliva.

Ante los gemidos necesitados del cantante, los cuales parecían competir con los de la grabación, guió su erección hasta presionar con la punta en la entrada de este, quien movió su cuerpo con total ofrecimiento hacia Tatsuha.

Sintió su cuerpo estremecerse ante la invasión; como la perfecta erección del otro penetraba en el con total seguridad y descaro, ofreciéndole unos movimientos casi expertos y placenteros.

-Ryuichi.. uhm.. me encanta que estés tan estrecho.- varios gemidos roncos escaparon de su garganta cuando se sintió envuelto por aquel interior, sintiéndolo cálido y completamente excitante.

-Muévete con fuerza quiero sentir el placer del dolor.- gritó a la vez que movía sus caderas con ansias contra el cuerpo del mas joven.

Ante aquellas deliciosas palabras, tatusha no pudo hacer mas que moverse violentamente, apretando entre sus manos la piel de las caderas de su ídolo, invistiendo con fuerza contra aquel cuerpo que parecía amenazar con romperse.

Apretó los dientes con fuerza, escuchando los gemidos procedente de su ídolo; tanto los de el en aquel momento como los del video, centrando su mirada en aquellas imágenes en la pantalla, sintiendo como su cuerpo no aguantaría mas aquel ritmo tan elevado.

Trato de detenerse por un momento, de aguantar aquel orgasmo que amenazaba tan de cerca. Pero un violento movimiento pro parte de Ryuichi, le hizo acabar derramándose, bañando aquel interior que presionaba dolorosamente sobre su erección.

-Joder.. esto es una mierda.- Tatsuha bajó la cabeza, respirando con dificulta y aflojando el agarre de las caderas de su ídolo.

Ante la actitud aparentemente frustrada del menor de los Uesugi, Ryuichi esbozó una sonrisa un tanto divertida, provocando con un movimiento que este saliera de su interior. Sus ojos azules encararon el rostro algo avergonzado del mas joven, elevando el mismo con una mano bajo su barbilla.

-Aun tienes que aprender mucho, solo tienes dieciséis años.- trató de animarle mostrándose tranquilo ante la situación. –si quieres... yo puedo enseñarte.- ante aquellas palabras, los ojos oscuros del mas joven se centraron sobre los azules del cantante.

Antes de que Tatsuha pudiera responder, ya se encontraba de espaldas al cantante debido a un movimiento rápido por parte de este; manteniendo la misma postura que Ryuichi momentos antes, siendo el esta vez “la victima” de aquel que estaba dispuesto a devorarlo.

Ryuichi consiguió sujetar uno de los brazos del mas joven sobre la espalda de este, inmovilizándolo parcialmente. Con su mano libre, guió su erección hasta las nalgas de este, abriéndose camino entre ellas para introducirse en el interior de Tatsuha, provocando que este gritara ante la brusca invasión.

-No te quejes Tatsuha, es lo mismo que me has hecho a mi antes.- le susurro al oído cuando se inclinó un poco sobre el cuerpo curvado del mas joven.

-Eso duele, podías haberlo humedecido joder!- volvió a gritar dejando que un par de lagrimas cayeran por sus mejillas.

-Lo se, crees que a mi no me ha dolido?- su aliento choco contra la piel humedecida de las mejillas del otro, pasando seguidamente su lengua para lamer aquella lagrima que la había bañado. –esta es la primera lección; el dolor es parte del placer.- acabó sonriendo para enterrar su rostro en el cuello del otro, mordiendo sensualmente la piel de este.

Llevando la misma mano que segundos antes había guiado su erección, atrapó el miembro del mas joven, acariciándolo despacio hasta sentir como este comenzaba a endurecerse de nuevo entre sus dedos, tratando con aquellas caricias de aliviar un poco el dolor.

Ante las caricias y la presión que sentía dentro de su cuerpo, comenzó a gemir de forma callada, moviendo levemente su cuerpo contra el de Ryuichi, buscando el compás que la mano de este ejercía sobre su ahora erección.

-Ya te encuentras mejor?- preguntó comenzando a mover su cuerpo lentamente.

-Ah! No! Aun duele uhm...- ante la respuesta, Ryuichi sonrió con algo de malicia, aumentando tanto sus movimientos en el interior de este como las caricias sobre el miembro del mismo.

Tras varios minutos, los movimientos de ambos se habían incrementando, consiguiendo un ritmo bastante elevado y salvaje, en el que destacan los gemidos desinhibidos de ambos al igual que alguna que otra palabra subida de tono.

Ryuichi presiono sus dedos sobre la dolorosa erección del mas joven, enterrándose todo lo que podía en el cuerpo de este, saliendo del mismo completamente para volver a entrar con algo de violencia. Aun mantenía el brazo del menor de los Uesugi inmovilizado sobre la espalda del mismo, provocando que este se sostuviera de forma dificultosa con su otra mano contra la pantalla.

Tatusha inclinó la cabeza hacia detrás, apretando los dientes con fuerza, sintiendo como se estremecía ante las caricias y embestidas que provocaban que su cuerpo llegara al limite, llegando a contraer sus músculos internos aprisionando la erección del otro cuando comenzó a derramarse sobre la mano del cantante, salpicando a su paso parte de su pecho y parte de la pantalla.

Ante la evidente llegada al orgasmo del mas joven, Ryuichi aumento el ritmo, buscando su propio final, llegando a derramarse en el interior que tan cálidamente lo aprisionaba. Ante la relajación que siguió a su orgasmo, dejo libre el brazo del mas joven, llevándose esa misma mano a la cara para echarte el pelo humedecido por el sudor hacia atrás.

-No has estado del todo mal...- comentó Ryuichi saliendo del interior del otro, dejando que este resbalara hasta quedar de rodillas en el suelo.

Tatsuha elevó la cabeza, dedicando una mirada a las imágenes de la grabación, sonriendo satisfecho ante ellas.

-Sabes que tendrás que limpiar la pantalla verdad?- comento el cantante de NG esbozando una sonrisa traviesa.

-Como es que tu tenias la cinta de video?- fue la única respuesta de Tatsuha, girando su rostro seguidamente hasta encarar a su ídolo.

-Eso es un secreto pero... puedes venir a verla...- sus ojos azules se centraron incitantes en los oscuros del otro, pegando su rostro al de este. –...cuando quieras...- ante aquella proposición, Tatsuha sonrió encantado.

Ni siquiera le importaba el hecho de que Ryuichi tuviera intención de quedarse con la cinta. Mejor así. De esa forma, podría ir a visitarlo siempre que quisiera, y estaba dispuesto ha hacerlo.

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Eiri colgó el teléfono tras finalizar la llamada. Al aparecer, su editora ya andaba con las prisas para que comenzara su nueva novela, ya que lo habia citado la noche del dia siguiente para una cena de trabajo.

-Tengo mejores cosas que hacer en este momento.- sonrió divertido apartando el palabra “trabajo” de su mente, dispuesto a ir a la habitación cuando algo llamo su atención.

Una hoja de papel estaba tirada en el suelo junto al sofá. Cuando se agachó a recogerla, pudo afirmar su sospecha; se trataba de la canción que Shuichi había escrito.

-Baka... estas cosas no se dejan tiradas por el suelo.- murmuró a la vez que le dedicaba una fugaz mirada a la letra. –“Time in my Herat”- una sonrisa satisfecha se dibujo en sus labios tras pronunciar el titulo de la canción. –esta vez... has hecho algo medio en condiciones.- dejando la hoja sobre la mesita junto al sofá, se encamino a la habitación.

Sus ojos dorados se abrieron algo sorprendidos al entrar en su dormitorio. Frente a si, tendido en la cama con las sabanas revueltas alrededor de su cuerpo, se encontraba Shuichi completamente dormido.

Se acercó tratando de no hacer ruido, inclinándose seguidamente sobre el cantante, comprobando por la respiración de este como efectivamente estaba dormido. Con cuidado, lo movió un poco hacia el otro lado de la cama, acostándose él en ese mismo lado para enseguida besar suavemente sus labios.

-Mira que quedarte dormido...- comento adoptando una graciosa mueca de desaprobación. -tu te lo pierdes.- una de sus manos jugo con varios mechones rosados, dejando la frente del cantante despejada para volver a ser cubierta por los mismo.

Sus ojos dorados observaron embobados a aquella persona que había calado tan hondo en él, alegrándose una vez mas de haberlo conocido, y claro esta; de haber superado otra prueba mas en su relación.

-Buenas noches Shu-chan.- susurró muy bajito, envolviendo el cuerpo del cantante entre sus brazos, dispuesto a quedarse allí mirándolo hasta que el sueño lo venciera.


Continuara...

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